Allá donde la Sectorial no llega

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A la Mesa del Congreso de los Diputados

María José Rodríguez de Millán Parro, Patricia Rueda Perelló, Carlos Hernández Quero, José María Figaredo Álvarez-Sala y Andrés Alberto Rodríguez Almeida en sus respectivas condiciones de Portavoz, Diputados, Portavoz Adjunto y Diputado del Grupo Parlamentario VOX (GPVOX), al amparo de lo dispuesto en los artículos 193 y siguientes del Reglamento de la Cámara, formulan la siguiente Proposición no de Ley para promocionar la Comic-Con en Málaga, para su discusión en la Comisión de Industria y Turismo.

Exposición de motivos

La «San Diego Comic Convention (Comic Con International)» es una corporación sin ánimo de lucro dedicada a la promoción de las artes populares, especialmente el cine y la literatura de ciencia ficción. Sus convenciones anuales, que incluyen una amplia variedad de eventos y conferencias en las que se anuncian importantes novedades en la industria del entretenimiento, han superado en los últimos años los 130.000 asistentes cada año. Así, se ha consolidado como una de las convenciones de cómics más importante del mundo, habiendo obtenido en 2015 el premio Guinness al batir una cifra récord de 167.000 asistentes.

A pesar de su naturaleza no lucrativa, la Comic-Con genera un impacto económico significativo en San Diego, la ciudad que alberga dicho evento, beneficiando a empresas locales y apoyando la economía de la región. Así, de acuerdo con los cálculos de la Universidad Estatal de San Diego (Estados Unidos de América) sus convenciones tienen en la ciudad un impacto de más de 165 millones de dólares, de los cuales más de 90 millones provienen de los gastos directos que realizan los asistentes: alojamientos, restauración y diversas empresas que prestan sus servicios a los fans.

El pasado 10 de marzo, en el Hotel Miramar de Málaga, se anunció que, por primera vez en sus 54 años de historia, la Comic-Con de San Diego celebrará una edición fuera de Estados Unidos, eligiendo Málaga como su sede. Este reconocimiento consolida a la ciudad como un enclave estratégico en la industria cultural y del entretenimiento, posicionándola como un punto de referencia para los aficionados al cine, las series, los cómics y los videojuegos.

La convención se celebrará del 25 al 28 de septiembre en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, con una previsión de al menos tres ediciones consecutivas, de 2025 a 2027. Además, contará con una oficina permanente creada para la coordinación del evento. Durante los cuatro días, los asistentes podrán disfrutar de más de 300 horas de contenido exclusivo, incluyendo exhibiciones, paneles, presentaciones, estrenos, videojuegos, experiencias inmersivas, concursos y originales disfraces. Se estima que la primera edición atraerá a unos 60.000 asistentes, generando un impacto económico estimado en 30 millones de euros y beneficiando de manera directa al sector turístico, hostelero y comercial de la provincia.

Málaga es uno de los destinos turísticos favoritos de España, tanto a nivel nacional como internacional, debido a su ubicación privilegiada, su clima mediterráneo, sus playas y su oferta gastronómica. Además, la ciudad alberga monumentos emblemáticos como el Castillo de Gibralfaro, la Catedral de la Encarnación, la Alcazaba o el Teatro Romano. Asimismo, la provincia también se distingue por su amplia oferta cultural, con museos donde se pueden admirar obras y colecciones de valor incalculable y reconocimiento mundial como el Museo Ruso, el Centre Pompidou o el Museo Carmen Thyssen.

Sin embargo, a pesar de su gran oferta turística y su notable potencial económico, Málaga enfrenta una tasa de desempleo del 17,03 %, lo que hace necesario que el Ejecutivo impulse medidas de apoyo para maximizar el impacto positivo de la Comic-Con en la ciudad. La promoción del evento, y la adopción de medidas específicas para su impulso, pueden contribuir a consolidar el prestigio internacional de Málaga, posicionándola como un centro neurálgico de la industria del entretenimiento, mejorando su proyección internacional y fomentando la creación de empleo.

