¡Un mes más, una letra menos! ¡POR FIN! Cuatro meses más tarde terminamos de una vez con la letra M. Una segunda parte bastante repleta -aunque no tanto, por suerte, como la primera-. Así que ya podemos ir empezando porque hay por delante muchos cómics y aún más… ¡MAJADERÍAS!
27) Miss Beverly Hills of Hollywood (1949—1950) / Miss Melody Lane of Broadway (1950)

Como hemos ido estableciendo en otras ocasiones, las decisiones creativas de intentar sacar cómics ‘para chicas’ lleva a tratar a las muchachas como seres extraterrestres con unos intereses desconocibles. Lo que llevaba a muchas de estas series, como esta sobre una aspirante a actriz que llevaba también a su novio y su -relativamente- traviesa hermana pequeña.

Además de eso teníamos también cómics humorísticos sobre Hollywood. Algunos de los cuales se podrían haber escrito ayer, debo decir.

Vamos, eso lo veo convertido mañana mismo en una peli protagonizada por Rhianna.
Por si acaso metían también breves ‘biografías en cómic’ -y luego también textos ilustrados, que es más barato- de distintas «estrellas» de Hollywood.
¿Que si todos los elegidos eran actores conocidos? Bueno, había de todo…



La sección, por cierto, iría ganando presencia en las portadas:




Publicada cada dos meses, alguien pensó que no era tan mala idea. Así que, a partir del número 6 -en febrero- los meses que no salía esta publicaban…

ahora con una nueva protagonista y una nueva localización. Pero no parece que la idea les fuera tan bien porque esta última terminaría su recorrido en julio, con su tercer número, mientras que la otra se quedaría en el nueve. De momento no han recuperado a ninguna de las dos pero siempre nos queda la esperanza de que retomen una nueva serie adaptada a los tiempos que corren… Miss Pantalla de Verde.
28) Mister E (1991)

En diciembre de 1980, en el número 31 dentro de la colección Secrets of Haunted House, se presentó de la mano de Bob Rozakis y Dan Spiegle, a un nuevo personaje.

Un aparente Detective de lo Sobrenatural de gafa con las lentes rojas, aparentemente ciego pero con ciertos conocimientos mágicos -o algo, la verdad es que tampoco parece muy efectivo- que se enfrentaría primero con un juez (que resulta ser un hombre ‘dos veces maldito’, como vampiro y como hombre lobo) llamado Kobold como antagonista, y luego con otra serie de casos de lo sobrenatural. De esta historia original ganaría una suerte de secretaria, Kelly O’Toole, que lo era del juez sin saber lo que este se proponía. Y seguiría con él bastante de fondo. Lo cierto es que la mayoría de las veces no parece estar haciendo gran cosa en la historia, la aparente irracionalidad, con la que jugaban en sus primeras apariciones, desaparece rápido. Hasta el punto de que dejaría de protagonizar las portadas de la serie en el 36. El 38 regresaría a ella, de nuevo con Kobold de enemigo, pero sin éxito de nuevo. En el 39 le darían un nuevo personaje secundario, David Neu, y tratarían de darle algo más de importancia a Kelly. Con éxito dispar porque Mister E seguía estando de fondo de las limitadas historias cortas, así que para el 41 veríamos su última historia. Aunque la cabecera duraría aún hasta el 45.
No volveríamos a saber de él hasta que en 1990, en The Books of Magic, se nos presenta una versión post-crisis bastante peculiar. Formaría parte de la Trenchcoat Brigade y no se parecería más que en parte del aspecto. Por supuesto los cambios son los esperables por Gaiman: Ahora es una persona a la que violaron y maltrataron en su infancia, su propio padre le dejó ciego y la religión causó que se convirtiera en poco menos que un fanático. Motivo por el cuál nunca conviene preguntar ¿Qué hay de autobiográfico en la obra? a los autores. En cualquier caso este grim’n’gritty noventero sería el punto de partida de la serie propia del personaje obra de K. W. Jeter y John K. Snyder III, con unas portadas de Merritt Dekle -lo único que haría para DC– que están bastante lejos del dibujo interior. Aunque es de suponer que la parte de Vértigo-antes-de-Vértigo esperaba que estas cosas funcionaran.
Durante la historia nos encontramos con otros dos personajes que resultan ser partes de su ser. Una de las cuales acaba muerta, claro.
Eso no impide que Gaiman saque lo que parece una versión alternativa, El Eremita, en Muerte: El alto coste de la vida. O que le recuperen para apariciones concretas como la de Underworld Unleashed en 1995 o Trenchcoat Brigade en 1999, ya llegaremos a esas letras. Además de las distintas secuelas del asunto.
O que durante el oscuro paréntesis de los New 52 apareciera como un enemigo de Constantine. Luego ya se les pasaría porque volver a lo de Los Libros de la Magia era lo más sencillo. Al volumen 3 en 2018, en concreto. Aunque más adelante -en enero de 2022- volveríamos a verle en un anual:

En el que quedaba claro que volveríamos a saber de él… (Y que Constantine es bastante veleta). Exceptuado el asunto de que la serie regular llevaba cerrada casi un año para entonces y estaban apareciendo como complemente de la Justice League. No, yo tampoco sé por qué. Y dado que aparece solo como, digamos, una mención a una historia en curso que no se llegó a completar… Bueno, supongo que el universo DC es también eso. No sé si siempre o a veces.
29) Mr. Majestic (1999—2000) / Majestic (2004—2005) (2005—2006)

En enero de 1999 se hizo efectivo el acuerdo de compra de DC y Wildstorm. Mr. Majestic, creado en 1994 por Jim Lee y Brandon Choi para WildC.A.T.s #11 (1994), tuvo serie propia en septiembre.
Con guiones de Joey Casey y Brian Holguin y dibujos de Ed McGuiness los seis primeros números y Eric Canete -con Juan Vlasco– los tres siguientes… y últimos. Casi podríamos decir que es la puerta a un mundo nuevo. Los seis primeros son números casi-independientes, con un pequeño arco de fondo. Los tres últimos son una historia contada en tres partes, con una interdependencia muy clara y, a la vez, una dudosa necesidad de usar tres números para contar el asunto.

