Desde aquí repartimos ideas y conceptos para la manipulación creativa y el abuso cultural. Somos el diario de lo genial, y el pensamiento de lo imposible
El futuro. Dicen que el futuro no está bien pero tampoco es lo peor, que parece una peli barata, que parece cine español. Pero eso son afirmaciones que hace gente que ya ha dejado de ser joven y cuando lo dijeron aún no nos había caído Trump, la pandemia ni la polarización que tanto has notado en la cena de Nochebuena.
Pero una cosa es que el futuro esté como esté y otra muy distinta que no estuviéramos avisados. Porque sí, estas navidades nos estamos dedicando en ADLO Novelti Librari a repasar aquellas predicciones con las que la industria cultural (pop o no) nos advirtió de lo que espera. Hoy empezamos por un clásico entre los clásicos. El primer contacto con el futurismo para muchos niños de la Generacion X que, sin saberlo, heredaban un producto diseñado para una generación anterior. Hablamos claro est´á de Los Supersónicos.
Los Supersónicos nacieron en 1962, y sufrieron varios revivals como la serie de los años 80 o la película animada de los 90. Pero ya desde su primer epsiodio la serie sobre una familia que vivía en 2062 adelantaba cositas a sus espectadores.
¿Lo habéis visto verdad? No, no me refiero a que George Jetson se tumbe en su puesto de trabajo como hace Homer Simpson en la central nuclear de Springfield, ni tampoco a que la serie refleje a la perfección la política «separados per iguales» que Trump y Elon Musk quieren reflejar a partir de ahora en las series de televisión y productos culturales, hablo por supuesto de la cinta de correr para perros, una idea loca de los 60.
Que es producto de éxito en aquellos países donde la desigualdad económica hace aconsejable reducir al máximo el tiempo que pasas en la calle (ya ni los CEOs están seguros allí).
Y es que a pesar de relatar una historia de familias que van al trabajo en naves espaciales y que viven en casas por encima de las nubes (seg´ún la película de los 90 por unos problemillas ambientales por los que no debéis preguntar) lo cierto es que Los Supersónicos son una serie que acertó en muchísimas cosas.
Como los smartwatches.
Las pantallas planas…
…y, por supuesto…
…¡¡¡La Roomba!!!
¡Ahhhh los años 60 con su locas ideas sobre el futuro!
– Y este es el posteo de hoy. – No te digo que no, te digo que si lo que quieres es hablar de eso me parece que has escrito demasiado. – Bueno, pero es que hay que dar un contexto para… – ¡Que has contado la historia completa de los cómics de Scooby-Doo! Y has aprovechado para hablar un poco de las películas, los Directo a Vídeo, los… – Bueno, a ver, en realidad podría haber contado más de… – ¡Que esto no se lo va a leer nadie! – Pues como el resto. – ¡QUE… – Vaaaale, voy a hacer una cosa. Pongo ‘el material de posteo’. Y luego ya si eso veré qué hago con el contexto. – ¿Ya si eso? – No te preocupes que he tenido UNA IDEA. – AHORA es cuando me preocupo.
La inesperada quiebra de la Harvey supondría una serie de problemas. El que nos ocupa a nosotros es la decisión de qué hacer con los derechos de Scooby-Doo. Algo en lo que ya hemos visto que había pasado un poco de todo¹. Y más que le iba a pasar.
De entrada, porque Harvey estaba intentando crear contenido ‘original’ tras sus… anteriores publicaciones. Algo que nunca llegaría a suceder. Aunque eso no significa, ni mucho menos, que los cómics quedaran inéditos.
De 1995 a 1997 se haría con esos derechos Archie Cómics. Y lo haría aprovechando para ese primer número ese cómic inédito de la Harvey. Que no era gran cosa pero que, oye, ya estaba hecho. La segunda mitad contaría, sin embargo, una historia bien distinta.
Fred, Shaggy ¡y Scooby! eran condenados a la cárcel, en una ilustración a medio camino entre la EC y el Underground. Alejado de las imágenes más tradicionales, casi de stock, que llevábamos viendo todos estos años. Bien es cierto que las decisiones de guión acompañaban, con un estilo casi que a ratos parecía más paródico que humorístico. Y que, sin embargo, funcionaba.
El equipo creativo de los primeros números se permitiría una serie de libertades muy poco habituales.
Tanto en la manera de presentar las historias…
Como en las representaciones internas…
Profusión de gotas de sudor, lágrimas, lenguas -en serio, lenguas, mirad las páginas-, onomatopeyas enloquecidas, fuego y explosiones y, en general, el tipo de cosas que uno pensaría que tienen que aparecer más en los cómic y, sin embargo, no suelen hacer presencia.
Y aún no hemos hablado de los guiones. Porque lo mismo les metían en la cárcel, o en el ejército, o les ponían contra el clásico monstruos que pasaba por allí pero dándole un… tratamiento interno un tanto distinto.
No sé si podréis mirar a Fred y Scoob de la misma manera. Pero seguro que habéis visto las lenguas.
Y sí, eran cómics, además, con Scrappy Doo -su primera aparición en cómic-, así que volvían a tenerle por ahí pese a que desde 1988 no había aparecido en ningún lado. Lo que pasa es que le usaban de manera… un poco diferente. Había cierta tendencia a separar dos grupos, uno con Shaggy, Scooby y Fred y otro con Velma, Daphne y Scrappy. Lo que permitía que el guionista hiciera… de las suyas.
Vale, esto tendría que haber sido solo las dos primeras viñetas, con Scrappy travestido con peluca amenazando violencia contra la mujer mientras referenciaba un antiguo programa de la televisión. Pero toda la página es tan maravillo y tan cargada del estilo que era imposible dejarlo suelto.
El equipo de esos primeros números, por cierto, estaría montado por Mike Kirschenbaum a los guiones, Gordon Morrison a los lápices y Alfredo Alcala a las tintas.
Mike Kirschenbaum venía de haber trabajado en televisión, sobre todo como guionista de Daniel el Travieso, pero también habría estado en He-Man o la bastante olvidada serie animada Spiral Zone, y más reciéntemente en el Spitting Image estadounidense de corta duración D.C. Follies -obra de los Krofft, pero esa es otra historia- y justo antes de estos cómics en… Las pesadillas de Freddy. Aunque en ese momento estaba haciendo guiones para adaptaciones de propiedades Hanna-Barbera como Los Picapiedra, Los Jetson, el Hanna-Barbera Presents y All-Stars y, por supuesto, estos Scooby-Doo. (También hizo una historieta para el Magazine de Spider-Man en el que tenía que compatir a un ejército de cocodrilos albinos que viven en las alcantarillas de NY tras… bueno, os hacéis una idea del resto). Así que entre su experiencia televisiva y los guiones parecía un candidato ideal. Supongo.
Gordon Morrison es una leyenda del pinball. No como jugador -bueno, ¡no lo sé como jugador!-, sino como ilustrador de algunas mesas de Gottlieb como las de Buccaneer, Solar Ride, Buck Rogers, Spider-Man, Hulk o Asteroid Annie and the Aliens entre muchas otras. Y había estado dibujando algunas historias en el cómic Slimer! que la editorial NOW Comics -otro día hablamos de ella- estaba dedicándole a la ¿mascota? de Los Cazafantasmas.
En cuanto a Alfredo Alcala… bueno, creo que todos conocemos a uno de los más brillantes autores filipinos. Capaz de hacer tanto que acabaría sacando su propio Alcala Komiks Magasin y creando a Voltar a principio de los sesentas, su éxito sería tal que comenzaría a colaborar en títulos de fantasía y terror en Marvel y DC hasta el punto de acabar mudándose a USA para mediados de los setenta. Trabajaría sobre todo como entintador -aunque no solo- para estas empresas pero también para la Warren en sus títulos de terror. O, como vemos, para Archie.
Con este reparto es normal que lo que saliera fuera este tipo de resultado, con algunos números realmente sorprendentes como
El quinto, en el que esta vez el guionista sería Bill Vallely y que nos contaría la misma historia desde dos puntos de vista con Morrison -que ya vemos que en ocasiones firmaba Morison– disfrutando igual aunque esta versión no tuviera precisamente monstruos.
Pero es que ese es parte del encanto, que con esta gente nunca sabías con qué ibas a encontrarte. Como en la segunda historia del número cuatro en la que podemos encontrarnos con…
Lo cierto es que a partir del octavo fueron metiéndolos en vereda, incluyendo el cambio a otro dibujantes como Aníbal Uzal, Alberto Saichann o Phil Solow, que solía funcionar que meter a otros guionistas. Al fin y al cabo ya hemos visto lo que Morison y Alcala podían hacer con Vallely, y cuando el guionista regresó a la serie en ese octavo número – en un cambio después de que en el octavo Uzal y Saichann dibujaban una versión más contenida de lo que el guión de Kirschenbaum podría haber sido- para volver a colaborar con ellos nos encontramos con algunas imágenes que justifican su leyenda.
Poco a poco iría prescidiéndose de Morison/ Morrison. Incorporando un equipo de Dan Spiegle y Mark Evanier, con alguna otra entrada en la escritura de guionistas del más reciente programa, como Bill Matheny. Solo cuando Gordon Morison aparecía a los lápices se permitían alguna licencia. Pero iba siendo cada vez menos, y menos desatado, hasta que en el 13 se publicaría su última historia.
La serie llegaría hasta el 21… No tanto por esa búsqueda de un poco más de ‘normalidad‘ tanto como por las viejas maniobras corportativas. La quiebra de Harvey había hecho que Scooby-Doo acabará en manos de Archie, la venta de Hanna-Barbera se los quitaría.
Hanna-Barbera, la empresa propietaria de los derechos para las series y, por ende, para los cómics, permaneció independiente desde su creación en 1958 hasta que en 1991 Turner o TBC compró la empresa (en dura puja con Universal o Hallmark, por si os queréis imaginar otros mundos posibles), lo que no debería de haber sido mucho cambio… si en 1996 no se hubiera fusionado con el aquel entonces llamado Time Warner, haciendo que la cartera de animación -y el canal Cartoon Network, claro- fuera a parar a manos de Warner. En donde ha permanecido -al menos hasta ahora- y que era, claro, poseedora a su vez de una editorial de cómics. Sospecho que veis todo hacia dónde estamos dirigiéndonos.
Inmediatamente las propiedades de Hanna-Barbera movieron sus propiedades a DC Cómics. En donde han permanecido de una manera u otra desde entonces. En el caso de Scooby-Doo hay mucho más que podríamos contar. Al fin y al cabo es la otra temporada de cómics que se suele señalar como modélica.
Pero no hace falta seguir más, al menos no si no quieres continuar leyendo sobre el asunto².
Lo importante es recordar a este trío y cómo lograron que sus cómics de Scooby-Doo te dieran los Jinkies, y los Zoinks, y los Jeepers, y los Ruh Roh!
– ¿Qué te ha parecido? – Bien, bien… bastante texto pero también hay ilustraciones. Y, para lo que eres tú, contenido. Me alegra que hayas logrado evitar meter todo lo demás. – Oh, no te preocupes, para eso he tenido una idea… – Miedo me das.
¹ Tras el estreno de Scooby-Doo, Where Are You! el 13 de septiembre de 1969 la serie animada se convirtió en un éxito tal que no tardó en salir una versión en cómic.
Pese a que solo tuvo episodios nuevos en dos temporadas entre 1969 y 1970 ese mismo año comenzó la publicación en Gold Key Cómics. En el primer número con adaptaciones de capítulos a partir de los storyboards. A partir del #2 ya con historias originales. Para el #12 empezarían a meter historias de una página y cómics de otros personajes, algo que durará hasta el #22 en el que vuelven a meter dos historias de Scooby. Para entonces, en el #17 había pasado a llamarse Scooby Doo… Mystery Comics. Según progresó hubo algún problema, el #26 reedita historias y portada (cambiándole el fondo) del #6 y para el #30, en 1975, echó el cierre.
Entre medias, del ’72 al ’73 se emitieron The New Scooby-Doo Movies en las que Mystery Inc. hacía ‘team up’ con distintos personajes -famosos o ficticios o ambos- que permitían funcionar casi como especiales.
El interés seguía vivo, así que el mismo 1975 cogió el relevo la Charlton con Scooby Doo… Where Are You!, aunque durará solo 11 números y que solía consistir de dos o tres historietas más un texto de suspense independientes de Scooby. A partir del séptimo desaparecieron los textos y se fue creando la posibilidades de llegar a subir hasta el cuarto cómic. Lamentablemente en 1976 se cerraría también esta serie.
En 1977 le tocó el turno a la Marvel, que lo sacaría de 1977 a 1979, aprovechando la emisión de The Scooby-Doo Show en ABC de 1976 a 1978, y aunque formara parte de bloques, primero con Dynomutt y luego con Laff-a-Lympics. La serie duraría 9 números solo, la serie -del 2 al 7- contaría con complementos de Dynomutt, que también hizo lo mismo en los seis números que duró su cómic en Marvel. Además de eso le pondría un correo y algún artículo de acompañamiento. Los dos primeros cómics tendían a ser una versión -no tanto una adaptación – quizá partiendo de una idea original común, quizá por decidir que había que hacer cambios para el cómic- de algún capítulo de la nueva serie, seguido de una historia original. A partir del tercero pasaron a ser historias originales.
Tras eso hubo un hueco de más de una década sin cómics de Scooby Doo. Tampoco podemos sorprendernos demasiado, en 1979 Hanna-Barbera no tenía muy claro qué hacer con él y había decidido darle un acompañante juvenil y completamente opuesto -enano frente a su gran tamaño, bravucón frente a su cobardía- con el que compartiría el nombre de la siguiente serie contenedor: Scooby-Doo and Scrappy-Doo. La historia de la creación de Scrappy y su presentación daría para otro posteo, así que hoy me la salto, por mucho Mark Evanier que estuviera por medio. El éxito relativo supuso tener una segunda temporada, ir olvidando al resto del grupo en favor de Shaggy, Scooby y Scrappy y comenzar a sacar ‘monstruos‘ reales, yendo más hacia la aventura que hacia el misterio habitual anterior.
Duraría de 1979 a 1982, antes de dar paso en 1983 a The New Scooby and Scrappy Doo Show en la que intentaron acercarse al formato anterior: Volvió Daphne y volverían los misterios. Aunque ahora bajo la excusa de ser ‘reporteros juveniles’. Porque Mystery Inc -junto con Fred y Velma– seguían desaparecidos. El descenso de la popularidad de Scrappy se confirmaría en 1984 cuando el programa contenedor pasara a llamarse The New Scooby Doo Mysteries, aunque se mantuviera el mismo reparto. Y, de hecho, los dos miembros olvidados hicieron una aparición especial durante la misma.
Sin embargo, aún buscando su antiguo éxito, en 1985 la ABC decidió intentar otro volantazo con The 13 Ghosts of Scooby-Doo en el que los cuatro personajes más Vincent Van Ghoul -doblado originalmente por Vincent Price– y otro personaje juvenil más, Flim-Flam (material, de nuevo, para otro posteo) tenían que perseguir a los 13 fantasmas -reales- del título. Mientras dos fantasmas -de nuevo, reales- primero les llevaban a abrir la Caja y después servían de incompetentes ayudantes del Fantasma de la Semana. La recepción de la serie fue… mejorable.
Durante tres años no habría más serie de Scooby en televisión, sólo apariciones especiales televisivos que unir al Scooby Goes Hollywood de 1979. Todas dentro de The Funtastic World of Hanna-Barbera, un bloque en sindicación -es decir, que cualquiera emisora televisiva que pagara podía emitir, similar a la manera en la que se emitían muchos dibujos animados, programas con películas de terror e, incluso, series como Xena, Star Trek: La Nueva Generación o Los Vigilantes de la Playa– dentro de la cual crearon un hueco para películas originales de distintos personajes llamado Hanna-Barbera Superstars 10, 10 películas de las que 3 fueron de Scooby-Doo. Aunque muy distintas entre ellas. Y que optaban por un estilo diferente pero con monstruos reales, bien con un encuentro cómico (Scooby-Doo Meets the Boo Brothers,Scooby-Doo! and the Reluctant Werewolf) o historietas infantiles (Scooby-Doo and the Ghoul School).
Hasta que alguien debió de pensar que… bueno… si el meter a Scrappy había funcionado durante un corto espacio de tiempo, y habían intentando otra vez lo del personaje joven con Flim-Flam, y el contexto les había colocado ante un cierto auge de versiones ‘baby’ de personajes conocidos… ¿Por qué no intentarlo también aquí? De ahí salió en 1988 A Pup Named Scooby-Doo. Una serie que ya era más de humor que otra cosa -con todos los personajes exagerados y un saco de running gags-, aunque usando el esquema básico de misterio. Hasta el punto de inventar un nuevo personaje, un matón de escuela y archienemigo de Fred, pelirrojo, llamado… Red Herring. La serie sería un éxito y duraría desde 1988 a 1991, cuatro temporadas. En teoría terminó porque la ABC quería estrenar The Pirates of Dark Water pero le parecía tan cara que decidió prescindir de otra serie de HB.
Lamentablemente esto significó la desaparición de Scooby de la televisión hasta algo más de una década después, en 2002. Entre medias solo un especial televisivo, de nuevo para un público infantil porque esta vez iba de cuentos-muy-clásicos Scooby-Doo! in Arabian Nights, en 1994. Sin embargo el que la serie cerrar en 1991 tuvo un efecto inesperado en los cómics. Harvey Comics cogió los derechos y empezó a volver a publicar los cómics de finales de 1992 a 1993, aunque solo le diera tiempo de sacar siete números con diferentes nombres (Scooby-Doo, Scooby-Doo Giant Size, Scooby-Doo Big Book) que reeditaban cómics de la Charlton. La quiebra de la compañía mandó la serie, inesperadamente, a otra editorial distinta.
Y aquí iría lo de la flecha para arriba para volver al inicio del posteo.
² El paso de la serie a Warner supuso toda una serie de ramificaciones. De entrada, el paso a DC en lo que fue una nueva edad dorada -o algo, que aún hay hueco para que se hagan cosas más interesantes- de sus cómics.
Siguiendo con la idea de dos historias por cómic, montaron Scooby-Doo. El título hasta la fecha con más números. 159 en total de 1997 a 2010. Lo suficiente como para que pasaran muchas personas por sus títulos, pero con Bronwyn Carlton Taggart como primer editor, realizando artículos complementarios sobre alguno de los mitos y leyendas que aparecían, y con el trabajo sobre todo del guionista Chris Duffy pero también otros como Barbara Slate, Dan Slott, Matt Wayne o Michael Kupperman. El dibujo, eso sí, se vio bastante más constreñido por decisiones empresariales. Así que fuera de algún breve momento de juego lo que teníamos eran versiones bastante canónicas en las que solo la decisión de cómo afrontar la viñeta permitía un mínimo de originalidad. El éxito, sin embargo, permitió no solo la publicación sino la recopilación de los 30 primeros números en 6 pequeños recopilatorios.