Asimismo, la celebración de la Comic-Con en Málaga contribuirá a relanzar la industria del cómic, la animación y los videojuegos en toda España, ya que, a pesar de que, en el año 2023, esta industria superó la barrera de los 4.700 lanzamientos, casi el 87 % del mercado procede de productos internacionales y la edición propia ha descendido con respecto a los datos de años anteriores. En este sentido, el sector del videojuego ya se ha posicionado como uno de los productos claves en cuanto a la apuesta por la innovación de Málaga, con la intención de atraer talento joven y con el objetivo de internacionalizar sus productos. En este contexto, un evento de esta magnitud puede ser un catalizador para impulsar la creatividad, la producción nacional y el talento local en estas industrias.

Al amparo de lo expuesto, el Grupo Parlamentario VOX presenta la siguiente

Proposición no de Ley

«El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a promover las siguientes medidas:

1. Promocionar la provincia de Málaga como «capital mundial del cómic» entre los años 2025 y 2027.

2. Aprovechar la celebración del multitudinario evento de la Comic-Con en Málaga para dar a conocer e impulsar á todos los niveles la oferta turística de la provincia de Málaga, en especial aquellos aspectos relacionados con este evento internacional, así como su oferta cultural.

3. Facilitar la participación de empresas y editoriales españolas en el evento, destacando el importante nodo que supone la industria del cómic en España y con el objetivo de impulsar la creación artística y cultural.

4. Impulsar la actividad innovadora vinculada al sector del videojuego en el marco de la Comic-Con de Málaga, con el objetivo de atraer talento joven, generar oportunidades de empleo cualificado e internacionalizar los productos culturales desarrollados en la provincia.»

Palacio del Congreso de los Diputados, 11 de abril de 2025.—Andrés Alberto Rodríguez Almeida, José María Figaredo Álvarez-Sala, Patricia Rueda Perelló y Carlos Hernández Quero, Diputados.—María José Rodríguez de Millán Parro, Portavoz del Grupo Parlamentario VOX.

«kit, te necesito»

¿De qué fue vuestro bocadillo de ayer?

Hace apenas un mes escuchábamos con desdén las recomendaciones de las autoridades europeas en cuestión de estar preparados para situaciones de emergencia, y ayer mismo de repente nos pusimos las pilas, nunca mejor dicho.

En mi caso, siendo día no lectivo en mi comunidad autónoma, aquello me pilló leyendo. Lectura analógica, la más fiable en estas situaciones. De hecho, ese es mi kit de emergencia para aguantar bastante más de esas 72 horas que indicaban las autoridades.

(Algunas portadas avanzan próximas relecturas, como un añorado velocista escarlata, un vaquero simpaticón, o un episodio como última oportunidad para medir hasta qué punto Gaiman nos tomó el pelo en su último baile con el Señor de las historias)

En ese momento me estaba poniendo al día con Batman. Ganas tenía después de haberme estado estancado bastante tiempo con avanzar con Monstress. De hecho, si cuando la noticia de lo del kit de emergencias la pregunta hubiera sido qué tebeos me llevaría en la mochila para esas 72 horas, seguramente por cuestiones de espacio cogería los dos primeros tomos de Monstress y con ellos ya podría alargarse más la emergencia que no me quedaría sin páginas por leer. Se me hicieron bola 🙁

Ya he dicho alguna vez por aquí que la pila de lectura acumulada es bastante desbordante, en este caso mi puesta al día había comenzado por episodios de Tom King pre-boda. Y ahora estoy por episodios del guionista con nombre de Rey Lannister. Sin spoilers, por favor. Mi ambición es terminar con lo de ECC antes de que Panini retome la serie.

Debo decir también que esperaba algo bastante concreto de estas grapas, que fueran un lugar confortable tras lo de la Monstrua, con el detective, su batcueva, sus vaciles al comisario en la azotea, sus villanos temáticos, el mayordomo con sus pullitas, y lo que me he ido encontrado no difiere mucho de esos mangas en los que el malo de cada saga es más poderoso y exagerado que el de la anterior. Me he visto lo de Bane, lo del Joker, y voy por lo del Espantapájaros, y me encuentro con la incorporación progresiva de personajes (no solamente adversarios sino también compañeros) que están bastante alejados del lore tradicional del hombre murciélago. Incluso el estilo de algunas aventuras de complemento (Ghostmaker, Miracle Molly, Clownhunter) no me casan con el cruzado enmascarado, pero al menos Batman no aparece en ellos. Y veo normal que cada autor haga lo posible por dejar personajes nuevos, esos royalties son semillitas para el futuro. Otra cosa también es que cada saga va dejando a Batman en una situación más tensa, más alejada de su status tradicional, y con cambios que vaya usted a saber si algún día resolverán y cómo lo harán (sin spoilers, por favor). En eso me recuerda también un poco a Daredevil, de que iba disfrutando su lectura y en un momento dado a causa de lo acumulado lo transmutaron en un sacerdote amnésico. Algo no muy diferente a lo que a día de hoy dan como probable causa del Apagón, reseteo debido a sobrecarga de tensión. Como decía no quiero spoilers porque voy por donde voy, pero tiene pinta de que con Batman ese reseteo se llamará Jeph Loeb. Pero conste que me dejo llevar y estoy disfrutando con la lectura. No es lo que me esperaba pero me divierte por dónde van tirando. El que aun así no me parezcan verdaderos tebeos de Batman es algo que tengo superado con DC desde que comenzaron los Nuevos 52. Me lo tomo como que son como mucho fanfics buenos.

