Desde aquí repartimos ideas y conceptos para la manipulación creativa y el abuso cultural. Somos el diario de lo genial, y el pensamiento de lo imposible
Un días más hablando de DC. Que parece que en este revival continuo comenzamos a terminar los Noventa y volvemos a los Dosmiles. De un Snyder a otro. Y es que ha llegado a nuestras librerías el gran evento de los de Burbank…otra vez.
La primera vez no cogí el chiste. Que había un multiverso Oscuro, vale, y a partir de ahí ya se lía todo. Y los diferentes metales de Universo DC son importantes para los portales entre los distintos multiversos. Y a eso le juntas de que el dibujante Greg Capullo tiene pinta de haber llevado pelos largos en la época que dibujaba X-Force y lo que se nos sirve es un producto llamado Metal y que gran parte de su imaginería publicitaria se basaba en estéticas y grupos heavy, siendo sin embargo el crossover de toda la vida con sus miniseries, sus spinoff, sus especiales, su final insatisfactorio y sus secuelas. Sigo el razonamiento y el gimmick metalero, y se lo concedo aunque me parezca bastante muy forzado. Tres años después, suena el bis: Death Metal. Con una misma maquinaria mediática similar, que en el caso de ECC se nos ofrece en forma de ediciones especiales en cartoné con portadas especiales y contenido extra dedicado a bandas metaleras legendarias.
Y como si repiten el truco me supongo que es porque la primera les fue bien, lo que no puedo dejar de preguntarme es ¿pero sigue habiendo heavys? ¿y encima leen tebeos?
Que los hubo, por supuesto, y yo los vi. Y se pillaban la Espada Salvaje de Conan y tebeos de Liberatore. Los hermanos mayores de mis amigos, los que habían hecho la mili, los que su habitación olía raro. Los que ocupaban los futbolines. Pero con el paso del tiempo las tachuelas y las cazadoras vaqueras fueron dejando paso a otras indumentarias, y el paisaje urbano derivó hacia otras estéticas y ritmos con las llegadas de las nuevas generaciones.
Alguna comunidad heavy habrá, por supuesto, pero mi duda es si leen comics y además son suficientes como para que les dedique no uno sino dos macroeventos de DC ¿tanto les renta? ¿hay ahí afuera nichos de mercado tan específicos y a la vez tan provechosos? ¿podremos ver algún día un evento dedicado a los zurdos pelirrojos veganos (población que sin datos en la mano yo hubiera sospechado que era más numerosa que el target de las series de Metal)? ¿tendrían sentido portadas variantes dedicadas a los clubes de futbol que militan en los dieciocho grupos de la Tercera división española? parecía que el problema en la industria de la venta de historietas era su menguante tamaño, y en cambio DC y ECC les dedica una estrategia de atomización ¿comprendeis mi dilema?
En estas diatribas me hallaba, que casi me impiden gozar con las barbaridades mostradas en los capítulos de la primera entrega del evento (Apagados, Acordes de Poder, La Motosierra de la Verdad) cuando la siguiente estrategia de marketing me lo respondió.
No había nuevos lectores, no había nuevo mercado. No habían aparecido nuevos metaleros que además leían tebeos. Eran los de siempre. Los de La Espada Salvaje. Los que ocupaban los futbolines.
Os enlazo el calendario de la tourné pinballera, aunque ya os advierto que casi seguro que os tocará estar de mirones y a lo mejor darles algún cigarro.
Aunque no hay mal que por bien no venga, ahora comprendo mejor también lo del Rey de Negro.
Hoy nos toca enarbolar de nuevo la bandera de la D. La D de Defensa. Y es que hace un par de días Greg Capullo tuvo la ocurrencia de comentar que muchas veces se compra tebeos solo para mirar los dibujos, pero que no se los lee.
¿Broma? ¿Provocación? ¿Una confesión perfectamente natural en un dibujante e ilustrador como GREG!? Sin embargo, tan sencillo comentario desató una enorme cantidad de interacciones en redes sociales, y como suele pasar en Twitter cuando das tu opinión, hubo un buen puñado de gente a la que le pareció muy mal, y quisieron afearle al artista de Dark Knights: Death Metal el supuesto desprecio ejercido a la comunidad de guionistas.
No es que el tono fuera demasiado airado, pero sí que hubo una porción de comentaristas dispuestos a explicarle a uno de los dibujantes más importantes de la industria de los últimos 30 años en qué consistían los tebeos, o a poner en entredicho su larga carrera dibujando muecas y capas al aire.
