Lo que vale entre amigos no vale entre gafapastas y pijameros

A veces el cómic de superhéroes tiene esas cosas. Llámalo casualidades, inspiraciones, homenajes…

Amazing Spiderman 560 (2005) por Dan Slott y Marcos Martín

Batman and Son (2006) por Grant Morrison y Andy Kubert

Pero no pasa nada. Todos asumimos que forma parte del asunto. Todos somos contingentes. Todo esto ya ha ocurrido y volverá a ocurrir. Si has tenido una buena idea la pones sobre la mesa que otros vendrán a jugar con ella porque lo único que permanece es la máscara, el lanzarredes y el batgarfio.

Sin embargo, si te vas a poner un poquito pedante… ya no vale.

Deep Me (2023) por Marc-Antoine Mathieu

Alpha Flight 6 (1984) por John Byrne

La de los guionistas de Spiderman

Corría el año 2001. El 2002 iba detrás. El año 2000 ya no corría. Una nueva estrella llegaba a la cabecera más relevante de Marvel, The Amazing Spider-Man. El nuevo guionista, J. Michael Straczynski, venía a revitalizar al cabeza de red tras una larga década de complicaciones y problemas editoriales. Al fin y al cabo al guionista anterior, Howard Mackie, le acabaron colocando a guionizar bajo pseudónimo una cabecera nueva y minoritaria del universo mutante llamada Brotherhood. Mackie era el último superviviente del despacho arácnido de los 90. Michelinie se había ido a comienzos de la década con Jim Shooter a Valiant. Gerry Conway se había ido a hacer televisión. J.M.DetMatteis había aguantado heróicamente, pero llevaba años alejado de las cabeceras arácnidas. Tom DeFalco se había ido a retirar a la cabecera de Spider-girl, en la que moraría durante una década. Incluso Terry Kavanagh, el menos reconocido de todos ellos, estaba en otros proyectos (aunque para 2001 estaba fuera del mundo del cómic).

Todos aquellos autores habían lidiado durante la década GENIAL! con mil y un obstáculos editoriales durante la gran crisis económica en Marvel y el reinado del príncipe de las tinieblas, Bob Harras. Mackie había soportado carros y carretas y aguantado todo el tiempo que pudo dirigiendo a un Spiderman que ya nadie sabía a dónde iba. Pero con la llegada de JMS todo iba a cambiar. Con un nuevo y flamante nuevo editor en Marvel, la promesa del éxito cinematográfico y un escritor de prestigio televisivo, iban a ser tiempos muy diferentes en el despacho arácnido.

Corría el año 2007. Resulta que hasta a los flamantes nuevos editores se les acaba la buena suerte y a los guionistas estrella se les acaban cortando las alas. Tras una complicada segunda etapa a los mandos de la cabecera principal de Spiderman, JMS se retiraba de la dirección del personaje. Fue una marcha amarga en la que no debió pesar poco la decisión editorial de borrar de un plumazo el que había sido el eje principal de sus 6 años escribiendo al personaje: el matrimonio entre Peter y MJ.¿La solución? Volver a la vieja fórmula que ya había funcionado en los 90, con una cabecera poblada con una mesa de guionistas que irían turnándose en distintos arcos mientras iban tejiendo una etapa común. La cosa duró poco antes de empezar a tirar de guionistas invitados (incluyendo algunos de los de la época de los 90) y el desmorone fue creciendo. No todas las decisiones que toma un editor en jefe son correctas, de modo que decidieron dejarle el personaje a un chico bastante majo que pasaba por ahí y que llevaba tiempo en las ligas menores de Marvel: Dan Slott.

A veces no hace falta ser una estrella, es suficiente con ir sobre seguro. Frente a los volátiles cambios que habían sufrido otros guionistas, Slott trabajó bajo la orden de tres editores de Marvel distintos sin soltar The Amazing Spider-Man, constituyéndose como uno de los escritores más prolíficos del personaje bandera de Marvel. En ocasiones polémico, como toda etapa canónica del personaje debe ser, Slott logró mantener la colección en un suave equilibrio donde no se meneaban demasiado las convenciones que había heredado para el personaje. Sí, tuvo sus pequeños desencuentros con la cúpula editorial, como cuando le obligaron a cerrar apresuradamente el arco narrativo del Spiderman Superior para volver a lo viejo conocido al mismo tiempo que salían las películas del personaje. Pero nada destacable.