Y enfrascado en estas páginas estaba cuando se fue la luz. Pues nada, echar la culpa a las obras cercanas, ir a la caja de fusibles, y al ver que ninguno había bajado comenzar una espera indeterminada, pues el suministro de fluido eléctrico es algo que damos por asumido. Tampoco funcionaban las redes. Y atendiendo a Radio Patio me enteraba de que en el otro extremo de la ciudad también estaba pasando, y en las poblaciones cercanas, y en ciudades e incluso provincias más alejadas. Y lo mismo en Portugal. Y al parecer en otros países europeos. En ese momento se intuía algo a gran escala. Cada uno tiene sus circunstancias, en mi caso en pocas horas un familiar cercano debía tomar tierra procedente del extranjero. Me pasaron por la cabeza varias posibilidades, me tranquilicé cuando por alguna razón me entraron mensajes y supe que el aterrizaje había ocurrido sin incidentes. En la certidumbre de que cuando el sol se pone la noche llega, fui a proveer a mis mayores de linternas, y en el regreso a casa hice como tantos transeúntes con los que me crucé, cargar con dos garrafas de agua. En ese estado de lectura me atizó la primera serendipia.

¿Tenía que llamarse precisamente «Estado de Miedo» la saga de la grapa que tenía entre manos? ¿era acaso Gotham lo que había al otro lado de mi ventana? ¿podría centrarme en lo que leía con lo que estaba sucediendo? ¿estaba acaso la tensión de una situación magnificando la tensión de la otra, acaso iban retroalimentándose? ¿se salvará Gotham, volverá la luz?

En ese estado pasaba páginas, revisaba si la red volvía y ponía la oreja hacia el exterior cuando llego la serendipia definitiva.

Porque no importa que sean fanfics, no importa que el personaje principal parezca a veces un mero espectador en la serie que da nombre, no importa que cueste entrar en esos nuevos personajes.

Batman es Batman.

Y si es Batman quien te lo dice, haces caso y punto.

Confortado, seguí leyendo. Y más tarde la luz volvió.

MONSTRUA

Poco importaba que no hubiera ninguna indicación en la portada o en los créditos, nada más leer las primeras escenas supe que esto era un tebeo de Top Cow. Aunque no lo fuera.

Hembras poderosas, gente con alas, nombres místicos, tecnomagia…la sombra de Marc Silvestri es alargada. Y con esa idea en la cabeza comencé a sumergirme en la lectura de Monstress, pero a medida que los tomos y la trama avanzaban me di cuenta de que era algo más. Y no necesariamente bueno.

Siete premios Eisner no pueden estar equivocados, desde luego. Pero aún así no podría decirse que la colaboración de Marjorie Liu y Sana Takeda para Image me hubiera conquistado ni mucho menos ¿será lo grosero de mis gustos, eso de que no está hecha la miel para la boca del asno? ¿o había algo más? ¿por qué su lectura se me estaba haciendo bola?

Fantasía épica primorosamente dibujada, elogios en portada del mismísimo Neil Gaiman (vale, una característica que ha envejecido mal), razas de dioses, gatitos, muchos gatitos, una trama absorbente, y la ausencia de esa incómoda sensación de estar ante algo que ya te han contado decenas de veces antes, que con lo de la fantasía hay gente que no tiene reparos en tirar de refritos. Lo tiene todo para ganarme, y quiero que me guste (que remedio, ocho tomos acumulados en la pila de lectura). Pero no lo ha conseguido.