Personalmente, creo que la polémica es lo bastante ridícula como para dejar que caiga por su propio peso, pero aún así, varios GENIALES! artistas salieron a defender a GREG!
ROB! no se ha pronunciado todavía, pero podemos estar casi seguros de que estaría del lado de la razón. En el bando de LOS BUENOS. En el bando de GREG!
No solo es que un artista debe encontrar en el arte, indistintamente de las barreras idiomáticas que se puedan presentar, la belleza. Que GREG! pueda comprar tebeos en todos los idiomas del mundo solo para deleitarse. No se trata únicamente de que, como artista, quiera estar al tanto de las innovaciones pictóricas y de narrativa visual que puedan aparecer en muchos otros cómics, independientemente de que el contenido de la narración no sea de su interés. Es que además, no se puede discutir que GREG! ame este medio como muy pocos lo hacen. Solo eso podría explicar que haya sido capaz de leerse los guiones de Scott Snyder.
Este mes se cumple el 25 aniversario de uno de los grandes hitos de la Historia del Cómic de Autor. Hablamos de Spawn #31, en el tercer año de la publicación de la GENIAL! creación de TODD!
Y es que si bien Spawn era obra completa de McFarlane, que tuvo un ferreo control sobre la criatura durante muchísimo tiempo, una cosa que caracterizó a la cabecera casi desde sus inicios, casi ecplipsando su importancia capital como obra de autor, fue la presencia de artistas invitados que entraban y salían para dar aún más renombre y brillo a la flamante estrella inaugural de Image Comics. Si bien son célebres las participaciones a los guiones de Alan Moore (Spawn #8), Neil Gaiman (Spawn #9), Dave Sim (Spawn #10) y Frank -yo creo que en 1993 ya podemos llamarle FRANK!- Miller (Spawn #11), algo menos recordadas son las participaciones de otros artistas sustituyendo a TODD! a los lápices.
El primer caso lo tendríamos en Spawn #16, primer ejemplar de la colección en la que TODD! no firma ni los diálogos ni los lápices, cediendo esa labor, respectivamente, a Grant Morrison y a Greg Capullo. El escritor escocés y GREG! continuaron esta colaboración durante 3 números, seguidas por otros dos números donde los guiones serían acreditados a Andrew Grossberg y Tom Orzechowski, en un breve hiatus de TODD! que se terminaría para el redondo número 20 de la colección, de nuevo firmado, tanto a los guiones como a los lápices, por el padre de la criatura.
McFarlane no volvería a abandonar el control de las historias de Spawn a lo largo de más de de un centenar de números y casi una década de carrera del personaje. Sin embargo, ya para el número 25 de la cabecera volvería a dejar los lápices a otro autor, Marc Silvestri y el siguiente número volvería a estar dibujado por Greg Capullo.
La colaboración entre TODD! Y GREG! se mantendría durante unos cuantos números más, pero McFarlane nunca volvería a aparecer acreditado en solitario como dibujante de Spawn. De hecho, a pesar de que seguiría apareciendo ocasionalmente acreditando junto a Capullo, en Spawn #32, Greg Capullo rediseñaría a su estilo barroco el uniforme y el aspecto del protagonista, el alter-ego de Al Simmons. El aspecto diseñado por Capullo vivió mucho más tiempo que el original, manteniéndose él como dibujante de la colección, con alguna excepción mensual para artistas como Tony Daniel, durante los siguientes 70 números de la colección.
Esto es, este mes se cumplen 25 años de Spawn #31, y por tanto, de la última vez que pudimos ver a Spawn vestido con el uniforme original con el que hizo tambalearse el mundo editorial del los 90. El fin de una prometedora era que, un cuarto de siglo después, solo podemos admirar…
Aunque, siendo sinceros, a estas alturas de los 90, ver, lo que se dice ver, ya no se veía una mierda.
Madre mía, ¿no os morís de ganas de releer esta etapa?
La relación de los tebeos de superhéroes con la música siempre ha sido… complicada. Y sin embargo, es una historia que se remonta muy atrás en el tiempo, una relación que ha ido evolucionando y moviéndose. En algunos casos, con conocidos éxitos, como es el caso de Dazzler durante la fiebre disco de los 70
Una relación que con el paso de los años se ha visto obligada a evolucionar, y si en los 70 se llevaba el estilo escotado y de brillo metálico a lo ABBA, en 2018 al parecer los señores de Marvel pensaban que se llevaba el estilo Avril Lavigne… una década después de que hasta Avril Lavigne dejara de llevar esas pintas.
