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Etiqueta: Christopher Priest-James Owsley
En Semana Santa, Christopher Priest
Hace tiempo de torrijas y gladiadores. En este periodo extraño en que en cada zona es festivo unos días diferentes, que no hace ni frío ni calor, que no sabemos bien en qué hora estamos por el cambio reciente, los rituales de entretenimiento también son particulares. Y en vista de que ya no se emiten películas de cuatro horas con cadencia pausada sobre seres superiores y resurrecciones, atrévome a recomendaros una lectura o relectura para saciar el ocio en estos particulares días de penitencia y mortificación: el Deathstroke de Christopher Priest.

Varios son los motivos. Para empezar, «Christopher Priest» es uno de los nombres más cristianos que puedes echarte a la cara. Es lo que tiene cambiarte el nombre, que puedes ponerte uno molón (o demostrar tu espiritualidad, que llamarse Cassius Clay de serie también era potente). En sus comienzos se llamaba James Owsley, pero le asignaron desde demasiado joven tareas editoriales y comenzó a ganarse enemigos demasiado pronto. En la Marvel de Shooter, ojito, menudo carácter debía tener. De manera que una forma de hacer borrón y cuenta nueva era el cambio de nombre, estrategia que siguen también empresas y partidos políticos para hacerse perdonar pasados y deudas. Siguieron reconociéndole, era lo que tenía el ser de los pocos afroamericanos en la industria de entonces, pero como se limitó a hacer guiones y no a mandar, se le siguió tolerando.
El volumen en cuestión del mercenario tuerto se enmarca bajo el manto de una etapa cuyo nombre también es muy apropiado para la Pascua.

Como es característico en Priest, y conveniente en estas fiestas, no se trata de una lectura que haga demasiadas concesiones al espectador. Hay que seguir las tramas con atención e intentar no perderse, y si en algún momento se tiene la sensación de haberse perdido alguna escena es mejor volver atras (para eso viene bien tener como referencias los marcados de las escenas con rótulos, que pueden recordarnos a las estaciones de los via crucis), releer con atención y verificar que el hecho al que los personajes estén haciendo referencia no ha llegado a verse. Elipsis narrativas. Se ahorra espacio pero da trabajo. Una historia continuada, sin una partición exacta en arcos narrativos, con tramas y personajes que van y vuelven. En definitiva, una lectura que nos saca de la zona de confort y que requiere de nuestra reflexión activa. Que ni pintado para tiempos de penitencia, lo dicho.
Son 50 números, y la edición en castellano se compone de siete tomos, los cuatro primeros en tapa blanda, a los que sigue uno en tapa dura porque se encuentra con Batman (son pocos números, pero para que abulte incluyen otra aparición de Batman de la serie original, la de los años noventa), y termina con dos bajo la cabecera de «temporadas», que también vienen muy bien para esta epoca, pues sus portadas son talmente el Calvario y el Entierro. Si es que con la primera me parece estar oyendo los pasos de la procesión.

Y qué decir de la segunda, titulándose R.I.P…¿acaso habrá SPOILER al tercer día? todo es posible en DC. Se trata de una verdad estadística, existiendo infinitos universos alternativos.
Aparte de esots siete tomos, hay un episodio de la serie que se encuentra en otro tomo de claras resonancias mesiánicas: Renacimiento: Titanes: El Contrato Lázaro. Sí, de un tiempo a esta parte para escribir los títulos de DC hay que recurrir mucho a los dos puntos. Dentro sinopsis: «Deathstroke ha capturado a dos de los mayores velocistas de la Tierra. ¿Su propósito? Servirse de la fuerza de la velocidad para viajar hacia atrás en el tiempo y devolver la vida a su hijo muerto«. De lo más apropiado para estos días, insisto.
Lectura reflexiva para tiempos de recogimiento. Pero falta algo para que se le pueda otorgar el sello de calidad de Adlo! (SCA!, lo dejo aquí por si acaso, que ahora con tantas asociaciones y premios no conviene guardarse ninguna idea que en seguida te la pisan), y me encontré ese algo cuando a tres capítulos de terminar la serie, en ECC incluyeron la portada alternativa del número 48, firmada por Ledkilla.

