Desde aquí repartimos ideas y conceptos para la manipulación creativa y el abuso cultural. Somos el diario de lo genial, y el pensamiento de lo imposible
Es el año 2000. Marvel decide lanzar una nueva línea de cómics para nuevos lectores libres de la continuidad tradicional que permita explorar nuevos puntos de vista sin la carga de historia previa de sus personajes. Decide llamarlo Ultimate Marvel.
Es el año 2023. Marvel decide lanzar una nueva línea de cómics. No es que sea para nuevos lectores y está basado en un convulso evento de los cómics que casi nadie en su sano juicio se ha leído. La idea es explorar nuevos puntos de vista sin la carga de aguantar a los editores de las distintas oficinas de Marvel. Deciden llamarlo Ultimate Marvel.
Estoy cansado de este mundo. Estoy cansado de estar atrapado en la maraña que conforman sus decisiones empresariales.
Es el año 2000. Marvel decide lanzar una nueva línea de cómics para nuevos lectores teniendo en cuenta el éxito del cómic japonés en Estados Unidos durante la última década. Decide llamarlo Marvel Mangaverse. Pone al cargo al artista asiático residente en Estados Unidos Ben Dunn.
Es el año 2024. Marvel está lanzando una nueva línea de cómics dentro del nuevo Universo Ultimate. Teniendo en cuenta el éxito del cómic japonés en Estados Unidos durante las últimas décadas, deciden que una de las series de su universo esté a cargo de la artista asiática residente en Estados Unidos Peach Momoko.
Es el año 2024. Ya no deseo leer más. Ya no tengo ganas de observar cosas muertas.
(El tebeo de los Ultimate X-Men está simpático, si me preguntan).
Si hay una constante en el mundo del cómic esas son las reediciones. Bien porque los editores -y los lectores- consideren que lo mejor que tenía alguna editorial está ya en el pasado, bien porque haya clásicos imperecederos que siempre deban de estar al alcance de todos blablabla. La vida es la que es y también entre las reediciones nos encontramos con ese efecto de los caballitos del tiovivo, da igual cuántos cómics haya que parece que siempre están dando vueltas los mismos.
Supongo que por eso llevamos un número n de reediciones de La Broma Asesina pero nadie ha encontrado un hueco para traer a España ni Hardware ni Icon. Aunque, claro, si a tu editorial le va tan mal que tiene que sacar a Batman en crowfunding -o que pasar recibos incorrectos por hasta algunos miles de euros a pobres librerías que intentan sobrevivir de manera más honrada que la editorial de turno- pues también es normal que carezcan del conocimiento de la editorial que editan, del interés o de la perspicacia para publicarlos o venderlos.
Luego está, por supuesto, aquello de ‘viejas ideas para nuevos tiempos’. El tener que contextualizar un momento concreto que es algo que en los libro se suele hacer con las notas del editor o del traductor, y muchas veces con prólogos y epílogos -es decir, suponiendo que el editor de turno entienda que la utilidad de estas piezas es para con la obra y no para hacer networking o premiar amiguetes o ambas- de manera que podamos no tanto ‘disculpar’ la obra como saber en dónde nos estábamos metiendo.
Aunque es cierto que, en ocasiones, parece que son los propios tiempos los que se repiten, y por ello uno puede encontrarse con un cómic de… digamos… 2018. Como Los Defensores: La Mejor Defensa.
Y descubrir que es posible que en el futuro tengamos que ponerle algún tipo de anotación al cómic.
Pero ahora mismo, hoy por hoy,
no hace falta alguna.
Total, para encontrarte un editor rancio como el de Libros de Papel que ponga un texto tipo «jo, antes podíamos ser racistas y la gente no se quejaba, ahora la gente puede quejarse de manera que no podemos esconder esas quejas, ALGO HEMOS PERDIDO» como
que TAN claramente echa de menos el racismo…
Y, a la vez, explica por qué se produce la reedición no solo de cómics, también de ideas.