Más atinados iban en aquel momento los muchachos de la Distinguida Competencia, que decidieron darle a Canario Negro una banda de rock duro y una estética al estilo Taylor Momsen.
Y es que esta búsqueda en la música alternativa de respuestas estéticas de cara a la modernización del mundo de los superhéroes nunca ha parado. A veces con más aciertos, y otras veces con más fallos. En Marvel lo han seguido intentando con el rollito punk.
O con su hermano triste, el rollito emo.
Aunque debo decir que Marvel también llega tarde a esta, porque en DC ya lo habían tanteado. Y no, no hablo de Sandman.
Pero es cierto que lo que a DC siempre le ha molado es el rollo metalero a saco.
Y por eso no es raro que Greg Capullo, que en su momento le hizo portadas a Korn…
…traiga ahora a DC el único género musical más hortera, aburrido, rancio y grimoso que el metal chandalero de los de Bakersfield. El Death Metal.
Cuando Quasar estrenó serie propia, allá por 1989, lo hizo con su uniforme tradicional heredado de su etapa como Marvel Boy
Pero los 90 eran época de cambios, y no sé si se le ocurrió al guionista Mark Gruenwald, al dibujante Greg Capullo o si vinieron órdenes de arriba, pero Quasar cambió de uniforme a la altura del nº18
A pesar de las elogiosas palabras escritas por Gruenwald estaba claro que el uniforme era más feo que pegarle a un padre, y Quasar sufrió un segundo rediseño tan solo medio año después, en el nº25
Por aquel entonces se publicó un tebeo del que muchos habréis oido hablar (sobre todo en 2018), El Guantelete del Infinito. Y el cambio de Quasar fue tan apresurado que mientras que en los cruces de la serie regular con el Guantelete Quasar lleva el uniforme nuevo, en la miniserie troncal del evento… Bueno, parece que nadie les avisó del cambio
Mark Gruenwald, como buen enfermo de Marvel, parcheó este atentado contra la continuidad en el nº28 de la serie del superhéroe cósmico, haciendo que Wendell Vaughn… se equivocara de uniforme
Sí, así de sencilla es la explicación de Guenwald al cambio de uniforme en El Guantelete: ¡no fue un error del dibujante, sino del propio personaje! ¡GENIAL!
Esta semana Mark Gruenwald hubiera cumplido 65 años. ¿Hace falta decir lo mucho que le echamos de menos en este blog?
De vez en cuando me gusta dar una mirada a las portadas de las grapas americanas, especialmente a las de DC. Y es que se tiende a menospreciar la importancia de la portada de un tebeo, cuando no sólo es una de las herramientas más útiles que tiene una editorial para hacer destacar su tebeo entre la miríada de novedades del mes que se agolpan en ese mosaico de los sueños que es la estantería de nuestra tienda de cómics preferida, sino que además nos pone en antecedentes de y nos prepara para la historia que los autores se aprestan a contarnos.
Y, por supuesto, es una ocasión para unos grandes artistas de hacer suténtico ARTE.
Y es que en las portadas de los tebeos de DC de Diciembre que hemos podido ver este mes en el previews había grandes muestras de talento y habilidad. Por ejemplo, hemos sido testigos de cómo Darwyn Cooke se ha apuntado, con el trazo elegante que le caracteriza, al noble y difícil arte de enseñarnos en un solo plano el culo, las tetas y la cara de la fémina protagonista…
O como Tony Harris consigue hacer que queramos volver a comprar algo del universo de JSA: Liberty Files (que, recordad, después del Pandorazo-New52 ya no existe) mediante una portada que nos hace querer comprar el tebeo…
…aunque sea sólo para ver porqué el personaje retratado en el centro tiene una espita de vapor incrustada en la cabeza.
Aunque sin duda alguna, una de las mayores revelaciones portadísticas del mes, después de la impresionante doble portada del Batman 13 de este mes, ha sido la retahíla de tie-ins del evento batmaniano "Death OF the family", durante el cual aparece por primera desde el Pandorazo (al menos, aparentemente) la archinémesisis de Batman…
¿El mecánico tristón? ¡No, hombre, que es el Joker!
