Desde aquí repartimos ideas y conceptos para la manipulación creativa y el abuso cultural. Somos el diario de lo genial, y el pensamiento de lo imposible
Roma. La ciudad eterna. La gente cree saberlo todo de Roma, pero se equivoca. Roma es una ciudad que siempre te sorprende. ¿Sabías que el deporte favorito de los romanos no es el fútbol sino los rallies de coches? Si hubieras cogido un taxi en Roma y hubieras cometido el error de no abrocharte el cinturón de seguridad por supuesto que lo sabrías.
España tiene una especial conexión con Roma. Y no lo decimos por los vuelos de Ryanair ni por los italianos que acuden a ligar a nuestras playas y llevan décadas conectando con las españolas, no, lo decimos porque Roma es la capital de Italia, e Italia es la auténtica influencer de España. En Italia se inventó el fascismo, las mamachicho o las presidentas de ultraderecha, cosas todas que, a los pocos años, han sido de un inmenso éxito en nuestro país.
Londres podrá presumir de albergar en su interior otra ciudad independiente de origen milenario, pero Roma es una ciudad milenaria que puede presumir de albergar en su interior un estado soberano. Y por muy ridícula y compleja que sea la elección del alcalde de la City de London (un sistema complejo donde votan hasta las empresas), nunca podrá superar lo del concláve de intrigas y las fumatas blancas y negras que hay que montar cada vez que se elige Papa. Sólo por ver la cara de los ingleses con cosas como estas vale la pena aguantar las largas colas que hay que hacer para ver algo en la ciudad eterna.
Pros: Insuperables monumentos, excepcional gastronomía y siete colinas con cuestas para que puedas bajar todos los hidratos que has ingerido al alimentarte durante todo el viaje a base de pasta.
Contras: ¿Sabes cuándo te quejas al ver a decenas de miles de turistas acolpándose en la Fontana de Trevi o viendo como los locales casi se desnucan al bajar por la escalera de la Piazza di Espagna por tener que esquivar a los visitantes que usan la escalinata como banco? Pues si vas a Roma tú serás el obstáculo que maldigan los locales.
Turista más famoso: Catwoman estuvo por allí tratando de hacer lo mismo que los romanos hacen para así pasar desapercibida pero le salió regulinchis. Quienes tienen de verdad el status de visitantes legendarios son Astérix y Obélix, los inventores del concepto ‘Bromance’ realizan periódicas visitas a Roma para hacer cosas que nunca cuentan cuando vuelven a la aldea. Ellos saben que lo que pasa en Roma se queda en Roma.
La guerra es el infierno. Ya lo dijo William Tecumseh Sherman y Garth Ennis lo sigue repitiendo cada vez que le piden que se saque de la manga una serie nueva sobre algo de lo que no haya escrito nunca antes.
Pero la guerra también es imprevisible. En cualquier momento tu oponente puede revelar un arma secreta, una insospechada capacidad que te pilla completamente desprevenido y atraviesa tus defensas como el proverbial cuchillo cortando la proverbial mantequilla.
Bien lo sabe Rey, la valiente y talentosa esperanza de los jedi.
Que ante el brutal y sorpresivo desparrame torsocárnico de Kylo Ren necesitó echar mano de su innato dominio de la Fuerza para mantener la calma e improvisar sobre la marcha una defensa coherente.
Por otro lado a Joe, cabo de la 1ª División de Marines, la que luchó en Nueva Guinea, no le faltaban valentía ni talento…
…pero no destacaba en lo de mantener la calma el chaval, no.
Sé que al contemplar la portada del número 33 del Space Adventures de la editorial Charlton todos vais a pensar inmediatamente en lo mismo.
Pero no, ya es demasiado tarde para participar en el concurso del viaje a Disnelyandia. Y aunque se el plazo siguiera abierto desde marzo de 1960 buena suerte intentando canjear el vale por dos billetes de la TWA.
Lo segundo, claro, es que se trata de la primera aparición del Capitán Atom. Una historia de origen que seria revisitada a´ños más tarde en uno de los tebeos más trascendentales de la historia del s´éptimo arte surgido de la mano de dos de sus más importantes creadores.
Y efectivamente nada más abrir sus páginas…
…nos encontramos con la familiar narrativa del protagonista que en plena carrera espacial es lanzado al espacio…
…donde las radiaciones producen en su cuerpo una dramática transformación…
…a la que sobrevive dotado de extraordinarios poderes que decide emplear en el bien de la humanidad.
Se trata sin duda de un tebeo que el Stan Lee que casi dos años después escribiria el primer episodio de Los Cuatro Fantásticos que dibujaría Kirby leyó con especial atención.
PORQUE HABÍAMOS QUEDADO EN QUE TODO LO HABÍA ESCRITO ÉL ¿VERDAD?