Aunque, por lo menos, tal y como evolucionan los musicales, esta vez cuando a esta gente le ocurra algo tendremos canciones:
Y como cada navidad podemos disfrutar de nuevo de su tradicional catálogo de juguetes de temporada. Una Ámplia Panoplia™ que abarca de los clásicos peluches a los modernos minidrones pasando por… ahm… ¿los «kidults«…?
Pensando en Los Más Pequeños de la Casa™ el catálogo incluye la ocasional página de pasatiempos. Como esta dedicada a la serie de animación Spidey y su Superequipo.
En la que hay que localizar una serie de objetos.
Pero que, demostrando lo fiel adaptación de los conceptos clave del Spiderverso que es esta versión de las aventuras de nuestro amistoso vecino preferido, deja patente que si la cabra siempre tira al monte…
…el Norman Osborn siempre se tira a GwDuende Verde siempre tira hacia el Puente de George Washington…
Cursé mis estudios universitarios en la ciudad de Valencia en una época en la que, al menos según mi conocimiento, había tan sólo dos librerías especializadas en historieta, sitas ambas en el centro. Estaban lejos del piso que compartía, de manera que mis visitas se limitaban a una mensual tomando el transporte público. Tampoco era necesario más para calmar las ansias lectoras, tened en cuenta que os hablo de una época en la que era posible encontrar historietas en cada calle, con fórum y Zinco ¡e incluso Norma! en cualquier quiosco. Todavía recuerdo la cara de la señora del de mi calle cuando le pedía el tomito de Guiv Mi Laiberti (el de Míler y Gibons) y hasta que no lo señalaba con el dedo no lo ubicaba. Pero siempre hay fancines, o material extranjero y otras cosas que tienen su circuito aparte y mola echar un vistazo, qué voy a contaros que no sepáis. Las librerías molan.
La cuestión es que entre ir, mirar, comprar y volver echabas la tarde, con la correspondiente inversión de tiempo de estudio y dinero destinado a la subsistencia básica de hijo estudiante de Lunes a Viernes (fines de semana, mamá lavadora). Y en una de esas tardes, en el trayecto entre la primera librería y la segunda, me fijé en un anuncio pegado en la pared. Más que un cartel, un folio fotocopiado (en glorioso blanco y negro, claro) y colocado allí, en el que se hablaba de la apertura de una nueva librería especializada. Una bastante más cercana del piso, no especialmente cerca pero que me permitiría perder menos tiempo en visitarla incluso andando. Así que apunté la dirección del anuncio y cuando las tareas estudiantiles me lo permitieron (la verdad es que lo estoy adornando, seguramente fue antes), encaminé mis andarines pasos hacia allí.
Me personé ante un local sin ningún tipo de cartel exterior ni surtido escaparate que ofreciera pistas sobre la finalidad comercial del mismo. Abrí y entré en una estancia vacía, con tan sólo un mostrador, tras el cual había una puerta entreabierta de la que salió una persona. Le pregunté si esta era la librería del anuncio y me contestó que habían tenido un problema e iban a retrasar la inauguración de la actividad. Me dijo que había habido una fuga de agua en el almacén y se había echado a perder todo el material. Que de momento no abrían, pero que en el momento que lo hicieran volverían a poner carteles por la pared del trayecto entre las dos librerías del centro, la ruta por dónde pasaba su público objetivo. No era posible distinguir nada tras la puerta entreabierta del fondo, donde mi imaginación me aseguraba (sin pruebas) que debía encontrarse el siniestrado almacén, pero eso daba todavía más rienda suelta a mis apocalípticas fantasías de la accidentada situación. Por aquel entonces yo era un jovencito impresionable, aunque con el tiempo dejé de ser jovencito.
No sé si volvieron, si les fue bien o no, o si todavía siguen bajo otras localización u otro nombre. La cuestión es que nunca vi en mi trayecto ningún otro cartel.
