Desde aquí repartimos ideas y conceptos para la manipulación creativa y el abuso cultural. Somos el diario de lo genial, y el pensamiento de lo imposible
Egipto. El único país donde decir «¿Sabes que las pirámides están en Egipto sólo porque no cabían en un barco para poder llevárselas al Museo Británico?» no es un chiste sino un consuelo. Egipto es un país que ya era un destino turístico importante cuando Aristóteles trabajaba dando clases partículares, y gracias a eso hace más de un siglo que las calles de sus ciudades gozan del mismo nivel de pobreza y miseria que tendrá España dentro de 15 años gracias al impacto económico que provoca el combo Airbnb y Ryanair.
Egipto es un lugar fascinante, con unos monumentos que te hacen sentir pequeño y unas tradiciones tan arraigadas como la de reservar parte del presupuesto del viaje para las «propinas» que tu guía turístico «repartirá» entre unos simpáticos señores con uniforme que están ahí por temas que no tienes que preguntar. Estás en Egipto. Tú relájate y disfruta que mañana tienes que madrugar para ver las tumbas.
Pros: Es lugar fascinante donde descubrirás las maravillas del agua embotellada y la fruta pelada. Y si te empeñas en no descubrirlas podrás disfrutar de una bonita recreación del clásico de la literatura Muerte en el Nilo.
Contras: A pesar de que dé sombra una tumba egipcia no es el mejor lugar para estar cuando llega agosto.
Turista más famoso: Los Cuatro Fantásticos estuvieron allí en una de sus primeras vacaciones en grupo. Pero lo recomendaron tanto a sus amigos que hubo un momento que no podías ser alguien en Marvel si no visitabas Egipto en aquellas fechas y el destino acabó masificado. La cosa se fue tan de las manos que el host del alojamiento turístico (el faraón Rama-Tut) acabó teniendo una crisis de identidad y se cambio de nombre. Varias veces.
La relación del cómic y los vampiros es tan fructífera que nos ha dado hasta películas:
Así que podríamos considerar que es hasta un tema trillado…
¡PERO! Eso no ha evitado que Marvel y DC se hayan dedicarlo a darle al tema a tope.
La verdad es que tardaron poco. Porque Batman apareció, ya sabéis, en Detective Comics #27. Pues para el 31 se metían ya en follones en el clásico
Una historia en dos partes -el decompressive storytelling, ya sabéis cómo eran en los años treinta- que terminaba en el número 32 con Batman descubriendo que su oponente, ese The Monk o The Mad Monk o lo que queráis llamarle, era en realidad un vampiro. Y, por tanto…
Tampoco es que Marvel tardara mucho más en sacarlo, porque en el Marvel Mystery Comics 35 de julio de 1942 se encontrarían con…
Algo que haría que fueran saliendo en otros títulos de ‘terror’ de los años ’50 de la Marvel-que-es-Marvel-pero-no-es-Marvel como Captain America’s Weird Tales, Adventures into Terror, Suspense, Mystic o Adventures into Weird Worlds. Hasta que, bueno… os podéis imaginar. Fue llegar el Comics Code a mediados de la década y desaparecer los vampiros.
Por supuesto eso no significa que en los sesenta no hubiera vampiros. Solo significa que no fueron ni oficiales ni… en los cómics.
Entre el film experimental de Warhol de 1964 y el exploit filipino del ’67 podemos decir que la cosa estuvo más o menos parada hasta que pasó al lado contrario con la llega de una nueva década. Y algo más que eso.
Porque la aparición en abril de 1972 de La Tumba de Drácula no solo fue un éxito, también convirtió a Drácula en un personaje más de la Marvel. Tanto que da paso a una serie de recuperaciones de títulos de terror: Chamber of Chills, el nuevo Journey Into Mystery o directamente Dracula y Vampire Tales.
Por supuesto no es solo el éxito del cómic es un contexto en el que los vampiros estaban volviendo con fuerza, al fin y al cabo un año antes, en 1971 fue… MORBIN’ TIME!
Que pasaría a vivir algunas aventuras en otra de esas series antológicas -el Fear/ Adventure into Fear – cuando no pasaba por Vampire Tales o similares.
Además de eso no hay más que mirar de nuevo a DC, que había incorporado a un par de personajes vampíricos antes de la aparición del cómic de Marvel. En el Superman’s Pal, Jimmy Olsen 142 de octubre de 1971 nos encontramos con que Jack Kirby crearía a Dragorin
mientras que en febrero de 1972 Mike Friedrich y Dick Dillin presentarían en la Justice League of America 96 a Luciphage.
Personajes ambos con un recorrido vamos a decir que limitados pero que iban más allá del visto-y-no-visto en un único número.
Lo que sí que llegó después fue la aparición en la siguiente tanda de series antológicas de terror: House of Mystery, Weird Mystery Tales, House of Secrets, Weird War Tales o Secrets of Haunted House. Y, por supuesto, la aparición de su versión del Conde Drácula -también llamado Conde Rominoff– en Weird Mystery Tales 14 de noviembre de 1974. Que, de nuevo, no tenía tanto recorrido pero al menos va a apareciendo aquí y allá.
Es decir, comparado con otros ‘dráculas‘ como el Gustav Decobra que se enfrentó a Batman.
En Marvel, por su lado, sacaban discretamente a Drácula en el número de Vengadores 118, de septiembre de 1973, dentro de la ronda por el universo a cuenta de su encuentro con los Defensores. Que parece que no, pero que ya es introducirlo más. Preparar el terreno para lo que llegaría en abril de 1974:
Una mezcla de Spidey con Drácula -con la Maggia por medio, por algún motivo- que iría probando a ver cómo sería integrarlos. Igual que iríamos viendo vampiros en sitios menos esperables -¿o quizá no?- como Conan el Bárbaro.