Esto iba, en paralelo, con lo que Warner iba haciendo en otras divisiones. Por ejemplo, la decisión de modernizar un poco el estilo en Cartoon Network, junto con cierta decisión de ser ‘actuales‘ y ‘humorísticos‘ se notó en la decisión de algunos cortos, bien fuera adoptando el estilo de mockumental (Those Meddling Kids conocido también como Scooby-Doo: Behind the Scenes, 1998) o aproximaciones al terror/parodia (como la magnífica The Scooby-Doo Project, 1999, una magnífico especial para Halloween que puede ser la mejor parodia de la de Blair) e, incluso, la parodia de sus propias películas ‘team up’ (Night of the Living Doo, 2001), esto sería seguido con algunos extras creados para las ediciones en DVD de las películas -incluyendo un roast muy poco roast– y pasaría en 2015 a una serie de cortos online claramente promocionales y, a ratos, casi como si fueran de Robot Chiken.
Las innovaciones se iban buscando por otra parte. Por ejemplo, en el #60 (en 2002) comenzaron por primera vez una historia larga partida en secciones: The Dragon’s Eye que llegaría hasta el #66. Única vez que lo hicieron, pero lo hicieron.
Ese mismo 2002 comenzaría una nueva serie televisiva que intentaba revitalizar la serie. Aprovechando, además, que ese mismo año se estrenaría la película de acción real guionizada por un tal James Gunn. Y que, a su vez, formaba parte de las decisiones de Warner para gestionar y revitalizar al personaje que había supuesto la salida regular de una o dos películas al año, directo a vídeo -aunque al principio algunas salieron como especiales televisivos, a partir del año 2001 solo sucedería un par de veces siendo el resto DaV- muchas veces en formato ‘team up’ con otros personajes de Hanna-Barbera, con distintas propiedades más o menos ajenas (WWE, Kiss, Agallas…) o en formatos ‘vendibles’ como Lego o Playmobil. Además de algunas continuaciones tanto de películas como de alguna de las series. Un negocio tan lucrativo que en 2020 estaba previsto el estreno en cines de una versión animada 3D, luego pasó lo que pasó con la llegada de un Gran Mal. Bueno, de dos, porque también estuvo el COVID, no solo Zaslav.
En cualquier caso, como decía, en 2002 estuvo la película y también esa serie decidida a modernizar a los personajes, lo quisieran o no, llamada de manera absolutamente nada sutil What’s New, Scooby-Doo?.
Y que acabaría llegando también a los cómics, claro. Porque si bien en el número #74 se marcaron la celebración Who’s Who in Scooby-Doo, revisando a viejos personajes, usando nombres de personas relacionadas con la serie y etc… para el #75 lo que nos esperaba era un cambio en vestidos y estilos para asemejarlos a los de la serie. 2003 era. Y duraría bastante. Más que la serie de animación que se quedaría en 2006.
No es que faltaran proyectos, claro.
La película de 2002 tuvo una continuación en 2004 que… vamos a decir que entre el boca oreja de la segunda y la gente que iba a ver la primera y decidió no ver más… bueno, no hubo tercera. Pero sí que hubo, siempre en acción real, telefilmes en 2009 y 2020 e, incluso, Directo a Vídeo en 2018.
Por su parte el cómic iba probando cosas, además de la publicación de 2004 a 2006 por parte de De Agostini de Scooby-Doo! World of Mystery, una ¿revista? que además de un juego de cartas coleccionables presentaba la divulgación de una historieta de Scooby en un país diferente cada vez -las de España furon en La Alhambra y en Barcelona- que no estaba muy claro si era mercha del personaje, del juego, de la cosa divulgativa o qué.
Pero en los cómics, en los otros cómic, o en la serie de cómic, también aprovecharon y así el #86 (2004) empiezan a meter historias cortas de dos páginas con algún pasatiempo o similar, el #100 lo celebran muy poco, con una historia de juicio, interesante y bien dibujada pero no muy ‘fiesta del 100’, probablemente porque eso le correspondía a Velma en «C«, un minicómic divulgativo sobre los números romanos. En el #113 (2006) montan un homenaje a EC desde la misma portada. Quizá este fue el penúltimo gran momento, porque con el cierre de los dibujos Warner apretó incluso más al cómic.
En el #124 tuvieron que hacer una adaptación directa de uno de los DaV, Chill Out, Scooby-Doo! Aunque en el #125 incluyen historias con ‘resuélvelo tú’ con la solución al final, algo que hicieron alguna otra vez pero tampoco acabó de calar. Así hasta llegar al último gran número. En el #135 Darryl Kravitz presentaría Those Meddling Kids, una historia que cuenta uno de los episodios originales, A Clue for Scooby Doo, desde el punto de vista del villano.
Inmediatamente a continuación la serie rodaría por una pendiente con problemas internos que llevaron a que los cinco números siguientes fueran reediciones de número anteriores (del #136 al #140 se repitieron, por este orden, el #111, #113, #106, #115 y #104) y cuando, por fin, llegara el #141 con algo nuevo el contenido fuera… una adaptación de otro de los Directo a Vídeo. En este caso Scooby-Doo! and the Goblin King. Y, para el #142 todas esas idas y venidas llegan a otro cambio significativo: Se abandona el aspecto de What’s New a favor del ‘clásico’. Pero la serie estaba ya condenada. En el #150 no hay celebración y en el #159 se decide cerrar la serie. Ya en 2010.
No parece que el cierre fuera por problemas de ventas tanto como por decisiones empresariales. De 2006 a 2008 se había emitido Shaggy & Scooby-Doo Get a Clue!, en la que un riquísimo tío inventor de Shaggy le deja en herencia dinero suficiente como para convertir la Mystery Machine en una suerte de transformable, a un robot-sirviente, Scooby Snacks con nanotecnología y a un villano antagonista, el Dr. Phineus Phibes, que junto al Dr. Trebla y muchos más malos-de-la-semana. Decir que se apartaba del original se queda corto, pero como serie infantil con diseño ‘de aquel momento’ supongo que tenía su gracia. Aunque lo cierto es que su impacto en los cómics fue nula.
Pero en 2010 salió una nueva serie, una de las mejores versiones que ha habido, de hecho, llamada Mystery Inc. y que juega con un formato diferentes -mezclas de arco corto y largo, desarrollo de personajes que, en muchos casos, regresan a la serie, giros, referencialidad, metatelevisión, etc…- pero que, de nuevo, no se ve trasladado a los cómics. Ni haciendo trampa. (Esto es, en 2020 aprovechó para publicar en digital un especial llamado Scooby-Doo! Mystery Inc.… que no tenía nada que ver con la serie. Eran las nuevas historias que habían sacado para el especial Scooby-Doo 50th Anniversary Giant en papel y que no habían sacado de manera independiente.)
Lo que no significa que Los que Mandan no aprovecharan para justificar el lanzamiento, ese mismo 2010, de un nuevo número 1, con el nombre de Scooby-Doo, Where Are You? y la decisión de meterlo dentro del sello de cómic junior Johnny DC. En donde estaría hasta el #19 que pasó a ser DC Entertaiment. El #29 cambiaron un poco el título a Scooby-Doo! Where Are You? Y a partir del #113 han ido dándole una edad recomendada variable, de los 6 a los 13, aunque el de 8 siga siendo la habitual. Pero nada de esto es ni lo más importante ni lo más empresarial que haría la colección. Eso sería la decisión de que de las dos historias hubiera solo UNA nueva. La otra sería reedición de alguna de las antiguas de Warner. Una manera de ajustar los costos que es, a la vez, una vergüenza y una manera de explicar cómo han ido funcionando las empresas estas últimas décadas. Además de una manera de cubrir cuando pasa algo y acaban teniendo que sacar DOS reediciones, que es algo que ha pasado ya algunas veces, la primera en el número 3. La nueva serie, además, dejó el formato mensual que se había inaugurado con Archie y, desde 2018, es bimestral.
¡Pero aún hay más! Porque Warner apretó aún más para que los personajes parecieran lo más posible a los diseños aprobados como ‘stock‘ de los personajes. Limitando así no solo un poco más el estilo, también los mínimos cambios de estilo y orientación que aún se intentaban. Hasta el punto de que hayan transcendido discusiones como la que tuvieron con el dibujante Dave Alvarez por la portada del número #100. También los guiones están más encorsetados, es mucho menos lo que pueden hacer y se ha ido tendiendo hacia un estilo más infantil en el que muchas veces los ‘misterios’ son porque van a celebrar un cumpleaños, o para poner a prueba al grupo. Cosas así en las que el ocasional destello de interés en la historia nueva es más una rareza que lo habitual. Sin entender por qué las ventas no suben. Pese a lo cuál han logrado llegar con ella hasta el #125 en 2023.
Todo ello mientras en la parte de dibujos la producción de Mystery Inc. fue un quebradero de cabeza continuo entre Warner y los productores que acabó con un casi-despido, distintas discusiones por convertir la serie en no-apta-para-niños (al más puro estilo de las quejas a Doctor Who) y sobre la diversidad sexual que quería mostrar… Hasta su cierre definitivo en 2013 con la excusa de que iban a sacar otra serie más centrada en el humor y un público más infantil. Que fue Be Cool, Scooby-Doo! (2015-2018). Una serie más cercana con sus running gags a A Pup Named Scooby-Doo. Y que, de nuevo, no se vería reflejada en los cómics.