Esto terminaría con una metanarración en la que explica que va a explorar otros universos. Como parte de las decisiones de unir -o probar a unir de alguna manera- el universo Wildstorm con el de DC. De entrada como parte del multiverso. Lo que explica que pase a hacer unas visitas a Superman. Bueno, para que una tormenta temporal -o algo- le lleve a Metrópolis en lugar de Superman. Tanto da. El caso es que le tienen tres números y luego hacen lo esperable…

Darle una serie propia. Es un héroe que ha perdido su mundo (y el Míster de delante del nombre) y ahora se encuentra en Metropolis, sin saber cuándo volverá y teniendo que adaptarse. Así que establece unas nuevas reglas. Cambia algo su cabeza, le da un pueblo y algunos secundarios y deja preparadas las cosas para que quien quiera entender el cambio sucedido entre su vida en Wildstorm y lo siguiente pueda rellenar los huecos. Sí, lo siguiente, porque en realidad esta mini de Abnett y Lanning con Kerschl sirve, sobre todo, para organizar las cosas hacia:

La serie regular de Abnett y Lanning, y Neil Googe. Que, irónicamente, no comienza en esa nueva situación sino con Majestic regresando junto a Superman y Erradicator a la Tierra-Wildstorm para encontrarla vacía de personas y animales. Decisiones. Más aún cuando no parece que tengan muy claro tampoco qué hacer porque ese mismo año comenzarían una serie de eventos, primero con Captain Atom: Armageddon hasta llegar a 2008 con World’s End. La asimilación de Wildstorm estaría terminada y el relanzamiento de New 52 ya incluiría a su personajes dentro del Universo DC.
En 2012 aparecería Team 7 -el segundo volumen- en el que se presentaría el nuevo Majestic, James Bronson, un experimento para replicar a Superman. En fin.
Después de eso le hemos visto poco. Y con poco contexto detrás. Ahora mismo suele mencionarse dentro de ese Team 7 en el que estaba Deathstroke también, pero parece que no tienen claro qué más hacer con él. Así que será cuestión de esperar y ver.
30) Mister Miracle (1971—1973,1977—1978) (1989—1991) (1996) (2017—2019) / Mister Miracle Special (1987) / Seven Soldiers: Mister Miracle (2005—2006) / The Black Racer and Shilo Norman Special (2017) / Mister Miracle: The Source of Freedom (2021—2022) / Mister Miracle: The Great Escape (2022)

Con lo tranquilo que estaba yo y ya empiezan los follones…
Mister Miracle se presentó en 1971, en aquel momento en que dejaron regresar a Kirby a DC con absoluta libertad creativa. Y uno de los resultados fue la creación de este personaje, Scott Free, dentro de todo lo relativo al Cuarto Mundo (Y, por supuesto, pasando a saludar por alguna de las otras series). Bueno, su creación, y la de Oberon, de Big Barda, de Ted Brown. Os hacéis a la idea. De hecho, para el número 15 presentó también al que se convertiría en una especie de sidekick/ aprendiz de Miracle:

Ya sabéis, la famosa ‘inclusión forzada’ de… ahm… 1973.
Lamentablemente las ventas siempre han mandado así que para el número 18 tuvimos una reunión de villano, una boda de emergencia,

…pero muy de emergencia, una serie de despedidas no-muy-explicables y -a la vez- no muy comprensibles,

Para concluir con lo que solo puedo considerar ‘unas vi´ñetas icónicas’.

Esto era marzo de 1974… y para septiembre de 1977 Mister Miracle regresaba, con Steve Englehart y Marshall Rogers. Y en su número 19, por supuesto.

¿Qué es lo que había pasado entre medias? Más allá de una aparición en The Brave and The Bold ese mismo 1974 que parecía un genérico de aventura que no encajaba por ningún lado con la continuidad hasta el momento, y que es es de suponer que fuera un guion preparado anterior, quizá incluso de promoción, que salió en el peor momento posible. Lo que ocurrió fue que se hizo una prueba de relanzamiento.
En 1976, y dentro de la colección -casi podríamos decir que iniciativa- 1st Issue Special, en su número 13, Gerry Conway y Dennis O’Neil con Mike Vosburg a los lápices presentaban Return of the New Gods. Una historieta que servía, sobre todo, para presentar el nuevo aspecto de Orion.

El mismo título con el que retomaría la colección en 1977, continuando -eso sí- la numeración de New Gods. Algo similar a lo que ocurriría con nuestro Mister Miracle.
Los cambios fueron, eso sí, notables. Barda era secuestrada, Mister Miracle regresaba pero se reencontraba solo con Oberon, y juntos iban a rescatarla. Lo que nos lleva a tres números en los que Barda poco menos que está tumbada. Y luego otro en el que directamente no estaría. Para el 23 el guión pasaría a Gerber, que recuperaría a Barda y a Ted Brown y… poco más porque en el 25 la cancelarían de nuevo. Por supuesto eso que vimos en 1978 no sería lo último.
En octubre de 1980 los follones de los Nuevos Dioses pasaron por Justice League of America 183, la primera parte de su encuentro anual con la JSA. Y parte de lo que podríamos llamar los movimientos para establecer a Darkseid como enemigo de Superman y la JLA. Lo que, a su vez, favorece que personajes como Mister Miracle aparezcan por las páginas de sus cómics cuando hay sarao. En movimientos no siembre sencillos de explicar, he de decir…

El caso es que el personaje está claramente… integrado… dentro del Universo DC. Lo que favorece siempre nuevas etapas. La suya llegó en 1987. Es decir:

Efectivamente, en ese año logra ser parte de la Liga, lo que conlleva no solo más apariciones en otros cómics como parte de grupo, también visitas a los títulos que van logrando otros compañeros como Booster Gold o Blue Beetle. En 1987 tiene un especial guionizado por Mark Evanier y dibujado por Steve Rude.