Para 1975 veríamos como en el 26 de Luke Cage, Power Man nos presentarían a The Night Shocker.
Una trama peculiar de un teórico vampiro para este número únicamente, más cercano de lo que íbamos viendo en DC.
Pero en Marvel habían decidido ir más allá, así que para el número 44 de La Tumba de Drácula de febrero de 1976, comenzaría un crossover
que continuaría, claro, en el Doctor Extraño del mismo mes. A partir de ahí seguiría cada uno por su lado, eso sí.
Y, a la vez en Julio aparecería la versión vampírica del Barón Sangre en Invaders 9.
hasta el cierre de La Tumba de Drácula en mayo de 1979, que iría seguido ese mismo agosto -en la tradición Marvel– por la resurrección de Drácula… y de la colección.
Y así llegamos a la década de los ochentas en la que estaríamos aún poco a poco con los vampiros. Con el Barón Sangre regresando al Capitán América, mientras que en DC llegaría en una de esas series antológicas de terror algo perdurable también para ellos.
En la que J.M. DeMatteis -con dibujos de Tom Sutton, aunque la portada sea de Joe Kubert– presenta I, Vampire. La historia de uno de esos vampiros cazavampiros, Andrew Bennett, enfrentándose a la Secta de la Luna Rojo – Cult of the Blood Red Moon – y especialmente a su ex Mary, Queen of Blood. Con sus amigos, sus enemigos y blablabla. Dos años estaría con ella, hasta 1983.
Entre medias daría tiempo de ir apareciendo vampiros por Arak: Son of Thunder, The Brave and the Bold, Action Comics Annual e incluso en Batman con la aparición de un nuevo The Monk, esta vez Louis DuBois.
La incorporación vampírica seguiría con uno de los grandes nombres propios de la GENIALIDAD! como es la aparición en el primer número de New Guardians, en septiembre de 1988.
En los ochenta en Marvel la cosa estuvo también entretenida. Apariciones aquí y allá (en Defenders o Power Man & Iron Fist, por ejemplo), una saga corta en Doctor Extraño,
o en Lobezno,
aunque lo más gordo tendría lugar a principios de los ochenta, en julio de 1982, con la aparición del
sexto Anual de los X-Men con, de nuevo, Drácula.
Algo que impactaría lo suficiente como para que en 1990 X-Factor tuviera una pequeña aventura contra vampiros.
Claro que en los años ’90 cada editorial llevó el asunto por su lado. Por ejemplo en DC presentaron una mixmax con Bloody Mary, mitad vampiro mitad miembro de las Females Furies de Apokolips, o con Schrek de Red Shadows, la organización rival de Suicide Squad, aunque la noventerización tendría más gracia en versiones de como la de Pyra, en los Corpse Corps que salían en Superboy and the Ravers (serie completamente real de la que hablaremos al llegar a la S). Y sí, su nombre es Pyra. VamPyra. La Nina Skorzeny de Scare Tactics. La Nosferata -¿o NosfeRata?- de Superboy o el Carnivore de Supergirl.
Desde luego fue toda una época, no hay más que recordar el absolutamente original diseño del Nightrider de Team Titans,
o la trama de Looker en Outsiders que demuestra su noventerismo -de 1993 hablamos- presentándose en dos ejemplares:
¡ALPHA y OMEGA! Pocas cosas más noventeras que esa.
La trama en si es tan enrevesada y carente de sentido que creo que podemos dejarla para un posteo cualquier otro día, pero resumámoslo en que los Outsiders se encuentran en mitad de un incidente internacional detrás del cual resulta estar un vampiro. Un vampiro que es también noble, por cierto. La refriega termina con Looker aparentemente muerta. Pero no, lo que está es vampira. Durante un año están con esto -en realidad se olvidan de ello hasta que se dejan de olvidar- pero da suficiente juego para que podamos ver tanto una evolución de lo que vimos en el anual de los X-Men, pero, por supuesto, no fue lo único.
Porque tuvimos también la explosión de los Elseworlds que para lo que nos interesa trajo la trilogía de Batman y Drácula, tres números que comienzan en 1992 con Red Rain, continúan en 1995 con Bloodstorm y se remata en 1999 con Crimsom Mist.
Aunque supongo que lo más noventerista de DC fue, por supuesto, el sello Vértigo. En el que hubo notable representación en minis como Vamps (1994) y su continuación Vamps: Hollywood & Vein (1996). También Dhampire: Stillborn (1996) y, por supuesto, el Cassidy (1995) de Preacher .
Mientras tanto en Marvel el noventerismo era fuerte también. Algo que se notó especialmente en los vampiros entre el cambio de década con Varnae pasando por el Doctor Extraño en 1989 y su posterior establecimiento en Marvel Comics Presents 63 con Thor,
y estrenar el tercer y efímero volumen de La tumba de Drácula,
pero, sobre todo, con el inicio de ese Rise of the Midnight Sons que incluía, por supuesto, a una buena cantidad de personajes zascandileando, incluyendo la primera serie de Morbius aka Morbius: The Living Vampire -32 número que duró-y, por supuesto, los Nightstalkers -18 números-
El lanzamiento de esta especie de sellos/ series sirvió -además de para darnos mucho material para el blog- para que los personajes se pasearan por aquí y allá, siempre dispuestos a dar un muerdo,
algo que explica con cierta lógica que para 1998 se estrenara la película de Blade -a sus series habrá que dedicarles un posteo a parte, claro- pero que relanzó de nuevo lo de los vampiros, cazavampiros y sus amigos. Bueno, y sus enemigos también, que ese mismo 1998 recuperaron a Drácula en una nueva cabecera.
