Algo huele a podrido en el desierto friki de Madrid

Yo ya no hablo de periodismo español sobre tebeos. No lo hago. Me he cansado de repetirlo durante los últimos dos años. Si lo hiciera, podría abordar la pieza publicada el pasado día 19 por Diego González sobre la cancelación de la Madrid Cómic Pop Up (Heroes Con Expo Adolfo Suárez) en la prensa. Por ejemplo, me podría haber dado por buscar si el medio que le publica, El Español, había cubierto el año pasado el evento (no lo hizo). O si lo hizo en 2022 (tampoco). En ninguno de los dos casos lo hizo quien fuera antaño su medio afin especializado en historieta Sala de Peligro, en cuya web la etiqueta “Madrid Cómic Pop Up” solo incluye una entrada, correspondiente al 2021. Esto no es exclusivo de El Español. Es notable la escasa presencia en medios del evento, del que solo he podido encontrar mención en su edición de 2023 en El Diario Montañes, medio regional de Cantabria que se hace eco de una nota de Europa Press. Hablo, por supuesto, de la prensa generalista, porque todos recordamos el texto que le dedicaron en Es la Hora de las Tortas y que se titulaba “Mi triste paso por Madrid Cómic Pop Up 2023”. Por cierto, las referencias en prensa de la edición anterior, en 2022, también se encuentran principalmente en medios regionales, como El Diario Vasco, mediante también de una nota de Europa Press. A veces la prensa tiene estas cosas, no le interesan las cosas cuando existen porque la noticia únicamente es cuando se acaban. En ese sentido, un poco como la gente que llora por el cierre de una tienda de cómics que lleva sin visitar un lustro.

Si yo hablara de periodismo español sobre tebeos, cosa que ya hemos acordado que no hago, podría centrarme en algunas de las inexactitudes del texto de Diego González. Pero no hace falta ponernos minuciosos, dado que el texto rápidamente abandona los cómics para centrarse en los videojuegos y las ferias del sector a través de la Madrid Games Week, evento de celebración intermitente durante la década pasada y que tras la pandemia de 2020 ha cesado su actividad. Diego González nos advierte que su sucesora en la capital, Gamergy “centra su tiro en los deportes electrónicos y los creadores de contenido” y se aleja del “videojuego tradicional”, algo que para cualquiera que haya estado atento a otros eventos de videojuegos más longevos no es un cambio de rumbo si no una deriva natural que la propia industria viene tomando… ya incluso antes del 2020. Cuando el periodista nos dice que hay una “ausencia de grandes eventos” no falla del todo pero omite que se refiere a grandes eventos que sean de su gusto. Ya sabemos cómo funciona la prensa. O no, que no estamos hablando de periodismo.

Al Cómic Barcelona, el evento homólogo al Pop Up de Madrid, sí le dedican espacio en Metrópoli abierta, la cabecera específica de Barcelona de El Español. ¿Quiero decir yo con esto que la repercusión en prensa ha podido tener algo que ver con la capacidad de subsistencia de la Madrid Cómic Pop Up (Héroes Con Expo Adolfo Suárez? No me atrevería yo a afirmar nada parecido puesto que, como sabéis, esto no es un texto sobre periodismo español sobre tebeos. Pero sí que llama la atención que en una ciudad con tantos estadios de fútbol, auditorios, coliseos y palacios donde celebrar eventos masivos como es Madrid siga siendo tan difícil que perduren actividades culturales (frikis o no) y que se vean obligadas a migrar a las periferias, convertidas ya no solo en dormitorios, también en trasteros donde llevarse el ruido que no toleran los vecinos de la capital. Y si no que alguien busque por qué se llevan el Mad Cool a un sitio llamado Iberdrola Music (ni una sola referencia en la web del festival de dónde cojones está el sitio, pero está tan al Sur que ningún alcalde del PP ha llegado hasta allí desde que inauguraron la estación de Cercanías).