Pero una vez pasada la impresión inicial hay algo más. Una insistente sensación de deja vú. De que todo esto lo hemos visto más tarde en otro lado. Y cuando la colección cambia de título al pasar de antología de relatos de CiFi a estar protagonizada en exclusiva por el buen capitán todo encaja.
Tenemos a un heroe de poderes energéticos que vuela dejando una estela de estrellitas cuyo traje, que luce un símbolo radial en el pecho, incluye una máscara que deja su blanco pelo al descubierto.
Y que trabaja en Cabo Cañaveral (entonces temporalmente Kennedy) luchando contra la infiltración de unos malvados alienígenas de piel azul que quieren sabotear la carrera espacial norteamericana.
Y todos habreis recordado a ese otro capitán, el de la Marvel, el que le robó el nombre a otro personaje de editorial fagocitada por la DC.
El Capitán Marvel.
Y estariais equivocados.
Al menos por un tiempo.
Porque en su primera aparición, en octubre de 1967, su traje no tiene el más mínimo parecido. No es hasta el número 16 de su propia colección, en septiembre del año siguiente, en que hace un cambio de vestuario.
El mismo episodio en que el guionista, a estas alturas Archie Goodwin, se acuerda de repente que el Ronan que había aparecido en Los 4 Fantásticos tenia la piel azul y empieza a incluir krees de esa tonalidad junto a los de piel rosada que habían salido hasta el momento.
Uno de los primeros casos de Inclusión Forzosa™.
Finalmente es en 1973, 13 años después del citado Space Adventures 33, cuando el nuevo guionista y dibujante a cargo de las aventuras de nuestro otro Capitán espacial favorito, un tal Jim Starlin…
…le añade la estela de estrellitas en el mismo upgrade en que adquiere la consciencia cósmica.
En este punto cabría preguntarse si hay algo del Capitán Marvel que no sea un HOMENAJE al Capitán Atom. Y la respuesta es que sí, claro.
Lo de intercambiar puesto con adolescente, que es un homenaje al Capitán Marvel.
El OTRO Capitán Marvel.
SHAZAM! ¿VALE?
Sería tentador asumir que, como su aspecto y circunstancias, las aventuras del Capitán Atom de la era Charlton son similares a las de nuestro militar traidor al glorioso imperio Kree vendido a los podemitas terrícolas favorito. Pero nada más lejos de la realidad. Primero porque todo tebeo dibujado por Steve Ditko forma parte de un género propio.
Y segundo porque son realmente personajes diferentes. Nathaniel Adam posee un imponente atributo que deja diminuto al de Mar-Vell. Tan prominente que ni siquiera queda oculto en su identidad civil. En esta viñeta vemos cómo la reglamentariamente adorable hija de científico admira maravillada sus preternaturales características aprovechando un momento en que su padre está de espaldas.
Efectivamente, el Capitán Atom es además de un habilidoso piloto de pruebas un educado científico perfectamente capaz de discutir sobre la luz lunar y sujetos asociados.
¿Qué hubiera pensado Ditko de que una creación suya de 1960 fuera el lejano antecesor de una encarnación moderna que causa ataques de apoplejía a los actuales seguidores de su idolatrada Aynn Rand?
Pues seguro que no hubiera tenido el más mínimo problema. Eso de acusar al pobre Steve de critptofascista y hasta de neonazi es como lo de querer negar la autoria de Stan Lee…
…una tontería que no se basa en dato palpable alguno…
DC está preparando un tomo interesantísimo para los aficionados a Steve Ditko: se trata de la reedición de los tebeos que hizo para la editorial Charlton en los años 60. Atención al listado del material, que es jugoso
CAPTAIN ATOM (1966) #83-86, BLUE BEETLE (1967) #1-6, MYSTERIOUS SUSPENSE #1, CHARLTON PREMIERE #3, THE CHARLTON BULLSEYE (1975) #1, #5, THE CHARLTON BULLSEYE (1981) #1, AMERICOMICS #3 and AMERICOMICS SPECIAL #1[fuente]
En total 400 paginillas por 60 dolarcillos de nada. En los tiempos que corren casi se podría considerar un tomo ni demasiado grueso ni demasiado caro. Pero lo realmente adliano es cómo están vendiendo este recopilatorio de tebeos viejos para el público actual:
Y me parece un tremendo error de marketing. Porque sí, intentas enganchar a los suscriptores de HBO, relacionando estos tebeos con su nueva serie de Watchmen, pero te dejas fuera a parte del público potencial: los aficionados a los productos del Imperio Disney, que son muchos más
Vamos, que yo le hubiera echado más morro y hubiera anunciado el tomo tal que así:
Para poder medrar en el mundillo no basta con ser bueno. Hace falta además tener suerte. Llegar con la obra adecuada en el momento adecuado. Encontrar el momento. Demasiado pronto o demasiado tarde y la obra con la que llevas tanto tiempo comprometido puede pasar desapercibida porque el sabor de moda ha pasado a ser otro. Injusto, sí, pero verdad.