La siguiente década traería aún más Blade -por aquello de las películas- y solo un puñado de series comenzando por la de Bloodstone (2001)
siguiendo por la cuarta -e igualmente corta- de Tomb of Dracula (2004)
y, por supuesto, las experimentaciones particulares como X-Men: Apocalypse vs. Dracula (2006)
Aunque lo cierto es que dejaron todo preparado para cambiar las cosas en la década siguiente.
Pero antes de hablar de eso vámonos a la otra orilla. Aunque tampoco es que en DC estuvieran mucho más animados. Donde más había era en Vértigo. Blood + Water (2003), Bite Club (2004) y Bite Club: Vampire Crime Unit (2006)
En cuanto a las series regulares, en Outsiders presentaron en 2004 a un nuevo Sebastian Blood con poderes vampíricos. El mismo año en el que llegaba a la JLA Crucifer, sacaron una actualización en miniserie de Batman and the Mad Monk o Superman and Batman vs. Vampires and Werewolves (2008) pero, sobre todo, nos trajeron en Tales of the Unexpected (2007) -además de un nuevo regreso de I, Vampire– a Pryemaul. ¿Qué quién es Pryemaul?
Pues un gorila vampiro nazi, claro.
Eso y, por supuesto, el Dead Romeo (2009) del que hablamos hace un par de letras.
Ah, bueno, y, por supuesto, en el Superman 689 (2009) nos presentó a La Sangre. No os diré que sea una vampira de Barcelona… (pero lo es. Y también una historia para otro día) Aunque algo tendremos que decir cuando hablemos de la siguiente década.
Aunque antes tendríamos que hablar de Marvel, que había dejado todo preparado para…
La muerte de Drácula (2010). Sí, otra vez. Pero esta vez estaba pensado para crear un macroevento, la Guerra de los Vampiros, que enfrentaría distintas facciones convirtiéndose en un problema en el que se verían implicados
los X-Men se encuentran en mitad de un incidente internacional detrás del cual resulta estar un vampiro. Un vampiro que es también noble, por cierto. La refriega termina con Júbilo aparentemente muerta. Pero no, lo que está es vampira.
¿Qué puedo decir? A veces los taquiones nos gobiernan.
Durante la década estarán para arriba y abajo con muertes, traiciones y demás, aunque Drácula no duraría mucho tiempo muerto,
qué puedo decir, tenían cosas que hacer. De hecho, para mitades de la década acabaría en mitad de un movimiento de alianzas que terminaría con MuertoPiscinas casándose. No con él, conste. Quiero decir, no de momento.
Para finales de la década alguien debió de pensar que ya habían dado demasiadas vueltas y comenzaron la Guerra Civil de los Vampiros o algo así, con los Vengadores por medio (2019)
reconozco ser incapaz de distinguir la diferencia entre esta y la del principio, pero bueno, supongo que ellos tampoco.
La cosa acabó ya en la década de los veinte -de hecho, la portada de Lobezno es ya de 2020- con la creación en 2022 de la Vampire Nation, Vampyrsk, creada en la zona de exclusión de Chernobyl. Con Drácula a su cargo y Blade por medio otra vez.
¿Y en la otra editorial?
Pues comenzaron la década de los ’10s presentando una serie para Vértigo llamada American Vampire que logró que Stephen King escribiera guiones para -un complemento en- los 5 primeros números. Que ya es.
El éxito de la misma facilitaría que durante toda la década tuviéramos distintas continuaciones en forma de minis durante la década: American Vampire: Survival of the Fittest (2011), American Vampire: Lord of Nightmares (2012), American Vampire: The Long Road to Hell (2013), American Vampire Anthology (2013), American Vampire: Second Cycle (2014) y ya para el cambio de década American Vampire 1976 (2020). (También en Vértigo veríamos The New Deadwardians, pero esa es otra historia)
Aunque es de suponer que el éxito debería ser de ese I, Vampire (2011) que logró su primera serie propia gracias a The New 52.
Que llegaría a tener un crossover con la JLDark llamada, precisamente, Rise of the Vampires.
Mientras tanto tendríamos otro vampiro nazi con el Count Berlin en la JSA, a otro vampiro cazavampiros en Stake en Outsiders (ambas en 2010), y más adelante la recuperación en 2014 de Nocturna que pasará de ser Natalia Knight, una enemiga tanto de Batman como de Robin, a Natalia Mitternacht, una enemiga de Batwoman con poderes vampíricos. Para finales de la década tendríamos representación en el especial Young Monsters in Love (2018) y en Wonder Twins (2019) aparecería el Baron Nightblood, al que llaman Drunkula.
Aunque lo más importante llegaría con el cambio de década. Porque en 2021, y no diré que tras el éxito de Marvel Zombies porque aquello apareció más de una década antes, sacaron el Elseworlds DC vs. Vampires.
Ambientada en la Tierra 63, y seguida de una serie de one-shots al año siguiente
que junto a una reedición en dos tomos de la anterior mini sirvieron para dar salida a una nueva mini: DC vs. Vampires: All-Out War (2022)
Lo que nos lleva, por supuesto, a la actualidad actual.
Porque en Marvel decidieron darle una hija a Blade en 2023: Bloodline
pero, sobre todo, montar para mayo de 2024 un evento llamado Blood Hunt, el típico evento en el que hay una guerra civil entre vampiros, pero en el que se verán envueltos los héroes de Marvel que tendrán que luchar contra ellos, con tie-ins de gente, traiciones inesperadas, y gente convertida en vampiro un rato. Además de alguno que se quedará convertida en vampiro durante un par de años. (Eh, Júbilo duró como vampiresa hasta Generation X 87 de 2018, ¡nada menos que 8 años!)
Con el añadido de que, además, sacan unas ediciones Red Band en las que hay más casquería. Aunque lo cierto es que eso da para otro posteo, porque en lugar de ser para menores de 8 años pasa a ser un cómic para menores de 18. Supongo que lo que buscan es escandalizar a Abogados Cristianos o algo así.
