













Todos conocemos el Saló, y lo peor es que el Saló también nos conoce. Sabe quienes hemos dejado de ir -y no les importa por qué- pero, sobre todo, quienes siguen yendo -cien mil personas- y quienes prometieron no colaborar de nuevo con ellos por humillarlos y, míralos, ahí han vuelto. Como si fuera gente de esa que dijo «no me voy de El Jueves porque creo que es importante que intentemos salvarlo desde dentro». Siempre hay gente así.
Tampoco es que sea algo nuevo, la Feria del Libro de Madrid suele tratar también así a las editoriales pequeñas y estás solo deciden dejar de ir cuando ya no les dejan ir. «¡No me despides, dimito yo!» podrían llamarse la mayoría de sus manifiestos.
Por eso mismo en el Saló han ido metiendo cada vez más cosas que no son de cómic. (De cómic en papel, ya sabéis que para el Saló el webcómic no existe) Y, a veces, algunas cosas que sí. Que siempre es una alegría. Como cuando vas a esos sitios, a esos mercadillos, con su mezcla de quincallería, ropa y restos y te encuentras que alguien ha llevado un cómic. Que siempre dices ah, mira, a ver qué hay, sea aquello El Rastro o la Japan Weekend.
Igual que la multiplicación de los panes y los peces de las mesas redondas -es decir, la capacidad de que una sola persona esté en prácticamente todas, que nunca sabes si es que no hay más, si están estalkeando a alguien, o si es un asunto de endogamia. Al fin y al cabo la consanguineidad explicaría alguna de las cosas que allí se escuchan.- atraen a otro tipo de público. O las exposiciones.
Lo de las exposiciones es también un ejemplo muy bueno. Este año, por ejemplo, hay una sobre Álex de la Iglesia.
¿Pero AdlI ha hecho algún cómic? A ver… más o menos. En Tebeosfera tiene ficha, así que hay un 50% de posibilidades de que lo que cuentan está bien -a veces pasa, en serio- y realmente tenga obra. ¿La tiene accesible? Es decir, ¿hay algún volumen en el que podamos encontrar sus El Asunto Castafiore o Burdinjaun, el Superheroe Vasco o lo que quiera que hiciera para El Víbora -que, gracias a ROB!, no era Mónica y Bea– o algún trabajo suyo comiquero? Pues no. No lo hay. Pero, eh, sí que hay una cosa publicada sobre él en Norma.
Seguro que estáis pensando que son 16 página que han engordado con lo que han pillado por medio hasta las 48 para llegar a sacar un tomo de 15€.
Claro que no.
Lo han engordado con las cosas que importan de él, su faceta en cine y televisión, para llegar a 192 y poder venderlo a 35 €.
Que parecéis nuevos.
Vamos, casi me extraña que no le vayan a dar directamente el Gran Premio del Saló. Aunque haber hecho alguna cosa como autor le quite puntos.
Lo importante es eso, que sea cómic-adyacente. Que no desentone mucho, que no cante demasiado. Como la gente a la que va a llevar FICOMIC al Bubblepop Fest.
Porque nada dice
FICOMIC es una entidad creada en 1988 representada por los Gremios de Editores, Libreros y Distribuidores de Catalunya. Una federación sin ánimo de lucro que tiene como principal finalidad la promoción y difusión del cómic.
como montar un festival de música.
Cómic-Adyacente.
Las cosas que montan habrá quien piense que es la forma de reconocer que el cómic les importa lo justito y que consideran que no interesa a suficiente gente, que si quisieran de verdad divulgar el cómic lo harían divulgando el cómic. Pero, oye, si en ADLO! pasa que muchas veces hablamos cosas Cómic-Adyacente y no esperamos ni que la gente nos lea. ¿Qué diferencia puede haber entre escribir más de 365 entradas al año o montar un evento una vez cada 356 días? Si ellos creen que el cómic no merece la pena o no va a atraer al público podemos limitarnos a no acudir, seguro que las otras cien mil personas lo agradecen.
