Acumular tanto papel no tiene sentido si no lo relees de vez en cuando

Dilton, abre los ojos

Nuestra aventura comienza un día cualquiera en la playa, donde Archie y Reggie se están poniendo moraos dedican a stalkear y cosificar a pobres adolescentes en bikini

Les acompaña Dilton, que prefiere dedicarse a la observación de su colección de sellos, lo que provoca un encendido debate entre ambas posturas que, para no aburrir al lector, tiene lugar en una página con un diseño que firmaría el mismo Todd McFarlane

Dilton se queda sin argumentos y está dispuesto a llevarse el Scattergories, cuando la tragedia golpea por sorpresa

En un inesperado giro de los acontecimientos, Dilton resulta no ser miope sino hipermétrope, con lo que una vez libre de la distracción de su álbum de sellos por fin puede disfrutar de las mismas vistas que sus compañeros

Y una vez más la aventura tiene un final feliz, Dilton se librará de caer en las redes de la estafa de Fórum Filatélico y, como moraleja, queda demostrado que todos los hombres son unos cerdos iguales

[Viñetas extraídas de Archie 213 (1971)]

Veronica y Archie, una relación sin futuro

Archie llega a casa de su novia a ratos Veronica para concretar una cita, pero ella tiene otros planes…

Veronica le propone a Archie una cita a ciegas con una amiga. Sospechando que aquí hay gato encerrado empieza a stalkear la casa de ella

Y total, como ya ha cometido el delito de invadir una propiedad ajena se queda un rato más. ¡Aprende, vieja del visillo!

Y aquí Archie ya se teme lo peor (porque en su mente de adolescente estadounidense de clase acomodada «lo peor» conocer a una chica que puede que sea simpática, divertida e inteligente), pero aún así nuestro protagonista acude a la cita

Solo para descubrir que Veronica le había mentido desde el principio para poner a prueba su control sobre el pobre pelirrojo. ¡Medalla de oro en toxicidad de pareja para ambos!

[Viñetas de Archie 212 (1971)]

Algo de lo que he leído (y releído) en marzo