Desde aquí repartimos ideas y conceptos para la manipulación creativa y el abuso cultural. Somos el diario de lo genial, y el pensamiento de lo imposible
Todavía nos estamos recuperando de la recentísima muerte de una personalidad cuya huella persistirá por décadas. Me atreveria a decir que incluso siglos.
Por supuesto, estoy hablando de Robert McGinnis.
De entre todos los ilustradores clásicos de los 50-60, la era dorada de las novelas pulp y las revistas para hombres anteriores al reinado de Playboy, pocos son tan reconocibles como McGinnis gracias a sus colores abundantes pero cuidadosamente desaturados y su personalísima pincelada.
Un tipo de historias de fuerte influencia noir en el que lo femenino, no siendo protagonista, ocupa un lugar central como objeto de deseo.
O como amenazante femme fatale.
En última instancia también objeto de deseo.
Si bien es cierto que el simple paso del tiempo ha convertido en pintoresco y sexy lo que en su momento era pornografia delimitada por la censura es innegable la estilizada elegancia con que McGinnis siempre abordó el erotismo.
Podriamos decir sin miedo a equivocarnos que las mujeres de Robert McGinnis son tan características como los nazis de Earl Norem.
(vaya, esta es la semana de «citas promocionales de autores que han envejecido mal«)
Pero McGinnis no sólo pintó portadas de novelas destinadas a hombres lectores, también trabajó en libros escritos para el público femenino.
De hecho en una de sus más famosas y notorias portadas deja patente que no sólo estaba visualmente fascinado por las féminas norteamericanas.
Es una suerte que a los periodistas, cuando han ido a repicar la noticia de agencia de la muerte de Gene Hackman, les han salido primero las películas de Oscars™ y prestigio. La Conversación. Sin Perdón. Arde Mississipi. Nos ha librado de otra andanada del clásico «la maldición de Superman» (de la que no habrá manera de librarse en futuras muertes de otros de sus actores secundarios).
Superman es una de esas películas que no deberia funcionar. Décadas antes de la infografía que por fin permitiria plasmar en imagen «real» las imposibles viñetas de un comic y de la idea de texturar los diseños de trajes para hacerlos creibles presenta a un señor en gayumbos de colores en una Tierra completamente mundana que, como mucho, logra volar (y de hecho es un hito tecnológico que lo haga).
Que en vez de enfrentarse a robots gigantes o dinosaurios lucha contra otro señor que se las arregla para desviar dos misiles. Que para mas INRI tiene un ayudante tonto y gordo con su propio tema musical gracioso tocado por oboes.
Pero funciona.
Porque tiene muchas cosas a su favor. Un buen guión, buena dirección o una de las mejores fotografías que han iluminado nunca una pantalla de cine («Nunca me he sentido tan bella como cuando él [Geoffrey Unsworth] me iluminó«, dijo Margott Kidder). Pero sobre todo un reparto en estado de gracia que lo saca adelante.
Como Brando, Hackman estaba ahí como treta de los Salkind para atraer a inversores inaugurando la tendencia de actores de prestigio apareciendo en los pósters por encima de los que interpretan a los heroes. Afortunadamente Hackman no era como Brando (que se lo digan a Coppola).
Y gracias a eso no hacen falta robots gigantes ni dinosaurios para tener la que a menudo es considerada la mejor película de superheroes de la historia del cine (lo siento, Nolan, todos nuestros «LMPDSDLHDC!!!!» eran fingidos).
Las dos mejores, de hecho, si incluimos Superman II: el Montaje de Donner.
En una entrevista Hackman explicaba: «Era material proviniente de tebeos, así que pensé que podia darle algo de dignidad. Elevarlo«. Y viendo lo que logró no me importa no tenerle en cuenta su condescendencia.
-Esto hay que comentarlo en la Novelti Librari -¿Qué es? -Un blog en el que glosamos todo lo GENIAL! del mundillo del cómic y alrededores y difundimos la obra de ROB!
Y ahora toca otro posteo para él porque, ojalá no tener que contarlo, pero…
ese yogur de pera ha caducado.
Son -fueron- muchos años. Y supongo que ahora, tan lejos de los foros, queda raro dedicar unas palabras a quien prefería decir poco pero importante. Lo que ocurre es que fue un tipo encantador así que aunque quizá él no lo hubiera querido y sea sólo esto lo que podemos brindarle… dejemos este pequeño espacio de internet para recordarle.
Hay actores como James Earl Jones a los que cuesta decir adiós.
Porque para mi generación siempre ha estado ahí. Incluso antes de «conocerle», desde la serie de TV adaptación de Raices. Luego lo descubrimos encarnando no a uno sino a dos de los mejores villanos de toda la historia del cine. Abriendo paso a una carrera escasa en roles protagonistas pero para la que el término «secundario de lujo» se queda corto. Que abarca desde el blockbusterismo de La Caza del Octutbre Rojo a la clásica serie B de La Ambulancia.