Y el artista que peor lo tuvo a este respecto fue Greg Guler, un muchacho de breve aunque intensa carrera en el comic-book.
Eran los ochenta y las gorras se fabricaban con la visera hacia adelante. El mercado del comic americano estaba en plena explosión (nada que ver con la de la década posterior, pero a su modo era importante) gracias a la progresiva implantación de librerías especializadas que permitían la existencia de nuevas editoriales y con ellas nuevos talentos. Y Guler quiso ser uno de ellos, pese a su estilo, digamos…autodidacta.
Su primera gran oportunidad le llegó de manos de la editorial AC con un caballo ganador: nada menos que una reunión de héroes, todos ellos creados por Steve Ditko en otra editorial y que habían dejado muy bien recuerdo entre los aficionados. Había ganas de seguir leyendo cosas con ellos. Esos populares personajes combatieron juntos por primera vez en un grupo que debería haberse convertido la enseña de la editorial. Fueron presentados en el primer número de Americomics Special bajo el sugerente nombre de Sentinelas de la Justisia. Con esto Whedon te hace hoy día un blockbuster. Y ese especial dibujado por Guler tuvo su público, no penséis mal, pero no llegó a ser el gran bombazo que pudo haber sido.
Y todo porque llegó a destiempo. En concreto algunos meses/años DEMASIADO PRONTO.
Un grupo de vigilantes justicieros que vigilan. Y que a los pocos minutos dejan su solitaria tarea para agruparse y combatir amenazas, sean cuales sean, tanto daban ladrones de bancos como calamares gigantes.
Lamentablemente, este primer especial fue también el último, pues a la altura de la última viñeta de la historia ya avanzaban que ya no podrían hacer mucho más con esos personajes.
Mal momento, como decía, Greg. DEMASIADO PRONTO. Te dan un guión con esos personajes unos años más tarde y haces historia.
En cambio tuvisteis que hacer un casting con lo que teníais por ahí para hacer otra alineación, y como eran los ochenta escogiste a este…
…en lugar de este otro…
…para hacer un grupo genérico de más de lo mismo con prácticamente nulo recorrido. Y mira que si en el ojo en vez de una sombra hubiera tenido un brillo lo hubiera podido petar. O no, igual hubiera sido DEMASIADO PRONTO, vaya usted a saber.
Es lo malo de adelantarse, que el éxito llega después y a otro.
Es por esto que para su siguiente gran trabajo, Greg Guler decidió no arriesgar y aceptar solamente un proyecto con algo consolidado. Y le llegó, vaya sí le llegó. Para DC. Con dos personajes tambien creados por Ditko que venían de petarlo con una miniserie, a Guler le ofrecieron la serie regular derivada con los mismos personajes y la misma pareja de guionistas. Casi treinta números duró, con Guler de artista regular. Y sin un triste recopilatorio que llevarse a la boca, queda como una de las grandes olvidadas de aquellos finales de los ochenta ¿y sabéis por qué fue una obra olvidada.
Porque Guler se subió al barco DEMASIADO TARDE.
La gran ola ya había pasado con el dibujante de la miniserie, de la que todavía es posible encontrar recopilatorios.
Artísticamente, poco queda después de ROB!, así que tras aquel trabajo Guler hizo lo más lógico: abandonar el mundo del cómic. Dedicó su talento al por entonces hermano tonto y repetitivo del cómic, la animación, y ahí sigue, haciendo lo que puede. Se ha quitado la gorra, se dedica al diseño de personajes y después de todo puede decirse que le ha terminando yendo bien.
Podemos decir que lo que perdió el cómic lo terminó ganado la animación y el público en general. Final feliz, como no podía ser de otra manera estando ROB! implicado aunque fuera tangencialmente, tal es su influencia.
Así que en conclusión, queridos amigos, recordad lo del principio: si queréis medrar en el mundillo llegad con la obra adecuada en el momento adecuado. Sed OPORTUNOS.
Hoy son los caucus de Iowa. A vosotros os puede parecer una tontería, pero que con Ike Perlmutter donando dinero a Donald Trump (por afinidad, por M.O.D.O.K., ¿quién sabe?) uno nunca tiene claro dónde empiezan y terminan las noticias. Por ejemplo, ¿tiene algún sentido que para acabar de liarla en Angouleme decidieran -sin avisar a nadie- hacer la humorada de dar unos ‘falsos premios’ a cómics que realmente existen? ¿Es que quieren quitarnos el puesto?
Da igual, se pongan como se pongan nosotros vamos a hablar de lo que interesa. A nosotros. Aunque el otro día ya hubiéramos empezado a tratar el tema. Concrétamente este tema:
Que habrá quien piense: Ya está otra vez Jim Lee tomando cosas. Pero no. En realidad si quieren hacer un Todo-Nuevo-Todo-DiferenteUniverso Hanna-Barbera con visiones tan apocalípticas como si fuera el Universo Rita-Barberá es lógico que acuda a las fuentes. Y no me refiero a las fuentes de… Ahm… No me refiero a internete. Eso. Total, es inevitable que a alguien se le hubiera ocurrido lo de Scooby apocalíptico.