(No sería el único movimiento así, el mismo 2013 se probó a sacar una versión con marionetas: Scooby-Doo! Adventures: The Mystery Map, que no les funcionó como esperaban y, por tanto, nunca pasaría de allí)
En donde habían tomado casi el camino distinto. En 2016 se estrenaba una serie, Scooby Apocalypse, dentro de un intento de darle una vuelta a los personajes de Hanna-Barbera, que colocaba a los personajes en un mundo postapocalíptico. Una decisión. Y una lástima. Porque frente a lo que sucedía en otras series dentro de este movimiento, como Los Picapiedra o Snagglepuss, se decidió sin mucha apariencia sensata, por buscar una aproximación menos cómica… y luego dárselo a Giffen y DeMatteis. Que no lograron que aquello funcionara pese a intentarlo -y pese al dibujo ‘realista’ que le pusieron- hasta cerrar en el #36. Aunque, al menos, sin dejar la historia suelta. ¿Quién pensó que lo mejor que se podía hacer con Scooby era una suerte de The Walking Dead pero con Monstruos Mutantes? Pues a saber, pero no funcionó en absoluto y para 2019 se la habían quitado de en medio.
Por supuesto no todo iba a ser malo en los cómics -je- porque sí que habían logrado un éxito. Pero no el que esperaban. En 2013 habían comenzado con la publicación en digital -a razón de dos entregas la historia- de Scooby-Doo! Team-Up, que usarían primero a Batman y distinto miembros de la Bat-Familia y que, a partir de ahí, fueron usando a otros personajes de Hanna-Barbera o de DC. Historietas que fueron pasando a papel de inmediato (uniendo las dos partes en una, claro) con tanto éxito que, tras empezar como bimestral, fue mensual desde el #19 al #43, para recuperar la antigua cadencia en el #44 y llegar hasta 2019 con un número #50 especial (ó #100 en el digital) que nos presentaba distintas encarnaciones de la Scooby Pandilla en diferentes series de animación, la película o los cómics -incluido Apocalypse– uniéndose para resolver -un decir- un misterio común.
Bien por el éxito de esta encarnación, bien porque ofrecía una posibilidad de ofrecer algo distinto, lo cierto es que esos dos cierres de cómics de 2019 coincidieron con el lanzamiento el mismo año de Scooby-Doo and Guess Who?, que juega de nuevo con la premisa de los personajes invitados y que duraría hasta 2021. Algo que en estos años ha ido sucediendo también al revés, apareciendo en The Brave and the Bold, Supernatural o Teen Titans Go! entre otras.
Entre esta nueva serie y el éxito de sus apariciones junto a Batman se acabaría lanzando en 2021 The Batman & Scooby-Doo Mysteries, doce números que sacarían otros 12 en 2022-2023 con… el mismo nombre. (Aunque distinto logo). Y que darían lugar a una serie abierta en este mismo 2024… con el mismo título por tercera vez. Mira, yo qué sé.
Pero lo bueno es que hemos llegado a este 2024 pese a que la llegada de Discovery Warner en 2022 supusiera una serie de ataques directos a Scooby-Doo. Desde el borrado de películas a la cancelación inmediata de comenzando por la desaparición no solo de Batgirl, también de otra película completa: Scoob!: Holiday Haunt. Así como la paralización del desarrollo poco después de la primera serie para el público preescolar: Scooby-Doo! and the Mystery Pups y de otro de los Directo a Vídeo, Scooby-Doo and the Haunted High Rise, que debería de haber significado el regreso de las Hex Girls. Así que no es de extrañar la extraña historia de su última película: Scooby-Doo! and Krypto, Too! Cancelada pese a estar terminada ya, junto a Holiday Haunt, filtrada el día que se hizo público que Mystery Pups no seguía adelante, para, a continuación, ser des-cancelada por Warner y pasar a ponerla en venta en Directo a Vídeo. Lo único que no está cancelado es, precisamente, la serie animada que peor recepción ha tenido desde Los 13 Fantasmas. Velma era un intento teórico de hacer algo para un público más adulto pero con toques de humor. La realidad es que quedó muy por debajo de… todo. Ni se parece a las series de [adult swim] que le gustaría ser, ni a la de Harley Quinn, ni -por supuesto- a Mystery Inc. o A Pup Named Scooby Doo. Por supuesto Zaslav la recompensó con una segunda temporada.
Así que en esas estamos, con este espanto de serie animada, con la desdentada serie regular sumando números y con el intento de convertir en regular sus encuentros con Batman como mayor esperanza para una de las creaciones de Hanna-Barbera que una más larga y exitosa historia puede demostrar.
Pero siempre nos queda la esperanza de que en 1995 no había ni películas directas a vídeo, la serie más reciente llevaba un par de años cancelada, y la editorial con los derechos había quebrado sin llegar a publicar una historia inédita…
Y entonces apareció Archie.
Así que pensemos que hemos estado peor y luego hemos estado mejor. Así que confiemos en que la cosa irá a mejor en algún momento, incluso aunque los villanos hayan descubierto que no necesitan usar máscaras.
– Ves, todo resuelto con dos notas al pie. – Ahm… Así que has partido el posteo por dónde te interesaba, has puesto esa parte arriba del todo y convertido lo de delante y lo de detrás en notas… – Ahora solo necesito que me eches una mano para que funcionen como tales. – O lo pueden hacer leyendo y luego buscando dónde lo dejaron… – Eh, vamos, ¿no te preguntas cómo podría ser mejor esto? – Lo que me pregunto es cómo es posible que una persona en su onesie de Scooby-Doo escriba una entrada de XXX palabras/ caracteres sobre Scooby-Doo y no estemos preocupados. – ¡VIVIENDO EL SUEÑO! Eso es lo que es. Y ahora me voy a preparar un Scooby Snack mientras miras lo de las notas. – Ruh roh…
-Oye, Keith, me acaba de llamar DC por nuestra serie del Inspector Ardilla
-¿Qué pasa, Jota Eme? ¿La han cancelado ya? ¿Nos han sustituido? ¿O por fin han cancelado toda la línea?
-No, era para adelantarnos que el próximo número lo dibuja Howard Chaykin
-¿Cómo engañado a Howard Chaykin para dibujar un serial de complemento de un personaje de Hanna-Barbera?
-Se ve que lo de The Divided States of Hysteria ha sido muy… intenso, y de momento quiere algo más tranquilito
-Pues nada, vamos a escribirle una historia con la que Chaykin se sienta como en casa
– … y yo Pedro “Observador” García. Y este NO es un blog de noticias.
– Y menos mal que ni siquiera queremos fingirlo.
– Ya te digo. Lo mismo se nos desmadraban los comments incluso cuando el tema fuera Necesitamos a alguien porque se nos desmadran los comments.
– ¡Menos mal que a nosotros nos llegan desmadrados de casa!
– Y eso esta semana, ya verás la que viene.
– Pues de entrada tendremos la crónica dickensiana del evento.
– ¿Dickensiana? ¿Lo dices porque últimamente están huérfanos de cómics? ¿Porque «Para empezar, el cómic estaba muerto«?
– Más bien por cómo tratan a la gente. Es todo un poco: Mira, somos burgueses que queremos fingir ser nuevos ricos que tenemos que presumir de películas, series, coches, aviones… Incluso de tener acogidos a los parientes pobres. Pero en cuanto se van las visitas o se hace al foto volvemos a enviarles al armario debajo de la escalera, o a otro pabellón o a donde haya tocado esconder la vergüenza de la familia esta semana.
– ¡Pero aún les queda esperanza! Quizá la noche de antes reciban la visita de un organizador de salones del pasado advirtiéndole de que va a recibir la visita del Fantasma de los Salones Pasados, el Fantasma de los Salones Presentes y el Fantasma de los Salones Futuros.
– Y seguro que les cobra la entrada.
– «¡Chico, ¿qué día es hoy?!» «Señor, ¿no lo sabe? Hoy es el Día del Saló.» Y entonces le tirará una invitación a participar en una mesa redonda o algo así porque desde luego ni una entrada ni un puesto de exhibición y venta en condiciones.
– Que si acepta lo de la mesa redonda puede pasar a ser una reunión del Club Pickwick, y es que cuando la cosa se pone dickensiana lo hace a tope.
– Lo único que faltan son los huérfanos del cómic. Que supongo que están a la espera de que se reconquiste el quiosco o su versión del Sigo XIX.
– Es que la gente no está contenta con nada, da igual lo que hagas. Les pones Iron Fist y quieren que ADEMÁS tenga peleas de artes marciales, como si fuera esto los Kung Fu Kids.
– Ya te digo. Todos estos años pidiendo normalización y ¿qué pasa luego? ¡Que se ponen a decir cosas! ¿No queríais cómics en el quiosco? ¡Pues toma Alan Moore!
– La gente que no sabe ya eso de que ‘Lo que ocurre en los setenta (y décadas posteriores) se queda en los setenta (y décadas posteriores)«.
– Pues claro, a ver si van a tener que ponerse a pensar en lo que están haciendo y reflejando y dejan de tener LIBERTAD. ¡Con lo importante que es la LIBERTAD de poder dibujar lo que quieras!