Y, mientras, DC -que en 2023 sacó el one-shotDC’s Ghouls Just Wanna Have Fun– van avisando de que en agosto también de 2024 va a montar DC vs. Vampires: World War V, en el que se verán envueltos los héroes de DC que tendrán que luchar contra ellos, incluso contra aquellos de los suyos que se han visto convertidos ya.
Claro que también se supone que antes de final de año tendremos nueva serie de Blade en Marvel.
El aceleracionismo de la quema y reutilización de temáticas, junto con las modas externas y su influencia en los cómics, hacen que parezca seguro que con esto de los vampiros siempre hay algo a lo que hincar el diente. O clavar la estaca. Según los gustos, claro.
Y podría decir que son cosas nuestras, pero es que se nota en cosas como la diferencia de representación de personajes como Drácula, no es lo mismo el guerrero de pelo blanco vestido de rojo, que una versión seductora con piel de bola de discoteca que…
…ejemplos más clásicos.
Y eso que si algo podemos decir de Drácula es que es moderno y es eterno.
El mundo del cómic siempre ofrece un paso más allá para prácticamente cualquier cosa. Da igual que sea una creación independiente, algún tipo de juguete o un movimiento inesperado, o algún tipo de extraña secta.
Por supuesto, hablamos de Barbie. Una muñeca con una historia bien conocida porque, al fin y al cabo, proviene del mundo del cómic.
Ruth Handler era una visionaria, la clase de persona que veía las posibilidades. Por ejemplo, veía la posibilidad de hacer una muñeca menos infantil, más adulta, para que su hija jugara a lo que sería de mayor, en lugar de los recortables de papel o los muñecos bebés. Su marido era Elliot Handler, que junto con Harold «Matt» Matson habían montado en 1945 una empresa juguetera bautizada con sus nombres. Matt( &) El(liot). Aunque Matson tendría problemas de salud y vendería pronto su parte a los Handler. Podrían haberlo rebautizado Ruttel, pero se ve que no tocaba.
En cualquier caso, pronto estaban haciendo todo lo posible para ser una compañía grande, como llegar a acuerdos con Fisher Price para sacar algo llamado Corn Popper, que no sé si quiero saber lo que es o para qué se usa con los niños; o anunciarse en el Club de Mickey Mouse.
Total, que era una empresa seria y llena de señores que le decían a Handler –Ruth– que eso de la muñeca no iba a funcionar. Por suerte Ruth era una mujer viajada. Y gracias a eso en 1956 encontró la inspiración… en algo que ya existía. Que siempre es la forma más sencilla de encontrar la inspiración.
La viñeta tuvo éxito y decidieron dar el paso lógico para sacar dinero a un cómic: Hacer merchandising.
La muñeca Lilli salió en 1955 -si pensabais que la forma de sacar dinero a un cómic era hacer películas, eso llegó en 1957 con Lilli – ein Mädchen aus der Großstadt– con la posibilidad de cambiarle la ropa y todas esas cosas. Así que cuando Handler estuvo por Europa para unas vacaciones decidió que eso era lo que necesitaba (Por eso nunca hay que preguntarle a Barbie a qué se dedicaban sus padres). Se llevó unas muñecas de vuelta a USA y allí logró convencer al consejo de la empresa de que le dieran una prueba. Con, por supuesto, un rediseño para que no fuera tan sexualmente provocativa.
(La historia de Jack Ryan, la persona que se ocupó de ello, el trato al que llegó con los Handler, el estilo de vida que llevó, las demandas que puso a la empresa y cómo fueron parcialmente responsables -junto con los intentos de saltarse el trato- de que acabaran investigados por Hacienda y su propia compañía, de la que acabarían siendo despedidos en los años setenta, dan para otro posteo en un blog que no podría ser nunca este.)
El lanzamiento tuvo lugar en 1959 y fue un éxito, para 1961 le crearon a Ken para que tuviera compañía y para 1962 llegaron a un acuerdo con Dell para sacar su primer cómic: Barbie & Ken.
La idea central no era mala, el Club de Fans de Barbie se reunía y contaba las historias en las que se habían visto envueltas con ellos.
Cinco números duró, publicados entre 1961 y 1962. Y después estuvo un tiempo sin tener cómic propio, aunque sí una revista. La Barbie Magazine del ’63 al ’67.
Para los ’70 la británica IPC comenzó primero a sacar una serie de historietas bajo el título Barbie, the Model Girl! que se publicarían -más o menos sueltos- en España con el título de Candy, modelo en apuros dentro de diversas revistas de Bruguera como Esther, Super Lily o las Joyas y Superjoyas Literarias Juveniles Femeninas.
Lo cierto es que esta versión española –Barbie, tu revista– duraría al menos 76 números, desde 1985 hasta 1990. En una cancelación que da la sensación de que en realidad fue una muerte por éxito.
Estas revistas europeas debieron de llamar lo suficiente la atención como para que en enero de 1991 Marvel comenzara a publicar dos colecciones de cómics centrados en ella:
Ejemplos perfectos de lo complicado que podía ser hacer este tipo de obras y, sin embargo, que salieran bien. Lo cierto es que hay una cierta evolución. No solo en lo que tienen de divulgativas:
Al principio son fundamentalmente historias cortas sueltas, luego pasan a ser historias con un hilo bien troceadas vienen como distintas partes narradas dentro de una historia más general, y para su final se nota un cierto reciclaje de ideas y una pérdida de ganas más que lógica.
Pero, entre medias, un equipo capitaneado por Hildy Mesnik como editora y con Lisa Trusanicomo guionista más habitual -aunque no única, ni mucho menos, también habría textos de Barbara Slate o Trina Robbins entre otras- y dibujos de Amanda Conner o Renee Witterstaetter entre otros muchos profesionales. Incluso Fabian Nicieza estuvo por allí echando una mano, por si os pensabais que no había seis grados de separación con ROB!
