Valencia. Valencia es como si New Jersey y Florida tuvieran un hijo y a ese hijo le gustaran los petardos. Valencia es esa ciudad que te perdona que le insultes, que le infrafinancies o que le acuses de racista, pero ojo que te metas con su gastronomía. Porque tienes que tener claro esto: da igual como entres en Valencia, vas a salir gordo.
La cultura valenciana está diseñada total y exclusivamente para comer. Conoces su paella (el único plato español que tiene emoji propio), y tal vez te haya llegado ya su cultura del almuerzo (esmorzar) que le lleva a comer bocadillos XXL antes de las 12 del mediodía, pero aún te falta por conocer los fartons, el arros al forn y su casi desconocido resopó que sólo se practica en las grandes ocasiones.
Valencia es una ciudad para disfrutar en cualquier estación del año. Puedes ir en invierno a comer pastissets de moniato, puedes ir en primavera a comer monas, panquemados y coques de anou i panses, puedes ir en verano a comer fartons, o incluso puede ir en otoño y encargar una mocadorà.
Y sí es cierto que también están las fallas, pero en realidad son sólo una excusa para llenar la ciudad de puestos que sirvan bunyols de carabassa.
Pros: Hay ya tantos extranjeros aquí que nadie te hablará en valenciano.
Contras: En invierno la humedad convierte Valencia en un lugar gris donde el frío te cala los huesos. Todos los locales coinciden que es el peor día del año….bueno….las peores cuatro horas y media del año, que es en lo que el cambio climático ha dejado el invierno en Valencia.
Turistas más famosos: Un equipo de los X-Men estuvo en Valencia pero tuvo un choque con las autoridades locales y no han vuelto a querer pasarse por la ciudad.
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