Ave Pontifex

Hoy sí, hoy es EL DÍA.

Hoy escribo de ese argentino sobre el que llevaba semanas prometiendo escribir.

Que, por supuesto, es el Papa Francisco. Un Papa nuevo. Un Papa diferente. Un Papa innovador que ha acercado la Iglesia Católica a los tiempos que corren, la ha modernizado, se ha enfrentado a los casos de abusos sexuales y más cosas que nunca se habían dicho de ningún Papa anterior.

Y para un Papa tan excepcional qué menos que un documental excepcional como el que podemos disfrutar estos dias en Disney Plas y que lleva por título Amén: Francisco Responde.

Un reportaje rompedor e indomable como la figura histórica que retrata en el que Francisco por fin responde a TODAS esas acuciantes preguntas que la sociedad llevaba años haciéndose y debían ser respondidas. Como por ejemplo…

¿Tiene teléfono y redes sociales?

¿Alguna vez se ha sentido solo?

¿Tiene nómina?

Nuevamente este Papa rompedor e indomable ha dejado sin argumentos a los ateos y sus ignorantes e infundadas críticas a la Santa Madre Iglesia.

Ahhh, si. Veo que vosotros también os habeis dado cuenta. La fuente y el color del título os resultan familiares ¿verdad?

Y es por una buena razón.

Son una variante de los empleadas en la cartelería del exitoso filme Megalodón (y su secuela, Megalodón 2).

Gracias a la información privilegiada puedo deciros que fué una decisión plenamente consciente. Qué mejor representación del actual Sumo Pontífice que una monstruosa e inflada criatura prehistórica que surge del oscuro abismo en el que residía para arruinar las vidas de inocentes ciudadanos un animal tan rompedor e indomable como lo es él.

(y no, a pesar de lo que pueda estar pensando algún rojo podemita…

…no tiene nada que ver con que los tiburones al no tener cuello sean incapaces de mirar atrás)

Una fuente rompedora e indomable para el documental de un Papa rompedor e indomable. De hecho entre esa información privilegiada que poseo figura el primer diseño del póster del documental. Uno que reflejaba con mucha mayor fidelidad el pontificado de Francisco y el rol de la Iglesia Católica en nuestros dias pero que, ay, lamentablemente…

…cobardes decisiones de marketing impideron que se llevara cabo…

No son todos los que Stan, pero Stan todos lo que son

Comprendedlo, estábamos en 2004.

El plan de implantación mundial de la Obra de ROB!, en el dudoso caso de que ella misma por si sola no fuera suficiente, pasaba por una serie de puntos a cumplir, y se fueron cubriendo con éxito las etapas.

Empezamos por el concepto de la normalización, el hecho de que la narrativa dibujada permease en la sociedad. Que aparte de los manidos Superman, Batman y Spiderman la gente de a pie tuviera idea del elenco de personajes de la mitología superheroica. Que personajes tan peregrinos para el ciudadano como Iron Man o Thor fuesen reconocibles. CHECK.

Que los tebeos llegasen a todas partes, que se hicieran películas, series, muñecos, pijamas, baberos, puzzles, biberones, sábanas…inundarlo todo de merchandising sin dar tiempo siquiera a que se implante el uso una palabra equivalente en castellano. CHECK.

Pero en un plan a largo plazo hay muchas variables que pueden escaparse al control rígido.

La aparición de Youtube en 2005, por ejemplo.

Aquel lluvioso 6 de Junio de 2004 desplegamos toda nuestra artillería dialéctica y argumental en el medio digital más impactante de entonces: abrimos un blog.

Autopista de la información lo llamaban entonces. Palabras tan largas como terraplanista o tan cortas como bulo no se estilaban. Los trolles discutían y rebatían sin mayúsculas permanentes ni faltas de ortografía. El blog de un bisoño Gómez-Jurado incrementaba las visitas en su contador con precisión matemática, 60 cada hora, 1440 diarias. Abrimos un lugar de divulgación cultural en los que todas las voces tenían cabida, en la que aportamos argumentos con los que convencer al público de las bondades del Genio californiano. Y al principio iba bien.

Las limitaciones al principio eran pocas. No había chicas en el staff, vale, pero apenas había lectoras tampoco, una cosa por otra. La normalización derribó ese muro.