También remite a la Pascua el que incluyan una portada variante de DCsos tres episodios antes del final de una saga titulada R.I.P., pero en este caso lo que quiero haceros ver es otra cosa.
Se decía que para saber la calidad de un dibujante bastaba con hacerle dibujar un caballo y ver cómo lo resolvía. En Adlo! tenemos otra máxima para reconocer la Genialidad: hazle empuñar una espada (¡desde 2005!).

Abstenerse de intentarlo gente con pulgares. Grande Ledkilla, cuya portada marca la genialidad! necesaria para perseverar en nuestra recomendación de Semana Santa…por cierto, que firma tan rara ¿no será un alias? a ver…oh, pues sí. De Ken Lashley, nada menos, el único artista, recordemos, ganador de no uno sino DOS Premios Internacionales del Comic Adlo!, PicAdlo!s (en su tercera y cuarta edición). Me pregunto por qué se habrá cambiado el nombre.
Ale, recomendación hecha. Santas Pascuas.
Desconexión territorial
Mi intención para hoy era hablar de… yo qué sé… de cosas. No sé si se puede decir algo gracioso sobre que 800 personas pierdan su trabajo, pero al menos se puede intentar explicar qué está pasando (capitalismo) y por qué (soberbia) pero más complicado está entender que alguien -no digamos ya una editorial- apoye a la gente que se dedica a… bueno. A darse autobombo inventándose cosas fáciles de comprobar que son mentira pero que él sigue perjurando que tienen una base indudable.
A ver si os creéis que el ascenso de los ultras no viene de la gente que apoya a los que hacen lo mismo en su propia escala.
PERO.
Resulta que el estreno del asunto lovecraftiano -sin relación alguna con la situación política actual, hablamos de unos racistas diferentes- plantea una serie de posibilidades y preguntas. Y, precisamente, de esas preguntas podemos sacar lo que ahora llaman ‘contenido‘ y antes ‘vamos a fingir que esto no es relleno‘, que es todo un clásico del cómic desde Naruto a Umbrella Academy. Así que aprovechemos.
¿Quienes fueron los primeros CREADORES (guionista/ dibujante) AFROAMERICANOS de Marvel y DC?
Veamos…
Billy Graham es el nombre en disputa para el título de dibujante en Marvel porque, junto a George Tuska, colaboró en 1972 con el lanzamiento de Luke Cage, Hero for Hire. El problema es que era fundamentalmente entintador aunque, por lo visto, se ocupó de dibujar algunas de las viñetas bajo la idea de que mejor algún creador afroamericano por medio. Y siempre mejor un dibujante que un guionista, por supuesto. [Editado: ¡Gracias a Kaulso que me avisó del follón de nombres que había montado!]

Trevor Von Eeden repitió vio repetido el truco por DC en 1978 con la creación de Black Lightning. Aunque a él no le tocan créditos de creador, porque, bueno, estas cosas pasan y en las cosas de superhéroes pasan más.

Christopher Priest -que entonces aún se llamaba James Owsley– fue el primer editor contratado por Marvel en 1978. Bueno, a ver… Fue el primer editor, pero en 1978 le cogieron de becario. No sería el primer editor contratado de manera regular hasta 1984. Estas cosas funcionan así. Y eso que en 1983 le habían empezado a dejar guionizar cosas.

Solo 5 años más tarde, en 1988, empezaron a dejarle publicar cosas en DC.

Bien es cierto que algún malpensado podría llegar a sospechar de que lo que le daban a escribir tenía algún… hilo conductor.

A ver, que una cosa es publicar a la Patrulla X o a la Doom Patrol y hablar así de las minorías y sus problemas de marginalización y otra muy diferente dejar que sean esas minorías marginalizadas las que cuenten su propia historia.
Y si preguntamos ya por mujeres… Espera, ¿hasta qué punto os queréis deprimir?
Alitha E. Martinez es prácticamente no ya la primera sino casi única autora de color dibujando cómics. Comenzó en Marvel en 1999 colaborando con Cable 1999…

y llegaría a DC en 2012 con un número de Batgirl. En el que ni la acreditan en portada. Pero bueno, lo primero que hizo con ellos…

Tampoco esperéis una carrera grandísima en las dos grandes. Pero algo es. Sobre todo si lo comparamos con las guionistas.
Por una vez DC se adelanta y en 2009 le dan a Angela Robinson el guión de The Web. Total, solo tuvo que dirigir primero D.E.B.S. y Herbie: Fully Loaded. Pero bueno, ya se vengaría dirigiendo y guionizando Professor Marston and the Wonder Women.