Ellos estarán felices centrándose en ese equivalente de esas recomendaciones web… «A la persona que compra el cómic también le gusta Esto».
¿Qué podemos deciros? Al fin y al cabo esto no deja de ser lo que dice Pedro:
La edad de oro de los que viven alrededor del cómic.
Llamar a Ike Perlmutter “el hombre que revivió Marvel” podría parecer una broma de mal gusto, pero cuando corona un titular de El País deja de ser graciosa para ser una desvergüenza. No se confundan los lectores de ADLO!, no vengo a leerle la cartilla a Luis Pablo Beauregard, corresponsal autor del texto de El País. Primero porque entiendo que si tu campo de atención “cubre migración, cambio climático, cultura y política” no estás para, encima, saber de qué van las cosas esas de los tebeos que pasaron hace mucho tiempo. Y segundo porque si creyera que los titulares de El País los eligen sus redactores, tendría un par de amigos menos.
Pero vamos al fondo de la cuestión, una de la que se ha hablado mucho en los últimos años, y es el perfil de Perlmutter. Lo primero es que no es la primera vez que “despiden” al viejo Ike de Marvel, ya “ocurrió” (de esta forma en la que ocurren las cosas en lenguaje periodístico, en simulación en diferido) en 2015, cuando Disney se lo quitó de encima como intermediario de forma que Kevin Feige respondiera directamente ante The Walt Disney Studios. Aquello se vio por parte de los influencers como el fin del reinado de terror de Ike. Pero por supuesto, él continuó como presidente de Marvel Entretainment, influyendo en otras muchas decisiones que durante los últimos 8 años han impactado sobre la fábrica de IPs que siguen siendo los tebeos Marvel y su proyección a otros medios.
Parece que ahora sí que sí Perlmutter termina su paso por la historia de la Casa de las Ideas, donde será recordado no como el hombre que la revivió, sino como el tipo (uno de los dos tipos) que se hizo con ella aprovechando cuando peor estaba. En los 90 Marvel no estaba muerta, aunque le quedaba bastante poco. En aquel momento Ike, junto con su amigo socio Avi Arad, formaban parte ya de la dirección de Marvel, que se encontraba al borde de la quiebra por aquello de que sus autores de más talento se hubieran ido a montar su propia editorial, pésimos acuerdos financieros (aquello de vender los derechos audiovisuales mutantes por calderilla) y una crisis en el sector del tebeo que amenazaba con llevarse a la famosísima editorial de Spiderman. Entonces, aprovechando la tesitura y la información interna, Ike y Avi se las apañaron para comprarse a ellos mismos, adquiriendo Marvel a través de otra de sus empresas: Toy Biz.
¿Supuso esto la salvación de Marvel? Supuso una salvación. Con la compañía cogida con más firmeza y una mentalidad empresarial renovada, ambos socios se las apañaron para salvar la editorial de la bancarrota a base de mercantilizar al máximo las licencias, recortar los gastos hasta el extremo (con decisiones como que los trabajadores de Marvel tuvieran que llevar sus propios rollos de papel higiénico a las oficinas) y la venta de más derechos audiovisuales a cambio de calderilla (los de Spiderman, por decir los más sonados). Perlmutter y Arad se las apañaron para quitarse a codazos a todos los que en otro momento habían dirigido Marvel y a comienzos del Siglo XXI impondrían su liderazgo, coincidiendo con el lanzamiento de películas basadas en sus personajes que revalorizaron sus activos y generaron toneladas de merchandising. Salvados por la campana.
En una industria llena de artistas que fueron capaces de revitalizar personajes olvidados, conceptos antiguos que lograron un nuevo éxito, hablar de “revivir” no debe ser baladí. Salvo que hablemos de personajes muertos en la ficción. A lo largo de sus muchos años de tebeos de superhéroes, varias figuras han revivido Marvel cuando parecía que estaba en su peor momento. Ike Perlmutter nunca fue uno de ellos. Solo se trataba de un empresario avaricioso y mezquino que por casualidades de la vida acabó haciendo presa durante más de 25 años de una de las más maravillosas fábricas de arte que existían. Vaya donde vaya seguirá siendo igual. Y no sabemos si Marvel irá mejor sin él. Sí que sabemos que le echaremos muy poco de menos. Hasta nunca, Ike.
Desde tiempos de los hermanos Kubert, me suele dar la sensación de que cuando un autor lleva mucho tiempo trabajando para Marvel, si luego ficha por DC en exclusiva suele tomarse ese tiempo como sabático. Sin hacer nada demasiado destacable, fluyendo con el piloto automático y poquita faena.
No es este el caso, por supuesto, de Bendis.
Más que nada porque me estaba refiriendo a dibujantes, pero lo cierto es que el bueno de Brian ha sabido adaptar su modo de trabajo a las peculiaridades de la casa editora. Sabedor de que ahí nada dura mucho y que lo que da de comer hoy en día son los derechos en adaptaciones a otros medios, bien se ha ido preocupando de crear un universo propio de acontecimientos y personajes que ha ido arrastrando por cada una de las series que le han ido cayendo. Leviatán y Naomi, por ejemplo, han asomado por sus Supermanes, Liga de la Justicia, Legión, Young Justice…por pura insistencia debieron darle la serie de televisión a la chica. Objetivo cumplido.
En DC, Bendis ha usado y abusado también de los recursos que le han hecho conocido por el fandom, como su narrativa descomprimida y diálogos encadenados. Diálogos que además a adaptado a los gustos de la casa, este de aquí por efecto bien lo podrían haber firmado L-Ron y Manga Khan.
La narrativa descomprimida hace que muchas veces las 20 páginas de historieta de cada mes se queden largas para lo que el de Cleveland pretende contar, y es por eso que muchas veces su método de trabajo recurre a emplear páginas dobles como si fuera una sola. Contar en dos lo que en realidad sólo te haría falta una, así ganas terreno. El equivalente en dibujo a usar una letra grande para que el trabajo de clase te ocupe más páginas.
Para poder hacer esto bien, lo necesario sobre todo es contar con un dibujante aparente. Es decir, si a un Ivan Reis le dices «enorme batalla estelar con Superman de fondo, doble página«, el resultado molará. Y acabo de resumir todo el trabajo suyo en la serie de Superman. Con Maguire intentó lo mismo y era raro.
Lo que pasa es que para las cabezas pensantes de DC, la expresión máxima de robarle el talento a Marvel fue juntar en Action Comics a Brian Bendis con John Romita Jr.
Dibujante nacido en 1956, que no os engañe el Junior, en términos laborales patrios estaríamos hablando de un jubilado.
Se le mete de entintador habitual a Klaus Janson (1952) y el resultado es un canto al pragmatismo y la efectividad. 20 páginas y lo que haga falta al mes. El resultado ya tal.
Pues ya he contado un par de veces que aunque se le defina como un buen narrador (cuando dicen esto de ti, señal ya de que no es un dibujo molón, pues si no es lo que dirían), a veces sus viñetas se empantanan sin saber qué quiere contar exactamente. Si le pasa con un editor competente, tocaría repetir hasta que el resultado fuera aceptable. Pero está en DC.
No se trata de comparar con su propio trabajo anterior en Marvel para evidenciar el descuido habitual en trazo y composición (cada cual tendrá sus recuerdo favoritos), es que comparar con lo suyo posterior en Spider-Man también serviría. De sabático, lo dicho.
El método Bendis de diálogos y descompresión hace que por una parte nunca sepas con que composición de página te encontrarás al volver la hoja, pero lo que es seguro que terminará pasando es recurrir a cabezas parlantes. Y después de eso a viñetas fotocopiadas parlantes. El mismo dibujo que te sirva varias veces en varios sitios. Total, lo único que se mueven son los bocadillos de diálogo.
Y juntas por tanto a Bendis y a Romita en DC y obtienes el culmen absoluto del mínimo esfuerzo, como el que pudimos disfrutar en el número 1024 de Action Comics.
Porque no se trata solamente de hacer una página doble basada algo de diálogo.
Es que parte de esa página doble te sirva copiándola para hacer una splash completa con la que iniciar el episodio.