O quizá a dos…
¿Tres?
Bueno, da igual, una tendencia es una tendencia. Pero yo me refería sobre todo a Shaggy. Parece que ha habido quejas o algo porque aparentemente es un hipster. Yo pensaba que sería más porque la camisa cambia de color, pero eso por lo visto es menos problemático que el que aparentemente pertenezca a una tribu urbana concreta. Quizá porque esa en concreto demuestra no temerle a las agujas y prestarle un poco más de atención a su aspecto de lo que Shaggy ha tenido hasta el momento. El motivo por el que parece que aceptarían con menos problema que fuera un grunge, un rastafari o un protagonista de películas de Apatow. Pero, claro, James Franco haciendo de Shaggy es algo a lo que aún no hemos llegado.
Aún.
El asunto es que si Shaggy pudo tener ese aspecto y personalidad es porque, en fin, se inspiraba en alguien. Sí, ha llegado el momento de echar un ojo a la historia de la creación de la serie original: Scooby-Doo, Where Are You!
Hablemos de genios del mal. Fred Silverman -para entendernos, un tipo tan capaz como Jim Shooter– estaba con su plan de ascensión a la cúpula mundial de la televisión bastante avanzado en 1968. De momento era el jefe de programación diurna de la CBS y teniendo en cuenta las broncas internas -como las que se producían casi cada semana con el aún reciente pero ya exitoso y polémico The Smothers Brothers Comedy Hour – casi que era el mejor lugar en el que estar. Al fin y al cabo él tenía que lidiar con las asociaciones de padres y sus quejas de que la programación infantil -léase Los Herculóides de Alex Toth– era muy violenta y había que cancelarla y poner algo más adecuado. De modo que decidió probar otra cosa, basándose en un cómic y también en los éxitos de los grupos musicales. Total, si la NBC se podía inventar a Los Monkees a ver por qué ellos no iban a poder crear un grupo en el que no hiciera falta ni pagar a actores. A partir de ahí salió The Archie Show y The Archies y Oh, Honey, Honey, Sugar, Sugar, Etc, Etc… Todo lo cuál (Incluyendo el número uno en las listas de ventas USA hey hey hey e incluso del año, y lanzo una banda virtual que no fue la primera porque ya en 1961 apareció Alvin and the Chipmunks, pero ya sabemos que estas cosas no durarán nunca) hizo que Silverman tuviera una idea: Este programa era muy popular, los seriales -escritos o por radio- de detectives juveniles también eran muy populares… ¿Por qué no unirlos? Se creaba una banda juvenil que resolviera casos entre concierto y concierto y todos contentos. La primera idea fue utilizar algo que tuvieran por ahí, como esa serie del co-creador de Willie Lumpkin sobre un grupo de chicas cantantes… Salvo que mejor seguir otro modelo quizá y meter chicos en el grupo *cof* y llamarlo Mysteries Five. ¡Famous! Digo… ¡Fabulous! El cambio de nombre serviría para evitar problemas, marcar distancias y que no aparecieran lloricas quejándose de que les habían destrozado la infancia y que en la actualidad no sabían hacer las cosas, no como a principios de siglo. Primero lo intentaron los propios Hanna – Barbera, bueno, fundamentalmente Hanna. Pero como su primera idea House of Mistery, tuvo nosequé quejas y él estaba muy ocupado con su empresa le pasó el marrón a Joe Ruby y Ken Spears -que aún no e habían independizado, claro- y a Iwao Takamoto en el diseño. El grupo -que en ningún caso iban de picnic con galletas de genjibre y sandwich de pepino- lo componían Geoff, Mike, Kelly, Linda y su hermano W.W. además de su perro Too Much. El perro tocaba los bongos. A nadie le pareció mal que no sumaran cinco, pero quizá estábamos en un punto demasiado temprano como para contar cuanta gente estaba por medio. Sobre todo porque Ruby – Spears no había debido de recibir el memorandum de por qué narices estaban buscando una serie que no fuera de acción y puso al grupo a enfrentarse a fantasmas, zombies y otras criaturas de la noche. Conste que sí que tuvieron en cuenta la posibilidad de una acusación de plagio. De modo que en lugar de un gran danés, como habían pensando en un principio, decidieron que Too Much fuera un perro pastor. No fuera a demandarles el creador de Marmaduke. Silverman dijo que ni de coña y Barbera les animó a que fuera un Gran Danés. (Lo da el carácter). Así que Ruby – Spears tuvieron la oportunidad de decir de dónde más podían saq… homenajear. Sí. Eso. Lo que les llevó a la televisión. Concretamente a The Many Loves of Dobie Gillis.