A la anécdota sumadle que en una de mis primeras visitas a una librería especializada me encontré entre el material americano nada menos que un número de Miracleman, la aclamada serie del tal Alan Moore, que cayó a la saca inmediatamente, había leído reseñas sobre la misma que la ponían por las nubes ¡qué suerte haberlo encontrado ahí solitario, que poco sabe la gente de Valencia, dejando pasar estas oportunidades!
Qué inteligente juego de recreación de la inocencia de tiempos pasados pude encontrarme en su lectura, con situaciones y diálogos y situaciones que rememoraban aquellos tiempos pasados inocentes, qué maquina el Moore. Pero ya repasando y leyendo las demás secciones del cuaderno me enteré de que ese número salvo unas pocas páginas era todo reimpresiones de viejas aventuras de Mick Anglo. Que la editorial se había visto obligada a tirar de ese material para cumplir su cita mensual con el quiosco, pues sus oficinas y todo su stock de números atrasados se había estropeado por el desbordamiento de un río tras unas copiosas lluvias.
(aunque no lo parezca, intento buscar el lado positivo de las cosas: por esta razón, mis grapas de Miracleman están completas y las tuyas no)
Con ambas vivencias, me quedó claro que agua y papel no casan, y fui más consciente la naturaleza frágil del formato físico, y que por mucha celulosa que acumules, lo importante es el recuerdo, la huella que dejan en uno.
Por supuesto, dicho esto, por supuesto que no he dejado de acumular papel.
Pero soy consciente de que se trata de material altamente perecedero.
Aunque al mismo espero que me sobreviva, un sentimiento encontrado que supongo le debe pasar a más gente. Encontré esta foto en un foro previo al huracán Milton.
Para ciertas cosas, sigo siendo impresionable.
Y tras esta breve introducción, volvemos a la actualidad.
Es por esto que dedico hoy este modesto espacio a llevaros hasta el sitio web de láminas a la venta de la pareja, que son, recordemos, los autores de El Día 3, Premio Nacional del Comic 2019.
Como decía, recordemos.
Esperamos que encontréis algo de vuestro interés con el que contribuir a la restauración, al menos material, del entorno de los autores. Igual el envío tarda un poco, comprendedlo.
Estaréis contribuyendo y al tiempo llevándoos algo chulo. No es extraño que haya tantos idiomas que usen la misma palabra para referirse a «crisis» y a «oportunidad» como son el chino
Hoy podría estar aquí, quejándome del bajo -ínfimo, nulo, casi negativo- nivel de los periodistas, capaces de soltarte cualquier mierda sin trabajo detrás, sin contexto ni perspectiva y…
Perdón.
Mucho se ha escrito (sobre todo aquí) sobre el noventerismo XXX-tremo y AWESOME! en los cómics, pero quizá haya quien dude de que no sea algún tipo de chiste interno o de exageración. De modo que el encontrarme con un nuevo título publicado en 1990 me llevó a considerar que quizá lo que hacía falta era echar un ojo a las cosas que se comenzaron a publicar en ese año.
Y no, no me refiero a Why I Hate Saturn.
Lo cierto es que tuvimos toda una serie de series en las de siempre que ya iban avisando, porque junto a New Warriors, Man-Hunter, Cloak & Dagger, Guardians of the Galaxy, Namor, Ghost Rider o The Atlantis Chronicles llegaban también… otras series:
Como vemos aún era moderada la evolución: Hawkworld, Spider-Man, Nomad o Lobo están aún tanteando las aguas de lo que sería. Ya sabemos cómo fue aquello de la evolución no solo de estas. Recordemos que el Hawkworld era la serie después de la mini, tal y como comentamos en la H, mientras que Nomad era una mini que tuvo luego otra… como comentaremos en la N, y el Spidey de TODD!… eso es Historia, claro. Y que Lobo tuviera su primera mini en 1990 tras haber sido creado en 1983 demuestra que todo necesita madurar. Mirad si no también de las otras. Los niveles a los que llegaría no solo Motorista Fantasma sino también Namor, por ejemplo, serviría para establecer toda una línea del ingreso en el noventerismo.
