
Forum Museum: Bienvenidos al mundo de Gosho Aoyama

Hubo un tiempo en que los inentos de producir videos mediante IA generativa sólo daban lugar a secuencias que le habrían causado pesadillas a Clive Barker.
Tanto que esa misma deformidad se usó como excusa para tirar de IA para los títulos de crédito de cierta serie de TV.
¿Quién hubiera podido sospechar que la Disney antepusiera sus intereses monetarios a la integridad artística?
Pero el imparable progreso tecnológico ha seguido avanzando a una velocidad que deja en conservadora la Ley de Moore (no, ese no, el otro).
Y hoy en dia el tema ya no es si una IA puede generar una secuencia de video realista sino, AY MECACHIS, que todo el catálogo de tu productora no basta para que plagie lo suficiente ENTRENARLA para hacer una película entera.
¿Hemos pasado de la Era de la Postverdad a la de la Falsedad Absoluta? ¿Un tiempo en que las sombras de la caverna son tan realistas como los cuerpos que las proyectaban (+10 por referencia literaria clásica)? ¿Estamos condenados a no saber qué es verdad y qué es mentira?
A eso digo ¡NO! Siempre nos quedará el indomable Espíritu Humano™. Ese que hace que indefectiblemente ganemos en las películas cuando nos enfrentamos a máquinas teoricamente superiores. Esa chispa, ese ojo clínico, ese sentido crítico que siempre nos avisará cual instinto arácnido ante un video generado por IA por muy ultrarrealista que pueda ser.
Sin ir más lejos el último que han intentado colarnos era fácil de detectar.
¿Moore (no, el otro no, ese) siendo amable y pidiendo perdón a sus lectores? ¡Vamos, hombre, me habría creido antes uno de Manzón confensando que es un homicida imprudente y anunciando su dimisión!
Llevo semanas escribiendo este post. Quizá meses. Como muchos lectores sabrán, además de mi inapelable pasión por los tebeos protagonizados por Spider-Man, otro de mis más caros, decepcionantes y dolorosamente adictivos hobbys que tengo es Magic: The Gathering. He hablado algunas veces del juego aquí, y con el lanzamiento de la nueva expansión que cruza las mecánicas y poderes del juego de cartas con los personajes, ambientaciones y trazas de Spider-man, sabía que tendría que volver a hacerlo. Lo que durante años no me podría esperar es que la combinación de dos de mis más ardientes pasiones fuera a resultar tan triste y lamentable.
Durante las últimas semanas, a medida que los diferentes spoilers de las cartas que íbamos a encontrar en la edición iban apareciendo, he intentado encontrar el ánimo para aproximarme a esta nueva expansión de Magic desde la felicidad y la afición que podría haber esperado tener, pero la realidad es que las opiniones generales que he encontrado incluso entre los creadores de contenido patrocinados por Wizards of the Coast eran similares a las mías. Ninguno estábamos demasiado contentos.
Hay un montón de cuestiones que afectan a la forma en que está siendo bienvenida esta edición. Algunas son referentes a cuestiones del metajuego, a los calendarios de salida de las expansiones de Magic o a otros asuntos que, en realidad, son muy laterales a la realidad de la edición. Pero otras muchas de estas preocupaciones son legítimas y serán, probablemente, problemas que se extiendan a lo largo de los próximos productos relacionados con las licencias de Marvel que Wizards of the Coast ya tiene apalabradas. Es decir, son problemas que, de no detectarse y solucionarse, seguirán presentes durante los años venideros para todos los jugadores del juego de cartas coleccionable más famoso del mundo.