Porque lo que yo veo es una serie muy muy bien dibujada, con un arranque muy potente, lastrada por una periodicidad errática (menos de sesenta entregas en diez años) y que a estas alturas, si queda alguien que además de verse los dibujos esté siguiendo la trama, no se tiene muy claro hacia dónde está yendo. Es decir, estoy viendo un compendio de lo peor de aquellos primeros tebeos de Image.

Algo con conceptos potentes para quedarse contigo durante seis-doce números, pero cuando pasa de las cincuenta entregas sin visos de concluir, la compra anual del tomo se convierte más en rutina que en disfrute. Y las primera veces todavía te animabas a retomar la lectura de las entregas anteriores y ponerte al día para enterarte bien de lo que pasaba en el nuevo, pero en un determinado momento hasta esa costumbre se perdió. Te lo mirabas, que sigue siendo bonito de ver, sin detenerte mucho a pensar en lo que te contaban, y ya si eso alguna vez cuando se acabe te lo releerás del tirón a ver. Porque es de suponer que en algún momento terminará, y tampoco es cuestión de no estar entonces ahí, con todo el camino que has aguantado.

La serie funciona bien, eso está claro. En castellano están casi al día con los tomos (ocho aquí, nueve en origen) y además Norma ha sacado dos ediciones de lujo a gran tamaño para disfrutar mejor del dibujo y los extras. Es decir, repito, un compendio de lo peor de aquellos primeros tebeos de Image. Pero esta vez funciona.

¿Por qué?

Podría ser porque ya hemos enterrado la cultura de la grapa, y aunque siga apareciendo testimonialmente en Estados Unidos cada equis tiempo, el evento y el negocio se concentran en la aparición de cada nuevo tomo. Es lectura contundente, tirando de memoria de lo anterior puedes ir enterándote, y el dibujo mola.

Otra razón podría ser sencillamente que los Gloriosos Noventa están volviendo, y el éxito de Monstress es un síntoma más pese a que no queramos admitirlo. PensAdlo!

Iba a proponer otro motivo, pero tras tres intentos de plasmarlo correctamente y fracasar, me lo guardo por si apareciese en los comentarios.

El dibujo mola. Y a lo mejor con eso basta.

Portadismo

Los designios de DC son inescrutables. Y hablo de comics.

Por ejemplo, el pasado año decidieron contarnos qué hubiera pasado de haber sucedido las cosas de otra forma en la clásica saga de Batman: Una Muerte en la Familia. Debieron pensar que dado que se cumplía el 36 aniversario de la aventura, era buen momento para revisitarla. Cifra redonda, por lo menos en sistema binario.

Recapitulemos rápidamente. En 1988, los lectores pudieron decidir mediante llamadas a dos teléfonos de tarificación especial el destino del personaje de Jason Todd, Robin, en la aventura que discurriría entre los números del 426 al 429 del Hombre Murciélago, a cargo de Jim Starlin y Jim Aparo.

Al final de la jornada del 16 de Septiembre, el cómputo de las llamadas arrojaba un total de 10.614, votos. 5.271 de los mismos (49,66%) a favor de que Robin sobreviviera, y 5.343 (50,34%) de que muriera que fue lo que sucedió en la aventura. La diferencia la marcaron 72 votos. Años después Starlin declaró que aunque Robin hubiera seguido vivo, la saga no hubiera cambiado mucho, pues su idea era que quedase incapacitado y se retirase.

Sabiendo esto, poco sentido tenía llamar a Starlin para el «What if« Elsewords del año pasado. El otro Jim, Aparo, falleció en 2005, así que DC sacó la historia alternativa Robin Lives! con dos autores de la vieja escuela siempre competentes como son J.M. De Matteis y Rick Leonardi.

Miniserie de cuatro números en la transición del último logo anodino al clásico, ese que es verlo en una portada y lo de dentro ya parece mejor. La mini no pareció tener demasiado repercusión allá, y aquí no la vimos (cosa que dada la situación editorial de entonces tampoco quiere decir mucho). Y eso que uno de los incentivos para la compra fue una portada variante en el primer número a cargo de Mike Mignola (1960), en la linea de las que hizo para la saga original en 1988.

Al menos en espíritu.

Hablamos mucho de Frank Miller, de su delicado estado de salud, y de si esto afecta a su trazo o si lo suyo es una cuestión estilística. Pero la gente que adquiere las portadas variantes de Miller es conocedora de que más pronto o más tarde estas ilustraciones se revalorizaran. Mignola en cambio aquí ni siquiera se ha dignado a plasmar una triste estatua de las que tanto le caracterizan. Y que la sonrisa del Joker no os abrume, el murciélago de al lado grita ¡DESIDIA!

Mike Mignola (1960). Harvey Award for Best Cover Artist (2008, 2010 y 2011). Eisner Award for Best Cover Artist (2011). Poco motivado en 2023.

¿Podemos estar ante un cambio de ciclo en los portadistas clásicos, aquellos que eran el ganchoidoneo para atraer las miradas de los compradores potenciales? ¿es algo debido a la edad o una estrategia consciente? es decir, en un tiempo de centenares de portadas alternativas cada mes, algunas sin siquiera relación con el contenido de la historieta que contienen, igual esta es la manera en la que algunos autores clásicos se reinventan para destacar. Porque cada vez que vuelvo a ver ese murciélago, me reafirmo en que debe ser esto último. La manera de destacar entre una jungla de portadas clónicas y tipiconas. No todos pueden ser Skottie Young.

Aunque por si acaso fuera por lo otro ¿cuantos años tiene Alex Ross?

Más que un reboot, un reboote

Toca hablar de desencanto. Toca hablar de Mark Waid.

Y es que si el año pasado hablaba de él por su efervescencia creativa para DC y los buenos resultados en nominaciones, crítica y ventas, ahora tocaría hablar de que estamos a puntito de ver llegar ese material a nuestro país con regularidad.

Pero entre un escrito y otro se nos cruzaron unas elecciones en Estados Unidos. Y los votantes eligieron a Trump. Mark Waid fue uno de los que no se lo tomó bien.

Básicamente, manifestó que habiendo perdido la fe en la bondad intrínseca de sus compatriotas, iba a hacérsele muy cuesta arriba seguir escribiendo superhéroes. Pues lo suyo no son antihéroes oscuros y amargados precisamente.

No se estaba retirando ni mucho menos. Lo que venía a decir era que cuando el público comenzara a notar una bajada de calidad en sus trabajos futuros podría rastrear la causa hasta esa noche electoral.

Tras ese calentón, Waid ha seguido trabajando, tanto en los títulos que lleva habitualmente como en nuevos proyectos. Y es que cualquiera que repase su trayectoria comprobará que es un enamorado de los superseres en pijama. Tanto que en Marvel se le asignó el honor de hacer la miniserie para centrar a novatos y veteranos en los hechos más destacables de su universo de papel. Que son muchos años de continuidad a cuestas y convenía separar el grano de la paja, con perdón.

Estaremos de acuerdo en que el optimismo es algo necesario, y que si alguien debe aportar luz en los momentos oscuros son sobre todo los tipos de los leotardos. Son Héroes. Y parece que Waid también ha debido pensar algo parecido. Y en su último anuncio nos demuestra que no le cabe sólo uno, sino DOS Universos en esa cabeza.

Tan solo un par de comentarios. Estando harto de que los malos tomen ventaja, me alegra que Waid no tire la toalla sino que doble la apuesta. Y lo segundo, que tras tantos reinicios y cambios de continuidad, la pulla de ese «NEW» se agradece.

Eso sí, ya veremos cómo llegará por aquí cuando toque, que muchos de estos cuadernos se imprimen en Canadá y puede haber una serie de carambolas arancelarias que haga que los precios actuales de las grapas de ahora nos parezcan regaladas en pocos meses. O no, según el humor que tengan ese día. Ya dije que iba a hablar de desencanto.

El 41

Estamos en año impar y hay tradiciones que deben respetarse.

Como es la aparición el próximo otoño de un Asterix dibujado por Didier Conrad. Una de esas noticias que hacen que en los medios mainstream se encuentren piezas dedicadas al cómic. Y es así como en diversas entrevistas y notas de prensa podemos encontrar al guionista del país vecino, Fabcaro, hablando del país vecino:

«…me apetecía crear un álbum soleado, luminoso, situado en un país mediterráneo, que se asemejara a unas vacaciones. Así, rápidamente se estableció Lusitania (hoy Portugal)«

Siempre es preferible rebautizarlo como «Océano Mediterráneo» antes de que venga una iniciativa por parte del otro lado del charco, ciertamente; y en este caso no se trata de un gazapo periodístico sino simplemente de la literalidad de lo expresado por el turista Fabcaro, que con esto quería decir simplemente que allí hace sol y la gente es maja.