Y la normalización y el merchandising, como buen sistema capitalista, llegaron a adelantar al mensaje. Hoy día es más probable encontrar gente que conozca algo de tebeos entre los que no llevan camisetas de Marvel que entre los que sí las llevan. El freakismo se ha vuelto algo tan mainstream que el fenómeno se ha dado la vuelta.

Con lo que no contábamos tanto era con el avance de la tecnología. La palabra escrita llevaba miles de años implantada, casualidad fuera el que comenzase a pasar de moda justo entonces. Muchos párrafos y algún jpg hurtado de por medio ¿qué podría fallar?

Pero llega el Youtube. Y el twitter, y el facebook, y el tuenti, y el Pinterest, y el Instagram, y los podcast, y el onlyfans. Y los youtubers, y los podcasts de tres horas. Se genera una competencia por la atención. Y los tebeos, y la cultura popular por extensión, acaban siendo el mcguffin para que un tuitero promocione tápers de comida preparada. Con lo cual ya gana más que lo que cobran algunos autores.

Seguimos siendo palabra escrita, pero reconocemos estar en desventaja ante el reel de una generadora de contenido maja. La gente que navega con el ratón es minoría frente a la que lo hace con el índice.

Pero lo que importa en el fondo es que el mensaje cale ¿y lo está haciendo?

Pues más bien no.

ROB! trabaja sus tiempos para ir liberando sus magistrales obras, pero el público necesita inmediatez, el meme de anteayer ya se ha quedado antiguo. La impaciencia puede a la atención. Dos minutos de ritmo pausado se hacen eternos para un espectador, y si se cambia de canal no monetiza. Hay que darle tralla permanentemente, sin caídas de ritmo.

Imaginad por tanto cuan poca gente habrá llegado hasta este párrafo. Y de los que lo han hecho, cuan pocos habrán invertido unos segundos de su tiempo en verificar por otras fuentes si el 6 de junio de 2004 llovió o no.

Igual el blog no es el mejor medio en la actualidad para hacer llegar el mensaje. Pero lo importante es saber cual es el mejor ahora mismo.

Qué medio debe usarse para transmitir una idea, por absurda que sea, y que llegue al máximo de gente y convencerla de la misma. Y mejor si lo hace pagando, puestos a pedir.

Y resulta que ese medio existe. Me quedó claro el otro día.

Las plataformas.

Posiblemente sea ahora mismo la opción más adecuada. Te creas un logo:

Y luego que la gente se suscriba y pones tus cosas ahí. Un documental bien hecho y las bondades de la obra de ROB! directas en vena al televidente.

Como idea es correcta, aunque habría que pulir algunos detalles. Lo del contenido, por ejemplo. Servidores, compresiones, bitrates, anchos de banda…bah, cosas de informáticos, si pudieron con scripts, javas y blogspot, lo de ahora debería ser coser y cantar. O se le pregunta a la IA.

Y para financiarlo al principio un crowdfunding, que las cosas ahora van así.

Y una vez lo tienes todo montado, entonces vas eliminando el contenido, y con lo que te ahorras en impuestos se paga todo sólo. Que sí, que lo he leído, que funciona así.

Ahí lo dejo, como idea, para quien pueda recogerla. Por aquí entretanto la división de la palabra escrita seguiremos puntuales a la cita, que siempre acaba picando alguien.

Y lo más importante, que las modas van volviendo. Si en los tebeos ahora se vuelve a estilar todo lo noventero, tampoco falta tanto para volver al 2004.

Aquí estaremos entonces. A lo mejor hasta alguna chica más se apunta.

La penúltima muerte de Ike Perlmutter

Llamar a Ike Perlmutter “el hombre que revivió Marvel” podría parecer una broma de mal gusto, pero cuando corona un titular de El País deja de ser graciosa para ser una desvergüenza. No se confundan los lectores de ADLO!, no vengo a leerle la cartilla a Luis Pablo Beauregard, corresponsal autor del texto de El País. Primero porque entiendo que si tu campo de atención “cubre migración, cambio climático, cultura y política” no estás para, encima, saber de qué van las cosas esas de los tebeos que pasaron hace mucho tiempo. Y segundo porque si creyera que los titulares de El País los eligen sus redactores, tendría un par de amigos menos.

