No soy tu mami, papi

Cuando se habla del retorno a la Marvel de los 70 de un Jack Kirby desengañado tras el fracaso de sus proyectos en la DC se suelen mencionar sus últimas grandes creaciones, Los Eternos, 2001 Una Odisea Espacial y la injustamente menos famosa Dinosaurio Diabólico. Se habla mucho menos de las portadas que realizó para diversas colecciones en esa época, incluyendo la de Los Cuatro Fantásticos.

Y hasta cierto punto es comprensible al no tratarse precisamente de sus mejores trabajos.

Se nota en ellos algo más que el simple cansancio creativo.

Se adivina una patente desgana, quizá debida a tratarse precisamente de sus personajes más famosos.

Y sin embargo quien tuvo, retuvo.

Igual que Frenesí o La Trama son consideradas Hitchcock menores y al serlo están a años luz de las mejores películas de otros directores un Kirby siempre es un Kirby.

Y ocasionalmente El Rey nos regala portadas donde podemos apreciar el brillo de su dinámica composición y su irrepetible plasmación de las figura humana en movimiento.

E incluso más. En la ilustración del número 180 Kirby nos recuerda que siempre fué un maestro del retrato psicológico. Con cuatro magistrales trazos era capaz de dibujar personajes cuyo carácter quedaba inmediatamente claro para el lector. Casi como si le estuvieran hablando al oido.

Y diciendo «Como te pille te vi a desgraciar, zoquete»

«Te voy a arrancar la piel a tiras, grrrrr»

«Mira, bastante bien he salido para ser la idea que tenia de una femnista radical un señor nacido en 1940«

«Si te gustaba deberias haberle puesto un anillo.
Si te gustaba deberias haberle puesto un anillo.
Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, o-ohh»

Algunas de las viñetas que leí o releí en octubre

Reed Richards, de profesión GENIO

En una continuidad petada de cient´´ificos nivel Premio Nobel como Tony Stark, Bruce Banner o Hank Pym, hasta el punto de que incluso Elliot Franklin de la Escuadrilla de Demolición lo es, Reen Richards siempre ha logrado destacar por derecho propio.

Pin-Up con guión de Stan Lee.

Y no sólo por haber estado en el momento adecuado en el lugar adecuado. Todos sus colegas se centran en sus campos especializados, sea la energía atómica o las armaduras cibernéticas. Pero el merecidamente llamado Mister Fantástico posee talentos ampliamente interdisciplinares.

De la robótica…

…a la aeronautica…

…pasando incluso por la psicología avanzada.

Sé lo que estais pensando.

Hay UN campo del conocimiento humano que el señor marido de Susan Storm no domina. En el que incluso podría considerarsele como un completo ignorante.

No hombre no, no me refiero a la protección contra los efectos de los rayos cósmicos. Si en realidad lo del accidente es un montaje para ocultar que los poderes del los Cuatro Fantásticos se deben a un experimento del complejo militar industrial al que se presentaron voluntarios. Es algo sabido desde que en 1975, en el número 11 de Marvel Dos-En-Uno

…se le «escapara» a Ben Grimm en un bocadillo de pensamiento (que el mismísimo El Torres podría haber escrito) en el que se pregunta por qué los rayos gamma le volvieron naranja.

Hablaba de un area en la que, al fin y al cabo, nadie sabe nada por mucho que asuma lo contraio: los insondables abismos del corazón humano. Lo que le lleva a, en el Cuatro Fantásticos Super Estrellas Tamaño Gigante 1 de mayo de 1974, preguntarse por el estado emocional de Johhny Storm.

Preocupado porque tras su ruptura con Crystal Boltagon «todavía no ha encontrado una nueva chica».

Que no tendría más trascendencia si no fuera porque su joven cuñado acaba de volver de un viaje que ha durado meses…

…viviendo aventuras con Wyatt Wingfoot…

…su… ahm… amigo…

…amigo ENTRAÑABLE, sí, eso, entrañable.

Tan entrañable que hasta comparten celda (es un viaje con TODO incluido).

Donde queda claro que quizá no sepa diseñar cohetes espaciales o cascos proyectores de pensamiento pero en lo que respecta a pillar las cosas el abuelo de Wyatt es mucho más despierto que Reed.