Sabático. Cargar pilas hasta que le vuelvan a llamar para Spider-Man. Aviv.
A veces la pregunta es: ¿Es te dónde ha salido? En otras ocasiones es: ¿Para cuándo hablamos de este? Y en algunos casos: ¿Cuándo tendremos más material?
Lo que nos lleva al fin de semana pasado tanto como a este. El fin de semana pasado se estrenó Shazam 2: Fury of the Gods. Este fin de semana ha sido… su segundo fin de semana. Así que parece un buen momento para hablar de Peter Safran.
Peter Safran es casi un estereotipo: Nacido en Londres, educado en Princeton, luego a la NYU, trabajo corporativo y luego como asistente en la agencia UTA. A partir de ahí un puesto en Gold-Miller Co., que en teoría también es una agencia de representación, pero donde pudo dedicarse a sus tareas de producción empezando por…
Es complicado explicarlo, pero digamos que era una película de ¿ciencia ficción? ¿humor? ¿familiar? sobre la primera misión tripulada a Marte. Incluye a un cómico canadiense que acababa de tener una serie en televisión -junto a Jason Bateman– y también, bueno, un chimpancé. Disney funciona como funciona.
Tras trabajar con el director de Tortugas Ninja III en esta película su siguiente hito fue trabajar con una directora Penelope Spheeris, de nuevo con guiones de Craig Mazin y Greg Erb, aunque ahora ya sin Oren Aviv. (Que estaría ocupado montando National Treasure, o algo) De nuevo con una historia a mayor gloria de unos cuantos cómicos:
De nuevo fantástico, de nuevo humor, de nuevo cómicos de la tele.
Y ahí se fue a Brillstein-Grey Communications, de nuevo a gestionar actores, y de nuevo permitiéndole conseguir créditos de productor con los que demostrar sus capacidades. Habiendo trabajado antes con un Wayans, y especializado en esta mezcla de fantástico y humor, es normal que tomara la decisión de iniciar una franquicia lucrativa dentro de, esta vez, el terror. Quizá os suene.
Y establecido ya como el hombre del humor y el fantástico en el año 2000 era casi inevitable que acabara haciendo algo de superhéroes.
The Specials fue… una cosa. ¿Qué os puedo decir? Nunca fue fructífera la relación de los superhéroes y el cine. Ya había salido Mystery Men y aquí alguien pensó que Rob Lowe era lo que hacía falta, aunque no estaba solo. Estaba también Thomas Haden Church, que demostraba aquí su buen ojo en las pelis de superhéroes, y… bueno, más gente. Sobre todo el guionista, que aparecía un momento en un papelito, pero con el que Safran hizo buenas migas. James Gunn se llamaba.
Así que, a la vez que iba realizando más de estas películas que lo mismo tenía a cómicos afroamericanos (My Baby’s Daddy) que a Toni Collette y David Duchovny (Connie y Carla) o hacía un spin-off de un personaje de Martin Short como decidía largarse de Brillstein-Grey -en donde había sido nombrado presidente de Management en 2003- para montar en 2006 The Safran Company. Que seguía siendo una empresa de representación -para la que se llevó a todos sus clientes de la agencia anterior-, y con la que rápidamente volvía a las andadas comiqueras y producía…
Casi 300, en efecto. Qué puedo decir, está claro que Peter Safran tenía marcado su destino a fuego. Como demostró en siguientes películas…
Y si creíais que esto no podía ser más raro, esperad a ver la siguiente, que además era un corto:
Sí, Xbox Live. Pero lo importante es el director de la película: James Wan. Con el que también se amistó Safran. Y era fiel a sus amistades. En 2008 actuó como productor para tres de las ideas de Gunn: Humanzee!, PG Porn y…
Sparky and Mikaela: Una historia de superhéroes y mapaches con gráficos de XBOX 360. Yo qué sé, James Gunn y sus kinks.
El caso es que para 2010, además de su trabajo habitual…
comenzó a colaborar con Warner gracias a… bueno, era inevitable que antes o después apareciera un español en esta historia.