Pero en realidad James Earl Jones no nos ha dejado. Alguien con semejante obra siempre va a estar presente allí donde se proyecte una de sus películas. En la tela de una pantalla de sala cinematográfica o en el cristál líquido de la de un móvil. Mientras la humanidad continue viendo cine nunca dejarán de sonar esas frases que él convirtió en indelebles y que resulta inconcebible imaginar en una voz que no fuera la suya.
«Yo soy tu padre.«
«¿Que es el acero sin la fuerza del brazo que lo empuña?«
«Si lo construyes, ellos vendrán.«
«Me llamo Bond. James Bond.«
«He visto cosas que vosotros no creeriais…«
«Meo napalm y cago alambre de espino.«
«Volveré.«
Y qué mejor manera de despedirnos de la envoltura mortal de James Earl Jones que su frase más famosa. La que ha trascendido las pantallas y seguirá citándose cuando la saga en la que se escuchó originalmente haya sido relegada al olvido de la historia.
Tienes unos planes y la vida te los cambia. Lo decimos mucho, no deja de ser cierto. Incluso aunque tengas 98 años.
A laBBC le costó un tiempo verificarlo -normal que no se fiaran- pero al final las noticias sobre su muerte no exageraban. Al menos no en teoría. Roger Corman ha muerto. A la joven edad de 98 años. En la flor del espacio exterior de la vida.
Por supuesto podríamos hacer muchas cosas para honrarle y reconocer su impacto y legado -que es lo que se espera aquí-, incluyendo obviar las partes más oscuras del mismo. -Y por una vez no nos referimos a esa Lógica Capitalista del productor-.
En realidad creo que es mejor recordarle como lo que fue: Un visionario.
Y siguiendo, por supuesto, por todo lo que pasa ahora que podríamos hablar a partir de sus películas, no en vano hablamos de alguien que en la última que dirigió se las apañó para hacer una adaptación de un nombre bien conocido del fantástico, con un reparto de campanillas.
Pero lo más importante es ver cómo mucho de lo que hizo como director sigue vivo.
Da igual que sea algo antiguo, como el éxito de las películas de tiburones
O que sea algo reciente como la MET Gala
La amenaza climática
La lucha de las telecomunicaciones
El problema con los incels
O el estado de las artes
Y, por supuesto: Internet
Incluso cuando él no era el director, sino solo un co-guionista oculto, era capaz de adelantar una obra sobre la diferencia entre lo que se presentaba al público y lo que realmente se era. ¡Antes de que llegaran los Influencers!
Corman era tan visionario que ya estuvo ahí cuando los Looney Tunes estuvieron en problemas la anterior vez en 2003…
Dirigiendo películas de Batman, nada menos. Ya, visionario, lo que os decía antes.
Es normal que fuera apareciendo por aquí y allá
A veces solo con su voz
Por supuesto deberíamos hablar de lo que nos deja, de cómo su pericia como productor nos dejó una buena cantidad de títulos -más de 450 entre acreditados y ‘este señor pasaba por aquí’- que nos dan una buena idea de lo que podíamos encontrar en las salas, las no-salas, las para-salas y, al final, las salitas.
No le hacía ascos a nada, ni a anticipar una series de populares películas juveniles.
Ni a las obras históricas
Ni a aprovechar el interés por la mezcla de humor y misterio
Ni siquiera a producir adaptaciones de libros de culto que reinterpretaban clásicos
Y de ahí que pudiera crear todo tipo de series de películas
con todo tipo de actores
Algunos clásicos con sus propias dosis de bronca interna al añadirle escenas…
…y, con eso y con todo, Roger Corman ya ha producido más películas dirigidas por mujeres que Marvel y DC juntas.
Normal que años más tarde decidieran incluso remakearla.
Pero es que con Corman todo funcionaba así. ¿Que alguien había logrado un éxito con una película espacial que ‘homenajeaba‘ a un famoso director japonés? ¡A eso podía jugar también él!
Si hacía falta un cartel molón, se buscaba
Si algún concepto -¡o dos!- tenía éxito había que tirar deprisa para replicarlo.
Si había que darle una vuelta a una película popular, se le daba
Si había que montarse monstruos, se montaban
Y cuando tocar abrazar Lo Meta, ahí que estaba él.
Qué podemos decir…
Normal que acabaran, incluso, dedicándole películas…
Y esperemos que el resto de los supervivientes, así como tantos otros directos, guionistas y productores, puedan recibir el cariño de los fanses tal y como lo recibió Roger Corman.
Porque, a veces es difícil saber hasta dónde llegan las carambolas que parten del aleteo de Corman.
Él dirige una película en 1960…
Un par de creadores deciden que es un gran punto de partida para un musical…
Que tiene tanto éxito en el Off-Broadway que deciden hacerle una película…
De tanto éxito que los autores del musical son fichados por una gran empresa para hacerles canciones a ellos…
Que acaban relanzando la compañía hasta el punto de que puede permitirse…
Comprar una editorial de cómics.
Él decidía contratar a un joven para echarle una mano, luego le ponía delante de las cámaras
y para cuando querías darte cuenta estaba interpretando personajes de cómic en el cine
Porque, claro, Corman sabía ver la oportunidad de producir una adaptación.
