Llevamos unas semanas en las que las noticias sobre cómics son… iba a decir que más broncas que de lo habitual, pero a quién quiero engañar. Al final lo que hace el cómic es replicar la vida real.
De ahí que hayamos visto la clásica pelea PP vs PSOE menos en apoyo del cómic que de los intereses comerciales de sus grupos cercanos. Que todo el interés de la prensa se haya ido hacia que un cocinero famoso ha tenido un cómic con guiños a otros muñecones de la pantalla mientras a nadie parece interesarle lo que los creadores del mismo tienen que decir -aunque al menos se han librado de ir a El Hormiguero-, y la noticia estrella de la semana ha sido esta:

Porque, claro, esto no va de cómic. Va de hacerse rico.
Y ya sabemos que en el mundo del cómic la forma de hacerse rico es trabajando mucho y con talento y esfBWA-HA-HA-HA!!!
¡Que no, que no, que es especulando, como en todo lo demás!
Tú te encuentras a un presidente autonómico de esos a los que le tocaba la lotería todos los años -porque llevaba muchos números, claro- y rápidamente consideran que comprarte un cómic es lo más lógico porque si mañana alguien -un constructor, digamos- quiere colaborar con el noveno arte lo más lógico es que te compre ese cómic.
Así que la manera correcta de hacerse rico -gracias a una herencia, como sabe todo el mundo- ha vuelto a demostrarse exitosa justo cuando más falta hace: Para animar a la nacionaludopatía como única forma real de ascenso social.
Y luego está la historia de Angoulême. Tú dejas al Ministro de la IA ir con La Sectorial un año y al año siguiente ya no se celebra. Recordemos que Angoulême tiene en el imaginario español ese ser ‘lo más grande’. En realidad lo más grande es el Comiket japonés, y luego ya esa cosa mixta de Lucca en Italia. Pero como tenemos una edad podemos seguir fingiendo que los datos reales no son vinculantes para nuestra percepción.
Lo lógico sería que la historia esta la contara Pedro pero parece que no está por la labor.
El resumen de la historia viene a ser: Tras un par de años de broncas sobre la gente que lo organizaba -las subcontratas ya se sabe- desde 2007, el año pasado acabó por estallar la situación al saberse que una trabajadora denunció una violación producida durante la celebración de la edición de 2024. Como allí no se presentó ningún festival del sur de España no vamos a especular, por supuesto. El asunto es que los organizadores del festival actuaron con la rapidez y contundencia de la justicia española: Despidieron a la trabajadora.
Esto se unía a la bronca anterior de 2023 a cuenta de Bastien Vivès y al hecho de que las organizaciones de autoras en Francia no están solo para decir en redes ‘uy, si yo hablara’ y dedicarse a montar y desmontar configuraciones que se van separando a la búsqueda de oportunidades de charla y subvenciones.
La presión de asociaciones y autoras, el hecho de que la gente declinara ser parte del jurado -voy a explicar esto para el público español… Si te llaman para ser parte de un jurado simplemente di: ¡NARANJAS! Así te ahorrarás el bochorno de que tu nombre se asocie a darle un Gran Premio a Antonio Martín o a un jovenzuelo de 55 años como Paco Roca, o darle el de ‘revelación’ a alguien que lleva décadas dibujando… y seguir hablando en redes como si no estuvieras pringado en ‘intereses creados‘.
Total, que las discusiones sobre la gestión y las intrigas cortesanas entre 9e Art+, políticos locales y editores -la patronal, vaya, que ahí no está en un sindicato vertical como aquí-, tanto por su cuenta como tratando de liar a ‘los otros organizadores’, la Cité ( Cité internationale de la bande dessinée et de l’image ) con ideas que incluían una grossen koalition porque esto se hace por los cómics y el arte, no el dinero y el poder, pero soltar la poltrona no la suelta nadie.
Total, que no hubo manera y la cosa parece seguir hacia la cancelación, algo que desde 1974 solo había sucedido una vez, en 2021. Os dejo que imaginéis el motivo.
Por supuesto los políticos locales han analizado el problema y establecido las prioridades…
¡¿ES QUE NADIE VA A PENSAR EN LA HOSTELERÍA?!
Porque, claro, a los establecimientos y servicios locales eso de que no se celebre y haya como doscientosmil visitantes y tal… pues eso es lo importante. ¿Que encubran violanciones? Por favor, son hosteleros.
Nah, es broma. Son hosteleros pero también hay gente de la cosa de los cómics que han crecido como setas. Lo raro es que no haya una mezcla de cómics y hostelería. Pero, claro, es que hablamos de Angoulême, no del Barrio del Cómic. (¿O era Tirso de Molina?). Pero eso significa que hay aún más movimientos.