Y, finalmente, en 1989…

Un segundo volumen de sus aventuras, esta vez con J.M. DeMatteis y Ian Gibson. La serie intentaba llevar el tono ligero y humorístico de la Liga contando los intentos de normalidad de sus personajes, y un cierto elemento de enemistad-cómica entre los personajes propia de la sitcom de la época. Para el 6 colaboraría (por vez primera, reaparecería más tarde en otro número) en los guiones Giffen -con aparición de G’Nort– y otro dibujante en lugar de Gibson, el inicio de unos cambios que concluirían en el número 8 con Len Wein de guionista y Joe Phillips de dibujante. Este aguantaría como dibujante -con algún sustituto puntual- toda la colección. Pero el guionista pasaría ser Doug Moench para el 14, quien para el 21 se trae de vuelta a Shilo Norman para continuar lo que Kirby inició.

Sep, entrenarle para ser el nuevo Mister Miracle. Y, por cierto, una demostración mediante la moda de que los noventa fueron noventeros de muchas maneras. (Y eso que no he querido mostraros la ‘barba sin bigote’ que se acabó dejando Free).
Durante estos años los personajes seguirían apareciendo aquí y allá, sobre todo por los títulos de Superman, pero también por la Liga, en donde Shilo Norman sería ‘descubierto’ y considerado un impostor. Una vez dadas las explicaciones necesarias de tan divertido equívoco se cimenta su condición de sustituto, algo que facilita el final de la colección en el número 28 a mediados de 1991. Curiosamente cercano al original de Kirby, con Miracle y Barda teniendo que volver con los Nuevos Dioses y dejando detrás a Oberon y Norman -que tomaría en teoría el manto de Mister Miracle-. Pero esta vez con tiempo de despedirse del resto de secundarios de la serie, y con una sorpresa, Barda conocería a su madre.
Después de esto volveríamos a las vueltas, en Eclipso (en 1994) aparecería como parte de la JLA, pero para lo que hace podemos pensar que era Norman el que estaba bajo el disfraz. O algo.
Pero estaba claro que tenía que regresar, y eso es lo que haría en 1996…

en la tercera versión de su título, esta vez con Kevin Dooley en los guiones y Steve Crespo en los dibujos. Dooley era más conocido como editor de DC, aunque había publicado algunas historias cortas, cerrado The New Guardians y tenido una corta estancia en Green Arrow. Crespo, por su parte, venía de la muy noventera Anima (y después de esto no haría mucho más, pasando a trabajar para Nickelodeon).
El punto de partida, con Free rechazando sus deberes con Nueva Génesis -incluyendo su ascensión y cambio de nombre y poderes- lleva a… de alguna manera: Secuestrar a Barda. No él, sino el Black Racer. Mientras las dos caras de los Nuevos Dioses se ponen en su contra. Ellos acaban en la Tierra y Barda se enfada con Scott y se va a vivir con las Amazonas. Que es lo que pasa cuando tienes autores que no saben escribir parejas. O quizá es porque lo de Mister Miracle era un papelón, y por eso le han vencido las tij… da igual. Pero eso explica que más de la mitad del número seis fuera un cuerpo entre Barda y Wonder Woman. Lo cierto es que para el 7 ya la habían cancelado, con un aviso de que habían desaparecido Apokolips y Nuevo Génesis. Y un rótulo diciendo que para seguir con el personaje se leyeran New Gods, que en ese momento iba a ser relanzado en el número 12 con John Byrne como dibujante y guionista.
(En medio de aquella serie se publicaría la mini The Final Night de Karl Kesel y Stuart Immonen, como parte de las fuerzas que intentaban parar a un Sun-Eater. )
Lo de New Gods duraría hasta febrero del ’97, para ser relanzado al mes siguiente con un nuevo título. De John Byrne, claro. Mucho. Byrne escribía, dibujaba, entintaba y rotulaba. Así que la nueva cabecera se llamaba, obviamente, Jack Kirby’s Fourth World.
En ella, por cierto, además de Scott Free se recuperaría a Shilo Norman en una extraña trama secundaria sobre una muchacha que les visita a él y a Ted Brown asegurando ser la hija de Oberon. Una trama de la que Byrne se iba olvidando y que acaba resolviendo casi de cualquier manera -y casi mejor con el melodrama que monta- en el 12. Y no volverían a salir, claro.
En cualquier caso la serie llegó hasta el 19, en septiembre de 1998. Por medio Byrne había sacado una mini llamada Genesis. Ese mismo año volvimos a verle por la JLA, luego por Day of Judgment en 1999, y, finalmente, por el Orion que sacaron en el 2000.
Curiosamente al año siguiente reaparecería Shilo Norman en Joker: Last Laugh. Que quizá facilitó que en 2005 Grant Morrison le convirtiera en uno de sus Siete Soldados oficializando por primera vez en un título el nombre de Mister Miracle para él aunque llevara ejerciendo desde los noventa.

Poco más en aquellos años. Menciones, recuerdos, flashbacks de compañeros de la Liga o de Barda, la reaparición en 2007 en Firestorm para Battle of the New Gods de Shilo Norman… Y entonces, a final de año, llegaría otro de esos eventos canónicos:

Death of the New Gods comenzaría, por supuesto, quitándose a Barda de en medio. Miracle moriría antes de que acabara la mini. Y luego hay una explicación final de Starlin. Así que en teoría se hubiera acabado allí lo suyo.
En 2008 sería Shilo Norman el Mister Miracle de la Final Crisis, y el que acompañaría en 2011 el que aparecería con la JLA durante Brightest Day. Y entonces, como suele pasar con DC, llegó The New 52. Durante el follón que fue ese lustro (recordemos, de 2011 a 2016) lo cierto es que si se llegan a descuidar Mister Miracle no aparece. De hecho Shilo Norman no llegó a aparecer, y Scott Free lo hizo con la fiesta a punto de terminarse. En el Justice League -volumen 2, claro- 40, en junio de 2015. Por si os lo estábais preguntando: Sí. Tiene que ver con Darkseid. Concretamente con lo que llamaron The Darkseid War. Y allí que aparecerá hasta el 50 para arriba y abajo, casi el cierre de la misma -de la colección y de la versión del universo, porque ya estábamos en 2016, y de verdad que pocas cosas cerraron- en una batalla sin mucho sentido en el que Barda acaba pactando con las Furias quedarse con ellas después de la batalla a cambio de su apoyo durante la misma. Lo hace también para tener vigilado al nuevo amo de Apokolips, Lex Luthor. Como decía, mucho tardaron en resetearlo.
¿Que si no hubo innovaciones por la cosa esta? Bueno, como siempre en esa época. De entrada Scott Free era su nombre para encajar entre los humanos, en realidad él era Scot. Sí, Scot. El Dios de la Libertad. En serio. No sabemos si de las Terracitas también, pero con la de años que pasó en Apokolips es más que posible. La historia del intercambio, con Metron por medio… vamos a dejarlo en que es una historia. Pero bueno, da igual, porque en realidad solo existió un año y algo.
Para el Rebirth de DC aparece como mención o representación, como un personaje ya existente, dentro de esa nebulosa continuidad en la que se ha abandonado la de los New 52 para casi todo mientras se usa también la post-Crisis y se decide cada vez qué es y no es Canon dentro de ese movimiento ‘Canon es lo que yo digo que es en ese momento y en cuanto de de estar aquí y ahora diciéndolo lo mismo deja de serlo‘. Ojalá alguien hubiera tenido la idea de que no sepas cómo es la continuidad de algo hasta que no abres y miras. Pero no se me ocurre ningún ejemplo, por supuesto.
Así que podríamos decir que sus primeras apariciones reales -o más reales- son en 2017 en Bug!. Lo que, supongo, tiene sentido. Algún sentido. En cualquier caso la aparición de Shilo Norman la hizo ese mismo año. Con su nombre.

Que podían haberle puesto el nombre de personaje, pero en fin. También le cambian el peinado. Ya habéis visto que aquí toca uno en cada momento.
Hablando de tocar, ese mismo mes salía la que es de esperar que fuera la motivación para no sacar el título, que ya podían haberlo sacado en otro mes, pero en fin… ¿quién entiende a DC? Se trata de

el cuarto volumen. ¿Y logra ser tan GENIAL! como el anterior? Pues no. Lo es más. Con la habitual ronda de reciclajes y de creerse muy listos por usarlo, si no os habéis aburrido ya de todas esas muertes, giros y dudas sobre la realidad que ya vimos en el anterior volumen o en Death of the New Gods es una suerte que podamos seguir con más de lo mismo. Aunque supongo que vender como novedad restos calentados es también un arte.
Normal que luego en 2019 tuviéramos Female Furies, que no tiene nada que ver con esto, aunque a estas alturas, ¿quién espera que haya alguna continuidad con tanto reboot?. Teniendo en cuenta que a la vez están las broncas con Atlantis, lo que quiera que fuera lo de Doomsday Clock, el follón de Dark Knights y Dark Crisis y Dark nosequé, que hay más góticos ahora que en los noventa.
Mientras Shilo Norman reaparece en 2018 en Sideways, como parte de los Siete Soldados de la Victoria. Dos años después aparece echando un ojo en el complemento Action Comics de Midnighter, por los títulos de los Titanes -por algún motivo- y como protagonista en 2021 de…

Por si os lo estáis preguntando, sí, le vuelven a cambiar el corte de pelo. Parte de la trama da vueltas sobre si Mister Miracle -este- debería de reconocer que es negro. Y también un enemigo que parece sacado directamente de los noventa. Que quizá penséis que exagero pero… Yo lo pongo y ya decidiréis.

Por supuesto la historia se monta un follón multiversal, que es a lo que estamos ahora. Os lo explicaría pero, ¿realmente es necesario? Digamos que este no es nuestro universo, al margen de que ya no sepamos en qué universo estamos.
Y la siguiente vez que Mister Miracle protagonizó un cómic, al año siguiente, sería en otro lado del multiverso.

¿Qué? ¿Os he dicho yo si es Shilo Norman o Scott Free? Pues eso. Un cómic juvenil que hace todo lo posible por acercarse a un manga, o algo.
Y como esto da tantas vueltas como el tambor de una lavadora, y con un sentido de la trama similar, para 2025 le hemos recuperado en The New Gods. Sí, otros.

Pero al final andamos siempre con las misas, parece. Así que ya veremos qué es lo próximo que nos toca.
Sí, he logrado escribir todo esto de Mister Miracle sin hablar ni una sola vez de Funky Flashman y Houseroy. Un prodigio de contención, eso soy.
31) Mr. District Attorney (1948—1959)

En 1939 se comenzó a emitir una radionovela, Mr. District Attorney, que se iba encontrando con distintos casos criminales. Siguiendo la famosa táctica de ‘sacado de los titulares’.
El éxito fue suficiente como para que en 1951 diera el salto a la televisión. No fue un gran éxito así que la cancelaron en 1952, pero en 1954 decidieron revivirla como serie en sindicación. Como si fueran Los Vigilantes de la Playa, vaya. Esa vez duró dos temporadas, hasta 1955. Para su final llevaba varias temporadas en la radio -terminó en 1953- y algunas películas (dos en 1941, otras en 1942 y 1947). Además de, claro, un cómic. Quede esto como testimonio, mínimo, de lo que puede olvidarse el éxito en unas décadas.
Pero bueno, volviendo al cómic, ya veis que no solo duró unos años, sino que terminando en 1959 fue lo último que desapareció del personaje. También publicaron un libro que tenía en la esquina una ilustración, de manera que podía ‘animarse’ manualmente. Pero aquí nos interesan los cómics, así que podemos decir que fueron 67 números, con distintas aventuras más o menos fantasiosas -hay algún scoobydoobismo, algo de disfraces, cosas que hubieran costado más en la televisión o no hubieran sido tan vistosas en la radio, claro- pero no tuvo expansión en ninguna dirección dentro de DC. Ni su personaje apareció en otros títulos ni -fuera de los anuncios- los personajes de DC aparecieron por aquí. Y eso que Dos-Caras apareció por primera vez en 1942.
32) Mister Terrific (2011—2012) / Mr. Terrific: Year One (2025—)