Por si alguno de vosotros no conoce la serie (de gran éxito a principios de los sesenta, 147 episodios desde su estreno en 1959) resumiré diciendo que el protagonista es Dobie Gillis, que usa un estilo similar al de Archiepara presentar a un chico buen-tío pero un poco cabezahueca que se enamora de la primera que pasa. A su lado tiene a un amigo fiel, Maynard G. Krebs, que es el que acabó robando la serie como suele pasar en estos casos, quizá por la brillante interpretación de Bob Denver, y unas cuantas chicas por las que suspira, alguna de manera recurrente como la vacua Thalia Menninger durante la primera temporada y a partir de la siguiente la inteligente Zelda Gilroy, con un aspecto particular – Sheila James acabaría siendo la primera política abiertamente gay en ser elegida en California- que la convertirían en un persona mucho más interesante que el de Thalia. Y ya no hay mucho más que añadir porque al resto de personajes -la familia de Dobie, sus rivales en el amor como ese Milton Armitage que aparecería en unos cuantos episodios hasta que su actor decidiera irse a buscar mejor suerte por ahí, ¡buena suerte con ello, Warren Beatty!- no los tendrían en cuento Ruby – Spears para… inspirarse.
De entrada se quitaron de en medio a Mike. Luego decidieron que el -alivio cómico- hermano de Linda dejara de serlo, dejándolo todo en dos chicos y dos chicas. Lo siguiente que hicieron fue repartir los papeles Geoff sería Dobie, W.W. sería Krebs, Kelly sería Thalia y Linda sería Zelda. que a su vez daría lugar a Ronie, Shaggy, Daphne y Wilma. Y se lo llevaron a Silverman que decidió cambiarle el título a Who’s S-S-Scared?. Inexplicáblemente el jefe de la CBS de aquel momento – Frank Stanton – penso que aquello seguía siendo demasiado oscuro. Así que les mandó de nuevo a darle una vuelta. Como a Silverman no le hizo ninguna gracia decidió sentarse con Hanna – Barbera, Ruby – Spears y Takamoto para intentar que aquello funcionara. En donde funcionara significa poder vendérselo a la cadena. Así que metieron comedia por todas partes, eliminaron lo de que fueran una banda -aunque mantuvieron los números musicales durante las persecuciones-, se centraron en Shaggy y Two Much y en el final en el que el monstruo es un conserje disfrazado. Más aún, Silverman estaba escuchando Strangers in the nightde Frank Sinatra cuando se le ocurrió adaptar a nombre para perro lo que Sinatra tarareaba al final, y de ahí el Scooby – Doo y e nombre de Scooby-Doo, Where Are You! para la serie. Y, de paso, como muestra de agradecimiento, cambiaron el nombre de Ronie a Fred. Por Silverman. Que tampoco tenía mucho más donde elegir.
El éxito de la serie, estrenada finalmente el 13 de septiembre de 1969, fue brutal. Dio igual que la ABC les pusiera contra su propia idea de una serie de animación de adolescentes resolviendo misterios, ¡¿quién recordaba a The Hardy Boys?! Si, fue un éxito tan grande que enseguida empezaron a aparecer más grupos de chavales que tenían mascotas -o algo-y resolvían misterios -o bueno-. Pero solo había un Scooby Doo. Aunque fuera gracias a otras series. Sobre todo porque Norville «Shaggy» Rogers seguía recordando mucho a Maynard G. Krebs, al fin y al cabo los dos tenían aspecto descuidado, perilla, interés en la comida, pocas ganas de trabajar
Como decía, pocas ganas de trabajar. Y… el hecho de que eran beatniks. No, no querían derrotar a Sonic. Lo de beatnik fue un nombre e intención paródica para la gente del grup… de la tribu urbana de la generación beat. Solo que hizo la gracia mediana de que se lo podían quedar para usarlo, o algo. Y como se representaban con ropa amplia, barbita, pocas ganas de trabajar, jersey de cuello vuelto, boina, gafas negras y bongos alguien pensó que parte de eso se podía aplicar a Krebs con lo que lo heredó Shaggy y ha ido transmitiéndose más o menos hasta ahora. Que lo llamamos tribu urbana porque movimiento pendular queda largo. Y como Krebs era un papel tan magnífico -pese a que Bob Denver acabara siendo más conocido en USA por su otra extensa serie de televisión, esa en la que era ya el protagonista: La isla de Gilligan – lo de que fuera un beatnik casi ni importaba. Posiblemente de ahí también el ser el personaje que menos ha cambiado durante estos años.
Pero vayamos al cómic, que hay que aprovechar la existencia de The Comic Book Database y de Comics.org. Porque si la serie se estrenaba en septiembre de 1969 tendríamos el primer cómic ya en abril de 1970. Lo publicaría la Gold Key adaptando un capítulo de su serie de televisión con un estilo de dibujo que solo puedo definir como… GENIAL!