Frente a los de los años sesenta en estos cómics de los noventa Barbie nos repite mil veces que las mujeres pueden hacer lo que se propongan, tan bien o mejor que los hombres. Se busca crear un cómic divulgativo sobre multitud de aspectos, desde concienciar a las jóvenes de que tienen que llevar una alimentación sana -en contraste con saltarse comidas- sin olvidar, por supuesto, que esto es un cómic y, por tanto, hay ciertas cosas que son imprescindibles…
…como los trajes de gorila.
Se nota que las creadoras saben de cómic y quieren hacer la mejor de las historietas posibles, aunque eso signifique luchar contra… por una vez no la editorial sino la juguetera.
En un momento, Mattel solicitó que June presentara un montón de diseños de portada. Así lo hizo, esforzándose mucho para crear un lote de bocetos interesantes y bien diseñados. Todos los bocetos fueron rechazados, sin dar razones. June estaba comprensiblemente molesta y se negó a enviar revisiones sin saber el por qué detrás de los rechazos. ¿La explicación que recibió de Mattel? «¡La artista dibujó a Barbie con cuatro pestañas, cuando todos saben que solo tiene tres!»
Por supuesto, el hecho de que Marvel lo anunciara en sus cómics -mayoritariamente de superhéroes- y que los principales anunciantes fueran precisamente aquellos con los que tenían acuerdos dentro de la propia Marvel para alimentos o juegos daban un punto más a ese extraño acuerdo, como cuando decidieron promocionar el cómic sacándole un par de mini-especiales gratuitos de Halloween a partir de historias de Trina Robbins aparecidas en el Barbie #11,
o como cuando intentaron sacarla en What the…?! #21
que en Marvel decían que por ellos seguiría sin problemas. Aunque eso no les impediría dedicar una historia larga en el Barbie Fashion #41 a la cancelación del cómic, mostrando a todas las personas involucradas…
En lo que resulta ser un April’s Fool, una inocentada.
Su dualidad como personaje de cómic y personaje real, similar a la tantas veces vista entre sus superhéroes, la llevaría incluso a aparecer en la ComicCon. Y explicar cómo se hace un cómic en el Barbie Fashion #51.
Y mientras, en España, las particularidades de la adaptación fueron las esperables. Pero no sé si eso sería Espoiler de futuras entregas del fin de semana, así que dejémoslo solo en el enlace.
Por supuesto, este el cómic de los años ’90 que llegaron hasta 1995 y 1996. Así que mucho de lo que en ellas se contaron ahora mismo podríamos entenderlo como superado.
Aunque no todo.
El cierre en 1995 de Fashion tuvo un intento de sacar una nueva serie, Barbie y su hermanita Kelley.
Que no pasaría de ese primer número. Es curioso porque salían las otras dos hermanas de Barbie, Skipper -a la que llevábamos viendo desde el principio de los dos títulos de Marvel porque hacía el papel de personaje más joven, que comete errores y a la que Barbie aconseja- y Stacie. (De quien tampoco se nos dice demasiado, y teniendo en cuenta la desaparición de su hermano gemelo Toddy su cambio de nombre de Tutti a Stacie tampoco sé si es buena idea que indaguemos). En cualquier caso, Barbie pasaría a tener una de esas revistas en las que el contenido era más una serie de secciones que de cómics o fotonovelas.
Mientras tanto, en lo audiovisual, Barbie llevaba apareciendo en películas desde los ochenta con Barbie and the Rockers: Out of This World, aunque sería en 2001, con la aparición de un sello de directo a vídeo propio cuando Mattel decidió darlo todo. Primero con 16 películas hasta 2009 y de 2010 a 2015 con otras 14 más ahora dentro de Barbie Media, entre el ’15 y el ’17 como Mattel Creations y a partir de ahí por streaming con 7 más, hasta llegar a las 42 películas en total.
El paso al Streaming, además, sirvió para que tuviera su serie de televisión: Barbie Dreamhouse Adventures, 5 temporadas y 52 episodios en total. Además de las series para YouTubeBarbie Vlogger, Barbie Dreamtopia y el sitio al que estábamos yendo poco a poco: Super Star Motion Comics.
Que nos muestra ‘cómics animados’, Barbie Motion Comics concretamente, pero que no parecen los que habían vuelto a ponerse en marcha en aquel momento cuando PapercutZ consiguió de nuevo los derechos en 2016 y los usó para sacar unos pocos títulos como:
Que tiene su lógica teniendo en cuenta que el primer videojuego de Barbie salió en 1984 para Commodore 64.
El primero de los casi sesenta videojuegos que han aparecido ya del personaje, incluyendo sagas como Detective Barbie, Secret Agent Barbie o Barbie Horse Adventures.
Volviendo a los cómics, de 2016 a 2018 en Papercutz fueron sacando colecciones sueltas, en 2019 comenzaron una nueva serie, Barbie, que llegó hasta parece que 2020. Al menos Fashion Friends parece la última aparición. Sobre todo porque Papercutz no parece tener ningún tipo de novedad… o de antigüedad del persona.
En realidad es difícil de saberlo porque en unos lados dicen que salió en 2020, en otros dicen que en 2021, alguno pone que está pendiente de publicarse en 2023 -que parece poco probable si la editorial no mantiene nada del personaje- así que supongo que es un misterio saber qué ha pasado con este número.
Claro que también podríamos tirar por el lado contrario y ver lo que los cómics han llevado a Barbie, esas colecciones que han aparecidoen estas últimas décadas como:
Qué podemos decir, 400 libros, 60 videojuegos, multitud de figuras de acción aarticuladas -¿qué? ¿ahora vamos a ponernos a llamarlas muñecas?- y una buena cantidad de cómics.