A lo largo de los años una de las características de Magic The Gathering ha sido su capacidad para articular una narrativa y toda una mitología a través de sus cartas. Por supuesto el juego ha contado con numerosos apoyos como novelas, cómics y otras adaptaciones para narrar esta mitología, pero la mayoría de jugadores no han tenido contacto con esas versiones y aún así son vagamente conscientes de muchos de los mitos, los personajes y la construcción del universo de Magic. Esto se ha conseguido mediante la combinación de sugerentes ilustraciones, decisiones de ambientación como títulos de cartas o textos de apoyo en algunas y una serie de relaciones mecánicas que enfatizaban algunos de los rasgos que la historia nos quería presentar. Con Universes Beyond (la denominación para estos sets vinculados con otras licencias ajenas a Magic) la situación es ligeramente distinta. La narrativa aquí no es una cosa creada dentro de los márgenes del juego, y estructurada alrededor de los elementos que Wizards of the Coast quería para la edición (hay algo mecánicamente intencional que hace que un set se ambiente en Ravnica, Pirexia, Mirrodin o Lorwyn), sino que los diseñadores del juego deben tener en cuenta lo ya existente y ver cómo encajar esos elementos narrativos en las mecánicas jugables de la edición. Un set de Universes Beyond exitoso es aquel que consigue transmitir el sabor de la licencia a una partida con dichas cartas.
Así ha sido con algunas de las propuestas más exitosas de esta línea. Por ejemplo, me confieso un entusiasta de la edición centrada en El Señor de los Anillos que salió hace unos años, y que es reconocida por muchos jugadores, incluso algunos tan puristas como yo con estas cosas de las licencias, como una traslación muy interesante de las tramas y arcos narrativos de la historia original al juego. Las distintas cartas mostraban momentos de la narración de Tolkien y los mismos personajes aparecían encarnados en diferentes cartas, cada una de las cuales se relacionaba mecánica y visualmente con un momento distinto de su evolución a lo largo de la trama del Señor de los Anillos.
Este es el problema que creo que tiene Spiderman como edición de Magic. Las cartas representan momentos o sucesos de la historia del personaje sin ningún tipo de continuidad entre ellos o linealidad, simplemente porque la edición no está intentando contar una historia de Spiderman en la misma forma en que la edición de El Señor de los Anillos intentaba contar la historia de El Señor de los Anillos. Al ser Spiderman una trama abierta, casi infinita, inconclusa y en constante crecimiento, Wizards of the Coast parece haber optado por renunciar a esa narrativa lineal y simplemente mostrar momentos, retazos e instantes. Lo que en otras ediciones parece una microhistoria en cada carta que va componiendo la historia global en esta edición se convierte en un pase de diapositivas, en un Greatest Hits recopilados inconexamente que hace que cada una de las cartas tenga que defender su existencia por ella misma. Cada carta tiene que contar su historia por separado. Y es ahí donde muchas de ellas fracasan.
Tenemos las diversas cartas del Spiderverso, que era claramente por donde querían tirar, pero lanzar una edición de Spiderman solo compuesta por Spidermanes no les pareció suficiente, por lo que también han optado por lanzarnos a la cara una serie de villanos propuestos de forma completamente inconexa.
No solo esto, sino que se enfrentaban a otro desafío. Una edición de Magic no puede vivir únicamente de personajes con nombre propio, tradicionalmente «legendarios» en el juego, sino que necesita personajes de relleno. Y las elecciones tomadas para ello han sido, sin duda, una cosa.
Al convertir a personajes relevantes del canon arácnido en meros «ciudadanos» sin nombre propio, algunos de los personajes favoritos de mucha gente son tratados con una falta de respeto indigna, que se suma a toda una serie de tristes resultados de la contreñida licencia con la que están trabajando. Nada de Daredevil, Punisher u otros héroes que, al final, estarán en otras expansiones futuras que habrá que capitalizar. Aquí solo Spiderpersonas de todo tipo y un montón de villanos tratados de forma vulgar.