– Por ejemplo, culos.
– Bueno, no solo. Pero también.
– Fundamentalmente. En el cómic LIBERTAD significa culos.
– Sí que va de culo, sí. Y eso sin entrar a explicar que no todo el monte es whitewashing. ¡Si hay un montón de cosas más! A veces son simplemente adaptaciones porque los USAcas son incapaces de ver algo que no esté en su idioma o protagonizado por ellos, otras son simplemente intentos de hacerlos más globalmente vendibles que significa que hay una hegemonía cultural colonialista de la que aprovecharse, y en algunos casos, sí, se pone a un blanco donde no tendría por qué estar pero lo mismo puede ser el tropo del Hombre Blanco Hetero Libertador que es una cosa que solo necesita que le metas de jefe o de elegido -de encargado de salvar al resto, vaya- que coger a un personaje preexistente y limitarse a cambiarlo de raza. ¡Pueden ser tantas cosas!
– ¡Hasta los Power Rangers!
– ¡Hasta los Pow… ¿Qué?
– Que sí, que han montado una bronca por los Power Rangers tanto a favor como en contra porque han metido a revoltijo en la película todos los temas que se les han ocurrido. Y unos se quejan por meterlos y otros por el revoltijo.
– Que raro, en lugar de quejarse por los trajes.
– No saques el tema que esto es como el cambio de Rita Repulsa desde Machiko Soga y podemos pasarnos la semana entera de bronca en bronca.
– Que va, está semana ha habido trailer de DC así que estarán ocupados con él, mirando a ver si anuncian que es una película de Alan Smithee, alabando ese diseño visual que hace que Aquaman salga del agua las veces que haga falta que siempre parece que le hace falta una ducha, o a ver si está vez no sorprenden con el inesperado regreso de Superman que JAMÁS se vio venir nadie.
– ¡Imposible que salga! ¡Impensable! ¡Si se peleó con Batman!
– Pero por lo menos parece que ha decidido sacar chistes. Aunque sean los de Marvel.
– ¡Hala, qué dices, si no se parece en nada! Mira, en el trailer dicen: – What are your Superpowers again? – I’m Rich. Mientras que en Marvel decían: – Big man in a suit of armour. Take that off, what are you? – Genius, billionaire, playboy, philanthropist. ¡Completamente distinto! Por ejemplo, Robert Downey Jr. lo dice como si tuviera una copa en la mano, no como si deseara que se acabara toda esa tortura para darle duro a la botella. Vamos, que podría ser peor.
– Pues claro, podría ser el capítulo musical.
– A ver la gente qué esperaba cuando decían que querían recuperar el espíritu de GLEE!
– Pero yo solo te digo que lo próximo que prepara DC es Batman: Dark Days.
– ¿Los Días en lo Oscuro de Batman? ¿Y eso dónde es? ¿Otra película? ¿Esta vez para Por…
– No, hombre, en los cómics. Esas cosas con viñetas de las que a veces hay que hablar.
– Pero solo a veces. Que luego para meterse contigo sueltan algo sobre «los maniqueos cómics de Marvel que lee» porque una cosa es defender lo popular y otra lo populoso. No vaya a ser que quieras hacerte el guay con algo que resulta que conoce la gente y no puedes ponerte con el sal terrae alegremente.
– Por eso en Marvel están preparando lo de Secret Empire.
– ¿Para dejar de ser populares? ¿Para hablar de Perlmutter? ¿Por el paralelismo con Nixon?
– Para ver si así lo conoce la gente. Claro que entre esto y Generations.
– ¿El cómic de Superman y Batman de Byrne?
– Pues casi, porque están montando una cosa de Héroes Clásicos y Modernos que incluye a muertos y cosas así y que suena a que quieren reclamar su sitio donde le corresponde.
– ¿En el imaginario popular?
– No, hombre, en este blog. Si no hay más que ver que la siguiente serie de FOX se va a llamar «Gifted«.
– Podría ser peor, se podría llamar «Hung«.
– Si pudiera ser peor sería lo de las portadas alternativas, que la cosa de las temáticas parece que no acaban de manejarlas. Como lo de Gwen con cosas les ha funcionado un par de veces ahora están con Mary Jane. A veces incluso decidiendo que la forma de distinguir que es Mary Jane es porque ES PELIRROJA. Y así…
– Es que tú imagínate que les sale otra vez, que lo de Gwen lo están copiando ya hasta las de la competencia.
– Lo mismo en el futuro podemos ver una historia oscura de Don Gato y Benito en el cine. Seguro que eso atraía multitud de público.
– Teniendo en cuenta que los de Valiant quieren que adapte a película Archer & Armstrong…
– ¿El qué de qué?
– No, esta vez no es un salón. Es una película. Quieren que Ruben Flesicher, el director de Zombieland, la adapte. Que tampoco te digo que no, que lo de las películas está como está…
– Ya te estás metiendo con FOX por anunciar que este año se pondrá a rodar una película de Venom para estrenarla el año que viene y aún no tiene ni guión.
– Bueno, también ha anunciado la de Silve Sable/ Black Cat y parece que la tienen tan clara como las Gotham City Sirensde DC.
– Al final solo una persona lo tiene claro.
– ¿Sí?
– ¡Stan Lee! Mira el trailer de su The Reflection: Wave One, mira.
– Pues tienes razón.
– ¡Siempre!
– Me refiero a que Stan Lee lo tiene claro… Mientras tanto hasta aquí hemos llegado…
– Buenas tardes, pasadlo bien y leed muchos cómics.
Admitamos que, de entrada, no era esto lo esperable. No por vernos defender un cómic, por supuesto, sino porque no era el que esperaba estar defendiendo. Mi esperanza era encontrar en la nueva serie de Scooby Doo -¡La escriben Giffen y DeMatteis!- pero resulta que no. Se queda en un punto intermedio que no sirve de gran cosa para este vuestro blog.
Por suerte tenemos a DC. Es decir, ¿realmente esperabais que no nos hubiera proporcionado algo de diversión esta semana? Y es que aunque el Scooby Apocalypse esté a medias y Future Quest sea una marca genérica de mantequilla lo que nos han traído con Wacky Raceland es precisamente lo que esperábamos de ellos: La conversión directa de la editorial a Lo Corman.
Que tampoco debería sorprendernos. Mucho menos de ellos, que no hacen más que darle vueltas a pasarse a la apertura de ideas y posibilidades mezclando y remezclando ideas con una facilidad tan pasmosa que podríamos esperarnos un Sharktopus vs. Whalewolfde ellos. Quiero decir, uno distinto de BvS. Porque los autores de este cómic, el Manco que lo dibuja y el señor que viene de la tele -de co-crear lo de Bumpy y colaborar en cosas incluso más especiales- que se llama Pontac y que ha aparecido en este cómic un poco de la nada -Pero mira, bienvenidos sea-, podrán decir mucho pero no creo que tengan la osadía de negar ciertas influencias.
No ya por la portada, que allá cada cuál con sus líos y referencias.
Y no os pongo las portadas alternativas porque así tenéis algo que buscar. Pero digamos que si buscabais a los equipos habituales:
Digamos que se les ha dado un cierto giro.
Y ya que están los cambios pues llegan todas las otras influencias como los coches con vida propia y capacidad de habla.
O las referencias mutantes tanto de bichos
como de… bueno… otros bichos.
De manera que logren incluso lograr un cierto estilo en el que lo mismo te cuelan algo como meta-reflexión
que te permiten delimitar personajes por medio de la violencia.
(Y las reacciones a esa violencia externa, claro)
Abrazando además una forma de locurón que resulta que mucho mejor, abrazar el descontrol siempre es más interesante que sacar ideas mil veces repetidas. Aunque sea solo por que es una manera de abrazar Lo Corman. ¿Que ya lo había dicho? Bueno, es que puede que sean los taquiones -que lo enturbian todo, sobre todo en DC– pero yo diría que el referente aquí está claro:
El problema en ADLO! no suele ser tanto buscar un tema para hablar como elegir entre los que hay de qué no vas a hablar.
En cuanto te descuidas Marvel pierde sus series de TV -bueno, aún le queda una. Y las que no se emiten por TV, claro- mientras que DC prepara un crossover a cuatro. Y es que DC es el nuevo Chicago. O algo así. Mientras que en los cines la del Capitán América supera durante su tercer fin de semana lo que BvS lleva recaudado desde su estreno y no es ni importante -o casi- en comparación con que BvS está aún 55 millones de dólares por detrás de lo recaudado por MuertoPiscinas, una película que costó… 58. Por suerte en DC han decidido coger el cuerno por los toros y han puesto a dos personas más en el organigrama de sus películas para que sean co-jefes. ¿Cuándo no ha funcionado añadir jefes? Sobre todo en un puesto en el que puedan pegarse entre ellos. Ah, uno de ellos es Johns, que se ve que tenía un rato libre. Pero no os preocupéis, que la idea de DC es que ayuden a Snyder a revelar todo su potencial en la película de la JLA. Teniendo en cuenta que el currículo del director es ir cagándola cada vez más en películas más grandes, como si estuviera viviendo su carrera en reversa, podemos esperar grandes cosas. En cualquier caso DC ya está decidida a aprovechar lo que les va a dar dinero de verdad, así que ha encargado una película con Harley Quinn y un grupo de mujeres del Universo DC. Esto, que podría sonar a «¿Cuál quieres que sea el tema de tu despedida de soltero?» es el típico anuncio que DC hace y luego ya veremos en qué termina, como aquella película que anunció SONY sobre un personaje femenino del Universo Spider-Man que, al paso que vamos, si se hace lo mismo es Iron May. Que os podéis reír, pero os recuerdo que están preparando una trilogía basada en el Tetris.