Y es que esta vez los editores de DC se han coordinado (algún motivo argumental habrá, debemos suponer, porque sería increíble que tantas portadas compartieran leiv-motiv por pura serindipia) para que en las portadas se intuya, pero en ningún caso se vea, la cara del enemigo protagonista…
…poniendo especial énfasis siempre que sea posible en su característica sonrisa…
…o, en su defecto, en su boca. Su boca o una que se le parezca, en todo caso:
Si bien es cierto que, para mí, la mejor portada del evento (provisional, ya que parece que la de verdad la dibujará Capullo, pero no le dio tiempo de llegar a tiempo para el Previews) es la del Batman y Robin, el de Tomasi y Patrick Gleason, una colección que, gracias a su falta de complejos y ¡GENIALES! argumentos debería ser parte integrante de vuestra selecta colección de cómics:
Aunque no si sería justo omitir la admiración que siento por cómo el portadista de Suicide Squad se las ha apañado para seguir las directrices de la compañía…
Cualquiera diría que el portadista le ha dibujado la cara al Joker y luego el editor ha mandado taparla con unos cuantos naipes puestos de aquella manera, ¿verdad? ¡¡¡Pues no, filisteos!!! Es una muestra de originalidad y creatividad, lectores de poca fe. ¡Que poco conocéis al dibujante de Suicide Squad! Un diez para él. O ella, por si acaso.
Eso sí, todos los esfueros de los dibujantes y editores de la batfranquicia palidecen ante esa delicada pero impresionante muestra de arte de estilo liefeldiano que es la portada del Deathsroke #15…
Admiradla y llorad de emoción, adláteres
…un maravilloso prodigio de ARTE comiquero, con sus hombreras y muñequeras gigantes apelando a la realeza del personaje y su innumerable número de armas punzantes que suponen una apabullante metáfora de la virilidad del protagonista. Lo único que le faltan son más dientes, pero es que el dibujante tiene que cargar con ese lastre del diseño orginal del personaje que es la máscara. En todo caso, estamos ante un bocatto di cardinale que me hace arder en deseos de abrir el tebeo para encontrarme con semejante adonis canónico del superheroismo en movimiento.
Y es que hay ARTE con el que se disfruta. Qué digo disfruta: hay ARTE con el que se GOZA. Y así, extasiado, os dejo por hoy. Que ustedes disfruten de sus tebeos y hasta la próxima.
Dicen que una de las pocas colecciones legibles una de las mejores colecciones de las ya de por sí magníficas nuevas 52 del DCverso es el Batman de Syder y Capullo. De Snyder ya se sabía que mal no lo hacía, que su etapa en Detective Comics junto con Jock recogió cierta fama de tebeo de lectura fácil y agradable. Pero, claro, es que Capullo es uno de los grandes. Por eso no nos sorprende que en el nuevo Batman #5, Greg Capullo nos deleite a todos cuando, al llegar a la mitad del tebeo…
…tú estás leyéndote el cómic tan tranquilamente y de repente pasas la página y… ¡¡¡ZASCA!!!
…¡¡¡has sido apaisado, lector!!! Un truco peculiar, pero aquellos con buena memoria recordarán que ya los hizo ROB! en el último número de la miniserie de Halcón y Paloma que le hizo ser conocido mundialmente (aunque en aquella ocasión, el equivocado e ignorante editor deshiciera su obra, negándole la grandeza). Así que no habría nada destacable si no fuera porque unas páginas después…
dejo la publi de Batwing como referencia, no por nada, malpensados
…¡¡¡Capullo apaisa el apaisado quedando el tebeo del REVÉS!!! Una fantástica idea que obliga al lector a ir girando el tebeo y, como dicen en este blog serio, usando el recurso "como una especie de cuarta dimensión para sumergir al lector en la experiencia […] siendo un efecto colateral que el diseño del comicbook cause cierta confusión, al requerir del lector leer de derecha a izquierda y cambiar la manera de pasar las páginas, y ello resuene con el pánico y la confusión que Batman mismo esta sintiendo" .
Vamos, una obra de arte inmediata que no deberéis perderos cuando la saque ECC, esa editorial que no sabes si quieren que leas Batman o que hagas un curso de guitarra española para ligarte a la hija de los vecinos que veranea también en el pueblo de tus abuelos. Otra muestra del gran trabajo que está haciendo DC para relanzar su línea de cómics. No en vano, la editorial ya nos ha sorprendido con portadas bonitas, bonitas como la del último Animal Man:
No me diréis vosotros que, puesta en la estantería de la tienda, no le dan a uno ganas de comprarse el tebeo al ver semejante tarjeta de presentación. Tres copias, para regalarlo por ahí. Con esos rostros grises desencajado y tan desagradables que se nos hacen simpáticos de mirar, y con ese fondo de lunares rojos tan apropiado para la escena principal. Una maravilla. Que me ha abierto el apetito, así que mejor me voy a desayunar. Portaos bien, adláteres, y no me hagáis destrozos.