Si esperáis que os haga la ficha completa de Mister Terrific vais dados. Que podría, claro, pero que para qué. Hago un resumen y ya habrá oportunidades. El primer Mr. Terrific, Terrence Sloane, aparecería en 1942 en Sensation Comics. Y moriría, en teoría, en 1979. Lo que no le impediría regresar alguna vez como fantasma. El segundo, Michael Holt, aparecería en Spectre 54 -en el volumen 54- en 1997. Y por allí siguió, sobre todo en JSA aunque no solo. Y entonces llegó los New 52. Y sacaron esto que duró 8 números enteros.
Y eso fue antes de que el personaje -bueno, otro Holt, Curtis… con un estilo diferente, digámoslo así- empezara a aparecer en Arrow.
Luego tuvo follón con el Nth Metal, dio varias vueltas más (Quizá penséis que voy a hablar de The Terrifics, pero ya llegaremos a la T) y para 2025…

…volvieron a las andadas. Porque sale en la peli de Superman. Aunque hay que recordar que el que lo interpreta es Edi Gathegi, no Aldis Hodge (distintas películas). Es una historia en el pasado, que es por lo que el estilo de la parte del pasado es Hawkeye.
Pero, por supuesto, siempre hay viñetas a rescatar:

33) Mnemovore (2005)

Terror tentacular y horror cósmico, con una atleta retirada tras una lesión que se encuentra con que ha perdido recuerdos. Puede que sea por la lesión, o por el terror tentacular. A veces esas cosas es difícil de distinguirlas.
34) Mobfire (1994—1995)

Lo más sorprendente de este cómic es que es anterior a Los Soprano. Pero, bueno, siempre hemos tenido obras de Organización Criminal, sobre todo de mafias. Y no me refiero a los representantes de autores. Aquí, además, hay algo de magia -sección vudú diría yo- y hasta una visita de Constantine. Teniendo en cuenta que el último número además de zombies tiene varios bebés psiquicos muertos… digamos que es una obra al menos particular.
35) Monkey Prince (2021—2023)

En DC a veces intentan cosas. Entendiendo ‘cosas‘ como ‘conquistar el mercado chino‘. Con éxito… vamos a decir que desigual. El caso de Monkey Prince es bastante claro.. Quiero decir, su primera aparición la hizo en DC Festival of Heroes: The Asian Superhero Celebration. La sutileza.
Luego tuvo 12 números que claramente podrían haber sido muchos más pero parece que la cosa no acompañó. Es una lástima aunque algo comprensible, porque aunque Gene Luen Yang se encargara de los guiones para los guiones no buscaron a un Cliff Chiang o Afu Chan sino a un creador de estilo más genérico de superhéroes. Y les metieron en un crossover, claro que sí. Lazarus Planet.
Luego aparecería aquí y allí, reencontrándose con Damian Wayne y, claro, el Ape-ril Special de 2024. Porque, bueno… monos. Aparecería también por los líos de Absolute Power y en navidades para Batman/Santa Claus: Silent Knight Returns en el cambio de año. Y de momento no tenemos más, pero espero que alguien en DC le esté dando vueltas a lo mucho mejor idea que sería convertirlo en una serie de cómics autoconclusivos en la sección juvenil.
Con Gene Luen Yang a ser posible, que claramente tiene la idea de que esta versión del Rey Mono -quizá el héroe de la mitología asiática más conocido- que hace lo suyo adaptándolo a un nuevo contexto pero manteniendo la inspiración original aquí contraponiendo la historia clásica del Rey con la juvenil del Príncipe. Y es que incluso los claros intentos de sacar pasta de DC pueden hacerse bien con buenos autores detrás. Que, aunque no lo parezca leyendo sus cómics regulares, siguen existiendo.
36) Monolith (2004—2005)

Justin Gray y Jimmy Palmiotti debieron de pensar que podían usar la historia del golem para hacer una maxi. Lograron 12 números, sacaron una aparición en lo que estaban haciendo en este momento – Hawkman, concretamente- y, una vez terminado, decidieron ver dónde podían seguir sacándolo. Así que -aunque solo saliera fuera de sus cómics como cameo durante la Infinite Crisis-fue parte de la Battle for Blüdhaven durante 2006 y en 2009 los sacaron en su Power Girl. Y después… ya estuvo. Sobre todo porque Palimiotti y Gray lograron mantener los derechos del personaje… que ahora tienen en Image. Así que imaginaos las risas no ya para que lo fuera a usar alguien -quiero decir, es un golem, no es que sea muy complicado sustituirlo- sino para hacer las reediciones.
37) Monster World (2001)

Esta historia de ciencia ficción con personajes superdeformed y estética más allá de lo dosmilero es uno de esos cómics que sacó Wildstorm cuando ya era parte de DC. Es de suponer que Scott Lobdell tenía los contactos y las ganas de trabajar junto con Carlos Meglia. Y el resultado fue este particular cómic. No solo porque Lobdell no es Carlos Trillo, o porque la serie animada de Cybersix tuvo un recorrido que quizá no fue el esperado. El resultado aquí es un tanto similar. Teniendo en cuenta que termina diciendo que al final son 6 números -‘la primera miniserie’- y enseñando las portadas que podrían tener, para seguir diciendo que sus lectores tienen la posibilidad de que siga adelante y se hagan realidad. Que no, claro, porque… bueno, a veces hay ideas que simplemente parecen existir para poder señalarlas y decir: Mira, en este momento los cómics eran así.
38) Moonshadow (1994—1995)

¿Que cómo le funcionó? Pues cumplió su contrato con Marvel y publicó este cómic de 1985 a 1987… Y para los noventa estaba en DC… Y en cuanto pudo… ¡volvió a publicarlo! Esta vez en Vértigo, claro. ¿Cómo no valorar a un héroe que supo vender dos veces el mismo trabajo y, además, conservarlo?
Sí, porque conservó de nuevo los derechos, por si tenían que volverlo a vender.
¿Que si volvió a vender otra vez una tercera vez el mismo cómic? Eso es material para otro día.
39) Mostly Wanted (2000)

Está claro que Lobdell cada vez que podía hacía un cómic. Por lo menos en WildStorm. Esta vez el dosmilerismo lleva aún noventerismo residual en el ADN. Eso y fan-service.
No, no exagero. Quiero decir…