¿Lo veis? ¡No me lo invento! Es difícil elegir un tema. Y le pasa a todo el mundo, no solo a estos. Que te pones a mirar los estrenos de la semana y son Outcast–Kirkman decidido a hacerle a las posesiones lo que le hizo a los zombies– y Predicador.
¡Incluso si nos vamos a los cómics en papel -o en pixel-! Resulta que DC ha hecho lo que siempre. Cambiar su logo. Hay gente que se corta el pelo cuando quiere reinvertarse, en DC cambian el logo. Cambia tanto el logo que podríamos hacer un gif con ellos y probablemente la gente se aburriría a la mitad. Y si os cuento que el cómic más vendido en USA en el mes de abril es Pantera negra. No hay como unir la película, un escritor ganador del National Book Award, un tema interesante para que le den mucho bombo y, claro, un nuevo número uno. Seguro que cuando los jefes de las editoriales lo han visto han decidido que de esas cuatro cosas una por lo menos pueden aprovechar. Pero mejor no hablemos de Rebirth… hoy. ¡Con la de meses que vamos a tener por delante!
Todo esto, que puede parecer simplemente otra maniobra dilatoria mía aunque en ese caso hubiera hablado de la sorprendente cantidad de actores autopostulándose para interpretar a Nathan Dayspring Askani’son Christopher Charles Summers. Que también entiendo que todos quieren poner su futuro en manos de ROB!. Pero no, en realidad todo esto viene porque, como decía la revista tristemente desaparecida: ¡Teníamos otras portadables! ¡Y sin tener que hablar de los líos de las editoriales españolas con¡TENÍAMOS MÁS TEMAS!
Pero nos hemos quedado con este, porque ya sabéis que si a mí me dais a elegir es fácil que ocurra esto. Pero es que además… ¿No os parece estupenda esta ilustración?
¿Qué? ¿Sabéis qué cómics adaptan? No, no son los de Viernes 13. El día que empiecen a adaptar a serie los cómics de Avatar seguro que nos enteramos rápido. No, no tampoco es la nueva temporada de Scream. Ni de Twin peaks.
Tenéis unas cosas, con lo claro que está… ¡ES ARCHIE!
¿Qué? ¿Ahora no os parece lo suficientemente Archie? Si es que no estáis contentos con nada.
Por suerte aquí tenemos el trailer.
Uy, no, espera, eso era una parodia que hicieron hace 5 años de lo que pasaría si alguien quisiera hacer una serie adolescente. ja, ja. Qué tontería. Este es el trailer de verdad. [EDITADO: Lo van tirando así que hasta que salga el oficial imagino que iremos para arriba y abajo con él]
Mucho más apropiado, dónde va a parar. ¿Qué? ¿Ahora tampoco os convence? Pero si esto tiene un trasfondo clásico muy claramente.
Y eso que aún no os he puesto el texto de acompañamiento. (¡OJO, con ESPOILERS!) Dadme un momento:
As a new school year begins, the town of Riverdale is reeling from the recent, tragic death of high school golden boy Jason Blossom, and nothing feels the same. Archie Andrews (KJ Apa) is still the all-American teen, but the summer’s events made him realize that he wants to pursue a career in music — not follow in his dad’s footsteps–despite the sudden end of his forbidden relationship with Riverdale’s young music teacher, Ms. Grundy (Sarah Habel). Which means Archie doesn’t have anyone who will mentor him — certainly not singer Josie McCoy (Ashleigh Murray), who is only focused on her band, the soon-to-be-world-famous Pussycats. It’s all weighing heavily on Archie’s mind — as is his fractured friendship with budding writer and fellow classmate Jughead Jones (Cole Sprouse). Meanwhile, girl-next-door Betty Cooper (Lili Reinhart) is anxious to see her crush Archie after being away all summer, but she’s not quite ready to reveal her true feelings to him. And Betty’s nerves — which are hardly soothed by her overbearing mother Alice (Mädchen Amick) aren’t the only thing holding her back. When a new student, Veronica Lodge (Camila Mendes), arrives in town from New York with her mother Hermione (Marisol Nichols), there’s an undeniable spark between her and Archie, even though Veronica doesn’t want to risk her new friendship with Betty by making a play for Archie. And then there’s Cheryl Blossom (Madelaine Petsch)… Riverdale’s Queen Bee is happy to stir up trouble amongst Archie, Betty, and Veronica, but Cheryl is keeping secrets of her own. What, exactly, is she hiding about the mysterious death of her twin brother, Jason? Riverdale may look like a quiet, sleepy town, but there are dangers in the shadows… Based on the characters from Archie Comics, RIVERDALE is from Warner Bros. Television and CBS Television Studios, in association with Berlanti Productions, with executive producers Roberto Aguirre-Sacasa («Supergirl,» «Glee»), Greg Berlanti («Arrow,» «The Flash,» «Supergirl,» «DC’s Legends of Tomorrow»), Sarah Schechter («Arrow,» «The Flash,» «Supergirl,» «DC’s Legends of Tomorrow») and Jon Goldwater (Archie Comics).
¿Qué? ¿Que lo preferís en español? ¡Sin problema! Venga un altavisteo.
A medida que comienza un nuevo año escolar, la ciudad de Riverdale se está recuperando de la reciente y trágica muerte del chico de oro de la escuela secundaria Jason flor, y nada se siente lo mismo. Archie Andrews (KJ Apa) sigue siendo el hijo de todos los americanos, pero los acontecimientos del verano hizo darse cuenta de que él quiere seguir una carrera en la música – no seguir los pasos de su padre – a pesar del repentino final de su relación prohibida con Riverdale de joven profesor de música, Sra. Grundy (Sarah Habel). Lo que significa que Archie no tiene a nadie que le va a guiar – ciertamente no cantante Josie McCoy (Ashleigh Murray), que se centra únicamente en su banda, el Be-famosas pronto-a-melódicas. Es todo una pesada carga en la mente de Archie – como es su amistad con fractura incipiente escritor y compañero de clase Jughead Jones (Cole Sprouse). Mientras tanto, chica de al lado Betty Cooper (Lili Reinhart) está ansioso por ver su aplastar Archie después de estar ausente durante todo el verano, pero ella no está muy lista para revelar sus verdaderos sentimientos hacia él. Y los nervios de Betty – que difícilmente se calman por su dominante madre Alice (Mädchen Amick) no son la única cosa que mantiene su espalda. Cuando un nuevo estudiante, Verónica Logia (Camila Mendes), llega a la ciudad de Nueva York con su madre Hermione (Marisol Nichols), hay una chispa innegable entre ella y Archie, a pesar de que Verónica no quiere correr el riesgo de su nueva amistad con Betty haciendo un juego de Archie. Y luego está la flor de Cheryl (Madelaine Petsch) … de Riverdale abeja reina está feliz de crear problemas entre Archie, Betty, y Verónica, pero Cheryl es mantener sus propios secretos. ¿Qué, exactamente, tiene que ocultarse de la misteriosa muerte de su hermano gemelo, Jason? Riverdale puede ver como una ciudad tranquila, con sueño, pero hay peligros en las sombras … Con base en los personajes de Archie Comics, RIVERDALE es de Warner Bros. Television y CBS Television Studios, en asociación con Producciones Berlanti, con los productores ejecutivos Roberto Aguirre-Sacasa ( «Supergirl», «Glee»), Greg Berlanti ( «Flecha», «The flash», «Supergirl», «Leyendas de la Mañana de DC»), Sarah Schechter ( «Flecha», «The flash», » Supergirl «,» Leyendas de la Mañana de DC «) y Jon Goldwater (Archie Comics).
Doy por hecho que es Verónica Logía Negra. En cualquier caso, no veo cómo van a poder superar esto en ningún otro lado. Es decir, esa idea del alumno liado con la profesora… ¡el colmo de la originalidad! Sobre todo cuando recuerdas que en los cómics Ms. Grundy es algo distinta… Que eso no significa que sea un personaje menos decidido… O que no haya siempre alguien que la pueda querer… Pero este Archie puede parecer un poco distinto. No exactamente muy lejano a sus orígenes. Aunque desde luego sí más… más… ¿cómo definirlo? Más…
Ah, sí. Más The CW.
Otra cosa es que yo sospecho que están en mitad de la clásica lucha de poder. Por ejemplo, Jughead. Por un lado consiguen que tenga una discapacidad auditiva, por el otro se buscan a un actor ex-Disney que no la tiene (y al que tiñen de moreno), por otro pretenden que sea un personaje distinto al de los cómics y que haya pasado algo entre Archie (que, por cierto, es un actor neozelandes teñido de pelirrojo) y él por lo que ya no son amigos, por otro le presentan como rompecorazones que no sé si es cambiar respecto al original del cómic u ofrecer una mirada literaral a su asexualidad. Así que al final es difícil saber qué nos encontraremos. Además de a la responsable de ventas de tintes más feliz de la semana.
Excepto a Luke Perry. Sí, Luke Perry será el padre de Archie.