Pero es que el cómic y todo lo relacionado siempre fue importante para Corman. Y no nos referimos solo a sus colaboraciones con ciertas editoriales GENIALES!
Pero, además, supo reflejarlas en las películas que producía…
De manera indirecta
De manera elíptica
De manera inesperada
Aunque fuera distribuyendo
Y por eso podemos recordarle siempre que hablemos de cine y superhéroes. De todas las maneras.
Porque, por mucho que pasara el tiempo, siempre había un hueco para la reflexión, el humor y el cómic en sus películas. E, incluso, podríamos decir que…
También para ROB!
Así que, esté donde esté, estamos seguros de una cosa:
Ha muerto Trina Robbins. Para muchos de los lectores de ADLO!, y para la mayoría de la prensa de los tebeos de superhéroes, el principal logro de Robbins es que fue la primera mujer en dibujar un cómic oficial de Wonder Woman. Así lo han destacado Eldiario.es o RTVE, por hablar de la prensa española. Sin embargo, el legado de esta autora legendaria del underground americano es mucho más importante. Fue la primera autora en crear una historia sobre una mujer abiertamente lesbiana en el cómic estadounidense (o, como ellos aseguran, del mundo mundial, aunque eso es más difícil de asegurar). Robbins no era lesbiana. Robbins, que sepamos, no pertenecía al colectivo LGTBI+. Pero en 1972 decidió fantasear con la idea de que igual, si las mujeres dejaban de ir detrás de los hombres, podían “hacerse lesbianas”. Trina Robbins fue la primera mujer en teorizar sobre el “lesbianismo político” en los cómics.
La cosa no le salió barata, aunque la historia la ha tratado con benevolencia. Su tira del lesbianismo político, publicada en el primer número del fanzine Wimmen’s Comix, provocó a otra autora, Mary Wings, a contraatacar con un fanzine autoconclusivo que desromantizaba el ideal amazónico de Robbins para plantear el drama sáfico desde un punto de vista biográfico. De este modo, Wings se convertiría en la primera autora LGTBI en crear un cómic sobre una mujer lesbiana en el cómic estadounidense (o, como ellos aseguran, del mundo mundial).
Después de eso Robbins hizo muchas cosas. Para ser una feminista de segunda ola, con todos los riesgos que todos sabemos que tienen esas cosas a medida que la edad avanza, el historial de la autora ha logrado evitar las polémicas más avinagradas entre el colectivo LGTB y las segundaolistas. De hecho, llegó a tirarle beef a Melinda Gebbie en su momento por publicar un tebeo sobre temática gay… sin ningún autor gay entre sus acreditados. Para que luego digan que no se puede aprender de los errores.
Es verdad que Robbins dibujó Wonder Woman. 4 números, nada menos. Pero hizo muchas más cosas. Algunas verdaderamente importantes y relevantes, preservando y contando la historia de las mujeres en un medio, el cómic, que ha tendido siempre a olvidarse de toda una labor underground, subterránea y alternativa poblada de mujeres. También en los 2000 empezó una serie de cómics para Image que solo duró dos números. Y amigos, si eso no es GENIAL!, yo no sé qué puede serlo.
Estos dias recientes nuestras benditas y demasiado a menudo malditas redes sociales se han llenado de menciones a dos tristísimas eventos.
El primero ha sido un suicidio. Y si el suicidio siempre es evitable lo era más en este caso.
Una persona ha sido empujada a esta salida, que nunca es realmente una salida, por la maldita cultura de la cancelación que tanto daño y sufrimiento está causando en nuestra sociedad. Acusado públicamente de una serie de delitos que quizá cometió o quizá no, pues siempre se debe aplicar la presunción de inocencia y quiénes somos nosotros para juzgar, se vió sometido al incesante acoso de una jauría de supuestos justicieros. Jueces, jurados y en última instancia indirectos verdugos sedientos de sangre que nadie había nombrado. Este lamentable suceso nos debe hacer reflexionar y tomar medidas, legales si fuera necesario, que pongan freno a estos salvajes linchamientos p´úblicos que esgrimiento presuntos hechos acorralan hasta la inmolación a personas que, a falta de un juicio que demostrara lo contrario, eran inocentes.
Es hora de trazar una línea roja y no cruzarla nunca.
No permitamos que el suicidio de Judas Iscariote haya sido en vano.
Que como mínimo sirva de ejemplo de cómo no hay que comportarse para prevenir futuras tragedias. Y vosotros, los que corristeis a acusarle de delator y traidor vendido a los romanos por nosecuántas monedas de plata, avergonzaos de lo que habeis desencadenado a cambio de unos meros aplausos en el foro. Siglos venideros os condenarán, no me cabe la menor duda, como tampoco dudo de que su nombre será recordado como epítome de la amistad, el compromiso y la honestidad.
La otra noticia triste ha sido, como ya habreis imaginado, la pérdida de un querido y apreciado dibujante norteamericano.