Quizá hubiera sido interesante, ya que abarcar toda la historia del personaje arácnido, centrarse en una sola de las grandes tramas del personaje Aquí hay varios problemas, que solo comienzan con el hecho de que Spiderman no tiene demasiados arcos narrativos largos y complejos. Pero sigue con que la mayoría de ellos carecen de personajes y densidad suficiente para albergar una edición. Pienso, por ejemplo, en el arco de Mark Millar y los Dodson trazaron durante los primeros doce números de Marvel Knights, una historia que muchas veces he defendido como una de mis historias preferidas del personaje. Aquí tenemos muchos personajes, pero quizá no sean suficientes para cubrir las casi 100 criaturas que requiere una edición de Magic. He hecho un pequeño esfuerzo por recoger todas las que se me ocurren, teniendo en cuenta que los cameos de otros héroes como los Vengadores o los X-Men no pueden incluirse y me salen unos 40 personajes distintos. Hubiera sido un buen punto de partida, quizá cogiendo algún elemento más como los orígenes del personaje y una buena galería de secundarios clásicos del personaje. Pero eso habría requerido esfuerzo y cariño por la licencia, algo que está claro que no ha estado presente en este diseño.
¿Es posible adaptar una trama abierta, tan amplia y con una mitología tan deslabazada como la de los superhéroes de Marvel a un concepto como Universes Beyond? Yo creo que es, sin duda, un nuevo reto muy superior al que han supuesto anteriores entregas de esta línea. ¿Es imposible? Estoy seguro de que no. ¿Va a vender esta edición un gritón de cartas y Wizards of the Coast va a seguir haciendo exactamente lo mismo con el resto de entregas licenciadas por Marvel? No puedo esperar a mi edición de los X-Men con cartas como «Cucaracha de Krakoa» y «Predicadores antimutantes».
Entre mis propósitos de relectura iniciados esta temporada hay dos de largo recorrido: Flash (desde inicios hasta Flashpoint, voy por mitad de Messner-Loebs) y la Legión de Superhéroes (desde inicio hasta Bendis, por empezar). Esto que digo no viene a cuento de nada, pero como igual afecta al contenido de próximos posteos, os contextualizo y me evito introducciones. Otra de las relecturas más contenidas en las que estoy embarcado es el Batman de Frank Miller, pero en vez de hacerlo por el orden en el que aparecieron las obras, me he querido ceñir a la cronología de la historia. Y por tanto he comenzado por el All-Star Batman & Robin The Boy Wonder.
Aclaración importante: Pretendo releer el Batman de Frank Miller, no a Frank Miller en Batman, que parece lo mismo pero no es igual. Una cosa son los especiales fuera de la continuidad oficial donde Miller ha jugado con el personaje en una única historia, y otra lo que hizo en la serie regular del personaje y por tanto en su continuidad oficial. O dicho de otra forma, que el Año Uno publicado en los números 404 a 407 de Batman no lo incluyo, esto es otra historia diferente. Lo que pensaba leer aquí es este All-Star, después el especial con Romita Jr de La Última Cruzada, pasar al Retorno del Señor de la Noche, santiguarme, ir al DK2 y terminar con La Raza Superior, el que contó con la colaboración de Azzarello y Kubert. No es una saga completa, soy consciente de que me falta el cruce con Spawn entre los All-Star y La Última Cruzada, que por diferentes motivos no adquirí en su día en las ediciones de Planeta (etapa de renegación noventera, duró poco) ni de ECC (¿por cuánto dice usted?) (actualización: carencia corregida; cuando haces wallapop no hay stop).
En recien terminados los All-Star, estos aportan un matiz que resulta que va a ser fundamental para comprender todo lo que vendrá después (aunque se publicase antes). Batman está puto loco.