Pero vamos al fondo de la cuestión, una de la que se ha hablado mucho en los últimos años, y es el perfil de Perlmutter. Lo primero es que no es la primera vez que “despiden” al viejo Ike de Marvel, ya “ocurrió” (de esta forma en la que ocurren las cosas en lenguaje periodístico, en simulación en diferido) en 2015, cuando Disney se lo quitó de encima como intermediario de forma que Kevin Feige respondiera directamente ante The Walt Disney Studios. Aquello se vio por parte de los influencers como el fin del reinado de terror de Ike. Pero por supuesto, él continuó como presidente de Marvel Entretainment, influyendo en otras muchas decisiones que durante los últimos 8 años han impactado sobre la fábrica de IPs que siguen siendo los tebeos Marvel y su proyección a otros medios.

Parece que ahora sí que sí Perlmutter termina su paso por la historia de la Casa de las Ideas, donde será recordado no como el hombre que la revivió, sino como el tipo (uno de los dos tipos) que se hizo con ella aprovechando cuando peor estaba. En los 90 Marvel no estaba muerta, aunque le quedaba bastante poco. En aquel momento Ike, junto con su amigo socio Avi Arad, formaban parte ya de la dirección de Marvel, que se encontraba al borde de la quiebra por aquello de que sus autores de más talento se hubieran ido a montar su propia editorial, pésimos acuerdos financieros (aquello de vender los derechos audiovisuales mutantes por calderilla) y una crisis en el sector del tebeo que amenazaba con llevarse a la famosísima editorial de Spiderman. Entonces, aprovechando la tesitura y la información interna, Ike y Avi se las apañaron para comprarse a ellos mismos, adquiriendo Marvel a través de otra de sus empresas: Toy Biz.

¿Supuso esto la salvación de Marvel? Supuso una salvación. Con la compañía cogida con más firmeza y una mentalidad empresarial renovada, ambos socios se las apañaron para salvar la editorial de la bancarrota a base de mercantilizar al máximo las licencias, recortar los gastos hasta el extremo (con decisiones como que los trabajadores de Marvel tuvieran que llevar sus propios rollos de papel higiénico a las oficinas) y la venta de más derechos audiovisuales a cambio de calderilla (los de Spiderman, por decir los más sonados). Perlmutter y Arad se las apañaron para quitarse a codazos a todos los que en otro momento habían dirigido Marvel y a comienzos del Siglo XXI impondrían su liderazgo, coincidiendo con el lanzamiento de películas basadas en sus personajes que revalorizaron sus activos y generaron toneladas de merchandising. Salvados por la campana.

En una industria llena de artistas que fueron capaces de revitalizar personajes olvidados, conceptos antiguos que lograron un nuevo éxito, hablar de “revivir” no debe ser baladí. Salvo que hablemos de personajes muertos en la ficción. A lo largo de sus muchos años de tebeos de superhéroes, varias figuras han revivido Marvel cuando parecía que estaba en su peor momento. Ike Perlmutter nunca fue uno de ellos. Solo se trataba de un empresario avaricioso y mezquino que por casualidades de la vida acabó haciendo presa durante más de 25 años de una de las más maravillosas fábricas de arte que existían. Vaya donde vaya seguirá siendo igual. Y no sabemos si Marvel irá mejor sin él. Sí que sabemos que le echaremos muy poco de menos. Hasta nunca, Ike.

Sin Victoria al final

El miércoles 15 de marzo se publicó el segundo número de «Bishop: War College», una miniserie de cinco episodios firmada por J. Holtham y Sean Damien Hill. En él podemos encontrar una nueva versión de la Patrulla-X

Vamos, una más entre las cientos de versiones alternativas del grupo, destinada al olvido o, como mucho, a una nueva línea de Funkos y después al olvido, en ese orden

Pero cabe la posibilidad de que alguien dentro de Disney la haya identificado como un globo sonda del sector woke de la compañía, un campo de pruebas para medir las reacciones del público y trasladar esa alineación al reparto que nos encontremos en las pantallas del UCM cuando toque recastear a los Hombres-X. Y también puede que ese alguien dentro de Disney no haya querido arriesgarse a que se dé ni un paso más en esa dirección y haya mandado un mensaje a los partidarios de la diversidad. Y el viernes 17 de marzo…

Como he dicho, cabe la posibilidad

… frente a una narrativa breve.

* Os dije que luego volveríamos a lo de Quantunmanía y aquí estamos. Al final han hecho 104 M$, costó 200, esperaban primero 110 y luego entre 90 y 100 M$. Total, que normal que hayan mandado The Marvels a final de año a ver si para entonces la gente anda con más ganas.

