¡Toc, toc!
– ¿Llamaba, señor Didio, señor?
– ¡¡¡Hombre, ayudante!!! Sí, sí que te he llamado yo. ¿Qué querías?
– Mmmmh. Supongo que quería saber porqué me había llamado, señor Didio, señor.
– ¡Ah! No, no, no quería nada. Es sólo que me han puesto este nuevo teléfono tan chulo en la mesa del despacho, y Barbie, la gorda de administración, me ha dicho que las llamadas van a cuenta de la empresa, así que estoy probando que tal funciona el teléfono.
– ¿Y funciona bien?
– De puta madre. De hecho, ahora mismo, estoy llamando a Grant Morrison.
– En ese caso, creo que lo mejor es que le deje solo, señ…
– No, no, hombre, quédate y así… ¿Grant? ¡Soy Didio! ¡Sí, sí, ese mismo! Verás, te llamaba para saludarte y eso. Sí. Sí. No. Si ya sé que estás muy ocupado y tal, sí, sí, si ya me dijiste que no volviera a llamarte si no había una buena razón para ello. Sí. Sí. Sí, mi madre ya me castigó por aquella otra vez, pero es que esta vez sí que tengo una buena razón para llamarte, de verdad. Sí. Pues es queeeeee… esteeeee… mmmh… es que le he tenido que cambiar el final a las Final Crisis.
– ¡Señor Didio!
– Sí, sí, es que no me ha gustado nada ese final, así que le he… jijijiji… dado la vuelta por completo.
– Señor Didio, no sé si es prudente que le diga eso a uno de nuestros guionistas estrella, señor…
– No, no me he fijado en si el final contradice o no lo del Superman Beyond, no. Efectivamente, como pasó con Countdown. Pero todavía no sé qué tienes en contra del final de Countdown, si a mi me pareció… mmmmpphh… buenísimo… ¡¡¡BWA-HA-HA-HA!!! ¡¡¡Que era broma, tonto!!! Sí, sí, te llamaba porque estoy probando mi nuevo teléfono y… ¿Qué me lo meta por dónde? ¿Por qué iba a hacer eso? Sí, sí. ¿Un buen viaje? ¿Mejor que la coca? Bueno, tú eres el experto, así que si tú lo dices… Pero ahora mismo no puedo, que está el ayudante delante y no quiero mostrarle mis vergüenzas…
– …de nuevo…
– ¡¡BWA-HA-HA-HA!! ¡Pero qué cachondo es este Grant! ¿A quién podría llamar ahora?
– Señor Didio, no sé si es la mejor manera de tratar a nuestros creadores, señor. Alguno podría tomárselo a pecho y enfa…
– ¡¡¡James, tío!!! ¿Cómo va todo?
– Señor, quizá debería colgar ese teléfono antes de que pase algo por lo que deba luego arrepentirse…
– ¿Sabes, James? Creo que nunca te he contado mi opinión sobre los homosexuales…
– Ay, Dios…
– No, no, yo tampoco estoy conforme con el resultado de la votación de California. Yo siempre he defendido que los maricones puedan casarse… ¡¡¡si antes uno de los dos se corta el pito!!! ¡¡¡BWA-HA-HA-HA!!!
– …hostia puta…
– ¿Sí? Quizás podrías contestarme a una cosa que nunca he entendido: ¿por qué los homosexuales se la chupan antes de darse por culo? ¿No lo sabes? ¡¡Porque si lo hicieran al revés les sabría la polla a mierda!! ¡¡¡BWA-HA-HA-HA-HA-HA!!!
– Mañana mismo echo ese currículum en el Carrefour. A mi edad, no tengo porqué aguantar esto.
– No, no, si no te hace gracia la culpa no es mía, que a mí me lo acaba de contar Kevin Smith hace un rato… ¡Ups! Será… ¿pues no me ha colgado el teléfono? Pues vaya… si es que desde las críticas a la peli de los Caballeros ha perdido por completo el sentido del humor. ¿Y ahora a quién podría llamar? ¡Ah, ya lo sé! A ver donde he metido la agenda… ¿Qué es ese ruido?
– Es mi móvil, señor Didio, señor. Creo que lo mejor es que vaya a mi despacho y responda a la llamada.
– No te cortes, hombre, contesta aquí mientras yo busco el teléfono de… ¡¡Aquí está!! 555 – M – A – R – V – E – L.
– En fin… ¿Diga? ¿Señor Robinson? Le noto algo tenso, señor. Sí… ¿Que acaba de hablar con el señor Didio? Esteeee… no, no sabía nada.
– ¡¡¡¡JOEY!!!! ¿¡¡¡Qué tal hombre!!!? Pues mira, es que me han puesto un teléfono nuevo y… ¡Anda! ¡Que a ti te han puesto un fax nuevo también! ¡¡¡Entonces ya sé quién me ha enviado esa fotocopia de su culo!!! ¡¡¡BWA-HA-HA!!! Sí, tío, eres muy grande, joder. Psss… ¿ayudante?
– No puedo creer lo que me está contando, señor Robinson. Creo que lo mejor es que hable con el señor Didio para aclarar… disculpe un momento… tengo una llamada en la otra línea… ¿qué desea, señor Didio, señor?