Marvel: El Encuentro

Vale, a ver. Yo ya he hablado de Magic: The Gathering en esta web. Lo he hecho a veces un poco como fingiendo que íbamos a hablar de otra cosa pero sobre todo porque en realidad entre un fan de los superhéroes y un adicto a las licencias de Wizards of the Coast no hay separación suficiente. Estamos todos igual de jodidos. Sin embargo, esta semana por fin las dos empresas que más dinero me han costado del mundo me han dado una única pieza audiovisual de la que hablar.

Hay dos caras de la moneda de las que hablar aquí. Por una parte, Magic: The Gathering es un juego increíblemente popular pero, parece, no tan lucrativo como sus amos y señores quisieran. Y en estos últimos tiempos han decidido presionar las ventas con una cosa que a los lectores de cómics no nos resulta ajeno: mediante crossovers. Sin embargo estos cruces con otras propiedades intelectuales, a veces meros guiños, en ocasiones auténticos despliegues, son tan peregrinos y están escogidos con tan escaso gusto que uno siente que ahora mismo Magic parece un juego de cartas de Funko Pop. Recientemente han tenido cruces con Warhammer 40.000 o Fallout, algo que me saca de quicio porque temáticamente habría tenido más sentido y estética que las colaboraciones fueran con Warhammer: Age of Sigmar o The Elder Scrolls, licencias con los mismos propietarios que las dos citadas, respectivamente.

Pero bueno. Han tenido cruces con Godzilla, con Dr. Who y, aquí reconozco que para mi gozo, con El Señor de los Anillos. El cruce con Marvel parece, incluso, inevitable, siendo la franquicia más Funkopopable del mercado. Pero lo cierto es que el prestigio actual de Marvel no es el que era hace unos años. En este momento la popularidad del MCU está en claro declive y los cómics están, como siempre, yendo regular. De modo que esta colaboración «trabajada desde hace años» se ve más como un acuerdo que llega un poco cuando WotC ha podido permitírselo. Cuando Marvel no es tan jugosa, cuando quizá estampar la cara de los superhéroes en otro producto licenciado no es para tanto. Da la impresión de que Wizards se está quedando sin licencias que usurpar.

Por el otro lado, está la perspectiva desde Marvel. Y es cierto que Magic: The Gathering mantiene una considerable base de jugadores en todo el mundo y que una colaboración con ellos puede ser un impulso. Pero más cierto es que eso no ha importado nunca en exceso a Disney ni a Marvel, que han licenciado versiones de toda clase de juegos con la pintura Marvel por encima. Desde los ya clásicos Monopolys (sí, en plural) también propiedad de Hasbro, la juguetera propietaria en última instancia de Magic, pasando por casi cualquier juego que uno se pueda imaginar. Munchkin, Villanous, Risk, ajedrez,… todos han tenido su versión «marvelizada». Por no hablar de los juegos más o menos originales como Marvel United, Marvel Crisis Protocol,… sin olvidar los juegos de cartas coleccionables de Marvel, siendo el más popular y conocido el basado en el Sistema Versus. A eso hay que sumar los videojuegos que parecen juegos de mesa, supongo, como el más reciente Marvel Snap del que también hablé aquí.

A la vista de todo esto, ¿realmente hay demanda o necesidad de sacar cartas Magic de Marvel? ¿Hay una masa de fans de Marvel que se vayan a subir al carro de MtG únicamente porque las cartas tienen impresas a sus personajes preferidos? ¿Hay una base de jugadores de Magic que realmente van a adentrarse en el mundo de la licencia cultural más conocida y visible si, y solo si, la puerta de entrada tiene forma de carta coleccionable? Probablemente no. Al final esta jugada sale a perder para todas las partes. Da la impresión de que Marvel devalúa más su potencia licenciando absolutamente todo y, al mismo tiempo, que Wizards of the Coast mataría por poder imprimir cualquier cosa mínimamente popular en sus cartas a ver si la cosa funciona. Y así está el patio para unos y otros. Como decía al principio, estamos todos igual de jodidos.