Ni un poco.
Podría poner más ejemplos pero para qué. Lo importante aquí es que Lobdell terminó el cuarto número en un cliffhanger -sacado de una película, claro- con la duda de si la serie seguiría tras estos cuatro números. Creo que ya sabéis la respuesta. Claramente no hicieron suficiente fan-service. O no era en DC donde tenía que haberlo publicado.
40) Motherlands (2018)

A veces los cómics van así, sobre mujeres, clones, relaciones maternofiliales, con una forma distinta que puede enseñar penes o pechos pero de una manera notablemente distinta a la de Mostly Wanted. Como se puede comprobar:

Aunque supongo que es la vieja frase. Cada uno tiene su propio kink. En cualquier caso Si(mon) Spurrier y Rachael Scott lograron un cómic ciertamente particular. Me pregunto cuánto influiría para que la segunda acabara dibujando una corta temporada de Supergirl.
41) Mother Panic (2017) / Mother Panic/Batman Special (2018) / Mother Panic: Gotham A.D. (2018)

A veces las editoriales se empeñan en cosas. Por ejemplo, en mover algo de un sello editorial nuevo, a ver si cae la breva.
Esa es la presentación que podemos necesitar para Mother Panic, o Violet Paige, una vigilante que sigue el clásico: La mandaron a una escuela experimental pero en lugar de ser Método Montessori, resultó ser Método Te-Convertimos-En-Una-Máquina-De-Matar. Uno nunca sabe qué le va a tocar en estas escuelas. Y, por supuesto, en cuando estuvo fuera se hizo un traje y equipamiento para acabar con la escuela y sus responsables. Que es, sin duda, un propósito loable para cualquier persona. Mucho mejor que montar un Sandy Hook por lo menos.
Así que primero presentaron al personaje dentro del número especial para presentar el sello nuevo –Young Animal, concretamente- en 2016 con DC’s Young Animal Ashcan Edition. Luego vendría esta primera maxi de 12 números que ocupó todo 2017. Incluyendo una aparición como complemento en el ejemplar de marzo de ese año en Shade, the Changing Girl. También del grupo, claro.
Al año siguiente lo que intentaron fue montar un evento, las Milk Wars. Y como Mother Panic era la de Gotham estaba claro lo que le iba a tocar:

Seguido de la aparición en el especial JLA/Doom Patrol. Una forma de que el resto de compradores -sí, mucho optimismo hay en llamarlos así- de Young Animals les conociera. Y, tras esto, lanzaron una segunda serie, intentando hacerla más atractiva a los compradores… es decir:

Que quede más clara la parte de Gotham. Esta vez solo le dieron seis números, eso sí. Y no pasó de ahí. Ni -de momento- apariciones en títulos de la Batfamilia, ni paseos por el resto de series -como el fin de fiesta de Doom Patrol-, ni nada de nada.
A veces las editoriales se pasan dos años intentando que algo funcione y luego… No diré que lo desechan. Simplemente lo guardan porque quién sabe qué puede ser de utilidad dentro de unos años. O décadas. O ya veremos.
42) My Buddy, Killer Croc (2022)

La colección de tomos autoconclusivos de infantil-juvenil es uno de los grandes éxitos del DC reciente. Como demuestra que se pueda hacer una historia sobre un chaval con una cicatriz -o algo- en la cara, que acaba de llegar a Gotham, y es fan de un luchador… Killer Croc.

y sí, el dibujo de este cómic es de los que envidiarían muchos de los ‘de adultos’.

Más aún si acaba siendo un cómic sobre matonismo -sobre que no siempre está tan claro quién está siendo ‘el malo’, además; o quiénes son tus amigos- y las dificultades de crecer. Otro ejemplo de la magnífica labor editorial que DC está haciendo en los sitios que no tienen compradores por inercia. O no los tienen… aún.
43) My Faith in Frankie (2004)

A Mike Carey las cosas religiosas le gustan. Y Sonny Liew es un gran dibujante. Supongo que no hacía falta mucho más para que montaran esta historia -contada en cuatro grapas- que hoy en día probablemente podría haber salido directamente como un tomo. Pero, bueno, que lo importante es ser consciente de que más allá de los follones de novios tóxicos y los líos sobrenaturales, con un final ciertamente avanzado y, como decía, Carey a los guiones y Liew a los dibujos. Hay cómics que se han reeditado hasta la saciedad con mucho menos.
44) My Greatest Adventure (1955—1964) (2011—2012)

La historia detrás de My Greatest Adventure debería de ser sencilla de contar. Así que podéis esperaros cualquier cosa. Lanzada en 1955 como título contenedor de historietas de Aventura, Acción y -si toca- Fantástico -más SciFi que Fantasía o, desde luego, Terror, que para eso tenían otros títulos, pero ya os hacéis a la idea-. El tipo de publicación que comienza con una historia llamada I Was King of Danger Island, que lleva en su portada la tercera historia, My Cargo Was DEATH! y cuya historia intermedia es I Hunted a Flying Saucer!. La idea era sacar historietas contadas en primera persona, de ahí tanto título con I y con My, daba igual que se tratara de cosas más creíbles como I Fought a Live Volcano o de I Was A Cop from Outer Space. Según pasaran los números las historias irían tendiendo hacia el lado fantástico -sin duda os sorprenderá- y también se irían abriendo hacia el We, que siempre es de agradecer. Parecía estar funcionando lo suficiente como para pasar de su inicial salida bimestral a cambiarla a partir de su número 23 por una mensual. Mientras seguía ofreciendo historietas de interés para sus lectores, claro.

Para su número setenta -en los años sesenta- parecía que los intentos de meter historias sin esa primera persona se iban haciendo más habituales. En el 78 no habría ya ningún pronombre entre los títulos de las tres historias. Y para el número 80 llegaría la sorpresa…

La Doom Patrol acapararía las tres historias. Bueno, en realidad dividiría la historia suya en tres capítulos titulados un poco al estilo de lo que venía siendo habitual en la cabecera. Pero lo cierto es que de la Doom Patrol ya hablamos en la D. Porque, a partir de aquí y hasta el número 85 sería La Patrulla Condenada la que se ocupara de llevar el título adelante, y tras la prueba de esos seis meses el nombre cambiaría, tras My Greatest Adventure 85 pasaría a ser Doom Patrol 86.
Pero, por supuesto, el peso histórico de las cabeceras se mantiene. Igual que la necesidad de renovar los derechos. Así que en 2011 DC decidió traerla -brevemente, 6 números- de vuelta.