¿Estamos hablando entonces de política? ¿De ocupación del espacio público por intereses privados? ¿De burbujas? Mucho mejor eso que hablar de que entrevistar a dos personas, una de las cuales es literalmente una persona al azar identificada por su nombre de pila y que igual podría ser el autor del artículo o un amigo suyo tampoco se puede considerar una toma seria del pulso de la situación. ¿Por qué funciona en Barcelona lo que no parece funcionar en Madrid? ¿Es solo una cuestión, como señala el artículo de Diego González, “el precio de los espacios en Madrid”? ¿Es más barato alquilar el espacio en Barcelona que en Madrid? ¿Es más barato para la Japan Weekend que para la Comic Pop Up o la Games Week? ¿Cuáles son las ayudas públicas a este tipo de eventos en cada caso? ¿Hay algún motivo por el que en Madrid se haya apostado por los deportes electrónicos, con inversores como La Liga, por delante del videojuego “tradicional”? Todas preguntas que nos podríamos hacer si fuéramos periodistas o, peor aún, si este fuera un post sobre periodismo español. Cosa que no es.

Ciudad Pícara

Este Jueves Santo nos invita a meditar sobre la figura de nuestro salvador. aquel que sufrió el martirio y la muerte por nuestros pecados y resucitó para salvarnos del mal.

Obviamente estaba hablando de RoboCop. El único clásico de violencia cienciaficcionera ochentera capaz de rivalizar en impacto y legado con el Terminator y los aliens de James Cameron. Una rica herencia que incluye la ya comentada serie de animación (¿para cuándo on RoboCop ’89?) pero que abarca juguetes, tebeos y videojuegos.

Empezando por el recordado pégales’una’hostia de Data East para arcades con sus reglamentarias conversiones a ordenadores caseros de 8 bits. La misma Data East realizó la adaptación de RoboCop 2 en el mismo estilo (sus máquinas tienen un cameo en la película).

Pero cuando en 1993 se estrenó RoboCop 3 estaba claro que el panorama estaba cambiando mucho.

MUCHÍSIMO.

Tanto que mientras las adaptaciones de 8 bits tiraban por el tradicional sendero de los pégales’una’hostia

…la siguiente generación de ordenadores de 16 bits demostraba su poderío con una aventura que incluia espectaculares imágenes digitalizadas…

…y apabullantes fases en 3D.

OJOCUIDAO, 3D en TIEMPO REAL. Y nada de vectores, geometrías sólidas con sombreado y hasta efectos.

Durante los años siguientes, una vez desaparecido de las carteleras, nuestro policia cyborg preferido no francés pasó por un periodo de irrelevancia lúdica. Una adaptación a consolas portátiles por aquí, un título coprotagonizado con los terminators por allá. Una época de mediocridad que hace que brille aún más esa absoluta joya de la GENIALIDAD! que los aficionados, cuando la osan mencionar, llaman en susurros…

EL ROBOCOP DE TITUS SOFTWARE.

Las meras capturas de pantalla no pueden hacer justicia a esta magna obra que muchos han comparado en inter´és y jugabilidad al legendario Miami Vice que Universal desencadenó el año siguiente. Quizá la menor descripción la diera aquel cr´ítico que señaló que este era el primer juego de la hiastoria que no te pedía confirmación para volver a Windows sino para iniciar una partida.

No es casualidad que en el año 2023, cuando se cumplía el 20 aniversario de este hito histórico…

…tras largos meses de hype saliera a la venta RoboCop: Rogue City.

Han tendio que ser unos polacos, los de Teyon, quienes por fin han realizado el juego perfecto de RoboCop. Porque es mucho más que un juego. Es un acto de devoción.

Y uno se da cuenta cuando llega a la comisaria la primera vez. Se han modelado con exquisito detalle todas sus estancias…

…y se han interconectado entre ellas de manera tan realista que uno podría jurar que está pisando no ya los decorados en que se rodó la película sino el mismo edificio de ficción convertido en realidad.

Ciertamente es una delicia andar por la comisaria.