A partir de ahí y durante 16 números les veríamos en situaciones que solo JotaCe puede aclarar…
luchando contra una primera versión de Scream…
o contra terribles personajes como El Reloj de Carrilón con Brazos.
Luego hablamos del cambio de logo.
Mientras tanto, como vemos, los dibujantes intentaban ponerse de acuerdo en muchos asuntos pero, fundamentalmente, en el del bello facial de Shaggy. Sobre todo porque en portadas como la del pseudoScream aquello parece más un p*** de niño chico.
Algo que no escaparía tampoco cuando empezara a aparecer en otros cómics, dentro del March of Comics de la Western Publishing Company. La Western era la empresa que englobaba varios sellos editoriales, incluyendo Gold Key. Y si creías que los de la Gold Key eran especiales espera a ver estos.
De modo que la Western acabó abriendo en 1973 otra colección de cómic de Scooby Doo, la Scooby Doo Mystery Comic alguna de cuyas portadas quizás os suene un poco.
La inspiración, que a ratos parece limitada, aquí sirvió para lo esperable.
Que en 1974 estuviera aún en la Western pero en 1975 se hubiera ido para la Charlton. Que durante un año y poco se pudo permitir sacar su aproximación particular al universo Doo.
No diré que no tenga cierto interés este acercamiento entre el Clock Tower, la Bruja de Oro y tanto juego de espejos, pero lo que es seguro es que a ellos tampoco les duró mucho la alegría porque para 1977 tenían ya una nueva casa: La casa de las ideas.
Que hizo como siempre y copió una idea anterior. Aunque hay que reconocerles que los pseudoScream tienen un gran diseño. A partir de ahí, como era de esperar, un buen puñado de momento inolvidables: Como el Falso Lincoln o
el Payaso Príncipe del Crimen. Pero parece que no acababa de funcionar nada. Y mira que intentaron incluso el pseudocrossover.
Y encima en Malibú. A mala leche. Pero ni por esas. Y mira que intentaron incluso lo de darle un segundo título dentro de un grupo:
Se ve que no había llegado el momento porque el evento se quedó en maxi de 13 números que terminó en 1979, y de los cómics de Scooby no se volvió a saber hasta una muy breve reaparición dentro de una revista inglesa en 1986.
A partir de ahí no volveríamos a saber de él hasta los noventa. En 1992 regresó por unos pocos números en la Harvey. Y con él un clásico.
Y, ya puestos, aunque de la colección regular solo salieran tres números hubo oportunidad de sacar un Giant Size…
y un Big Book…
El mundo del cómic, que es así. Porque para 1995 Scooby se había vuelto a mudar una vez más, en esta ocasión a Archie.
Ya, sacar a Scrappy en portada no es la mejor de las ideas por muy young & hungry que seas. Pero pese a eso y todo duraría veintiún números. Hasta finales de 1996. Ese año hubo una breve aparición en otro cómic que es como para dedicarle su propio posteo. Así que pongamos la portada y pasemos al siguiente hecho noticiable.
Es decir, hasta la compra/unión de Turner con Warner llevándose por delante Cartoon Network -con Hanna-Barbera dentro, claro- de modo que la editorial de cómics que desde 1967 pertenecía al grupo Warner comenzó a publicar en 1997 un título de Scooby Doo. Y por si queda algún despistando: Sí, hablo de DC.
La primera serie de Scooby en DC duraría nada menos que 159 números:
E incluso conocería reedición de su primer número a un dolary algunas otras ideas promocionales. Como la publicación de mini-tpbs
o la publicación de obras derivadas como esta adaptación al cómic del videojuego de la película de la serie… Algo así…
Así como ejemplares especiales para regalar con el cestillo de comida rápida
y ese truco tan viejo de las portadas alternativas:
Pero como esto es DC fue ver que empezanab a subir números y decidir hacer lo más sensato para ellos. ¡¡¡Lanzar un nuevo número uno!!!
Bueno, eso y -en vista de que vendía- sacar una segunda colección.
Que debimos imaginar desde el principio que sería de Team Ups. (El día que hable de la carrera televisiva de la serie quedará todo más claro). Mientras tanto siguen haciendo cosas a ratos, como permitir que uno de sus números tenga una portada regular
y otra limitada para la San Diego Comic Con.
Pero, vaya, que por lo demás todo en su estilo, incluidas las portadas:
Y en febrero ya la serie secundaria ha superado los 13 números mientras que la principal va ya por el 64:
Vamos, que en DC deben estar pensando que ya hace falta un nuevo número uno. Ahora que ya hemos echado un ojo a los años de la publicación y lo incansable de la misma, podemos mirar también a Shaggy.