Lo protagonizarían, eso sí, historias separadas. En la primera de ella tendríamos a Robotman -un guiño al final de la colección original-, obra de Matt Kindt y Scott Kolins. Las otras dos las protagonizarían Garbage Man y Tanga. Sí. Esos son los nombres. Dos personajes que habían aparecido por primera vez con un truco similar en Weird Worlds -ya llegaremos a la W– y que no volverían a aparecer después de este segundo truco. De Garbage Man se encargaría Aaron Lopresti como autor casi-completo (las tintas serían de Matt Ryan), mientras que la de Tanga sería Kevin Maguire como autor completo. Los mismos equipos que en el anterior intento.
Y poco más hay que contar aquí, salvo que ya volverá DC a necesitar renovar el título, claro.
45) My Name Is Chaos (1992)

Una nueva historia de Tom Veitch intentando darle una vuelta a la cosa superhumana. Lo hace, por supuesto, con un entorno distinto, en este caso las colonias de Marte. Con intrigas, guerras, seres fantásticos y dándole vuelta a lo que parece que él considera las dos ‘fundaciones’ de Lo Superhumano por delante. Un elegido por Seres Inmortales Casi-Fantásticos para ser el portador de importantes poderes. Una persona a la que un científico lleva con sus conocimientos más allá de los límites de la maravilla. Todo ello con un estilo que mira más a lo francobelga, así que supongo que es una pequeña rareza para DC. Y lo esperable en, digamos, la Heavy Metal. El contexto a veces tiene estas cosas.
46) My Name is Holocaust (1995)

Holocaust era parte del dakotaverso, la línea Milestone o como lo queráis llamar. Era algo así como el villano dentro del grupo. Luchando muchas veces contra Tech-9 hasta salirse para actuar directamente como un criminal. De hecho esta mini de cinco números salió durante la publicación de Blood Syndicate, sirve para explicar un cambio significativo y, además, para contar ese paso de miembro del grupo -o de un par ellos, si contamos Star Chamber– a jefe criminal a buscar la afiliación con el grupo de grandes criminales -jefes mafiosos, no supertipos- del momento. Que, además, irían llevando a la mini-serie y evento Long Hot Summer. No puedo decir que sea de lo mejor del dakotaverso pero, claro, el nivel era alto. En cualquier caso está claro que hasta para estas minis se lo pensaban.
47) Mysteries of Love in Space (2019)

Empecemos por el final, porque este número especial fue un intento de recuperar una serie de la que hablaremos a continuación. Pero lo hizo como especial para San Valentin. Y con bastante humor. Así que recuperaban la cabecera para contar particulares historias. Con los Nuevos Dioses y Superman y Lois, pero también con Kilowog, Bizarro, Hawkgirl, Space Cabbie y, por supuesto, Adam Strange. ¿Que por qué ‘por supuesto‘? Eso os lo cuento en el siguiente apartado.
48) Mystery in Space (1951—1966,1980—1981) (2006—2007) (2012) / DC Comics Presents: Mystery in Space (2004)

Comenzó a publicarse en 1951, con Julius Schwartz como editor, para dar cabida a historias espaciales. Más de aventuras que de misterio, pero como la otra se llamaba Strange Adventures era bastante lógico. Publico distintas personas y personajes, además de historietas sueltas. Pero solía haber una historia principal con algún personaje, comenzando por los Knights of the Galaxy los 8 primeros números, el 16 al 25 Interplanetary Insurance, Inc., del 21 al 47 aparecería con cierta frecuencia Space Cabbie, y… en el 53 llegó Adam Strange. Que venía del Showcase y se quedaría aquí hasta prácticamente el 102. Mientras seguía compartiendo cabecera con otros personajes como Star Rover -salteado del 66 al 86-, Space Ranger -92 a 103-, Ultra the Multi-Alien (103 a 110) y algunos que aparecieron solo unos pocos como Hawkman (87-90) o Jan Vern, Interplanetary Agent (100 y 102).
En realidad el estilo del cómic iría cambiando también. La primera versión, con los Knights of the Galaxy como decía, incluía también algo de divulgación en páginas y artículos. A partir de la aparición de Space Cabbie sería más habitual que se fueran añadiendo personajes recurrentes y no solo historias cortas más una recurrente. Sin contar, claro, con una disminución de la parte divulgativa. Para el 71 el número de historias habría ido disminuyendo hasta tener, en resumen, la de Adam Strange y ‘la otra’ -generalmente de otro de los personajes- que es lo que explica, por ejemplo, la prueba de tres números de Hawkman. De hecho en la primera aparición juntos la historia de Strange se mezclaría con la Hawkman. Además, claro, de lanzar la Guerra Rann-Thanagar. Como concepto poco claro, al que ya le darían mucho más tarde uso otros guionistas.
Para el número 91 hubo un cambio. Julius Schwartz dejó de ser editor para pasar a serlo Jack Schiff. Un editor que, sin duda, dejó su marca. Porque se trajo al Space Ranger de los Tales of the Unexpected que él editaba. Y, de paso, cambió el equipo de Strange, Gardner Fox y Carmine Infantino dejarían paso a Dave Wood y Lee Elias, sin el mismo éxito por algún extraño motivo.
Los cambios -y el editor- favorecieron que Strange acabara saliendo de la cabecera. Lamentablemente Space Ranger, que había ido ocupando su puesto, no tenía tampoco mucho tirón. Así que pese al intento de buscar otro personaje que mantuviera la cabecera para el 110 cerraron la serie. Eh, hay muchas maneras en las que un editor puede dejar su marca.
Por supuesto hablamos de DC, así que para 1980 intentaron continuarlo con el 111. Un intento de relanzarlo ahora que Time Warp (ya llegaremos a la T) había cerrado. La idea fue intentar regresar al estilo de historias cortas, sueltas, de guionistas y dibujantes de la casa. Algunos de los nombres más memorables que tenían entonces. Pero fuera por la extrañeza del número o de la propuesta lo cierto es que para el 117 había cerrado ya.
En 2004 se recuperó en homenaje a Schwartz como DC Comics Presents: Mystery in Space.

