Desde aquí repartimos ideas y conceptos para la manipulación creativa y el abuso cultural. Somos el diario de lo genial, y el pensamiento de lo imposible
Un subuniverso injustamente olvidado cuando se rememora los molones hitos de los tebeos noventeros. Quizá por su carencia de pistolones y cartucheras (paliada en otros aspectos).
¿Recordais Una Nación Bajo Muerte?
Obviamente los actuales editores de Marvel NO.
Llamadme señoro.
Llamadme peneanciano.
Pero echo de menos aquellos tebeos hechos con pasión por profesionales que creian en su trabajo. Con tal atención al detalle que como parte del evento se publicó un especial que contenia el nuevo código legal impuesto por Muerte como presidente de los Estados Unidos de América.
Medidas destinadas a arreglar la terrible Norteamérica distópica que se nos habia ido mostrando en los tebeos durante los dos años anteriores. Porque este Victor Von Muerte, igual que el de relatos clásicos como Emperador Muerte o Esta Tierra es Mia, busca realmente el bienestar del pueblo aunque tuviera que imponerlo por la fuerza.
Echo de menos aquellos cómics.
Eran historias que sólo buscaban entretener.
«Familia» se define como cualquier combinación de humanos, mutantes o cyborgs, consistente en un individuo/a y sus hijos o hijas menores dependientes, de haberlos, cohabitando con propósitos incluyendo pero no limitados a procreación, interacción social, estabilidad económica o harmonia comunitaria. Ningún tipo de familia tendra una consideración legal mayor o diferente que cualquier otro tipo de unidad familiar.
Nada de colar forzadamente agendas woke LGTBI inclusivas como hacen los tebeos modernos.
Lo de los cómics en España es como un Mihura. No, no como un toro. Como una obra de Miguel Mihura. Mitad teatro del absurdo, mitad tragicomedia y parte de costumbrismo.
Tampoco que entre tanto discurso triunfalista sobre el cómic español mires la lista de los 428 admitidos y te encuentres a:
Javier Pulido Adam Pollina Manel Fontdevila Raquel Córcoles Alfonso Casas Rayco Pulido Darío Adanti Ana Oncina Javirroyo Javier Olivares Santiago Valenzuela Carla Berrocal Javi de Castro David Cantero Luis Bustos Laura Pérez David Ramírez
Pero el asunto es el mismo, cómo tenemos que estar para que gente que publica con regularidad en editoriales de las grandes tengan que optar a estas ayudas para desarrollar sus obras.
En fin, siempre a favor de presentarse a estas cosas. Pero vuelve a ser como con lo de dejar fuera a autoeditades y webcomiqueres. El Ministerio de Cultura de Urtasun -siempre del brazo de La Sectorial- y sus ideas de bombero.
Son ayuda para el desarrollo de cómics, así que cuantos más salgan mejor. Pero sospecho que alguno de los 428 estará… vamos a decir que con cierto miedo al ver que hay solo 40 huecos y tanto nombre reconocible en la lista.
Lo que nos lleva de nuevo a lo que decíamos la última vez. O la anterior.
Bueno, no exactamente. Pero casi.
Me refería a que lo que va a marcar la diferencia es cómo funcione el jurado y de qué manera decida establecer los puntos y todo eso.
Que puede parecer muy sencillo y luego Antonio Martín se lleva una.
Vamos a suponer que uno de los especialistas es Juan Díaz Canales, que tenemos la suerte de que no ha colaborado con ninguno de los finalistas. De hecho, confío en que habrán buscado una manera de valorar que favorezca la transparencia. Y que no pese quién es amigo de quién o dónde publica. Es decir, en 2014 ganó el Nacional del Cómic, eso significó que en 2015 fue parte del jurado que eligió el siguiente ganador que se concedió a Las Meninas de Santiago García y Javier Olivares. Así que ahora me pregunto si se repetirá la historia.
Es bueno saber que la idea de especialista del Ministerio es alguien que fue webcomiquera y autoeditada. Publicó en antologías y revistas y tardó años en que una editorial independiente le produjera una obra propia.
¡Ojalá el Ministerio compartiera los criterios del Ministerio!
Pero bueno, todo esto son tonterías comparadas con el mimo, el cuidado y la sopesada decisión tomada para…
elegir al representante catalán.
Está claro que no les ha importado lo suficiente como para dar el nombre.
¿Qué os puedo decir? Si eres de Cataluña…
¡Quizá seas tú!
Una vez más quedamos a la espera de la siguiente etapa. Que alguien tiene que vigilarles. Y, por supuesto, seguimos convencidos de que lo de dar ayudas al cómic es bueno. Pero, sobre todo… dan espectáculo.
Debemos ser correctos en el uso del lenguaje. Ciertamente es una herramienta increiblemente flexible capaz de adaptarse a cambios en la cultura, el conocimiento y la sensibilidad pero sólo si se respetan unos parámetros m´ínimos de coherencia.
Pongamos un ejemplo.
Esto no es «otra muestra de lo bajo que ha caido el periodismo«.