De ahí que parezca que los movimientos que están teniendo lugar en la organización incluyen la famosa frase ‘batalla legal’, mientras que las autoridades han preferido dedicarse a ‘programación alternativa’. Actividades externas al festival organizados por organizaciones y colectivos de autores. ¿Que si el alcalde es de derechas? ¡Que cosas tenéis! Eso sí, ‘independiente‘, que ya sabéis cómo andan también las cosas por allá.
Con deciros que ya ha dicho que es una ‘oportunidad‘. Y lo ha hecho usando las palabras mágicas: «Il y aura des sous» que por si no sabéis francés os diré que significa «Habrá Dinero«. Porque el idioma es importante, casi internacional. Y, de paso, va y suelta que confía en que la actual gestora se haya declarado en bancarrota para enero y así no presente lucha en los tribunales por competencia desleal. Pero, claro, es que en marzo hay elecciones. De verdad que es gente encantadora esta. No sé cómo no hemos llegado aún a «Meurtres à Angoulême«… Ah, que es que la ruedan este año.
[EDITADO:
Resulta que la organización acaba de cancelarlo oficialmente. En el clásico comunicado de no aceptar ni una sola responsabilidad y, de paso, enfadarse mucho porque alguien quiera que existan repercusiones a su forma de gestionar. Es decir, no hablan de esa violación a una de sus trabajadoras, de cómo trataron de encubrirla o de que despidieran a la mujer, pero sí de que cómo se atreven los políticos a negarles las subvenciones de mínimo 1,5 M€. Que, fíjate, siguen siendo menos que las de la Comic-Con.
Así que desde el festival les han acusado de ‘manipulación‘ y de ‘purga política‘ porque ‘si no me das dinero me enfado’ puede ser una forma de gestión habitual en la patronal de los tebeos de todos los países, pero sigue quedando un poco feo hacerlo así.
Pero eso no ha evitado que los organizadores decidan insistir en que el Festival -o el nombre, a saber- es suyo, y que si las administraciones quieren organizar algo van a tener que negociar con ellos. Victimización y matonismo. Lo esperable.
Y como todo es siempre capaz de ser más divertido siempre, también se está hablando ya que otros salones más o menos cercanos están viendo a ver si los participantes que iban a ir quieren pasar por lo suyo. Porque, al final, en todas partes cuecen haricots.
Aunque espero que allí no tengan una revista Menhir que dé columnas mes tras mes a la organización y la defienda en sus editoriales.]
Por supuesto podríamos hablar de muchas cosas partiendo de esto. Pero creo que lo más divertido que podemos es hablar de lo de aquí.
No solo de si los autores que firmaron el famoso manifiesto realmente hubieran cumplido su amenaza. También de por qué las editoriales han tenido que ceder ante la presión de los autores.
Supongo que el motivo principal es que lo que aquí se hace bajo el nombre de ‘editar’ no deja de ser una suerte de intermediación. Coges algo que se tiene que vender fuera, traduces, editas, publicas. La editorial acaba hablando más con los agentes e intermediarios que con los autores.
Y los autores acaban teniendo la misma fuerza ante los eventos que los agricultores ante las grandes superficies. ¿Que no nos traes producto nacional?, no te preocupes que ya inundaremos con el de fuera.
Teniendo en cuenta que en los salones lo que tenemos es la constatación de que los autores nacionales son más parte de un decorado, relleno a la espera de los internacionales, antes que algo por lo que haya un interés real… -y no te digo ya cuando esos autores son amateurs, autoeditados, fanzineros o…- pues acabas pensando como con el resto de la ‘cosa’.
¿Realmente merece la pena que los autores se molesten? ¿Realmente van a sacar algo que les compense?
Pero bueno, como el próximo fin de semana tendrá lugar el Saló del Manga -o como se llame ahora- que ya sabemos que lleva más gente que la Comic-Con -¡y con menos subvenciones!- aunque al menos no ocurre en Madrid -por lo menos hasta que el grupo Quirón decida meterse en la organización de eventos, claro- imagino que acabaremos teniendo algo de lo que hablar el próximo lunes.
Quizá, incluso, no haya nada que hablar y podamos centrarnos en hablar de cómics.
Cosas más raras se han visto.










































































































Como el Falso Lincoln o
Y encima en Malibú. A mala leche. Pero ni por esas. Y mira que intentaron incluso lo de darle un segundo título dentro de un grupo:















Y en febrero ya la serie secundaria ha superado los 13 números mientras que la principal va ya por el 64:
