
Si me encuentro esta viñeta en un tebeo de 1995, este es buen momento en la Historia para hacerlo notar y ver qué otros mensajes pueden traernos sus páginas. Los taquiones deben ser poderosos en el mismo, y no es lo único que emana poder.

Mark Texeira nunca defrauda, la portada tiene prácticamente todos los ticks marcados: dientes, nocturnidad, luz de luna, murciélagos, pose, jamona, ausencia de pies… Una lástima pues que su contribución se limitase a la cubierta, y que la mitad de los que acompañaban a Jim Valentino en este cruce pareciesen seudónimos ¿pero acaso leon014 no parece precisamente nombre de bot, no es acaso esto otro motivo para reforzar nuestra fe en los taquiones de la obra?

Es decir, pocos nombres para un entintador me resultan tan molones como Chance Wolf; imaginad mi sorpresa cuando compruebo que, efectivamente, existe, e incluso que su último trabajo en historieta ha sido entintar precisamente a ROB! en su despedida del mercenario bocazas, en Deadpool Team-up (título que no traduzco porque la editorial encargada de publicarlo en castellano nos lo está escamoteando de momento, esta más ocupada sacando Aves de Presa). Lo mismo podría decirse del dibujante de fondos, del rotulista, y sobre todo de la editora. Al principio, viendo la contundencia de la portada noventera, lo de Meloney Crawford parecía creado acorde, pero luego me he dado cuenta de que se le debe añadir el apellido Chadwick de la linea siguiente y que no es un nombre inventado, que sigue escribiendo cosas (junto con, de todos los apellidos posibles, Michael Sweeny ¡Meloneys al poder!).
Para poder hablar de esta aventura, convendrá hacer una mínima introducción al personaje de Shadowhawk, ya que poco o nada se ha visto del mismo en nuestra piel de toro. Creado por Jim Valentino; justiciero con SIDA. Mínimo, ya lo dije. El caso es que su condición sanitaria se vio revertida en el número anterior de esta miniserie de dos episodios (¡un crossover con consecuencias!¿cesarán los prodigios?), uno que aunque la portada era de Joe Jusko, no podía competir en molonidad con la del segundo libro.

Allí ambos personajes se encuentran, y como en todo buen cruce el primer contacto es violento.

Y aunque parece en un primer momento que la confrontación terminará con Shadowhawk haciendo strike con una maniobra similar a la del final de la actuación de nuestra representante en Eurovisión,….

…sucede lo inesperado.

No me refiero a que la draculona le muerda, está en su naturaleza, sino más bien a que la mordedura consigue eliminar su enfermedad ¡la cura del SIDA! aunque con un pequeño efecto secundario, eso sí.

Ya estamos pues en disposición para entrar en materia en el segundo libro, en el que podréis comprender…

…que fue de justicia hacer constar en letras gordas en los créditos al dibujante de los fondos.

No cesan los mensajes tal vez proféticos para el lector avisado, pues asistimos a escenas de excesos policiales…

…en un aeropuerto con nombre de expresidente.

Entretanto, Shadowhawk comienza su habitual ronda justiciera nocturna, los casos típicos.

Sin embargo, la nueva condición del personaje lo torna más violento incluso. La confrontación deviene en una orgía se sangre y cajas de texto.

La familia, eso sí, sobrevive. Esto llama la atención de Vampirella, pero esta vez no se enfrenta a un enemigo, como en el episodio anterior, sino con otro como ella, con un aliado ¿y que hace ella pues? aliarse.

Ilustraciones a toda página con texto a un lado, como un Neil Gaiman de 1995. Gusto. Sensibilidad. Finezza. Mestizaje de logos. Poesía pura.

Pero vamos a lo importante: la visita del Papa y el gentío haciéndose oír (la referencia al grupo ultracatólico es obvia ¿cuándo fue la última vez que visteis un sonotone en primer plano en una viñeta? nada se dibuja por casualidad)

Ya, es imposible disimular los ominosos personajes con chaqueta, sombrero y oscuridad. Así que, aunque la seguridad del Sumo Pontífice parece suficiente…

…la violencia se abre camino.

Nuestros héroes se dirigen prestos al lugar.

En el momento de impedir la hecatombe.


(de todas formas, por si acaso, creyentes de los Taquiones, su nombre será Kaul. RecordAdlo!)
A la resolución le falta un punto de epicidad, aunque esto es lo que pasa cuando por contrato tienes apalabrado un número de páginas y luego te tiras varias haciendo poesía con texto al lado, que al final hay que ir rápido.

Finalmente, los personajes se despiden, cada uno para su serie.

Y, como decíamos, este cruce tuvo consecuencias, y es que Shadowhawk tenía un nuevo propósito…

…ya que ahora era capaz de curar el SIDA.
Desgraciadamente la cosa no tuvo mucho futuro, pues Valentino se deshizo de este personaje con tanto potencial y poco después sacó un nuevo volumen de la serie (The New Shadowhawk), con un nuevo personaje portando la armadura del protagonista. Siete números duró. Y aunque ha pasado por varias encarnaciones, hay algo que se mantiene.

Pues sigue gustando de la confrontación.

Las Bad Girls, un género en si mismo. Las hay que muerden, las hay que chupan, la perdición de todo Sombralcón. No se apellida Valentino por casualidad tampoco.
Y la historia llegó a su fin ¿qué hacemos con los taquiones? no sé vosotros, yo tendré el posteo guardado para cuando la agenda de visitas del Santo Padre le llevé a su país de origen. Entonces cotejaremos. Mucho cuidado ahí afuera entretanto.