Parece que llevamos más años con la versión mi-barba-tiene-tres-pelos que con la perilla -lógico, era algo TAN noventero- pero el caso es que han existido ambas. Lógico, teniendo en cuenta los antecedentes de su creación. Y la forma de encuadrarlo. Así que quizá logren que no nos extrañe tanto cuando los veamos. Aunque está claro que, puestos a copiar a Archie, es mejor cuando se hace bien que cuando se hace por calcar el éxito.
Pero, ¿quién sabe? Lo mismo para cuando Jim Lee quiera haber dibujado el siguiente dibujo se tiene que buscar una tribu urbana diferente. Al menos hasta que llegue el Scooby Doo All Star.
"El amor es un como un niño con una venda, el amor es pimienta para el paladar. Hay que echar bien la cuenta, y después a reir, o a llorar…"
Con estos versos Pepe Rubianes solía poner sobre aviso a las nuevas generaciones de la complejidad del amor un fenónemo que no entiende de lógica y da lugar a situaciones muy complejas. Por eso reflejar fielmente lo que es el amor en realidad siempre ha sido una obsesión por parte de literatos, cineastas y cantantes moñas que lo han intentado con dispares resultados.
Muchos han tratado el tema del amor pero sólo tres han conseguido acercarse a lo que es este fenómeno en realidad.
Que es una gran película de terror que nos explica que Zooey Deschanel está loca y que ponemos aquí principalmente por si alguna chica nos está leyendo.
Un anuncio que nos ha enseñado que en el amor todo es posible si le pones suficientes ceros al cheque que le des a una supermodelo.
Y, sin duda alguna, este cómic de la Charlton publicado en 1959 si no mienten en internet.
El Teen Confessions 86 pasará a la historia por incluir la historia "Marry Me Soon, Darling", una obra maestra del noveno arte que puede presumir de haber conseguido lo que parecía imposible, condensar todo lo que significa el amor en tan sólo nueve, intensas y profundas, páginas.
Marry Me Soon, Darling arranca con un chico que acaba de ha abandonado el nido familiar al encontrar que sus padres no aceptan sus pelos y su barba. Esa injerencia en su personalidad le lleva a coger la moto y largarse en busca de su destino que, mira tú por donde, pasa por una rubia de buen tipo.
El cortejo entre ambos sigue su protocolo habitual, es decir él se fija en ella, ella pasa de él como de comer mierda, pero cuando amaga con no hacerle caso cae rendida a sus pies. Un esquema clásico de actuación que aún pervive entre nosotros a pesar del cada vez más en boga entre la juventud método de acercamiento que consiste en preguntar a la chica "Ola Ke Ase? Follamos o ke ase?" que aunque suele acabar en un sí por respuesta de las muchachasde la ESO creemos que le quita mucha gracia al tema.
Tras intercambiar información básica entre los dos—fase que podemos considerar la primera criba a la hora de elegir pareja para cualquier persona—nuestro protagonista afronta el siguiente reto en cualquier relación:
hablar de los respectivos ex- porque toda persona tiene un pasado, y conocerlo nos ayudará mejor a compartir, y ayudar a desterrar, los miedos y fobias que arrastra nuestra pareja. Otra valiosa lección que nos aporta esta historia. Superada esta fase, los dos han tenido sólo un ex, nuestro protagonista y guía en nuestra exploración por los entresijos del amor se entrega en cuerpo y alma al siguiente paso:
Caerle bien a los padres de ella. Algo muy importante puesto que ninguna persona es una isla y hacer el esfuerzo de integrarnos en su mundo es algo esencial aunque su familia esté podrida de dinero y eso nos suponga un sobreesfuerzo.
Pero a la altura de la página 6 algo surge algo malo. Nuestro protagonista recibe una paliza porque sí, y no se defiende ni gana, porque el amor es contención, porque este cómic empezaba a necesitar acción para evitar que nos durmamos aquí todos y porque en el amor siempre habrá extraños que intenten minar vuestra felicidad.
A la altura de la página siete, nuestro hombre ya ha triunfado, la chica le quiere, y los padres aceptan al nuevo novio que ven muy superior al ex, el pasado de su hija, que trató muy mal a la niña de sus ojos. Esta página nos demuestra que en el amor necesita tiempo para germinar, porque los plazos son importantes a la hora de establecer una relación.
Pero en la página ocho reaparece el ex- y la familia recuerda lo que vivió con él. Y así los autores de ya mítica historia nos demuestran que los ex siempre vuelven,y no ocultan, como otros autores hacen, que donde hubo fuego quedan brasas. Así se nos enseña que aunque sea maravilloso no es más que una emoción de segunda mano. Tenéis que aprender a vivir con ello.
Y, cuando parecía que ya no podían enseñarnos nada más, nuestro protagonista llama al ex, le regala la chica, y se pira con su moto.Un valiente giro argumental que nos demuestra otra dolorosa verdad del amor: tiene fecha de caducidad.