Ya es Primavera en el Universo Marvel

Siempre le he tenido reparos a ese aspecto ultralimpio de las reediciones de material clásico corregidas que llega al extremo de eliminar la trama mecánica de tonos. Pero hacen algo todavía peor: cambiar el esquema de colores de las primeras apariciones de personajes clásicos «arreglando» los supuestos errores.

Y no hay mejor ejemplo de lo nefanda que es tal práctica que la introducción de Galactus en el episodio 48 de Los Cuatro Fantásticos. Así se veia en el tebeo tal y como fué publicado en marzo de 1966…

Nuestro devorador de mundos favorito (con permiso de Angrom) lucía un outfit mucho más fresquito con una combinación de colores completamente diferente. No se le ve de azul y magenta hasta el siguiente episodio…

…pero todavía en versión veraniega.

Durante décadas crítica y público han pensado que se trataba del clásico titubeo primerizo que se solía producir en las publicaciones de la época, menos preocupadas por las reflexiones sobre la continuidad que se harían cuarenta años más tarde que por mandar el siguiente número a imprenta. Que, como los guantes violeta de la primera portada de Batman, se debía tratar como un error de impresión y corregirse en las reediciones.

Pero en el número 134 de Thor sigue luciendo manga corta y experimentando con los colores.

Y cuando regresa a la Tierra en el número 74 de Los Cuatro Fantásticos viste un traje de manga larga desterrando definitivamente el naranja en favor del azul…

…pero todavía no le ha pillado el truco a la distribución de colores.

No lo hace hasta el siguiente episodio, el 75.

Bueno…

…al menos en la parte superior. Este esquema ya definitivo se mantiene en el número 160 de la colección de Thor.

Aunque siga experimentando con qué partes tapar y cuáles llevar al natural. No es hasta el episodio 168 en que decide igualarlas todas.

Por el lado natural.

Pero bueno, en las páginas interiores sí luce finalmente un traje completo como dios manda.

Aunque ahora con lo que no se aclara es con los colores.

No es hasta el número 225 de Thor, nueve años tras su presentación en sociedad…

…que vemos al Galactus definitivo, el de verdad, vestido de piés a cabeza con el diseño que a partir de ese punto ya no va a volver a cambiar.

Bueno, salvo en alguna portada suelta *tosecill*

Casi una década de errores de coloreado.

Esa es la versión oficial.

Pero nosotros, que sabemos qué es lo que realmente esparcen las chemtrails y qué mensajes se escuchan cuando oyes al revés los discos de Bad Bunny, somos plenamente conscientes de lo inconsistente de esa explicación. La verdad, como siempre, es mucho más lógica y diáfana.

Y es que siendo Galactus uno de los seres más poderosos del universo, capaz de surcar los abismos insondables del espacio sideral, de consumir planetas enteros e incluso de llevar ese casco sin que le mate el dolor de las cervicales, cómo no va a poder adaptar su vestimenta a las condiciones ambientales. ¿Acaso os pensabais que hace la misma temperatura en Zenn La en verano que en Galador en invierno? Bastante tiene el pobre con sufrir los agónicos dolores de su cósmica hambre como para encima tener que soportar todo el dia el sudor bajo todo ese armatoste de ropa.

Y todo tuvo que ser una idea de Stan.

No os riais, digo Stan Goldberg, el colorista de su primera aparición.

CLARO que Galactus anda de sport cuando le viene bien. Como vemos en su último paso vestido informal por la serie del cuarteto fabuloso.

Y no sólo eso. Estamos en condiciones de afirmar que su faldilla es en realidad un auténtico kilt escocés portado en plan comando tal y como manda la tradición.

Como deja pantente la aterrorizada expresión de estos pobres civiles que al mirar hacia arriba han contemplado visiones impías que ojos humanos jamás deberían haber contemplado.

Y es que en lo de cambiar de vestuario Los Cuatro Fantásticos siempre fué una serie pionera. Más incluso de lo que pudieran pensar sus propios protagonistas. Que se lo digan a Susan Richards, que en 1977 al visitar el rodaje de su adaptación cinematográfica y ver a la actriz que iba a interpretarla…

…no se veia capaz de llevar un uniforme así de descocado…