Quizá no como para que alguien en Marvel haya pensado negociar con ellos un Omnibus o dos. Supongo que si vas a sacar un cómic con una juguetera es más lógico irte a por Hasbro, que ya hemos visto con Quantunmania que lo que la gente quiere es a los Micronautas.
Pero nosotros dejamos por aquí la idea, para que si alguien lo haga podamos decir que fue idea nuestra primero. Y que esperamos que retomen a Barbie como personaje, aunque a estas alturas probablemente sería más lógico llevársela a Webtoon.
Y es que, espero que haya quedado claro a estas alturas que uno no puede simplemente desestimar unos cómics porque sean de Barbie…
al fin y al cabo, Barbie predijo a a Miles Morales.
Hay cosas que no siempre son iguales pero que tienden a acabar pareciéndose. Algo que es imposible no ver incluso cuando uno estaba leyendo pensando en otros temas.
Pongamos por caso esas editoriales de cómic del principio, las que no acabaron siendo ni DC ni Marvel. Que a veces parece que las otras editoriales no se crearon hasta la aparición de Image con su awesomidad, pero lo cierto es que las ha habido siempre.
Dell publicó The Funnies en 1929, con Eastern uniéndose a ellos en 1933, McKay comenzó en 1935 a sacar cómics además del resto de cosas que publicaba, la Novelty Press de Curtis comenzó en 1940… Y esto solo en USA. Porque en Europa o Japón tenemos también nombres que, en muchos casos, siguen siendo conocidos (Kodansha, Dupuis, Shueisha, Casterman…) pero para el caso que nos trae podemos centrarnos un momento en los de USA.
Dell comenzó a publicar The Funnies en 1929. Ha sido discutido si era un cómic o un encarte para periódicos al que se le olvidó el periódico. Pero el caso es que existió y funcionó. Tanto como para 1) ofrecer material original en todos sus números y 2) durar 36 números. Que ya es más de lo que pueden decir muchas colecciones actuales. Se vendía en quioscos, además. En quioscos y de manera independiente.
En 1933 se unió con Eastern para ofrecer Famous Funnies, ahora sí en el formato que conoceríamos como Comic-Book, que no está claro si era un regalo, un ejemplar en venta o una mezcla de ambos -cosa que se sigue haciendo, todo sea dicho- y que vuelve a disputarse el título de primer comic-book.
Que da lo mismo porque en 1934 sacaría una nueva versión del mismo título -y con los mismos co-editores- y ahora ya sí que sí que se vendía. Así que parece bastante probable que Dell publicara el ‘primer comic-book americano’.
Lo que supongo que nos lleva a que hablemos un momento de George T. Delacorte Jr. y William Jamieson Pape.
El primero cambió su nombre original – George Tonkonogy Jr.– por este Delacorte que le sonaba mejor, fundo Dell para montar un negocio que ofreciera las publicaciones que los caballeros no encontraban en los quioscos. Es decir, el pulp y las revistas… variadas. Comenzó en 1921 con el título I Confess, pero rápidamente empezó a tirarle a lo que se movía, revistas femeninas, magazines generales y muchas otras cosas más ‘respetables’, pero siempre con el pulp dándole tanto dinero que empezó a donar a instituciones, a crear sus propios proyectos de caridad y a poner estatuas en Nueva York. Se supone que hay una estatua del Sombrero Loco que se hizo con su rostro. Así que no puedo asegurar que no fuera también un enemigo de Batman. En cualquier caso ese interés por encontrar huecos por cubrir -hablando de Batman– llevó a la creación de Dell Comics y sus propuestas pioneras.
En cuanto a William Jamieson Pape, la explicación es un poco más sencilla aunque tampoco vamos a decir que menos interesante. Pape tenía un periódico en Connecticut, un periódico conservador y para toda la familia. Y también tenía el convencimiento de que era mejor poseer los medios de producción que tener que andar subcontratándolos y a expensas de lo que decidieran los demás. Conciencia de clase. De clase alta, pero de clase. Esto le llevó a comprarse una imprenta a color para publicarse él mismo -bueh, una serie de obreros, claro- las páginas dominicales a color. Y, ya puesto, las portadas de los suplementos y todo aquello que le hiciera destacar. Por supuesto pronto se encontró con que se le acercaban periódicos de todo el estado e incluso de fuera del mismo para que les hiciera de impresor. Así que descubrió que podía comprar más máquinas y llevar un doble trabajo como editor y como impresor en color. Que es de donde sale la Eastern Color Printing Company.
Y que explica cómo y por qué Pape y Delacorte comenzaron a hacer negocios juntos.
A Edward Henry Wadewitz le pasó algo similar. Él comenzó como empleado en una imprenta, pero a su jefe le iban mal las cosas, le debía varios meses de sueldo, así que este se ofreció en 1907 -un poco antes que los otros, sí- a comprarle la empresa -con un préstamos de su hermano- y empezó a buscar alternativas al modelo de imprenta. Incluyendo publicar su propio material. De ahí llegó el nacimiento de la Western Publishing, que lo mismo te publicaban tarjetas que te hacían puzzles. Ese intento de buscar cosas diferentes dio lugar en 1929 a los Big Little Books. Libros pequeños y compactos que tenían imágenes a un lado y texto -pero poco- al otro. Un éxito de inmediato -que, por cierto, comenzó con uno de Dick Tracy– que fue más exitoso en cuanto aprovecharon los cóntactos.
K.K. Publications era uno de los sellos de la Western, creada en 1929 y nombrada por Kay Kamen, un ejecutivo especializado en la publicidad que en 1933 se convertiría en responsable del merchandising de Disney. Así que cuando Western consiguió los derechos de publicación de todos los personajes de Disney en 1933 tampoco sorprendió demasiado a nadie.
