Lecturas y relecturas de cambio de año

Barras, estrellas y aguiluchos

Madrid, noviembre de 2023 (via Me Llaman Jimmy)

Secret Wars 12, abril de 1985 (via Marvel Comics)

¿Coincidencia? ¿Serendipia? ¿Ya lo predijo Los Simp Mattel?

No lo sé. S´olo estoy seguro de dos cosas.

Que la historia nos ha enseñado que sólo hay una persona capaz de acabar con el hambre, la guerra y la pobreza en el mundo.

Y que quizá Shooter y Zeck no estaban teniendo una visión preomitoria de la España de 38 años en el futuro cuando crearon el último episodio de sus Guerras Secretas…

…pero los jodios clavaron la sesión de investidura de Sánchez.

Relecturas con filtros

Porque busco fastidiar a la gente que no me sigue en Instagram

Lecturas y relecturas con filtros de Instagram

Si estás leyendo esto es que, una vez más, los alegres muchachos de ADLO! no han podido entregar nada legible en fecha y os toca tragaros un posteo de relleno aleatorio. ¡Es imposible llegar a dieciocho años de actualización diaria sin usar uno o dos trucos sucios!

Instagrameos de un verano confinados

¡Reposiciones! ¡No castigues tu cerebro leyendo cosas que no hayas leído antes!

En tu casa, series de villanos; en la calle, villanos de verdad

Corría el año 1975 y DC revolucionaba el panorama del cómic de superhéroes con un concepto visionario: Joker, el cómic. Con su primer número publicado en Mayo, con el incombustible Dennis O’Neil a los guiones, el príncipe payaso del crimen se convertía así en el primer villano importante en gozar de una serie propia.

Es cierto que anteriores intentos editoriales habían dado protagonismo a villanos o antihéroes en colecciones regulares, como es el caso de los Vengadores que una década antes habían incorporado a su alineación a villanos reformados como la Bruja Escarlata, Mercurio y Ojo de Halcón. Y en 1968 Marvel había dado una cabecera propia a Namor, personaje difícil de situar en la línea entre héroe o villano desde que Stan Lee lo recuperase de la Golden Age como enemigo de los 4 Fantásticos. Pero nunca una cabecera entera ocupada por un villano tan villanesco. Sin embargo, tan importante hito no dejaba de ser una reacción, una respuesta a la reciente publicación por parte de Marvel de Giant Size Super-Villain Team-Up, publicado apenas un par de meses antes.

Escrito bajo la pluma del mismísimo Roy Thomas, el entonces editor de La Casa de las Ideas puso a trabajar al gran John Buscema en una cabecera que reunía a Namor con un personaje aún más abyecto y reprobable, el mismísimo Victor Von Doom. En el cómic se narraba el complejo historial de ambos en una sucesión de flashbacks mientras el monarca atlante intentaba formar una alianza indestructible con Doom. La cosa acababa bastante regular, y en un segundo Giant Size, escrito también por Thomas pero dibujado por las menos competentes manos de Mike Sekowsky, ambos enemigos volvían a cruzar sus caminos. En este segundo número es el Doctor Muerte el que propone a Namor una alianza, y el atlante, al negarse, abriría las puertas a un enorme conflicto que daría lugar a una cabecera propia.

Por supuesto, Super-Villain Team-Up pretendía seguir la estela exitosa recogida por Marvel Team-Up, la cabecera en la que Spider-man haría equipo con diversos personajes del Universo Marvel (en especial la Antorcha Humana) en insustanciales pero divertidas aventuras. Sin embargo, y a diferencia de lo que Conway y otros estaban haciendo en la cabecera heroica, la trama de este cómic de villanos trazaría una épica historia por la que pasaron algunos de los grandes nombres de la Marvel de los 70. Tras el paso de Roy Thomas por los Giant Size, los guiones de la cabecera principal fueron pasando de Bill Mantlo a Steve Englehart, y de nuevo a Mantlo, es una historia río que recorría un mundo entero con numerosas estrellas invitadas.

Lo cierto es que tras un primer año prometedor en el que Doom se mostraría como el protagonista principal de la colección, con Namor como un acompañamiento, comenzaría a tomar peso Red Skull, quien finalmente en el número 15 tomaría el relevo y el protagonismo al monarca de Latveria. Con el criminal nazi como principal atractivo y Mantlo fuera de la colección, la cabecera duró apenas 3 números antes de desaparecer, no sin antes alcanzar un nuevo hito: ¡un desenmascaramiento del villano que revelaba que se trataba del mismísimo Hitler!