Sin embargo todo se acaba, y la década de Slott como guionista llegó a su fin. Como sustituto llamaron a un guionista que venía despuntando en las ligas menores de la editorial (como Slott) y conocido por una serie con un fino sentido del humor (como Slott). Nick Spencer, no obstante, no era Dan Slott. Para su desgracia.

Corría el año 2021 y Nick Spencer ya no podía más. La editorial no paraba de subir el ritmo de publicación de su polémica pero bien recibida en términos económicos etapa como guionista arácnido. Había meses que salían hasta 3 números escritos por Spencer y dibujados entre cuatro o cinco artistas diferentes que eran incapaces de cubrir los dictatoriales plazos impuestos desde los despachos. Ante semejante carga de trabajo, el maltrato por parte del fandom arácnido y las promesas de que había dinero trabajando fuera de las grandes editoriales, Nick coge y se larga con viento fresco. La solución? Volver a la vieja fórmula que ya había funcionado en los dosmiles, con una cabecera poblada con una mesa de guionistas que irían turnándose en distintos arcos mientras iban tejiendo una etapa común. Esta vez la llamaron Spider-man Beyond. Y para dejar claro que era un concepto completamente nuevo, volvería a traer a la primera línea a Ben Reilly, el clon de Peter Parker de los 90.

La cosa duró poco (en justicia, esta vez estaba planeado que durase poco) y en seguida colocaron a Zeb Wells como guionista de Amazing Spider-Man. Wells era, no os lo vais a creer,  un guionista que venía despuntando en las ligas menores de la editorial y en un momento de popularidad gracias a una serie con un fino sentido del humor. Y, un par de años después, resulta que está teniendo movidas con la editorial, con el maltrato por parte del fandom arácnido y, para colmo, le han puesto en la chepa una nueva cabecera guionizada por… Dan Slott. El chico bueno. El guionista de oro que parece inmune a las movidas editoriales y a las pugnas entre el despacho y la mesa de guionistas. Pensaron que su secreto era tener monosílabos como nombre y apellido, pero resulta que no. Ni eso.

Nada de esto es nuevo, los guionistas arácnidos de los 80 también tuvieron sus problemas con su editor en jefe, y nos podríamos remontar al primer hombre que escribió tebeos de Spiderman y peleas con su jefe: Steve Dikto. Una etapa tranquila en los guiones de Spiderman es una etapa desaprovechada. ¿Es escribir Spider-man un marrón de primera? Confirmamos que parece serlo. Pero si en los últimos 20 años hay algo que lo ha hecho aún peor parece que es: el cine. La relevancia audiovisual del personaje ha llevado a los editores a tomar cada vez más decisiones rocambolescas alrededor del personaje, movimientos editoriales desesperados que pretenden emular el éxito de las franquicias cinematográficas de Spiderman en los tebeos impresos. Y eso es algo que sencillamente, no parece que vaya a conseguirse a base de quemar guionistas y enfadar a los escasos pero acérrimos lectores. Yo, por mi parte, espero que Wells encuentre más pronto que tarde un lugar donde le traten bien.

Instagrameos de viñetas de su padre y de su madre

Piando en julio

«¿Y los tebeos también son así?»

Es un hecho desde hace tiempo que lo audiovisual le ha comido el terreno a la narrativa secuencial. Por audiencia, por presupuestos, por importancia.

Y en este mercado los cómics están yendo a rebufo de lo que dictan las pantallas. Las editoriales rescatan títulos y personajes coincidiendo con el hype en una película o serie. Y lo audiovisual ha quedado planificado de forma transmedia, alternando pantalla cinematográfica con plataformas de suscripción. En los cines tenemos lo que se supone que son los eventos grandes para el público mayoritario, mientras que el día a día va transcurriendo con episodios semanales de series más o menos relevantes que transcurren con mayor o menor fortuna alimentando el apetito y cultivando el fandom. Esa ha sido la dinámica de esta confusa cuarta fase, en la que tras el bombazo vengador con el que se despidió la etapa anterior, no parece muy claro por donde van a tirar. Imitando un poco el modelo del mercado de los tebeos, el material de esta fase sería un poco la Marvel de los setenta, en los que cada uno tiraba por su cuenta sin fijarse mucho en lo que hacían los demás y sin intención expresa de que hubiera una dirección común para todo. Expansión, lo llamaban cuando estaban serenos.