Tendría una primera historia, Crisis on 2 Worlds, de Adam Strange -junto a Alanna Strange y Elongated Man y Sue Dibny– a manos de Elliot S. Maggin y J.H. Williams III. La otra, Two Worlds, también de Strange, sería obra de Grant Morrison y Jerry Ordway.
La cosa debió de funcionar lo suficiente como para que en 2006 lo intentaran de nuevo.

La decisión esta vez fue darle la oportunidad a Jim Starlin para que se ocupara de ella, guionizando dos historias, una del Captain Comet que dibujaba Shane Davis y otra de The Weird que dibujaba el propio Starlin.
Starlin decidió que la primera fuera más policíaca. Lo cierto es que ni por esas (?) logró pasar del número 8.
Aunque eso no evitó que en 2012 se intentara una vez más,

esta vez como one-shot pero con más páginas y dentro de Vértigo. De nuevo la idea era dejar que hicieran historias de ciencia ficción algunos de los grandes nombres del sello. De nuevo la recepción no animó a que volvieran a intentarlo.
Al menos no hasta que en 2019… bueno, ya habéis visto lo que he contado en el espacio anterior.
Pero eso deja clara una cosa: Volveremos a ver un intento. La duda es sólo cuándo.
49) The Mystery of the Meanest Teacher (2021)

Los tomos de infantil/juvenil de DC no dejan de darnos alegrías. Por ejemplo, este en el que Kid Constantine -una persona particular- investiga junto a su nueva amiga Anna si su profesora oculta algo raro… ¡Cómo ser una bruja! Pero, por supuesto, no va de eso -o no solo de eso- el asunto. ¡También va sobre las amistad! Porque si de alguien quieres aprender sobre la amistad es de John Constantine. Perdón, Kid Constantine.
50) Mystik U (2018)

Ciertamente 2018 era un buen momento para presentar y ofrecer una obra juvenil en una escuela de magia. La Dark Academy es lo que tiene. En este caso se montaron un universo alternativo con Zatanna, un par de descendientes de personajes de lo oculto con representación más o menos directa en el universo tradicional DC (Sebastian Faust, hijo de Felix, y Davit Sargon, que es David Sargent que es el nieto del John Sargent –Sargon the Sorcerer– original), algún nombre conocido que sirve de anzuelo perfecto –June/ Enchantress – y un par de personajes más –Pia Morales o Plop– que están ahí porque alguien tiene que cumplir su cometido. Todo eso inventándose una universidad de las ciencias ocultas, junto a las casas de Caín y Abel y con estos y otros nombres bien conocidos –Dr. Psychic, Dr. Occult, Merlin, Mr. E, Madamme Xanadu…- en el claustro. Todo para contarnos una historia de jóvenes estudiantes con misterio, amor y humor. Es una pena que sacaran solo tres números de aparición bimestral, porque si esto se hubiera hecho directamente en un tomo con la posibilidad de contar cada año como un cómic nuevo creo que podría haberle ido mejor. Y, con eso y todo, no puedo quejarme mucho.
51) Mythos: The Final Tour (1996—1997)

John Ney Rieber tuvo una peculiar carrera en los cómics. Su primera aproximación fue un follón que incluía escribir textos para ilustraciones que ya existían. Su entrada en Vértigo tuvo también sus problemas, aunque acabara convertido en el guionista principal del segundo volumen de Los libros de la magia. Y su salto a Marvel para escribir al Capitán América coincidió con el 11S y acabó en un choque tan frontal con Joe Quesada que Rieber dejó Marvel con su etapa a medias.
Así que este cómic sobre una músico -con drogas, sexo y… bueno, se supone que algo de música- que en realidad tiene la facultad tanto de contactar con los dioses como de que su música recorra distintos planos, lleno de visitantes especiales -muchos de ellos del mismo Vértigo, claro- y en el que da la sensación en todo momento que nadie tenía muy claro de qué iba la serie. ¿De un músico autodestructivo? ¿De algunos dioses tratando de causar el final de los tiempos? ¿De que hay alguien matando a algo de alguna manera quizá?
Sea como sea sirve de ejemplo de lo que publicaba Vértigo en esa época de 1996-1997. Y como, también, algunos cómics pueden ser más o menos prescientes.

52) My Video Game Ate My Homework (2020)

¿Cómo acaba DC publicando un cómic infantil en el que no sale ninguno de sus personajes y que, en realidad, queda lejos del resto de obras de su sello? Es de suponer que porque Dustin Hansen decía -supondremos que es verdad, pero atribuiremos las responsabilidades a quien las tiene- que había sido responsable del diseño en The Sims o Madden Football, y luego había estado creando Street Sports, una aproximación más infantil, antes de pasar a convertirse en director de innovaciones para Hasbro. Y escribir un par de libros sobre videojuegos y su propia serie de libros infantiles. Así que presentar una historia sobre cuatro amigos que se ven envueltos en un videojuego mientras buscan los deberes desaparecidos de uno de ellos, con un estilo de ilustración que podríamos definir como entre Gumby y Bob’s Burguer y un estilo de narración claramente inspirado por los videojuegos -¿cuáles? Ah, las posibilidades- ciertamente resulta una rareza incluso para DC. Pero es de suponer que, a veces, esto de los cómics funciona también así.
Hasta aquí por hoy. Parece mentira pero tras cuatro meses por fin hemos terminado con la letra M. Espero que, al menos, os lo hayáis pasado tan bien como yo. Porque, desde luego, nos ha dado mucho… Material. Eso sí, aún nos quedan muchas letras por ver, que con esto hemos llegado… ¡A LA MITAD! Así que aún tenemos mucho por delante, empezando dentro de dos meses con la siguiente letra de DC que viene de lo más…

¡NUTRITIVO!