En ADLO! se lleva anunciando un nuevo advenimiento de los 90 casi desde antes de que se hubieran terminado los susodichos. Esta mentalidad pionera que ha definido a esta (des)organización ya ha demostrado su solvencia en la previsión de las tendencias, como cuando hablaba de una normalización que es ya una realidad tan tangible que ni siquiera hace falta hablar de ella. Y, por supuesto, los 90 han vuelto para quedarse. Para quedarse una temporada.
Hay quien puede achacar esto a la tendencia natural de la vida cíclica de la cultura pop, mientras que otros presentarán este regreso como una suerte de síntoma fatal de la enfermedad terminal que va a destruir el cómic de superhéroes. La realidad es, por supuesto, más compleja, rica e interesante. No se puede negar que atravesamos un momento de pobreza de ideas que, especialmente Marvel, se resuelve con nostalgia y miradas al pasado. DC, siempre a rebufo en estas cuestiones, está todavía agotando los últimos estertores de los eventos sin sentido y las muertes de personajes que a nadie le importan. No obstante, la situación raquítica de las ideas originales no es nueva, y lleva acosando a la industria de los señores en pijama desde, por lo menos, veinte años, sin que nadie se dé por enterado.
Por otra parte, aunque todo esto ha pasado y por supuesto, volverá a pasar, los 90 no son una década cualquiera, sino una etapa particularmente central, taquiónica y singular en la historia del medio, y su regreso también es atípico y especial. Sí, habrá quien piense que no tiene mucho mérito que haya vuelto DeMatteis a Spiderman a recuperar ideas de su época con Ben Reilly si en los 90 ya tuvimos a Conway reciclando ideas y propuestas de los 70.
Habrá quien no encuentre tanta diferencia entre que Michelinie vuelva a hacerse cargo de una cabecera de Veneno, Protector Letal si ya a comienzos de siglo tuvimos a Claremont volviendo a los mutantes durante varios años en cabeceras como X-Treme X-Men o Excalibur.
Sin embargo, aquí la diferencia es que mientras aquellas experiencias se basaban en la renovación apoyada la solvencia de autores reputados y bien considerados, aquí hablamos de cómics que apelan directamente a una vuelva a las esencias, siendo además unas esencias que no gozan de la misma buena fama con la que contaban aquellas otras. Se está recuperando un modelo, una imagen e incluso un envoltorio que no solo no goza del prestigio unánime, sino que además ha sido injustamente vilipendiado durante dos décadas por parte del propio establishment de la editorial.
Más cosas que son nuevas pero son viejas, una editorial de superhéroes lanzando una cabecera basada en una popular adaptación audiovisual de sus personajes, pero ya caduca y fuera de la actualidad. No, no hablo de X-Men 92, sino de Batman 66.
¿Quieren decir estas diferencias que estamos, efectivamente, ante una crisis sin precedentes para el medio? Bueno, ya sabemos que en neoliberal crisis también significa oportunidad, e igual que los 90, con sus bancarrotas, supusieron una revolución en el mundo del cómic mainstream cuyas consecuencias positivas todavía podemos disfrutar, esta nueva crisis quizá nos traiga nuevas maravillas que ahora no podemos apenas intuir. Y siempre podemos pensar, con tranquilidad, sosiego y (¿por qué no?) una pizca de malicia, que en años venideros, y por pura inercia, llegará la nostalgia de los tiempos de Joe Quesada. Si Jason Aaron ha dejado algún evento sin remake.
Fe de errores: al publicar el post decía que la serie de Batman ’66 la había escrito Kevin Smith, pero el comité de garantías de ADLO! informa de que no es correcto. Smith escribía la serie de Green Hornet, y sí que guionizó el cruce entre ambas colecciones. The Moore You Know.
Al final no hubo arrestos a titular al nuevo fondo de jubilación «Spider-Man Legends».
Pues no, porque la «nueva trilogia star wars» están pensando en renombrarla «star wars lacklusters» mientras se recupera todo lo que se pueda de legends, como en el libro de Boba Fett.
Y claro, con meter la pata una vez vale.
Aparte que en superheroes, tienes el peligro de acabar con el sindrome Hawkman (más versiones de un personaje de las que puedes manejar)
«el cómic de superhéroes»
¿Y eso qué es?
Pues lo que esd a mi, lo de DeMatteis escribiendo a Reilly sí me interesa leerlo, voy a buscarlo en bajoperfilismo (que a como está Marvel por estas tierras, no creo que llegue).