Y en estas nos ha llegado Hulka.

Con un tono y un humor que han cogido desprevenido al teleespectador tipo, que se pregunta si esto se lo han sacado de la manga o si, volviendo a aquella pregunta que hacían cuando aquellas lejanas primeras películas de éxito, los tebeos también eran así.

Algunos explicadores dirán que la faceta de abogada y el humor del personaje llegaron de la mano de Dan Slott en la serie iniciada en 2004. Y aunque lo de la cuarta pared en el cine nos lo anticipó Masacre, para Hulka lo hizo Byrne.

¿Quién necesita unas billy?¿soy acaso un youtuber?

Así que la respuesta sería que sí, que los tebeos ya eran así.

Otra cosa es si te preguntan si en la serie saldrá lo que salía en los tebeos. Aquí la respuesta es más compleja. Te están preguntando si una escena de la Marvel de 2005 pre-pre-pre-fase 1, puede trasladarse a una serie de una plataforma del conglomerado Marvel-Lucas-Disney de 2022.

Y vaya, por toda una serie de razones que no costará comprender…

…pues va a ser que no.

Un regreso sin adjetivos

En 1990 Marvel rebosaba talento. Tenía tanto talento que literalmente no cabía en las colecciones que ya tenía, por eso tuvo que crear nuevas cabeceras. Es el caso de Spider-Man, inaugurada en 1990 y capitaneada por TODD!, cuyas etapa de esplendor era tal que necesitaba una colección para él solo, mientras dejaba que otros autores se hicieran cargo de Amazing y el resto de títulos secundarios. Spider-man no nació como una cabecera lateral o pequeña, sino como un ambicioso escaparate de lo mejor que tenían para ofrecer los mejores creadores de la editorial. Cuando dos años después los chicos más populares se fueron a hacer Historia con Image, la cabecera se encontró en un juego rotatorio que permitía mostrar en el escaparate, todavía entonces, a lo más granado de la plantilla de la casa de las ideas.

Por todo esto, la recuperación de la cabecera Spider-Man es siempre una alegría. No estamos hablando exactamente de un “volumen 2” porque Marvel ya había utilizado el escueto nombre para una colección de Miles Morales (con Bendis y Sara Pichelli, poca broma) y más recientemente se utilizó este mismo título para la miniserie dibujada por la misma Pichelli y escrita a cuatro manos de J.J. y Henry Abrams. En ambos casos hablamos de nombres pesados, fichajes de impacto para la editorial, pero nunca un plan tan ambicioso como el que había tenido el “vol 1” de los noventa. Hasta ahora.

Y es que Marvel ha decidido reabrir esta cabecera como colección simultánea a Amazing, y para el lanzamiento ha ubicado a una estrella del panorama arácnido noventero: Mark Bagley. Y si Bagley se puede contar entre los artistas que más veces y durante más tiempo han dibujado al trepamuros (sea en su versión canon o su versión Ultimate), para los guiones han reintroducido a Dan Slott, el guionista que compite con el propio Stan Lee como el hombre que más tebeos de Spidey ha firmado con su nombre. Volver a traer, apenas unos años después, al autor con la más larga carrera al mando del personaje puede parecer redundante, o una jugada desesperada y novedosa. Los seguidores de las vicisitudes editoriales de Marvel sabemos que no es así. Si acaso podemos comentar, que no criticar, que no se trata de una jugada original. En tiempos recientes Marvel ha llamado a parte de su talento histórico a recuperar los personajes con los que labraron su leyenda, algo de lo que ya hablamos en marzo. ¿Qué tal han ido las ventas de estas colecciones? No importa. Estamos hablando de ARTE, no del vil metal.

Mucho podríamos comentar sobre qué significa esta jugada y qué impacto va a tener sobre el personaje del trepamuros. Se prepara un nuevo evento multiversal, de nuevo, jugada no muy original pero perfectamente comprensible en un contexto editorial. Puede que no estemos en el campo prolífico y original de los 90 en los términos de creatividad e innovación, pero hay que abrazar el nuevo ciclo que Marvel está empujando de un tiempo a esta parte: la era del refrito.

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