En sus continuidades oficiales, Batman ha sido muchas cosas. Un sombrío justiciero, un dicharachero compañero de Robin, un taimado detective. Y cuando llegó a los puntos de venta la distopía crepuscular de Miller, y coincidiendo también con el reenfoque que supuso el Año Uno, el personaje se volvió más oscuro, hombre de pocas palabras y muchas cajas de pensamiento, duro, sobrío, efectivo. Más adulto, decían. A la sombra de Dark Knight y Watchmen, la industria se volvió adulta. Y ante esta afirmación, los primeros en echarse las manos a la cabeza (que es como se dice en castellano facepalm) fueron Miller y Moore. El inglés lo ha manifestado muchas veces, que cómo pudieron tomarse aquello en serio, que el Rorschach estaba como una cabra y su único sitio en nuestra sociedad sería un sanatorio, no ser una fuente de merchandasing. Pero en los States siempre ha habido mucho Seymour, que compra, decide y vota, de manera que el mercado tiró por donde tiró. Frank Miller prefiere hablar con sus obras, y lo que dijo fue DK2. Y fueron mucho los que no lo entendieron. También hubo quien dijo entenderlo en su momento, pero habría que ver si la crítica de entonces ha aguantado el paso de los acontecimientos.
Y es que un buen día Miller decidió dejarlo clarito, se cogió a Jim Lee y dejó un mensaje tan claro que hasta Seymour lo entendería. Casi como instruyendo al coreano (un saludo, dicen que su crucero atraca en Málaga unas horas este domingo) cómo se debían haber hecho los tebeos de Image en los Noventa, alejados de dramatismos y poses graves, tan sólo diversión espectacular y un Batman puto loco. Basta de intentar racionalizarlo todo, si el arma más poderosa del universo tiene un bug, la forma más sencilla de enfrentarse a su portador es con una brocha y mano de obra infantil.
Y si en la obra seminal de su Batman el personaje está puto loco, en las posteriores lo seguirá estando. Y esa es la otra forma de ver el Dark Knight y lo que vino despues. Lo que en su día no supimos, o tal vez no quisimos, ver, que el personaje está como una maldita chota. Quizá más mayor, pero igual de tronado. De Batman hablo. Y seguramente así se entienda mil veces mejor el DK2. De la tercera parte no me atrevo a hablar todavía, porque habría que diferenciar si la inciativa para hacerla fue del autor o de la editorial, y si Miller se leyó siquiera lo que hicieron Azzarello y Kubert o si fue por su cuenta cuando hizo sus encartes.
De hecho, el único borrón que encontraba a su saga era precisamente que terminase con una voz diferente a la de Miller. Que varias décadas construyendo un universo propio (en el que ahora entiendo que el Holy Terror también encajará como un guante, me faltará ver si antes o después del cruce con Spawn) terminan de una manera anticlimática, con un autor distinto al que querías que tomase las riendas. Que no tengo nada con Azzarello, que supongo que lo haría con la mejor de sus intenciones e intentando respetar el legado del creador, pero es como si fueras a ver a Sabina y te sacan a Leiva.
Pero quiere el destino que ese borrón se corrija también. De manera que la semana pasada, y en dos semanas en castellano, ha tenido lugar/tendrá la aparición de uno de los comics más importantes del año.
¿La reanudación de los cruces entre Marvel y DC? ¿el choque entre el Murciélago y el Mercenario Bocazas? ¿Cuántas anécdotas podrían compartir sus respectivos creadores? y la pregunta más importante ¿qué pintan en el Batman de Miller Zeb Wells y Greg Capullo?
Mirad mejor, descreidos.
MILLER Y MÁS!
Y es que para resarcirnos de la sequía de cruces, las editoriales han tenido a bien ofrecernos también historias cortas con personajes de ambas editoriales. No os voy a chafar las otras, pero lo importante ahora es que una de ellas es la realizada por Frank Miller en solitario, que enfrenta a SU Batman con el Viejo Logan. Y entre las portadas variantes que oferta Panini, podemos encontrar la referente a tamaño evento. Las demás son anécdotas y combos que ni salen en las páginas, esta es la única entre las alternativas que muestra un cruce que sale, y realizada por su mismo autor. Una portada sincera.
Tiene al Batman puto loco. Tiene a Frank Miller. Es canon. El universo del Batman de Miller es permeable, ya lo demostró Spawn. Y el Viejo Logan desde que salió de su universo ha visitado casi todos los habidos. Tiene todo el sentido. Y el que muchos en su día se entusiasmasen con Lobezno gracias a Frank Miller es un plus.