Casi tan poco como sorprendió el acuerdo en 1938 entre Western y Dell para publicar cómics del material licenciado, normalmente bajo el nombre de Whitman Comics.
Por supuesto el éxito les llevó a buscar otros personajes conocidos para hacer cómics, tanto propiedades de Warner, Metro-Goldwyn-Mayer o Hanna-Barbera y Walter Lantz como personajes del estilo del Llanero Solitario o Tarzán. Y no solo personajes, también adaptaciones al cómic o a la fotonovela de sus películas más conocidas.
Y, a veces, no tan conocidas.
Podría hablar mucho más de todas estas compañías pero, por lo visto, tenéis que hacer más cosas que leer estos posteos, así que vamos a ir acortando un poco. Porque aunque el negocio les marchaba bien con solo algunos tropiezos -como el tener que dejar de usar al personaje de Lil’ Eightball porque la comunidad afroamericana lo consideraba insultante, algo a lo que decidieron hacer caso y eliminar de sus cómics. Ya sabéis cómo era la gente de… 1947- lo cierto es que fueron intentando dar a todos los palos.
Creo que ya hablamos (Pedro en este caso) de sus intentos de superhéroes de terror, pero puedo afirmar que también sacaron cómics de fantasía que siempre me he preguntado si se llegarían a publicar en España.
Por supuesto esto no solo pasaba en Dell. Por ejemplo en Centaur -creada en 1936 y de la que ya hablaremos otro día- se habían inventado en 1939 para su Amazing Mystery Funnies el personaje de The Fantom of The Fair, un misterioso personaje que vivía en los bajos de la Feria de Nueva York, una suerte de Exposición que no llegaba a ser Universal pero por allí andaba. Algo así como sacar El Fantasma de la Cartuja. El caso es que este Fantasma funcionaba a medio camino entre el pulp y los superhéroes. Para los últimos números, y desmontada ya la Feria, pasaron a llamarle Fantoman, a ver si así. Pero tampoco. Y para 1940 se acabó el asunto.
O, al menos, eso parecía hasta que DC decidió usar en el Sandman Mistery Theatre a un The Phantom of the Fair con un diseño muy parecido. Pero, claro, este era con PH, algo completamente distinto. Claro que muchos de estos personajes antiguos habían entrado ya en dominio público. Por eso editoriales como Malibú decidieron recurrir a ellos. Pero esto, de nuevo, es otra historia. Una que sirve para ilustrar una de las dos conclusiones a las que quiero llegar. En este caso, que la creación de personajes y su posterior abandono por parte de la empresa o, directamente, por desaparición de la misma facilitó que hubiera todo un torrente de personajes reciclados y reciclables.
También, que cuando la Dell se encontró sin el apoyo de la Western en 1962 porque estos decidieron que estaban haciendo el tonto y que mejor crear su propio sello de publicación de personajes conocidos -es decir, la Gold Key Comics– los negocios se fueron volviendo más complicados y acabarían cerrando en 1974.
Sí, nos vamos directamente a los finales. Hay mucho más que podemos contar pero he prometido intentar ir al grano en la medida de mis posibilidades. Así que podemos decir que Eastern estuvo colaborando con Dell todo lo que pudo, y que luego siguió en el negocio de la imprenta. Pero solo de la imprenta, en donde acabaría encontrándose superado por la modernización y cerrando el negocio en 2002. Esta es, quizá, la menos interesante de las historias pero no completamente fuera de lo que estamos contando. Al fin y al cabo es la única que no montó su propia editorial, sólo se asoció con una. Pero… ¿Qué fue de las editoriales?
Dell sería adquirida por Doubleday en 1976 -poco después de dejar el negocio de los cómics-, Doubleday sería comprada por la alemana Bertelsmann en 1986, que pasaría a montar la Bantam Doubleday Dell como nombre para sus sellos estadounidenses, al menos hasta que Bertelsmann comprara Random House y cambiara otra vez el nombre. Que fue dando vueltas con compras y adquisiciones hasta acabar en el Penguin Random House de hoy día. Al menos mientras las autoridades USA no admitan su comprar de Simon & Schuster por vulnerar las leyes antimonopolio.
De Centaur ya hemos hablado, lamentablemente su futuro fue similar a la de la Novelty. Curtis decidiría deshacerse de su sección de cómics tras comenzar las quejas por la violencia y blablabla. La forma de deshacerse sería vendérsela al ilustrador L.B. Cole, que la convertiría en Star Publications y colocaría al abogado Gerhard Kramer como editor. Que se encontraría con la continua reacción contra los cómics que acabaría en las famosas audiencias ante el senado. Esto, junto con el fallecimiento de Kramer, llevaría al cierre de Star.
A McKay solo la hemos mencionamos pero, en cualquier caso, fue comprada por un par de antiguos empelados de Putman, que se la venderían a Geffen, que se la vendería a Random House que acabaría, claro, como Penguin Random House.
Western, por su parte, estuvo en el negocio sin ser adquirida mucho más tiempo. Hasta 1979, en que lo compró Mattel. En parte porque la división de juegos funcionaba bien también, aunque acabaría vendiendo parte -y de ahí que el Trivia Pursuit o el Pictionary acabaran en Hasbro– pero cuando las cosas empezaron a ir de otras manera a finales de los ochenta se lo vendieron al inversor Richard A. Bernstein, que estaba convencido de que lo que había que hacer era expandirse y vender más cosas juntas, como VHSs y música. A mediados de los noventa una serie de decisiones sobre la sección de libros del Toy’R’Us, la expansión para llegar a todo tipo de tiendas que quisieran vender sus productos como las equivalente de las ‘tiendas de todo a un euro’, y la apertura de un Club del Libro centrado en lecturas de colegio dieron tantas pérdidas que tuvieron que empezar con las ventas, los stocks y todo eso, aunque la empresa en sí duraría hasta 2001, en la que fue adquirida por Classic Media. Una empresa participada a medias por la UPA y por Random House. La parte de libros y cómics sería reunida por Random House bajo el sello Bantam Dell que reunía lo de las tres editoriales de una vez. Añadiéndole Ballantine Books en 2010. Y pasando a ser una parte de lo que en 2013 se conocería como Penguin Random House.