– Consígueme un scáner-fax nuevo para mañana. Último model ¡¡Y asegúrate de que pueda sentarme en él!! Sí, sí, Joe, sí que le he ganado la apuesta a Levitz. El muy idiota se apostó 5$ a que las cifras de ventas no podían bajar más. ¡¡¡BWA-HA-HA-HA!!! ¡¡Sí, hace falta ser cortico!! Y encima va el muy soplapollas y me pide la revancha, y ahora se ha apostado 50$ a que de aquí a tres meses suben.
– Tranquilícese, señor Robinson. A decir verdad, desde que al señor Didio le pusieron la nueva medicación no ha estado muy estable. Sí, sí, en efecto. A veces dice lo contrario de lo que quiere decir, sí; el farmacéutico de la mutua le llama el síndrome Bizarro, jeje, señor. No, señor Robinson, señor, no tiene gracia, no. Sí, sí, eso mismo. Estoy convencido… Intentaré…
– ¡¡BWA-HA-HA!! ¡No tranquilo, que Levitz no me la pega! ¡De hecho, ya he sacado a Morrison de Batman y a Johns de Action! Sí, sí, así seguro que en marzo no vendemos una mierda… ¡BWA-HA-HA-HA!. Y para después, me he asegurado que ni Superman ni Batman estén disponibles en ningún título del DCverso esos meses. Vamos, que son los 50$ que más fácilmente habré ganado en la vida… ¿Qué? ¿Qué llega Bendis? ¿Con qué? Joder, tío, tus guionistas sí que molan. Los míos son una caterva de friquis. Vale, vale, te llamo luego. Hasta luego.
– De acuerdo, señor Robinson, comprobaré si ya se ha repuesto de los efectos y haré que le llame. De acuerdo, señor. Le llamo luego, señor.
– ¿Qué pasa algo, ayudante? Porque tienes una cara queee…
– Bueno, acaba de llamarme el señor James Robinson para decirme que ha decidido dejar de trabajar para nosotros con efectos inmediatos debido a cierta llamada que ha recibido hace unos cinco escasos minutos, señor… ¿Me está prestando atención ,señor Didio, señor? ¿Se puede saber a quién llama ahora?
– Nada, no te preocupes, hombre. Tú sigue hablando que yo te escucho.
– Pues… esteeee… Como le iba diciendo, el señor Robinson había decidido no trabajar más para nosotros, lo que dejaba especialmente en serio peligro la colección de Superman, que quedaba sin guionista justo cuando Johns dejaba Action, así que…
– ¿Waid? Sí, soy yo. ¿Qué tal, tío?
– …no sin cierto esfuerzo…
– Que el enfadica de Robinson se ha pirao sin avisar y nos ha dejao tiraos…
– … he podido convencerle…
– …sí, como tú hace unos meses con Flash, sí…
– …de que en esos momentos usted no estaba todo lo centrado que debería…
– …te llamaba para ver si querías guionizar la cole de Superman.
– ¡Señor Didio, señor, creo que debería escucharme un momento antes de continuar con esa…!
– …sí, ya sé que es el sueño de tu vida, por eso te he llamado a ti el primero…
– ¡¡¡Señor Didio!!!
– Vale, vale, quedamos así. Aprovecha para echarle el polvo de tu vida a tu mujer ahora que estás con el alegrón. Venga, te dejo, que mi ayudante quiere no sé qué. Venga, campeón, nos vemos mañana.
– ¡¡¡Señor!!!
– Vale, vale, no veo a qué viene tanta prisa. ¿No ves que estaba solucionando lo de Superman?
– Precisamente, señor Didio. Pero es que lo que pretendía decirle es que el señor Robinson ha decidido pensárselo mejor y no dejarnos todavía, señor Didio, señor.
– Bien, bien. Mmmmh… vaya. ¡Es la hora, me voy a almorzar!
– ¿Cómo que se va a almorzar? Pe… pero… ¿Qué pasa con la cole de Superman?
– ¿Pues que va a pasar? Nada. Si Robinson no se va, no veo qué problema hay…
– Pero… ¿Y Waid? No debería alguien decirle que no va a escribir Superman? Porque ahora mismo debe estar haciéndose ilusiones.
– Bueno. Si se hace ilusiones, es su problema, no el mío.
– ¡Señor, debe usted llamarlo!
– Mira, ayudante, hay un momento para cada cosa. Antes era la hora del trabajo. Y ahora es la hora de almorzar. Así que me voy a almorzar.
– Pe… pero… podría llamarle antes. Así podría usar otra vez su teléfono nuevo ese que le gusta tanto y…
– Ayudante: madura. A todos nos llama la atención un juguetito nuevo, pero un profesional como yo no le presta la menor importancia a minucias como esa. Y te garantizo que Waid se enterará de que no escribe Superman.
– Bueno, señor, ya me quedo yo más tranqui…
– Porque Waid leerá el Newsarama, ¿verdad? Porque si no, igual no se cosca. Bueno, lo dejo, que siempre me estoy quebrando la cabeza con asuntos que no me corresponden y luego no duermo bien. Nos vemos, ayudante. Y sal más, da paseos o algo, que te veo muy blanco. Taluego.
(otra versión de los hechos, menos interesante, eso sí, aquí)