Corría el año 2001. El 2002 iba detrás. El año 2000 ya no corría. Una nueva estrella llegaba a la cabecera más relevante de Marvel, The Amazing Spider-Man. El nuevo guionista, J. Michael Straczynski, venía a revitalizar al cabeza de red tras una larga década de complicaciones y problemas editoriales. Al fin y al cabo al guionista anterior, Howard Mackie, le acabaron colocando a guionizar bajo pseudónimo una cabecera nueva y minoritaria del universo mutante llamada Brotherhood. Mackie era el último superviviente del despacho arácnido de los 90. Michelinie se había ido a comienzos de la década con Jim Shooter a Valiant. Gerry Conway se había ido a hacer televisión. J.M.DetMatteis había aguantado heróicamente, pero llevaba años alejado de las cabeceras arácnidas. Tom DeFalco se había ido a retirar a la cabecera de Spider-girl, en la que moraría durante una década. Incluso Terry Kavanagh, el menos reconocido de todos ellos, estaba en otros proyectos (aunque para 2001 estaba fuera del mundo del cómic).
Todos aquellos autores habían lidiado durante la década GENIAL! con mil y un obstáculos editoriales durante la gran crisis económica en Marvel y el reinado del príncipe de las tinieblas, Bob Harras. Mackie había soportado carros y carretas y aguantado todo el tiempo que pudo dirigiendo a un Spiderman que ya nadie sabía a dónde iba. Pero con la llegada de JMS todo iba a cambiar. Con un nuevo y flamante nuevo editor en Marvel, la promesa del éxito cinematográfico y un escritor de prestigio televisivo, iban a ser tiempos muy diferentes en el despacho arácnido.
Corría el año 2007. Resulta que hasta a los flamantes nuevos editores se les acaba la buena suerte y a los guionistas estrella se les acaban cortando las alas. Tras una complicada segunda etapa a los mandos de la cabecera principal de Spiderman, JMS se retiraba de la dirección del personaje. Fue una marcha amarga en la que no debió pesar poco la decisión editorial de borrar de un plumazo el que había sido el eje principal de sus 6 años escribiendo al personaje: el matrimonio entre Peter y MJ.¿La solución? Volver a la vieja fórmula que ya había funcionado en los 90, con una cabecera poblada con una mesa de guionistas que irían turnándose en distintos arcos mientras iban tejiendo una etapa común. La cosa duró poco antes de empezar a tirar de guionistas invitados (incluyendo algunos de los de la época de los 90) y el desmorone fue creciendo. No todas las decisiones que toma un editor en jefe son correctas, de modo que decidieron dejarle el personaje a un chico bastante majo que pasaba por ahí y que llevaba tiempo en las ligas menores de Marvel: Dan Slott.
A veces no hace falta ser una estrella, es suficiente con ir sobre seguro. Frente a los volátiles cambios que habían sufrido otros guionistas, Slott trabajó bajo la orden de tres editores de Marvel distintos sin soltar The Amazing Spider-Man, constituyéndose como uno de los escritores más prolíficos del personaje bandera de Marvel. En ocasiones polémico, como toda etapa canónica del personaje debe ser, Slott logró mantener la colección en un suave equilibrio donde no se meneaban demasiado las convenciones que había heredado para el personaje. Sí, tuvo sus pequeños desencuentros con la cúpula editorial, como cuando le obligaron a cerrar apresuradamente el arco narrativo del Spiderman Superior para volver a lo viejo conocido al mismo tiempo que salían las películas del personaje. Pero nada destacable.
Sin embargo todo se acaba, y la década de Slott como guionista llegó a su fin. Como sustituto llamaron a un guionista que venía despuntando en las ligas menores de la editorial (como Slott) y conocido por una serie con un fino sentido del humor (como Slott). Nick Spencer, no obstante, no era Dan Slott. Para su desgracia.
Corría el año 2021 y Nick Spencer ya no podía más. La editorial no paraba de subir el ritmo de publicación de su polémica pero bien recibida en términos económicos etapa como guionista arácnido. Había meses que salían hasta 3 números escritos por Spencer y dibujados entre cuatro o cinco artistas diferentes que eran incapaces de cubrir los dictatoriales plazos impuestos desde los despachos. Ante semejante carga de trabajo, el maltrato por parte del fandom arácnido y las promesas de que había dinero trabajando fuera de las grandes editoriales, Nick coge y se larga con viento fresco. La solución? Volver a la vieja fórmula que ya había funcionado en los dosmiles, con una cabecera poblada con una mesa de guionistas que irían turnándose en distintos arcos mientras iban tejiendo una etapa común. Esta vez la llamaron Spider-man Beyond. Y para dejar claro que era un concepto completamente nuevo, volvería a traer a la primera línea a Ben Reilly, el clon de Peter Parker de los 90.
La cosa duró poco (en justicia, esta vez estaba planeado que durase poco) y en seguida colocaron a Zeb Wells como guionista de Amazing Spider-Man. Wells era, no os lo vais a creer, un guionista que venía despuntando en las ligas menores de la editorial y en un momento de popularidad gracias a una serie con un fino sentido del humor. Y, un par de años después, resulta que está teniendo movidas con la editorial, con el maltrato por parte del fandom arácnido y, para colmo, le han puesto en la chepa una nueva cabecera guionizada por… Dan Slott. El chico bueno. El guionista de oro que parece inmune a las movidas editoriales y a las pugnas entre el despacho y la mesa de guionistas. Pensaron que su secreto era tener monosílabos como nombre y apellido, pero resulta que no. Ni eso.
Nada de esto es nuevo, los guionistas arácnidos de los 80 también tuvieron sus problemas con su editor en jefe, y nos podríamos remontar al primer hombre que escribió tebeos de Spiderman y peleas con su jefe: Steve Dikto. Una etapa tranquila en los guiones de Spiderman es una etapa desaprovechada. ¿Es escribir Spider-man un marrón de primera? Confirmamos que parece serlo. Pero si en los últimos 20 años hay algo que lo ha hecho aún peor parece que es: el cine. La relevancia audiovisual del personaje ha llevado a los editores a tomar cada vez más decisiones rocambolescas alrededor del personaje, movimientos editoriales desesperados que pretenden emular el éxito de las franquicias cinematográficas de Spiderman en los tebeos impresos. Y eso es algo que sencillamente, no parece que vaya a conseguirse a base de quemar guionistas y enfadar a los escasos pero acérrimos lectores. Yo, por mi parte, espero que Wells encuentre más pronto que tarde un lugar donde le traten bien.