Son tan sólo tres páginas. Muy poco, dirán algunos. Pero yo recuerdo haberme estremecido con Miller con tan sólo dos páginas en un tomo de homenaje por los atentados del World Trade Center. Si el Batman de Miller fuera un pastel, esta sería la guinda.
Creo que nunca me había encontrado con una portada alternativa tan adecuada. Habrá a quien le interese el tebeo de Batman con Masacre, es normal y entendible. Pero pienso que es de justicia tambien que el DK4 en el mismo cuaderno lleve una portada que no lleve a confusión o que acompañe dignamente a sus compañeras de viaje. Tengo claro junto con qué obras colocaré mi ejemplar.
Digno colofón a una historia que comenzamos a medias, nos la intentamos tomar en serio, y Miller siempre que ha podido nos ha reconducido a su senda. Confió en su día en la inteligencia del lector, pero finalmente se ha dejado de sutilezas.
(PD: Uy, que se me había quedado en el fondo de la caja el de El Chico Dorado, de Miller con Grampá, pero si la memoria no me falla mucho, no descuadra los argumentos, pues Batman no aparecía en la historia, lo de ahora será la forma digna de despedirse, si no de la historia sí del personaje.)
¿De qué sirve explicar una y mil veces las trapacerías de la Comic Con Málaga? Supongo que habrá quien piense que de nada en absoluto. En nuestro caso sirve menos porque pensemos que vayamos a lograr un cambio que porque estemos decididos a ser ‘el diario de lo genial’. Así que vamos apuntando en ese diario lo que va pasando.
Parece una tontería poder decir: ‘Pues CLARO que avisamos’, sobre todo porque el casandrismo no sirve para que la siguiente vez hagan caso. Pero al menos ha quedado registrado. Porque si no el internete moderno se come todo lo producido y no hay manera de encontrar ese artículo en el que un tipo reconoce estar criticando un cómic sin habérselo leído. En fin.
Hay una cosa que está clara en todo esto: La gente es tonta y le gusta tirar su dinero. Pero, eh, es SU dinero. Así que si una cantidad suficiente de publicidad y propaganda -y ninguno somos inmunes a la publicidad o la propaganda- les convence de cualquier cosa en contra de sus propios intereses, ¿quiénes somos nosotros para juzgarles?
Lo importante, supongo, es que en Málaga han logrado sacar pasta. A todo el mundo. No solo a los paganos que están dispuestos a soltar unas cantidades tan ridículas que son más del doble de cualquier otro Salón de la Cosa -marcándoles el camino, por cierto, para que suban sus precios-, también de sacarle ese dinero a sus amigos en el poder. Y cuando se tiene contactos, y está claro que Saenz de Buruaga los tienes -de ahí que tanto la empresa como la presentación sean madrileñas, Málaga es ese sitio al que los madrileños van, no algo para los locales- es más fácil conocer a la persona con dinero de turno que puede dar el OK.
La flor y nata de un cierto tipo de gente, está claro. No le falta un grumo.
Durante mucho tiempo la pregunta de ‘¿Para qué voy a pagar por entrar a una tienda?’ ha perseguido a los salones. Por suerte aquí lo han resuelto con cierta rapidez: Para ver a famosos.
Famosos usados en el concepto televisivo. Ya sabéis, ‘famosos demostrables’ por encima de gente famosa de verdad. O, en muchos casos, gente que ahora mismo es complicado de señalar a qué se están dedicando.
Porque van a por el dinero de los nostálgicos talluditos, así que hay mucho que fue grande en los noventa. En serio, van a llevar a Brian Austin Green. Seguro que el nombre te suena. Y eso es de lo que va el asunto. Puede que no sepas de qué, puede que no recuerdes nada reciente que haya hecho. Pero el nombre te suena.