2016, vaya año. Roxane Gay entró en 2016 en Marvel en lo que básicamente es un complemento compartido. Total, ¿de qué sirve ser autora superventas del mundo de los libros si no te pueden confiar unas pocas páginas? Por suerte además de ponerle a un hombre también le pusieron a otra autora para su propio complemento: la poeta Yona Harvey.

Pero, en realidad, un par de meses antes habían publicado en digital a una autora de color: Nilah Magruder. Pero como estaban muy ocupados vendiendo que las otras dos iban a ser las primeras y, además, esto no iba a ir impreso pues… ¿Por qué iban a contar? 2016, uno de esos años.

Y sí, la Martinez de la portada es Alitha Martinez.
¿Cómo funcionaba esto fuera de Marvel y DC? Bueno…
El primer superhéroe afroamericano con cabecera propia llegó en 1970 y en una editorial independiente en la que Larry Fuller publicó Ebon.

Antes de eso, en 1965 y en Dell nada menos, apareció la primera cabecera de un personaje afroamericano: Lobo.

Por supuesto antes de eso, en 1946 el editor Orrin Cromwell Evans sacó la cabecera dedicada al lector afroamericano con historietas variadas All-Negro Comics #1.

Así que sí, parece que antes de estos… esfuerzos… de Marvel y DC existían creadores a todos los niveles publicando historias con mayor o -generalmente menos por motivos que todos podemos imaginar- fortuna. De ahí que se escribieran artículos y se publicaran libros.

Aunque, por supuesto, siempre sería más fácil dejar a guionistas blancos al mando de personajes que no lo son. Pero esa es otra historia, para otro momento.
Depende del espectador
Hace más de medio año que no vemos qué tal le va a Vampirella. De momento su última serie ha traspasado la barrera del primer TPB y sigue abierta y publicándose con buena salud

Al comienzo de este séptimo número nos encontramos con la protagonista emulando a Eva María, tomando el sol en la playa, aunque en vez de un bikini de rayas lleve su uniforme habitual

Pero esa misma prenda que lleva cincuenta años cosechando críticas negativas por su poca cantidad de tela resulta que también es inaceptable en la playa en que se encuentra nuestra vampira del espacio favorita…

…pero esta vez por excesivo. ¡Cosas de los naturistas!
La que está liando Carmena (III)
¿Pues no pretende la alcaldesa de Madrid no solo ensanchar las aceras, sino hacer la Gran Vía completamente peatonal? ¿Qué pretende que hagamos los honrados usuarios de automóvil que pagamos nuestros impuestos, que pasemos con los coches volando?
(¡No, Batman, tú no cuentas! ¡Y menos si vas en el coche de Will Smith!)
[Viñeta de Deathstroke 32]
Paint it red
Priest (el artista anteriormente conocido como Christopher Priest, el artista anteriormente conocido como James Owsley) es un tipo que siempre ha sido de la opinión de que Marvel cogió uno de los personajes de DC, lo pintó de rojo y a partir de ahí empezaron a llover billetes sobre la Casa de las Ideas
Así que cuando le encargaron el relanzamiento de la serie del mercenario de naranja y azul decidió hacer lo mismo. Un homenaje al homenaje. Todo empezó con la presentación de este señor ya en el especial Rebirth
Su nombre es Matthew Bland para los occidentales, Ja Zaki para su país africano (del que por cierto es déspota vitalicio) y Red Lion porque…
…se presenta de esta guisa en el nº6 de la serie. Pero como quizá la semejanza quizá quedaba todavía algo sutil para el nº10 le rediseñan la máscara y queda tal que así
Hala, Priest, te habrás quedado descansado, hijo