Así que, repasando, tenemos ya a la Warner, a Wan y a Gunn. ¿Qué más podría haber entre medias?
Ah, bueno, sí, además de eso es cierto que empezó una serie de películas en Warner junto a Wan.
Lo que facilitó la carambola de que DC quisiera a un director en condiciones para su universo superheróico, que Safran pasara por allá con Wan del brazo, así que para 2018…
que ya que te pones a ello aprovechas y montas alguna película más y al año siguiente…
Películas ambas que, además, ofrecían una situación inesperada en DC/ Warner: Ganaban dinero. Lo que sirvió para que Warner le ofreciera un acuerdo de primera opción con ellos.
Y encima aprovechó un asunto en twitter para hacerse con los servicios de su amigo James Gunn para la siguiente de Escuadrón Suicida.
A partir de ahí podemos hablar de muchas cosas pero, sobre todo, de una historia clásica del funcionamiento de la Warner.
Bueno, y también una Pandemia.
Así que cuando se estrenó El Escuadrón Suicida,
-énfasis en EL-
pues es cierto que mucho dinero no hizo, más bien lo perdió, pero es que había una Pandemia y claro, seguro que podría haber perdido más, y la serie le gustó a la gente, y este chico, Gunn, venía de Marvel. Allí saben hacer las cosas. No es como si DC les fuera a robar autores para sus proyectos ni nada.
De ahí que acabaran dándole, a Safran y a Gunn, los mandos de DC/ Warner. Eh, ¿qué podría salir mal? Además, el propio Safran iba a producir la segunda película de Shazam…
por unos 125 M$ de nada. Seguro que todo se encarrilaba.
Y, efectivamente. Las producciones de Safran pasaron a estar alineadas con el resto de DC. El primer fin de semana hizo poco más de 30 M$, la segunda tuvo una caída del 69% y ahora mismo está por ver si logran llegar a recuperar 100 M$.
La rutina de costumbre.
Por supuesto esto ha supuesto que la gente -los actores, fundamentalmente; Zachary Levi, especialmente- empezaran a salir a explicar que la culpa no era suya. La culpa era de:
La crítica. El director directamente ha dicho que la culpa es de los críticos y que el público la adora.
El marketing. Levi estuvo diciendo que no estuvo bien hecho, que no supieron vender la película, que…
Los fans de Zack Snyder. Y, de paso, dijo que los trolls y los fans de Snyder estaban felices de verla fracasar y que lo estaban alimentando.
La prensa. Que solo quiere hablar de las cosas malas de DC/ Warner.
La Roca. Que resulta que les obligó a cambiar escenas postcréditos y, como todos sabemos, eso es lo que mete a gente en las salas. Habrá quien piense que es un intento de cambiar el tema de conversación, pero es que la gente es muy mala.
Los efectos especiales. Bueno, en realidad es algo así como que la prensa/ internete habla de malos efectos especiales pero que ellos no han hecho deepfake con nadie.
Esto no lo tenemos muy claro. Pero parece que Zachary Levi estuvo haciendo un directo de instagram o algo así, quejándose de cosas y pidiendo que la gente manipule la punt… quiero decir… dé su opinión sincera sobre lo que le ha parecido la película en RottenTomatoes y similares, y quejándose de… yo qué sé.
Y es raro, porque Levi parecía que estaba muy centrado no hace tanto. En sus redes sociales desde luego que parecía tener muy claro lo que quería decir.
A partir de aquí solo podemos imaginar que SkyShowtime hará una serie sobre su vida y TVE le contratará de jurado en un concurso de talentos.
Esto, con Disney Marvel, no pasa.
Todo esto en una semana, por cierto. Acabamos de llegar al segundo fin de semana (el 69, ya sabéis) y eso significa que aún podemos ver muchas más cosas como que culpen al Boogie, al ChaChaCha, o a Yoko Ono. Menos ellos, claro. Ellos no, ellos bien.
Pero no os preocupéis, que seguro que Peter Safran va a estar bien. Al fin y al cabo él se encarga de representar a actores, guionistas, directores y eso… al talento. Así que, ¿qué problema puede haber?
Con deciros que en 2022 incluso estrenó una película fuera de Warner.
Eh, ¿cuándo ha dado problemas a un ejecutivo sacar una película en Amazon?
Y antes de que os pongáis con lo de la Fatiga de los Superhéroes, os pongo las escenas post-créditos con los mejores trailers de películas de Safran:
El miércoles 15 de marzo se publicó el segundo número de «Bishop: War College», una miniserie de cinco episodios firmada por J. Holtham y Sean Damien Hill. En él podemos encontrar una nueva versión de la Patrulla-X
Vamos, una más entre las cientos de versiones alternativas del grupo, destinada al olvido o, como mucho, a una nueva línea de Funkos y después al olvido, en ese orden
Pero cabe la posibilidad de que alguien dentro de Disney la haya identificado como un globo sonda del sector woke de la compañía, un campo de pruebas para medir las reacciones del público y trasladar esa alineación al reparto que nos encontremos en las pantallas del UCM cuando toque recastear a los Hombres-X. Y también puede que ese alguien dentro de Disney no haya querido arriesgarse a que se dé ni un paso más en esa dirección y haya mandado un mensaje a los partidarios de la diversidad. Y el viernes 17 de marzo…
Como he dicho, cabe la posibilidad
Vivimos en la era dorada de los muñequiFIGURAS DE ACCIÓN. Nunca como ahora se ha visto una oferta tan vasta en cantidad y calidad.
Lejos han quedado los remotos tiempos en que un niño tenía que jugar con un piloto de Bespin de Kenner haciendo de Cíclope de los X-Men porque desde los Mego nadie había vuelto a hacer juguetes de superheroes. Hoy en dia existe un amplio abanico de C´íclopes de todas las épocas y continuidades imaginables…
…con un igualmente amplio abanico de públicos objetivos, del jovial e inocente chavalín que juega con muñequitos al maduro y responsable padre de familia que juega con muCOLECCIONA FIGURAS DE ACCIÓN.
Cómo no iba a ser una era dorada si se origina tanto en el auge noventero de Toy Biz en el primer mercado y de McFarlane Toys en el segundo siendo en ambos éxitos directamente rastreable la influencia…
…de YA-SABEIS-QUIÉN!.
(¿podeis creeros que todavía no tiene su propia mini de Heroclix?)
Tan grande es la oferta que uno puede hacerse hasta colecciones temáticas. De cualquier tema. Y si ya tenía el Peter Parker del primer Spider-Man de Sony…
…complementarlo con la nueva Makima de Chainsaw Man.
(si esperais que me ponga a hacer chistes sobre Albert Rivera me da en la nariz que vais a quedar decepcionados)
¿Piensas que Miguel Ángel… no, el OTRO Miguel Ángel… era un excelente escultor pero sus poses eran mejorables?
Tan descomunal es la oferta que incluye diseños alternativos específicos del muñequiFIGURA DE ACCIÓN concreto, como la nueva serie de Vengadores que saca el mencionado McFarlane. Que qué quereis que os diga, yo no tengo ningún problema con los diseños alternativos. ¡Si algunos de mis mejores amigos son diseños alternativos! Pero estos tienen sus pros y sus contras.
El Ojo de Halcon chuleta con tatuajes, gafas de sol y gorra del revés molaría si ´no fuera porque por algún extraño motivo le han cambiado el color morado. Si ha sido un problema de la mezcla de pinturas en la factoria eso explicaría que la RHULKA! con espadón de Mismamente Miedo tenga ese tono de piel como diluido con agua. El Hulk peludo puede ser un comentario irónico sobre la depilación o un guiño a Ralph König. Llamadme purista pero lo de encasquetarle una capa con capucha a lo Assassins Creed a la Viuda Negra me parece una pifia por plegarse a una moda pasajera. Y que al Capitán América le hayan cambiado tanto el traje que no tenga ni escudo no lo remedia ni esa águila obvia referencia al Capi de ROB!
En resumen…
…no me acaban de convencer estos Vengadores de McFarlane.