Entre eso y convertir Málaga en el destino de gente que ya vive en España, como Luke Evans o Dafne Keen (que tenga cuidado el Ministro Puentes, como se estropee el AVE le van a acusar de estar tratando de hundir la Comic Con. Bueno, el AVE… el AVLO o lo que estén dispuesto a pagar.) está clara la estrategia.
Que es una estrategia habitual, por supuesto, pero la gente no está muy acostumbrada a ir a este tipo de eventos. Porque han ido siendo cada vez menos rentables desde ese punto de vista de ‘necesitamos X beneficio para los shareholders’, por eso quedan solo tres tipos de evento: Los de pasión por un grupito que muchas veces acaba convertido casi en una fiesta privada, los de autobombo para una ciudad, consistorio o tienda que… bueno…, y los que van al bisnes y pretenden perpetuarse gracias a él.
Así que da igual que los invitados celebren a nazis conocidos,
o que hayan tirado de talonario para pagar a comiqueros que muchas veces tienden a montar bronca en equis -una manera como otra cualquiera de evitarte críticas, imagínate abrir la boca y que no te pidan un poster, te inviten a una charla, te pongan un texto-,
no digamos ya las broncas por la manera de gestionar… todo. Desde las entradas para menores a la gestión de reservas para los eventos, el caos constante y la falta de información ha sido la marca principal de esta edición.
El caos ha sido tal que ha hecho que no se supiera qué invitados iban qué día antes de comprar las entradas. Así que quizá tú fueras solo para ver a alguien uno de los días… y te encuentras con que ese día no está porque ya sabemos de algún invitado que va a ir solo el jueves o solo el domingo. Y es que la falta de información ha facilitado no solo que no se lo pensara la gente sino que asumieran que los invitados iban todos los días, algo que ya sabemos que es falso pero que ha servido para que surjan rumores como que Jim Lee solo acudirá el domingo porque es que está en un crucero que hace escala en Málaga ese día. Nosotros siempre a favor de las explicaciones más delirantes.
Y, con eso y todo, habrá gente que vaya porque, bueno, supongo que la gente quiere poder decir que ‘estuvo allí’.
Igual que muchos de los que se quejan ahora volverán el año siguiente, porque quejarse y no actuar en consecuencia es tan natural como ser susceptible a la publicidad y la propaganda. Creo que todos sabemos que lo único que ha impedido que siga habiendo gente quejándose de los croufundings de ECC y diciendo que es el último que les compra, para volver al siguiente, ha sido el cierre de la editorial.
Mientras tanto el dondevavicentismo, el oropel o el anunciado en televisión seguirá haciendo lo suyo. Y siendo así es normal que haya un tipo de gente que vaya a esos eventos, como es normal que compren cosas, o voten cosas.
Y espérate que el Chat Control -ese al que parece que casi ningún político español tiene intención de parar, oponerse, o hablar de ello- salga adelante y puedan marcar ADLO! como ‘pornografía’ y eliminar el acceso.
Así que… ¡PasADLO bien!
[EDITADO: Como las cosas están más allá de cualquier sarcasmo esta tarde nos han pasado los enlaces con los precios de hacerse foto con los invitados (75 € + IVA), el cachondeo de las firmas (las hay de 55 € + IVA, otros no lo dicen, otros dicen que gratis, alguno como Lucciano Vechio dice que gratuitas salvo las firmas para CGC – que es esta gente de aquí a la que quizá deberíamos dedicarle un posteo también– , o los expositores de este año que incluyen a LLADRÓ, y, claro, así queda claro que digamos lo que digamos nunca alcanzaremos el sarcasmo que supone la propia organización de este salón.
Espérate, que hay Gratuitos y Gratuitos* – Consultar Condiciones…
¡QUE ESTÁ DIBBUKS! ¡¡¡MALPASO SIN PAGAR Y SE VAN A LA COMIC-CON!!! ¡¿PERO QUÉ CLASE DE REUNIÓN ES ESTA?!
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