Pero, claro, eso no significa que no estuvieran ya ahí las raíces. Incluyendo las de aquello que realmente interesaban en aquel momento a las editoriales de cómic.
Comenzando por ese salto del audiovisual, series y películas, que ha sido siempre una de las señas del negocio del cómic:
Las adaptaciones de otros medios. Sí, todas estas – Robocop 2, Puppet Master, Police Academy, Logan’s Run, Roger Rabbit, Terminator, Married Whith Children, Alien Nation, The Prisoner, Darkman, The Walking Dead… ¿Qué? ¿No es esta la que luego adaptaron? Pero si se llama igual. Bueno, quizá es porque en los Noventas tuvimos el inicio de muchas cosas- que en algunos casos venían de minis o series anteriores, igual que algunas estaban aún en marcha, como la de Predator, o se reeditaban en un tomo, como Alien vs. Predator.
Ninguna de las cuales puede hacer sombra, por supuesto, a la adaptación cinematográfica de moda:
Por supuesto la adaptación de la primera película del Castigador buscaba ser lo más fiel posible, como vemos desde la portada.
Y, por supuesto, ayudar a sacar, reeditar y etc… mil títulos. Algunos nuevos, pero muchos de ellos simplemente ‘re-empaquetados’.
Aunque seguro que hay por ahí quien opine que el éxito del momento eran Las Tortugas Ninja. Solo porque fue la película independiente que más dinero hizo y blablabla. Aunque lo cierto es que la película trajo muchas cosas, como
El éxito, por supuesto, provocó también las inevitables parodias:
Que, por supuesto, no fue lo único que se parodió en ese 1990
Pero ese es otro tema.
El asunto es que el cine estaba en movimiento, y ya se veía que también habría pasos desde las viñetas allí
¿Qué? No me iréis a decir que esto es como lo de The Walking Dead.
El caso es que no solo vivimos un año lleno de películas,
también de tebeos que comenzaban con The Adventures of
pero, sobre todo, de esos tebeos que fueron llegando -más o menos, siempre hay más que contar pero podemos hacernos a la idea de que todos estos se publicaron en 1990, aunque no todos tuvieran material interno que se publicara por primera vez. Tanto los de arriba como los siguientes- y que iban apuntando ya a una manera ‘diferente’ de hacer las cosas.
Desde las que aún están en transición hacia otras cosas…
A las que se van acercando conceptualmente
y las que ya casi-casi que estaban allí:
Aunque, por supuesto, siempre había un hueco para lo de siempre…
Es decir, el trabajo de las mujeres, y los swimsuits.
Lo cierto es que de muchos de ellos -por no decir de todos- se podría sacar un posteo. O, incluso, se ha sacado ya…
En otros casos es cuestión de tiempo, de hecho todo esto iba a haber comenzando porque si uno le eche uno ojo a The A1 True Life Bikini Confidential
Lo que quizá llame la atención es poder encontrarse una historieta de dos páginas como:
Y, a la vez, una ilustración que sirve como juego metatextual del cómic que tiene al lado, al que claramente le roba el protagonismo pero que, además, nos demuestra que si tú estrenas una película en 1989 para 1990 ya va a haber una… ahm… reacción.
Ya, yo también me sorprendo de que esto no sea japonés.
En cualquier caso, por todo eso es importante conocer el contexto, los cómics y, por supuesto, las historias dentro y fuera de los mismos.
De lo contrario se puede acaba publicando cosas como…
esta.
Mucho mejor el fanfic/ fanart con tentáculos que el periodismo cultural. Dónde va a parar.
Pero, volviendo a lo que hablábamos, si todo esto ocurrió mirando solo 1990 imaginaos lo que podemos llegar a encontrarnos si se nos ocurre ir viendo el resto de años. Hummmm…