Lo que es una suerte porque la mitad del juego consiste en recorrerla de arriba abajo. Una y otra vez.

Y otra vez más.

Pero no de manera gratuita, nada de andar por andar. Llevando a cabo las más variadas misiones.

Como encontrar la toalla de un policía que está en la ducha para que firme la postal para mandarle a Lewis al hospital.

Pero no sólo de la comisaria vive el RoboCop. También se han reconstruido con absoluta fidelidad las calles del decadente Detroit del futuro cercano.

Las cuatro.

Que además se han llenado con decenas de referencias al RoboCopverso.

Es un placer adicional irlas identificando.

También ayuda a entretenerse porque salvo tres excepciones cada vez que Murphy sale de la comisaria se va a patrullar esas cuatro calles. Una y otra vez.

Y otra más.

Pero vamos, no es como si fuera algo monótono. Cada vez que se vuelve al viejo Detroit algo ha cambiado.

Primero es de noche, luego es de día…

…luego es el día de las elecciones. Vamos, parecen escenarios COMPLETAMENTE DIFERENTES.

Pero para ser un buen juego no basta con un buen escenario. Tienes que poder hacer cosas interesantes en él. Y se ha adaptado el espíritu de la cinta de Verhoeven con la misma rigurosidad que se ha aplicado a sus espacios. A lo largo de su campaña el jugador puede sentir que está habitando la piel (blindada) del oficial Alex J. Murphy. Viviendo experiencias que perfectamente podrían haber sido escenas eliminadas del guión de Ed Neumeier.

Como detectar infracciones de tráfico…

…multar a personas por beber en un lugar público…

…investigar el cadáver de una prostituta callejera asesinada…

…o someterte a una sesión de psicoanálisis que determine la integridad de tu imagen propia y tu sentido de la identidad.

Pero era necesario crear nuevos villanos. Y el Clarence Boddicker de la película había dejado el listón muy alto. Afortunadamente los diseñadores de Teyon echaron toda, pero TODA la carne en el asador.

Lamentablemente la familia de Alan Rickman les debió de responder con un NI DE COÑA y un NUESTROS ABOGADOS OS VAN A ESTAR VIGILANDO y, en fin, así se quedó la cosa.

Prefiero no saber qué les respondió Jimmy Smits.

Así que supongo a Marhuenda ni se molestaron en llamarle.

¿Es RoboCop: Rogue City un producto dirigido exclusivamente al público nostálgico? ¡En absoluto! Tiene todas las cosas que un jugador moderno demanda de un producto actual.

Fases oníricas interminables con pasillos más interminables todavía.

Gatos texturados y animados como si fueran extraterrestres multiformes novatos intenando hacerse pasar por michis.

Y, ni que decir tiene…

…una amplia panoplia de armas de fuego de la época entre las que elegir. Del Steyr AUG al FN Fal pasando por el Tec-9 o la Mossberg 500 y hasta un HK G11. Que no te sirven de nada porque en cuanto empiecas a upgradear tu clásica y fiable M92 auto ninguna otra arma iguala su daño, cadencia o capacidad pero EH, NADA TE IMPIDE ELEGIR UNA DE LAS OTRAS.

Pero, por si todo esto fuera poco, RoboCop: Rogue City incorpora una original vuelta de tuerca a una mecánica habitual en los juegos modernos. Porque son muchos los que permiten al jugador tomar decisiones que cambian el rumbo de la historia de fondo.

Pero sólo en Rogue City tus acciones dan exatcamente igual.

Kuzak terminará siendo elegido alcalde de una manera o de otra.

Y el drogadicto callejero que intentas reformar acaba devorado por una pitón en una de esas noticias de echarse risas.

Lamentablemente hay UNA misión secundaria que no ha sido finalmente implementada aunque podemos encontrar en el juego los recursos gráficos que iban a formar parte de ella.

Agacharse a recoger el jabón en la ducha.

¿Quizá sea el próximo DLC?