Pero en realidad ese no era el centro del asunto de este posteo. El centro es que igual que el anterior era muy extenso y muy poco centrado aquí vamos a una cosa pim-pam y se acabó. Así cada uno elige lo que prefiera y os quejáis menos.

Y esa cosa es que parece que a la gente no le ha hecho gracia. En Twitter salía un tipo a explicarlo con datos a partir no tanto de lo que dicen los críticos, que ya sabemos que son solo medianamente fiables, sino lo que opinaba el público a la salida de la película. Y el público ha opinado que esto está a la altura de Eternals. De nuevo, normal que Marvel decidiera quitar de en medio The Marvels.

El asunto es que el buen señor se ha currado incluso un gráfico con las calificaciones del público:

Pero, sinceramente…

Me parece que calificar The New Mutants como COVID es PASARSE UN POCO.

Pim-Pam-Pum, podría ser mejor pero por lo menos no es una lista de los zampalimosnas del servicio de prensa, ya está hecho el chiste, ya está terminado el posteo.

Que dicen que Don Rosa dice que le ha dicho Disney que…

En resumen, que se olvide de cobrar regalías por las reediciones de algunos de esos tebeos cochinotes que hizo hace treinta años. Por si no conocéis al señor Rosa, acostumbra a dibujar a sus personajes sin pantalones, así que sus pobres lectores tenemos que soportar ver…

Culos de ancianos
Culos de jovencitos
Inclusión forzada de culo (contorsionismo mediante)
Violencia cular

En resumen: ¡Don Rosa, búscate un trabajo de verdad! ¡Guarro! ¡Hippie!

Por cierto, ¿sabíais que día es hoy?

De ratones y patos

Querido lector:

Ajeno como eres tú a los intríngulis editoriales no tienes forma de saberlo, pero los funny animals son un género muy minoritario. Siempre lo han sido. En todas partes.

En nuestro país tuvieron su pequeño momento en épocas pretéritas, fruto de la inercia censora que había habido sobre los superhéroes por querer con sus paganos poderes ponerse a la altura del Creador. Se aprovecharon de la situación. Pero eso ya pasó. Además eran muy caros. El precio era entonces en pesetas, en otra moneda, haznos caso y no hagas cuentas.

Nosotros queremos ofrecerte todo el material posible, y ajustamos precios apretando a traductores, rotulistas y demás ralea. Pero ni así cuadran los números. La cosa es así.

Y la situación, y el papel, y las demás materias primas, y la luz, y el transporte, y el combustible.

¿Os he dicho ya que además lo del material clásico se vende poquísimo?

Pues junta funny animals y clásicos y es que sale solo.

Es lo que tiene publicar editoriales minoritarias. Que te puede parecer que es Disney, pero en realidad viene de Fantagraphics, fíjate.

Y si se te va la vista donde no debe, tene en cuenta que esos números son siempre muy engañosos, y que además te los suben con el tiempo.

Fiate y creenos. Es que es eso o eso. Y porque somos una editorial pequeña. Si es que tendríamos que hacer crowdfundings. Ains, si fueramos una editorial más potente y publicásemos material más contemporaneo…

…otro pato cantaría.

(y no, esta vez tampoco trae las monedas)

«Me gusta que no tengan moraleja»

La nostalgia noventera nos ha durado tan poco que uno casi diría que alguien aprovechó la nostalgia ochentera para reivindicar la mayoría de cosas noventeras que le gustaban y ahora a la industria apenas le quedan filones que explotar por ese bando. Pero la nostalgia de los primeros dosmiles ya está aquí, pertinaz, asomando la patita y metiendo el dinero en las carteras de los late-millenials con la esperanza de que la precariedad, la especulación de la vivienda y la inflación hayan dejado algo suelto que rascar. Entremezcladas una y la otra, uno de los frentes a reivindicar parece que es la franja televisiva de los fines de semana de mi infancia.

Mientras Warner sigue maltratando a su sección animada sin ninguna piedad (por ejemplo, la mítica Batman: The Animated Series que acaba de cumplir 30 años sigue sin estar disponible en HBO Max), Disney + ha captado el mensaje y lo mismo te anuncia la llegada a la plataforma de Dinosaurios (1991-1994) que de Malcolm in the Middle (2000-2006). ¿Qué? ¿Animación? Bueno, seguro que en cualquier momento suben el doblaje de las series noventeras de los X-Men y Spider-man. Están en ello.

Sin embargo, como niño de los 90 que he sido, que se crió pegado a la tele los sábados por la mañana entre clubes disneys, megatrixes y lo que fuera que en aquel momento estuviera intentando la tele pública del aznarismo, debo reconocer que he picado. Estoy dentro. Viendo esas viejas series que modelaron mi personalidad antes de que yo supiera nada del mundo estoy aprendiendo cosas sobre mí mismo. Por ejemplo, me puse el otro día el piloto de Malcolm in the Middle y encontré algo que mejoró la serie. La hizo más importante para mí. Quizá, de alguna forma, esto siempre estuvo ahí, en alguna parte de mi cabeza. (Podría haber hecho estas capturas de forma más elegante, pero creo que parte del encanto juvenil de este post es evidenciar que hay que saltarse el DRM.)

La noticia de que no haya noticias

Es un poco complicado seguir todo esto de los eventos que se montan para anunciar cosas cuando, en realidad, no anuncian cosas. Anuncian ‘partes’ de cosas.

Por ejemplo, en un evento te anuncian un título, en otro el actor principal, en un tercero el director, en un carto te muestran el cartel… Es la llegada de los fascículos a la información.

Por eso no debería de sorprendernos tanto que en la cosa esa de Disney alguien pensara que era buena idea…

Anunciar que no había anuncios.

No vas a desaprovechar un fondo perfectamente bueno.

Por supuesto habrá quien piense que se trata de una manera de que la gente no se fije en otras cosas. Como cuando la reina de inglaterra decidió que era Morbin’ Time! y así eclipsaba a Morbius.

En realidad la propia Empire tuvo que matizar luego sus palabras.

A ver, sí que hubo un anuncio pero como solo era el director pues para qué le vas a hacer subir al escenario.

Si ya sabemos lo que en Marvel importa la figura del director.

Eh, es una explicación. Y todo el tiempo que nos centremos en lo importante que es que hagan un fondo de pantalla de Los 4 F para poder no-anunciar no-novedades en lugar de anunciar cosas que ya habían anunciado, pues mejor.

Al fin y al cabo que no haya noticias es una buena noticias.

Porque podrían haber anunciado, yo qué sé, que incorporaban a la película a Sabra.

Sí, mucho mejor que no haya noticias.

Irreales expectativas estéticas

Por supuesto que la vuelta tras el verano quiere decir reciclar ideas que durante agosto no ha hecho falta utilizar. Y por supuesto, eso supone hablar de producciones audiovisuales de Marvel, el fondo de la pirámide de la originalidad. Pero con las muchas críticas que ha habido al aspecto físico de Hulka en la nueva serie de Disney+… me he sentido discriminado. Discriminado como hombre.

Porque no todo se trata de los finísimos brazos y la altura variable del alter ego de Jennifer Walters, otro importante personaje ha sido profundamente alterado en su aspecto respecto a los cómics. Por supuesto, hablo de Augustus Pugliese (Pug, para los amigos), interpretado en la serie por el actor Josh Segarra.

En los cómics, Pug es un simpático y bonachón abogado, entusiasta de los superhéroes, que trabaja en el mismo bufete que Hulka.

Es un hombre ancho, grande, con un aspecto no muy atlético ni guapo. Tiene un cierto aire al Clark Kent de Frank Quitely, pero sin superabdominales debajo de la ropa ancha. Su papel es el del chico bueno que, obviamente, se enamora temporalmente de su compañera de trabajo gamma. Un hombre de a píe en un mundo de semidioses.

Pug era nuestro chico. Representaba al hombre corriente en el mundo de Marvel. Era la otra cara de la alocada vida de Vengadores, Hombres Lobo y alienígenas para Jenn. Pero Josh Segarra tiene esta pinta.

El macizo de la izquierda.

Y Marvel tenía aquí la oportunidad de devolverle al karma lo que hizo con el cuerpo de Chris Pratt y pedirle a Segarra que se pasase unos meses comiendo hamburguesas, saltándose el gimnasio y cortándose el pelo en sitios más baratos. Pero no.

Un ejemplo más de la discriminación que sufrimos los hombres en estos tiempos que corren. Maldita Woke Disney.