Como decía, es difícil decidirse entre todas las cosas que pasan en una semana. Así estamos luego que llega DC y su única serie nueva de este año es esta:
Que tiene como héroes a lo que os podéis imaginas…
Asíq ue esta puede ser la manera correcta de usar a sus héroes. Por otro lado, las series nuevas que sacan pies de supes tienen mucho éxito. Fijo.
Pero claro, en un mundo en el que la editorial DC es capaz de confundir a sus propios personajes, ¿de qué deberíamos sorprendernos? Y no, no nos lo estamos inventando.
Hoy son los caucus de Iowa. A vosotros os puede parecer una tontería, pero que con Ike Perlmutter donando dinero a Donald Trump (por afinidad, por M.O.D.O.K., ¿quién sabe?) uno nunca tiene claro dónde empiezan y terminan las noticias. Por ejemplo, ¿tiene algún sentido que para acabar de liarla en Angouleme decidieran -sin avisar a nadie- hacer la humorada de dar unos ‘falsos premios’ a cómics que realmente existen? ¿Es que quieren quitarnos el puesto?
Da igual, se pongan como se pongan nosotros vamos a hablar de lo que interesa. A nosotros. Aunque el otro día ya hubiéramos empezado a tratar el tema. Concrétamente este tema:
Que habrá quien piense: Ya está otra vez Jim Lee tomando cosas. Pero no. En realidad si quieren hacer un Todo-Nuevo-Todo-DiferenteUniverso Hanna-Barbera con visiones tan apocalípticas como si fuera el Universo Rita-Barberá es lógico que acuda a las fuentes. Y no me refiero a las fuentes de… Ahm… No me refiero a internete. Eso. Total, es inevitable que a alguien se le hubiera ocurrido lo de Scooby apocalíptico.
O quizá a dos…
¿Tres?
Bueno, da igual, una tendencia es una tendencia. Pero yo me refería sobre todo a Shaggy. Parece que ha habido quejas o algo porque aparentemente es un hipster. Yo pensaba que sería más porque la camisa cambia de color, pero eso por lo visto es menos problemático que el que aparentemente pertenezca a una tribu urbana concreta. Quizá porque esa en concreto demuestra no temerle a las agujas y prestarle un poco más de atención a su aspecto de lo que Shaggy ha tenido hasta el momento. El motivo por el que parece que aceptarían con menos problema que fuera un grunge, un rastafari o un protagonista de películas de Apatow. Pero, claro, James Franco haciendo de Shaggy es algo a lo que aún no hemos llegado.
Aún.
El asunto es que si Shaggy pudo tener ese aspecto y personalidad es porque, en fin, se inspiraba en alguien. Sí, ha llegado el momento de echar un ojo a la historia de la creación de la serie original: Scooby-Doo, Where Are You!
Hablemos de genios del mal. Fred Silverman -para entendernos, un tipo tan capaz como Jim Shooter– estaba con su plan de ascensión a la cúpula mundial de la televisión bastante avanzado en 1968. De momento era el jefe de programación diurna de la CBS y teniendo en cuenta las broncas internas -como las que se producían casi cada semana con el aún reciente pero ya exitoso y polémico The Smothers Brothers Comedy Hour – casi que era el mejor lugar en el que estar. Al fin y al cabo él tenía que lidiar con las asociaciones de padres y sus quejas de que la programación infantil -léase Los Herculóides de Alex Toth– era muy violenta y había que cancelarla y poner algo más adecuado. De modo que decidió probar otra cosa, basándose en un cómic y también en los éxitos de los grupos musicales. Total, si la NBC se podía inventar a Los Monkees a ver por qué ellos no iban a poder crear un grupo en el que no hiciera falta ni pagar a actores. A partir de ahí salió The Archie Show y The Archies y Oh, Honey, Honey, Sugar, Sugar, Etc, Etc… Todo lo cuál (Incluyendo el número uno en las listas de ventas USA hey hey hey e incluso del año, y lanzo una banda virtual que no fue la primera porque ya en 1961 apareció Alvin and the Chipmunks, pero ya sabemos que estas cosas no durarán nunca) hizo que Silverman tuviera una idea: Este programa era muy popular, los seriales -escritos o por radio- de detectives juveniles también eran muy populares… ¿Por qué no unirlos? Se creaba una banda juvenil que resolviera casos entre concierto y concierto y todos contentos. La primera idea fue utilizar algo que tuvieran por ahí, como esa serie del co-creador de Willie Lumpkin sobre un grupo de chicas cantantes… Salvo que mejor seguir otro modelo quizá y meter chicos en el grupo *cof* y llamarlo Mysteries Five. ¡Famous! Digo… ¡Fabulous! El cambio de nombre serviría para evitar problemas, marcar distancias y que no aparecieran lloricas quejándose de que les habían destrozado la infancia y que en la actualidad no sabían hacer las cosas, no como a principios de siglo. Primero lo intentaron los propios Hanna – Barbera, bueno, fundamentalmente Hanna. Pero como su primera idea House of Mistery, tuvo nosequé quejas y él estaba muy ocupado con su empresa le pasó el marrón a Joe Ruby y Ken Spears -que aún no e habían independizado, claro- y a Iwao Takamoto en el diseño. El grupo -que en ningún caso iban de picnic con galletas de genjibre y sandwich de pepino- lo componían Geoff, Mike, Kelly, Linda y su hermano W.W. además de su perro Too Much. El perro tocaba los bongos. A nadie le pareció mal que no sumaran cinco, pero quizá estábamos en un punto demasiado temprano como para contar cuanta gente estaba por medio. Sobre todo porque Ruby – Spears no había debido de recibir el memorandum de por qué narices estaban buscando una serie que no fuera de acción y puso al grupo a enfrentarse a fantasmas, zombies y otras criaturas de la noche. Conste que sí que tuvieron en cuenta la posibilidad de una acusación de plagio. De modo que en lugar de un gran danés, como habían pensando en un principio, decidieron que Too Much fuera un perro pastor. No fuera a demandarles el creador de Marmaduke. Silverman dijo que ni de coña y Barbera les animó a que fuera un Gran Danés. (Lo da el carácter). Así que Ruby – Spears tuvieron la oportunidad de decir de dónde más podían saq… homenajear. Sí. Eso. Lo que les llevó a la televisión. Concretamente a The Many Loves of Dobie Gillis.
Por si alguno de vosotros no conoce la serie (de gran éxito a principios de los sesenta, 147 episodios desde su estreno en 1959) resumiré diciendo que el protagonista es Dobie Gillis, que usa un estilo similar al de Archiepara presentar a un chico buen-tío pero un poco cabezahueca que se enamora de la primera que pasa. A su lado tiene a un amigo fiel, Maynard G. Krebs, que es el que acabó robando la serie como suele pasar en estos casos, quizá por la brillante interpretación de Bob Denver, y unas cuantas chicas por las que suspira, alguna de manera recurrente como la vacua Thalia Menninger durante la primera temporada y a partir de la siguiente la inteligente Zelda Gilroy, con un aspecto particular – Sheila James acabaría siendo la primera política abiertamente gay en ser elegida en California- que la convertirían en un persona mucho más interesante que el de Thalia. Y ya no hay mucho más que añadir porque al resto de personajes -la familia de Dobie, sus rivales en el amor como ese Milton Armitage que aparecería en unos cuantos episodios hasta que su actor decidiera irse a buscar mejor suerte por ahí, ¡buena suerte con ello, Warren Beatty!- no los tendrían en cuento Ruby – Spears para… inspirarse.
De entrada se quitaron de en medio a Mike. Luego decidieron que el -alivio cómico- hermano de Linda dejara de serlo, dejándolo todo en dos chicos y dos chicas. Lo siguiente que hicieron fue repartir los papeles Geoff sería Dobie, W.W. sería Krebs, Kelly sería Thalia y Linda sería Zelda. que a su vez daría lugar a Ronie, Shaggy, Daphne y Wilma. Y se lo llevaron a Silverman que decidió cambiarle el título a Who’s S-S-Scared?. Inexplicáblemente el jefe de la CBS de aquel momento – Frank Stanton – penso que aquello seguía siendo demasiado oscuro. Así que les mandó de nuevo a darle una vuelta. Como a Silverman no le hizo ninguna gracia decidió sentarse con Hanna – Barbera, Ruby – Spears y Takamoto para intentar que aquello funcionara. En donde funcionara significa poder vendérselo a la cadena. Así que metieron comedia por todas partes, eliminaron lo de que fueran una banda -aunque mantuvieron los números musicales durante las persecuciones-, se centraron en Shaggy y Two Much y en el final en el que el monstruo es un conserje disfrazado. Más aún, Silverman estaba escuchando Strangers in the nightde Frank Sinatra cuando se le ocurrió adaptar a nombre para perro lo que Sinatra tarareaba al final, y de ahí el Scooby – Doo y e nombre de Scooby-Doo, Where Are You! para la serie. Y, de paso, como muestra de agradecimiento, cambiaron el nombre de Ronie a Fred. Por Silverman. Que tampoco tenía mucho más donde elegir.