Lo cierto es que Marvel supo dar carpetazo al asunto en el momento justo. Empezaba la década de los 80 y los cómics protagonizados por villanos y nazis ya no tenían demasiado futuro.

Sin embargo, no sería el último intento de Marvel de darle a Victor von Doom una cabecera propia. A finales del siglo pasado el venerable enemigo de los 4 Fantásticos pudo gozar de no uno, sino dos soporíferos tie-in relacionados con Heroes Reborn y guionizados por Chris Claremont. Pero lo GENIAL! estaba a la vuelta de la esquina y es que ese mismo año 2000 Chuck Dixon estrenaba una miniserie escuetamente llamada Doom.

Ambientada en un momento apocalíptico impreciso, un Doctor Doom sin armadura debe luchar contra animales salvajes, moteros, cazarrecompensas y demás derivados de Mad Max hasta alcanzar la supremacía que le corresponde. Sé lo que estás pensando, querido lector. ¿Merece la pena esta miniserie? ¿No nos defraudará?

De verdad que os prometo que no defrauda.

Hierro Condenado

En tiempos recientes algunos guionistas han proyectado una imagen algo distorsionada de Tony Stark, nuestro millonario forrado de metal favorito. BENDIS! no, BENDIS! nunca, por supuesto. Pero en sus apariciones fuera de su propia cabecera a menudo se le retrata como un playboy superficial obsesionado con ligar con toda fémina con la que se tope.

Debemos empezar por comprender que los cimientos del personaje tal y como lo conocemos hoy los pusieron David Micheline y Bob Layton en sus celebrada etapa de inicio de los años ochenta. Fuertemente influenciada por la todavía vigente cultura Disco heredada de los Balanceantes Setenta. Su Tony es un playboy en el sentido mas… um… revistero del término.

Y su reparto de secundarios también lo és.

¿Debemos asumir por tanto que Stark es un opresor heteropatriarcal? ¡Nada más lejos de la realidad! Si bien puede criticarse a aquellas historias que siempre se le presente como la parte activa en el ritual de seducción también lo es que ocasionalmente es él el seducido.

Pero ¿qué hay de la parte «hetero» de «heteropatriarcal»?

Bueno, el mismo Micheline escribió en pleno siglo XXI (pero hace ya diez años) Legacy of Doom, una secuela de la afamada saga que efrentaba al Vengador Dorado con el LEGÍTIMO monarca de Latveria.

En ella desde el mismo principio se nos deja claro que a Tony está tan agusto con su orientación sexual le da igual que le juzguen por las apariencias. Pero igual IGUAL ¿eh?

Para detener al típico demonio chungo interdimensional que planea pasar las vacaciones en nuestro plano de existencia (con erótico resultado) Victor roba se adjudica la mismísima espada Excalibur, cuyas cualidades la hacen invencible y la fusiona mágicamente con su armadura.

Convirtiéndose él mismo en una encarnación de la espada.

Pero para poder derrotar a la criatura también necesita la igualmente legendaria vaina de Excalibur pues, como explica Dumbledore Merlin en persona, otorga invulnerabilidad a su poseedor.

La trama se complica cuando Tony, movido por una incomprensible desconfianza, se le adelanta y al tocar la vaina se convierte igualmente en su encarnación.

El problema es que para derrotar al demonio hacen falta ambos atributos. Y para combinarlos…

Ahm…

Mira, mejor que os lo explique Gandalf Merlin…

Eso.

Hay que… envainar… la espada.

Y Victor es la espada y Tony la vaina.

De hecho se trata de una inevitable conclusión que muy inteligentemente Micheline nos ha estado anticipando desde el primer número en el diseño de la cabecera.

Dura elección… Otros en su lugar habrían preferido dejar que el planeta fuera arrasado. Y es lo que hubiera hecho Tony si fuera el casposo cuñado que algunos se empeñan en creer que es.

En lugar de decir valiente y liberalmente…

…»adelante, Muerte, clávamela».

Así es el verdadero Iron Man. Liberal hasta las últimas consecuencias. Respetuoso con el espectro de orientaciones e identidades e incluso dispuesto a explorarlo ocasionalmente.

¿Cómo? ¿Que qué tal la experiencia?

Pues decepcionante, para qué os voy a engañar.

Para mí que Victor sólo quería darle celos a Reed y claro, si no pones pasión en lo que haces y estás a lo que tienes que estar se nota la falta de pasión. Falta, nunca mejor dicho, magia…