Creo que vais notando la pauta.
Es cierto que algunas de ellas acabaron en el cierre y el dominio público como Centaur o Novelty/ Star. Y que algunas vivieron una situación intermedia por las leyes de copyright de USA, que permitieron que buena parte de los personajes originales de Dell pasaran al dominio público. Facilitando que en 2017 se formara InDELLible, una editorial que recuperaba estos personajes para darles nueva vida y nuevas aventuras. Y que también se merecen su propio posteo. Otro día.
Todo lo demás acabaría en Penguin Random House.
Y yo os aseguro que cuando estaba empezando a leer para escribir algo sobre los pioneros y sus aventuras quería hacer algo alejado de la actualidad. Porque me parece que una de las cosas buenas que tiene ADLO! es que podemos escribir sobre lo que queramos. Podríamos hacer una entrada sobre los cómics de Barbie y nadie nos lo iba a impedir -más allá del follón que fue aquello-. Pero es que la actualidad se empeña en ser actual.
De ahí que yo estaba viendo cómo acabaron todas estas empresas distintas debajo del paraguas Penguin Random House y no podía dejar de pensar en que esta misma semana se ha sumado una nueva editorial de cómics de España.
Porque PRH ha comprado esta pasada semana de 2023 el grupo Roca Editorial. Y Roca era la orgullosa propietaria del sello Sapristi, que publicaba Leñadoras o El Príncipe y la Modista, u obras de Feiffer, Carroll, Núñez, Tomine, Skelly o Laperla entre otros.
Pero es que antes de eso PRH compró en 2019 Salamandra, que tenía entre sus sellos Salamandra Graph.
Y en 2017, con la compra de Ediciones B, se hizo con Bruguera y sus fondos.
Uno se pone a mirar y tiene también cómics en Beascoa, Ediciones B, B de Blok, Distrito Manga, Lumen, Montena, Molino, Random Cómics y Reservoir Books.
Claro que en frente está Planeta, que además de en Planeta Cómic publica también en Cross Books, Destino, Espasa, Lunwerg, MR, Minotauro, Planeta Junior o Timun Más.
Quién sabe, quizá todo esto de la normalización significa que también aquí vamos a ver llegar un interés por adquirir en lugar de dejar que se cierre. Así que puede que sea un poco de sobrerreacción pero no puedo dejar de pensar en aquellos pioneros estadounidenses y mirar a los que se pusieron a todo trapo con el cómic en España, mirarlos a ambos, y pensar…
¿Quién será el próximo?
Aunque quizá deberíamos de temer menos esa voracidad amalgamática, procurar mejores leyes anti-monopolio que faciliten que los derechos regresen a sus creadores, y plantearnos el tema al revés.
¿Quién será en España el próximo Delacorte, el próximo Pape, el próximo Wadewitz…?
¿Quién pondrá en marcha la próxima editorial independiente de éxito?
Al final la transversalidad es que uno nunca sabe bien a quien se le ocurrió primero cada problema, pero se ve que esto de los reboots, remakes y recosas nunca se sabe dónde empiezan y dónde terminan.
De ahí que cuando se anuncia una nueva versión de un personaje conocido que tiene poco que ver con el original lo primero que pienso es: ¿Esto ha tenido cómic?
Suele ser que sí.
Más de una vez, de hecho. Historias, parodias, adaptaciones. Que lo mismo ahora no es tan conocido porque uno piensa en… «El abogado por antonomasia» y lo que se le ocurre es cierto protagonista de videojuegos.
Vale, vale, OTRO cierto protagonista de videojuegos.
Lo importante es recordar que lo tuvo todo. Vamos, por tener tuvo incluso versiones internacionales.
Así que podemos concluir que sí, que lo esperable.
¿Incluida alguna muestra de influencia en el mundillo comiquero español?
Para mi que DC esta yendo muy lejos con esto de las nuevas versiones de los personajes, pero que muy lejos. ¿Os acordáis de Dracula, del de toda la vida?
Pues eso es el pasado. Bienvenidos al nuevo Dracula, más dinámico, activo y actual. Es The New Dracula.
¿Cómo? ¿Qué ha pasado? ¿Quién es este personaje ? Pues nuestro New Dracula es en realidad un cientifico que esta investigado los supersentidos de los murcielagos.
Todo parece ir bien, pero el destino siempre interviene y sin darse cuenta se le han caido unas gotitas del suero en su vaso de leche de buenas noches.
Inmeditamente el cientifico sufre los efectos de la peligrosa mezcla
Pero todo el mundo sabe que con volverse murciélago la vida no esta automáticamente solucionada, por lo que mejor vamos a entrenar un poquito
Y a hacernos un traje nuevo y molón.
Y ya somos un superheroe de toda la vida. Pero cuidado, Dracula, lo de tu identidad secreta aún tienes que trabajartelo un poco
Hhhhmmm… esta chica parece inteligente (y esta buena). Así que.. ¿ y si nos tomamos los dos una copa de mi… supersuero?
¿Vampirela? ¿Draculera? No, Fleeta, un palabra de esas alemanas raras. Bueno, pues ya pueden combatir el crimen juntitos, ¿no?
Un momento… ¿¿¿Frankenstein??? ¿Cómo?
The New Frankenstein… Ahora sí que lo he visto todo…