El hecho de que no sepamos por qué la chica vuelve con alguien que la trataba mal, que le ha dicho el ex a los padres para convencerlos, o porque un tío con una moto que vale un pastón tiene esa sumisión hacia los hombres rubios son hechos irrelevantes, una metáfora de
la última verdad que este tebeo nos enseña sobre el amor: cuando ella se vaya con otro no os enteráreis de por qué ha sido, y en el fondo no importa, sobre todo porque si no te la has follado antes de la página cinco estás encerrado en friendzone de por vida y has de empezar a pensar en hacer mirar si no eres un pagafantas.
Los cómics de antes eran buenos. Eso lo sabe todo el mundo. Antaño los cómics eran productos de masas, no como ahora que la única masa que arrastran es la de las tripas de los treintañeros que los compran. Los cómics eran el entrentenimiento de la época de antes del vídeo, la música portátil, y una tele en cada cuarto, proliferaban por doquier lo cual era sinónimo de competencia, y la competencia siempre es buena y redunda en mejores productos (salvo quizás en el caso de la televisión, la energía eléctrica, el mercado inmobiliario, y ocho o diez casos más que son aislados y no tienen que tenerse en cuenta salvo que seas rojo…pero ese es otro tema….).
Esa competencia generó un montón de lectores esporádicos, lo que ahora se viene llamando casuals, gente que, como en todos los mercados eficientes, entraban y salían de cada colección permitiendo la renovación constate de lectores. Esto creó un problema, con tanta movilidad de lectores, y tanta oferta, el lector buscaba un indicador de que la serie merecía la pena comprarla y esto derivó en un gusto por, coger aire muchachos, las numeraciones altas.
Si señores, aunque en la era de los Reboots, Ultimate Version, y de las colecciones que lucen un "Vol. 5" en sus manchetas, hubo un tiempo en que tener una numeración alta era sinónimo de que la colección era atractiva, iba a aguantar, y podías comprar muchas aventuras anteriores en los mercados de segunda mano.
Quizás este hecho es el que explica el fracaso de Chaqueta Amarilla, el superdetective de la Charlton.
En septiembre de 1944, la Charlton, que es una editorial que ha tenido siempre muy mala suerte con sus superhéroes porque en cuanto se descuidaba acababan en otra editorial por un quítame allá unas bancarrotas, lanzó las aventuras de Vince Harley, un novelista de novela negra que adquiría superpoderes que le permitían controlar a los insectos. Sus aventuras duraron 10 números (hasta 1946) y los chicos de la Charlton tuvieron que decidir si cerraban la colección o le daban un giro que hiciera más atractiva la serie a los lectores. Conscientes de que Vince Harley era un superhéroe la mar de molón y su fracaso sólo podía deberse a la baja numeración de su colección optaron por mantener la cabecera con un pequeño cambio….
Como por ejemplo que ya no saliera Chaqueta Amarilla, que ya no tratara de superhéroes, sino de cómics infantiles y ahora se llamara Jack in the Box Comics, que apareció por primera vez en Octubre de 1946 con su número 11 (aprende Dan Didio).
El mercado infantil no respondió a lo esperado, y sólo seis números después decidieron que la serie necesitaba encontrar un nuevo rumbo así que en Julio de 1948 decidieron incluir un cambio o dos que pasaban por cambiar de nuevo el título de la serie a….
Cowboy Western Comics, que arrancó con un bonito número 17 en lo registros de la editorial.
Diecisiete números es ya una cifra que, por aquella época, daba cierta confianza y la serie pasaba perfectamente por una publicación con solera puesto que gran parte de sus números incluían reediciones, reprints más bien, de cómics anitguos de vaqueros. La serie marchó viento en popa hasta 1952 cuando en su número 39 se introdujo un nuevo pequeño viraje en su rumbo cambiando a…
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Space Western Comics. Si amiguitos, está todo inventado y Cowboys & Aliens no había inventado nada de nada, ya existía en los años 50 con las aventuras de Spurs Jackson, un ranchero que tienen como acompañantes a un indio y a un chavalín y que, por esas cosas de la vida, también tiene una nave espacial.
La compañía apostó mucho por Spurs Jackson, no en vano arrancó con un número 40 (palabras mayores ya), dándole un grupo de marines espaciales
e incluso nazis (todo mejora con nazis y más si tenemos en cuenta que en los 50 aún no habían descubierto ni a los ninjas ni a los ciborgs).
Pero aún así, inexplicablemente el concepto no cuajó y seis números después Space Wastern Comics dejó paso a
Cowboy Western Comics 46, que como podía ser un follón para los lectores se cambió al número siguiente por un
Cowboy Western Heroes 47, aunque al final decidieron que no, que mejor "ni pa ti, ni pa mi" convirtiendo la serie en
Cowboy Western, que duró hasta el 67 cuando pasó a llamarse
Will Bill Hickok and Jungles que duró hasta diciembre de 1959 cuando, inexplicablemente, dejó de publicarse en su número 75…..Lástima…