(Felicidades, por cierto, a los 1118 pacientes internautas que llevaban pidiéndolo desde 2013. Todo llega)

Y tampoco debe considerarse gazapo lo siguiente:

Pues está confirmado por varias fuentes y dos agencias.

Es ya canon pues que tras Astérix tras las huellas del grifo (2021), vistas las críticas a El Lirio Blanco (2023), han decido saltárselo, como cuando ¡El Cielo se nos cae encima! (2005).

En fin, que uno más. Que son 65 años cumplidos ya, que más que gusto ya es costumbre, pero lo cierto es que algunas veces es reconfortante reencontrarte con algunas cosas que sabes por dónde van a ir y, sobre todo, cómo terminan

Aviv a AinâtisüL!

comic wook

Pues como no debemos (aunque podríamos) estarnos cada día con la MalaCon, vamos alternado temas, y hoy toca volver a poner en valor los tebeos de los Ochenta. Y es que si fue en los Noventa cuando los componentes de la molonidad se manifestaron en su máxima expresión, se debe reconocer que algunos de los mismos asomaron tímidamente por los Ochenta. Los uniformes con bolsillos, sin ir más lejos. 1989.

Todo un adelantado a su tiempo, Keith Giffen. También se presume mucho, sobre todo en estos tiempos que corren, de que la primera salida de armario ocurrió en un Alpha Flight de 1992…

Lobdell. Pacella. Panosian. Sutileza.

…cuando lo cierto es que en la DC de 1988 el peruano Gregorio de la Vega proclamaba su condición a los cuatro vientos sin tapujos.

Personaje creado en el evento Millennium, como uno de los personajes de gran poder latente cuyo alineamiento se disputaban Guardianes, Zamaronas y Manhunters.

Lo del colorista Carl Garford falta saber si fue un despiste o una chanza rijosa

Y no es solamente que Steve Englehart creara un personaje abiertamente gay como pieza fundamental de Millennium, el segundo gran evento post-Crisis que tuvo a prácticamente todos los títulos del Universo DC ochentero coordinados durante dos meses, sino que además lo incluyó entre los componentes del grupo que gozó de la serie derivada del evento.

Y es que además fijaros en el grupo. Acompañando al latino gay tenemos una morena calva, dos orientales, uno que se siente planta y una rubia volando.

Seis personajes que se suponen representantes de la totalidad de la raza humana en una serie americana, y ninguno de los seis es un tío blanco hetero.

Queda claro que ya en 1988 nos encontrábamos con un grupo en que la inclusión de representantes de diferentes colectivos dejaba fuera del cupo al caucásico protestante al que el público estaba acostumbrado. Por esa misma época, en algún Vengadores podíamos ver paseando de paisano a Steve Rogers, Clint Barton y Hank Pym y tendríamos problemas para diferenciarlos, todos altos blancos y rubios. Queda claro que esta serie es lo que en estos tiempos que corren podríamos catalogar como woke. DC la editó en su formato de lujo, por cierto, que al ir exclusivamente al mercado de venta directa a las tiendas de frikis, no pasaba por el escrutinio del Comic Code, como sí hacían las series con distribución en supermercados y tiendas de barrio familiares.

Aunque lo verdaderamente curioso de esta serie woke de 1988 es cómo propuso incialmente Englehart titularla. Dado que esta selección de personajes era una mejora de la especie humana, así es como propuso titularla, Los Mejorados. Y de todos los verbos y sinónimos que ofrece la lengua inglesa para ello, el que mejor cuadraba a Englehart para ello era The Trumps.

Y ya por 1988 los del departamento legal de DC le dijeron que mejor que no, y fue por la razón que estáis pensando. Bastante tenían con lo de la portada del malvado personaje que años después fue elegido presidente de los Estados Unidos.

De Englehart no hubiera sido esta una salida de tono inesperada. Es cierto que en los Ochenta parecía un escritor dinámico y divertido con aventuras memorables en Nuevos Vengadores, Cuatro Fantásticos, Visión y Bruja Escarlata o Silver Surfer, pero no debemos olvidar que en los setenta ya la lió en el Capitán América.