El éxito de la serie, estrenada finalmente el 13 de septiembre de 1969, fue brutal. Dio igual que la ABC les pusiera contra su propia idea de una serie de animación de adolescentes resolviendo misterios, ¡¿quién recordaba a The Hardy Boys?! Si, fue un éxito tan grande que enseguida empezaron a aparecer más grupos de chavales que tenían mascotas -o algo-y resolvían misterios -o bueno-. Pero solo había un Scooby Doo. Aunque fuera gracias a otras series. Sobre todo porque Norville «Shaggy» Rogers seguía recordando mucho a Maynard G. Krebs, al fin y al cabo los dos tenían aspecto descuidado, perilla, interés en la comida, pocas ganas de trabajar
Como decía, pocas ganas de trabajar. Y… el hecho de que eran beatniks. No, no querían derrotar a Sonic. Lo de beatnik fue un nombre e intención paródica para la gente del grup… de la tribu urbana de la generación beat. Solo que hizo la gracia mediana de que se lo podían quedar para usarlo, o algo. Y como se representaban con ropa amplia, barbita, pocas ganas de trabajar, jersey de cuello vuelto, boina, gafas negras y bongos alguien pensó que parte de eso se podía aplicar a Krebs con lo que lo heredó Shaggy y ha ido transmitiéndose más o menos hasta ahora. Que lo llamamos tribu urbana porque movimiento pendular queda largo. Y como Krebs era un papel tan magnífico -pese a que Bob Denver acabara siendo más conocido en USA por su otra extensa serie de televisión, esa en la que era ya el protagonista: La isla de Gilligan – lo de que fuera un beatnik casi ni importaba. Posiblemente de ahí también el ser el personaje que menos ha cambiado durante estos años.
Pero vayamos al cómic, que hay que aprovechar la existencia de The Comic Book Database y de Comics.org. Porque si la serie se estrenaba en septiembre de 1969 tendríamos el primer cómic ya en abril de 1970. Lo publicaría la Gold Key adaptando un capítulo de su serie de televisión con un estilo de dibujo que solo puedo definir como… GENIAL!
A partir de ahí y durante 16 números les veríamos en situaciones que solo JotaCe puede aclarar…
luchando contra una primera versión de Scream…
o contra terribles personajes como El Reloj de Carrilón con Brazos.
Luego hablamos del cambio de logo.
Mientras tanto, como vemos, los dibujantes intentaban ponerse de acuerdo en muchos asuntos pero, fundamentalmente, en el del bello facial de Shaggy. Sobre todo porque en portadas como la del pseudoScream aquello parece más un p*** de niño chico.
Algo que no escaparía tampoco cuando empezara a aparecer en otros cómics, dentro del March of Comics de la Western Publishing Company. La Western era la empresa que englobaba varios sellos editoriales, incluyendo Gold Key. Y si creías que los de la Gold Key eran especiales espera a ver estos.
De modo que la Western acabó abriendo en 1973 otra colección de cómic de Scooby Doo, la Scooby Doo Mystery Comic alguna de cuyas portadas quizás os suene un poco.
La inspiración, que a ratos parece limitada, aquí sirvió para lo esperable.
Que en 1974 estuviera aún en la Western pero en 1975 se hubiera ido para la Charlton. Que durante un año y poco se pudo permitir sacar su aproximación particular al universo Doo.
No diré que no tenga cierto interés este acercamiento entre el Clock Tower, la Bruja de Oro y tanto juego de espejos, pero lo que es seguro es que a ellos tampoco les duró mucho la alegría porque para 1977 tenían ya una nueva casa: La casa de las ideas.
Que hizo como siempre y copió una idea anterior. Aunque hay que reconocerles que los pseudoScream tienen un gran diseño. A partir de ahí, como era de esperar, un buen puñado de momento inolvidables: Como el Falso Lincoln o
el Payaso Príncipe del Crimen. Pero parece que no acababa de funcionar nada. Y mira que intentaron incluso el pseudocrossover.
Y encima en Malibú. A mala leche. Pero ni por esas. Y mira que intentaron incluso lo de darle un segundo título dentro de un grupo:
Se ve que no había llegado el momento porque el evento se quedó en maxi de 13 números que terminó en 1979, y de los cómics de Scooby no se volvió a saber hasta una muy breve reaparición dentro de una revista inglesa en 1986.
A partir de ahí no volveríamos a saber de él hasta los noventa. En 1992 regresó por unos pocos números en la Harvey. Y con él un clásico.
Y, ya puestos, aunque de la colección regular solo salieran tres números hubo oportunidad de sacar un Giant Size…
y un Big Book…
El mundo del cómic, que es así. Porque para 1995 Scooby se había vuelto a mudar una vez más, en esta ocasión a Archie.
Ya, sacar a Scrappy en portada no es la mejor de las ideas por muy young & hungry que seas. Pero pese a eso y todo duraría veintiún números. Hasta finales de 1996. Ese año hubo una breve aparición en otro cómic que es como para dedicarle su propio posteo. Así que pongamos la portada y pasemos al siguiente hecho noticiable.
Es decir, hasta la compra/unión de Turner con Warner llevándose por delante Cartoon Network -con Hanna-Barbera dentro, claro- de modo que la editorial de cómics que desde 1967 pertenecía al grupo Warner comenzó a publicar en 1997 un título de Scooby Doo. Y por si queda algún despistando: Sí, hablo de DC.
La primera serie de Scooby en DC duraría nada menos que 159 números:
E incluso conocería reedición de su primer número a un dolary algunas otras ideas promocionales. Como la publicación de mini-tpbs
o la publicación de obras derivadas como esta adaptación al cómic del videojuego de la película de la serie… Algo así…
Así como ejemplares especiales para regalar con el cestillo de comida rápida
y ese truco tan viejo de las portadas alternativas:
Pero como esto es DC fue ver que empezanab a subir números y decidir hacer lo más sensato para ellos. ¡¡¡Lanzar un nuevo número uno!!!
Bueno, eso y -en vista de que vendía- sacar una segunda colección.
Que debimos imaginar desde el principio que sería de Team Ups. (El día que hable de la carrera televisiva de la serie quedará todo más claro). Mientras tanto siguen haciendo cosas a ratos, como permitir que uno de sus números tenga una portada regular
y otra limitada para la San Diego Comic Con.
Pero, vaya, que por lo demás todo en su estilo, incluidas las portadas:
Y en febrero ya la serie secundaria ha superado los 13 números mientras que la principal va ya por el 64:
Vamos, que en DC deben estar pensando que ya hace falta un nuevo número uno. Ahora que ya hemos echado un ojo a los años de la publicación y lo incansable de la misma, podemos mirar también a Shaggy.
Parece que llevamos más años con la versión mi-barba-tiene-tres-pelos que con la perilla -lógico, era algo TAN noventero- pero el caso es que han existido ambas. Lógico, teniendo en cuenta los antecedentes de su creación. Y la forma de encuadrarlo. Así que quizá logren que no nos extrañe tanto cuando los veamos. Aunque está claro que, puestos a copiar a Archie, es mejor cuando se hace bien que cuando se hace por calcar el éxito.
Pero, ¿quién sabe? Lo mismo para cuando Jim Lee quiera haber dibujado el siguiente dibujo se tiene que buscar una tribu urbana diferente. Al menos hasta que llegue el Scooby Doo All Star.
No voy a hablar de los Oscar® por mucho que Los Increibles se hayan llevado dos y Spider-Man 2 se haya llevado uno.
Una de las últimas novedades de Marvel está la creación de una serie llamada «Young Avengers» que está dentro de la Legión que edita Marvel proponiendo unos Jóvenes Titanes que luchan con el nombre de los Vengadores para impartir una Justicia Juvenil.
No es que esto no se les hubiera ocurrido (más o menos) antes a los dibujantes y sus colaboradores de Marvel.
Pero no se les había ocurrido solo a ellos. El mundo está lleno de versiones infantiles de los grandes éxitos de siempre. Ahí tenemos películas como «El secreto de la pirámide» o «El jovencito Frankestein«; pero centrémonos en la televisión, en los dibujos. Porque ellos han sido los principales depositarios de las versiones más infantiles.
Conste que ha habido de todo. Desde el paso de una serie de marionetas a dibujos animados (los recordados y repetidos «Pequeñecos«) a las andanzas que los Hanna-Barbera crearon para algunas de sus series emblemáticas. «Los pequeños Picapiedras» era una serie que debería ser estudiada por ROB! Para hacer sus versiones. Los guiones no importaban, los nuevos personajes menos y, en general, había más merchandising que interés. Justo lo que ROB! Usaría para crear un YoungBloodYoung. Por el contrario la versión de ScoobyDoo, «Un cachorro llamado Scooby Doo» es otra cosa. Punta de lanza de lo que serían los «Tiny Toon» que sin rejuvenecer personajes si lo hacen con los conceptos.
Algo muy distinto a lo logrado con «James Bond Jr.» En la tradición de adaptaciones televisivas de colorines de clásicos. (Algún día la serie de «Martin Mystere» tendrá su propio post)
¿Cuál es la finalidad de todo esto? Pues recordar que hoy acaba la más famosa de las «juventudes» No, no están repitiendo «Ruy, el pequeño Cid» sino la tercera de «Smallville«. No es la primera vez que El Jovencito Clark Kent se pasea por las pantallas, sobretodo gracias a esa versión animada con doblaje tan defendible que disfrutramos hace años. Para los que no hayan visto antes esta tercera temporada la resumo en unas líneas.
Clark no sabe si follarse o no a Lana, Chloe hace cosas raras con la boca y quiere ser periodista, hay un negro por ahí, Lex es ambiguo, su padre inmoral. Jonathan Kent idiota. La Sheriff se pasa por la Granja Kent cada dos por tres y han tenido visitantes especiales. Ah, sí, y Clark se enrolla con el chico de «Malcom in the Middle» (todos lo veíamos venir) Ahora ya podéis ver esta tarde el final de fiesta.