Su nombre ya debía figurar en ciertas bases de datos. De modo que en DC le propusieron una alternativa menos conflictiva.

Que como él y Staton venían de hacer los Green Lantern Corps, y como secundarios circulaban también Kilowog y Thomas Pieface Kalmaku, un nombre ligado a la mitología de los Linternas Verdes parecía adecuado. Y a toro pasado tampoco es que lo del grupito woke durase demasiado, a los doce números (prácticamente nada para la época) la cosa ya había degenerado.

En fin, son cosas de los dobles sentidos del idioma, que a veces te encuentras con coincidencias inesperadas.

Han tenido que pasar más de ochenta años para encontrarme con una edición mejor de una antología y caer en la cuenta de que se estaban refiriendo a la…

…culata.

¡OCHENTA!

Dado que se acerca el comienzo de la nueva etapa de DC en castellano, es buen momento para comenzar a pedir la recuperación de materiales deseados. Y aunque es muy normal que cada uno tire por lo de «¿qué hay de lo mío?«, es de suponer que la editorial se decantará más bien por aquello que sea clamor popular. Es decir, tendría un sentido pero no creo que para contentar a los últimos damnificados de la ECCatombe, el tomo en el que recopilen The Nice House By The Sea contenga los números 2 al 12 de la serie original. O que completen la miniserie de The Lost Children en tomos de la JSA. Tampoco creo que se metan a fondo con material pre-1985 salvo contadas excepciones. Aunque por si acaso, dejo ya por aquí una sugerencia: la Doom Patrol clásica en dos tomos mejor que en uno, más manejable.

Se podría suponer que en este sitio recomendaríamos buen material noventero (que lo hay, vaya si lo hay. DC no tuvo autores hot que se fugaran, pero cuando hubo que saturar las librerías supieron adaptarse a las tendencias del momento). Pero dado que la última vez que recomendamos fervientemente algo la editorial cerró, preferimos no llamar al mal fario. Hoy nos centraremos en poner en valor algo anterior, un pináculo del molonismo que lleva treintaypico años sin volver a publicarse en nuestro país. Pidamos pues la recuperación de Slash Maraud.

Contemplad bien estas portadas. Tenemos tabaco, gafas de sol, mallas muy ajustadas, pelazos, vehículos de gran cilindrada de combustión fósil, pinchos, violencia, llamas, descarrilamientos, punkis, cananas, gente atada a una bola de demolición…, todo ello enmarcado por colores llamativos sin sentido alguno. En tan sólo seis episodios. Es una obra que grita ¡OCHENTA! por los cuatro costados.

¿Cómo saber si algo grita ¡OCHENTA!? pues si al verlo piensas que te suena de haberlo visto en alguna película aunque no la recuerdes, eso es ¡OCHENTA!

En el caso presente, con un planeta invadido por alienígenas que pretenden transformar la Tierra para adaptarla a su fisiología aunque eso signifique terminar con la vida de sus habitantes. Una situación que saca lo peor de nosotros mismos dado el poco plazo que nos queda de existencia.

Cuando hay una crisis gorda, Gates siempre tiene algo que ver

En ese escenario, un Hombre con actitud, moto, gafas y gabardina llega para solucionar los problemas.

En su momento los textos de presentación hablaban de un futuro postapocalíptico al estilo Mad Max. Y ciertamente, podemos gritar ¡FURY ROAD! en algunos de sus pasajes, aunque mejor no lo hagamos muy alto ni en público.

Aquí no hay sitio para hombres blandengues. Sólo los más duros sobreviven, y todas las actuaciones y diálogos deben reflejarlo.

Los autores, Doug Moench y Paul Gulacy, pasaron a la historia con Master of Kung-Fu en Marvel, pero su cumbre del molonismo fue Slash Maraud. Es algo tan ochentero que al principio parece un homenaje o una parodia, pero hay que tener en cuenta que es un producto de los ¡OCHENTA! hecho en los mismos ¡OCHENTA!

Cualquier animalada que pienses, lo incluirá. ¿Espectáculos de gladiadores a muerte? Check.

Paul Gulacy, también llamado «ese que no es Steranko» imprime su estilo estático y a la vez cinemático a las escenas de acción. Estatismo trepidante.

Besar las granadas suele dar suerte. Aunque también hay cabida para escenas más sutiles.

Esto te lo hace Steranko con Nick Furia y todos a aplaudir

Y donde mejor plasma su estatismo trepidante es en el asalto a un tren llevado por humanos adictos a chicles de adrenalina lisérgicos.

Doug Moench, sutileza también en los diálogos.

Y no, no he dicho nada de spoilers porque no os he mostrado apenas nada de la trama, esto son tan sólo las escenas tranquilas. Si me lo estoy releyendo y ni siquiera he tocado los dos últimos episodios. Lo que si me he dado cuenta en la relectura es que la obra es tan, pero tan absorbente…

…que durante la primera lectura no me llegué a plantear qué tipo de apaño o complemento capilar debe llevar Slash Maraud para que la cinta de la cabeza le pase por debajo.

Una vez lo ves no puedes dejar de verlo. En su día incluso se les aprobó una secuela pero nunca llegaron a realizarla. Y el panorama de los derechos es algo difuso en cuanto a que acordaron con DC en que la obra sería propiedad de los creadores (aunque por esa misma época algo parecido le dijeron a Moore y Gibbons). Pero estaremos de acuerdo en que hay que intentar que Slash Maraud regrese a las estanterías. Es el momento adecuado. Y es que los ¡OCHENTA! están volviendo

Acuerdos sobre el programa de actuación y saneamiento editorial

Falta menos. Para Abril el clásico logo de DC volverá a aparecer de forma regular por nuestras librerías dejando atrás un periodo de incertidumbre en cuanto a títulos, periodicidades y precios. Sin embargo, toda transición requiere de sacrificios, y aunque siempre se intenta que la mayoría de la ciudadanía quede satisfecha, es imposible evitar que ciertas minorías queden agraviadas. Va por ellos.

Aunque se puede alegar desconocimiento o inocencia en muchos casos, admitamos también que en otros, el acto de compra representaba también un cierto posicionamiento con tendencia al cachondeo. Es decir ¿la primera entrega de una serie de doce números en Noviembre de 2024? eso es tener Fe.

La nueva criptomoneda ¡comprenla, carajo!

Si algo bueno tiene la DC de estos tiempos es que sus eventos y renumeraciones permiten establecer puntos claros de entrada al lectorado que permiten a las ediciones extranjeras marcar sus lineas de salida. En el caso que nos ocupa, el punto de inicio es All-In, al tiempo que se inicia la linea Absolute.

La andadura editorial anterior se quedó en los estertores finales de la etapa previa, la del Amanecer de DC. De manera que para paliar al mayor número de damnificados y que puedan retomar las líneas truncadas, Panini también irá recuperando esas aventuras en forma de tomos.

Estrategia que en algunos casos permitirá completar alguna maxiserie que otra sin graves desperfectos más allá de cómo queden los lomos en las estanterías.

(en estos dos casos concretos, basados en -snif- hechos reales, los lectores con don de lenguas tendrán prontamente a su alcance los recopilatorios finales en su idioma original)

Pero el cómo se integrarán esos futuros tomos en donde se haya quedado cada uno en las grapas de Batman o Nightwing será otro cantar. Alguno habrá al final que hasta le agradezca a su librería que le hubiese cancelado unilateralmente la suscripción en el momento adecuado.

Y luego hay casos dificilillos.

Primer tomo de dos. Veintiseis euros y medio en origen. Doscientas cuarenta páginas conteniendo The New Golden Age núm. 1, Justice Society of America núms. 1-5, Stargirl – The Lost Children núms. 1-3 USA. Un especial y la mitad de dos series limitadas diferentes.

En una realidad alternativa, el regreso de Geoff Johns a la serie que le otorgó los favores del público y aliado con un notable dibujante patrio como Mikel Janín hubiera sido todo un bombazo que hubiera merecido más atención y cariño (aunque debe decirse también que la errática periodicidad de la serie en origen tampoco jugó a su favor para promocionarla en una grapa mensual). En una realidad, el tomo que cierra ambas series llegó al mercado la semana pasada. Pero esa realidad no es la nuestra.

El tiempo dirá como veremos estas conclusiones, pues queda claro que no hubo un traspaso de poderes acordado entre las dos editoriales.

Eran sus costumbres y hay que respetarlas.