Desde aquí repartimos ideas y conceptos para la manipulación creativa y el abuso cultural. Somos el diario de lo genial, y el pensamiento de lo imposible
Desde tiempos de los hermanos Kubert, me suele dar la sensación de que cuando un autor lleva mucho tiempo trabajando para Marvel, si luego ficha por DC en exclusiva suele tomarse ese tiempo como sabático. Sin hacer nada demasiado destacable, fluyendo con el piloto automático y poquita faena.
No es este el caso, por supuesto, de Bendis.
Más que nada porque me estaba refiriendo a dibujantes, pero lo cierto es que el bueno de Brian ha sabido adaptar su modo de trabajo a las peculiaridades de la casa editora. Sabedor de que ahí nada dura mucho y que lo que da de comer hoy en día son los derechos en adaptaciones a otros medios, bien se ha ido preocupando de crear un universo propio de acontecimientos y personajes que ha ido arrastrando por cada una de las series que le han ido cayendo. Leviatán y Naomi, por ejemplo, han asomado por sus Supermanes, Liga de la Justicia, Legión, Young Justice…por pura insistencia debieron darle la serie de televisión a la chica. Objetivo cumplido.
En DC, Bendis ha usado y abusado también de los recursos que le han hecho conocido por el fandom, como su narrativa descomprimida y diálogos encadenados. Diálogos que además a adaptado a los gustos de la casa, este de aquí por efecto bien lo podrían haber firmado L-Ron y Manga Khan.
La narrativa descomprimida hace que muchas veces las 20 páginas de historieta de cada mes se queden largas para lo que el de Cleveland pretende contar, y es por eso que muchas veces su método de trabajo recurre a emplear páginas dobles como si fuera una sola. Contar en dos lo que en realidad sólo te haría falta una, así ganas terreno. El equivalente en dibujo a usar una letra grande para que el trabajo de clase te ocupe más páginas.
Para poder hacer esto bien, lo necesario sobre todo es contar con un dibujante aparente. Es decir, si a un Ivan Reis le dices «enorme batalla estelar con Superman de fondo, doble página«, el resultado molará. Y acabo de resumir todo el trabajo suyo en la serie de Superman. Con Maguire intentó lo mismo y era raro.
Lo que pasa es que para las cabezas pensantes de DC, la expresión máxima de robarle el talento a Marvel fue juntar en Action Comics a Brian Bendis con John Romita Jr.
Dibujante nacido en 1956, que no os engañe el Junior, en términos laborales patrios estaríamos hablando de un jubilado.
Se le mete de entintador habitual a Klaus Janson (1952) y el resultado es un canto al pragmatismo y la efectividad. 20 páginas y lo que haga falta al mes. El resultado ya tal.
Pues ya he contado un parde veces que aunque se le defina como un buen narrador (cuando dicen esto de ti, señal ya de que no es un dibujo molón, pues si no es lo que dirían), a veces sus viñetas se empantanan sin saber qué quiere contar exactamente. Si le pasa con un editor competente, tocaría repetir hasta que el resultado fuera aceptable. Pero está en DC.
No se trata de comparar con su propio trabajo anterior en Marvel para evidenciar el descuido habitual en trazo y composición (cada cual tendrá sus recuerdo favoritos), es que comparar con lo suyo posterior en Spider-Man también serviría. De sabático, lo dicho.
El método Bendis de diálogos y descompresión hace que por una parte nunca sepas con que composición de página te encontrarás al volver la hoja, pero lo que es seguro que terminará pasando es recurrir a cabezas parlantes. Y después de eso a viñetas fotocopiadas parlantes. El mismo dibujo que te sirva varias veces en varios sitios. Total, lo único que se mueven son los bocadillos de diálogo.
Y juntas por tanto a Bendis y a Romita en DC y obtienes el culmen absoluto del mínimo esfuerzo, como el que pudimos disfrutar en el número 1024 de Action Comics.
Porque no se trata solamente de hacer una página doble basada algo de diálogo.
Es que parte de esa página doble te sirva copiándola para hacer una splash completa con la que iniciar el episodio.
Sabático. Cargar pilas hasta que le vuelvan a llamar para Spider-Man. Aviv.
A veces la pregunta es: ¿Es te dónde ha salido? En otras ocasiones es: ¿Para cuándo hablamos de este? Y en algunos casos: ¿Cuándo tendremos más material?
Lo que nos lleva al fin de semana pasado tanto como a este. El fin de semana pasado se estrenó Shazam 2: Fury of the Gods. Este fin de semana ha sido… su segundo fin de semana. Así que parece un buen momento para hablar de Peter Safran.
Peter Safran es casi un estereotipo: Nacido en Londres, educado en Princeton, luego a la NYU, trabajo corporativo y luego como asistente en la agencia UTA. A partir de ahí un puesto en Gold-Miller Co., que en teoría también es una agencia de representación, pero donde pudo dedicarse a sus tareas de producción empezando por…
Es complicado explicarlo, pero digamos que era una película de ¿ciencia ficción? ¿humor? ¿familiar? sobre la primera misión tripulada a Marte. Incluye a un cómico canadiense que acababa de tener una serie en televisión -junto a Jason Bateman– y también, bueno, un chimpancé. Disney funciona como funciona.
Tras trabajar con el director de Tortugas Ninja III en esta película su siguiente hito fue trabajar con una directora Penelope Spheeris, de nuevo con guiones de Craig Mazin y Greg Erb, aunque ahora ya sin Oren Aviv. (Que estaría ocupado montando National Treasure, o algo) De nuevo con una historia a mayor gloria de unos cuantos cómicos:
De nuevo fantástico, de nuevo humor, de nuevo cómicos de la tele.
Y ahí se fue a Brillstein-Grey Communications, de nuevo a gestionar actores, y de nuevo permitiéndole conseguir créditos de productor con los que demostrar sus capacidades. Habiendo trabajado antes con un Wayans, y especializado en esta mezcla de fantástico y humor, es normal que tomara la decisión de iniciar una franquicia lucrativa dentro de, esta vez, el terror. Quizá os suene.
Y establecido ya como el hombre del humor y el fantástico en el año 2000 era casi inevitable que acabara haciendo algo de superhéroes.
The Specials fue… una cosa. ¿Qué os puedo decir? Nunca fue fructífera la relación de los superhéroes y el cine. Ya había salido Mystery Men y aquí alguien pensó que Rob Lowe era lo que hacía falta, aunque no estaba solo. Estaba también Thomas Haden Church, que demostraba aquí su buen ojo en las pelis de superhéroes, y… bueno, más gente. Sobre todo el guionista, que aparecía un momento en un papelito, pero con el que Safran hizo buenas migas. James Gunn se llamaba.
Así que, a la vez que iba realizando más de estas películas que lo mismo tenía a cómicos afroamericanos (My Baby’s Daddy) que a Toni Collette y David Duchovny (Connie y Carla) o hacía un spin-off de un personaje de Martin Short como decidía largarse de Brillstein-Grey -en donde había sido nombrado presidente de Management en 2003- para montar en 2006 The Safran Company. Que seguía siendo una empresa de representación -para la que se llevó a todos sus clientes de la agencia anterior-, y con la que rápidamente volvía a las andadas comiqueras y producía…
Casi 300, en efecto. Qué puedo decir, está claro que Peter Safran tenía marcado su destino a fuego. Como demostró en siguientes películas…
Y si creíais que esto no podía ser más raro, esperad a ver la siguiente, que además era un corto:
Sí, Xbox Live. Pero lo importante es el director de la película: James Wan. Con el que también se amistó Safran. Y era fiel a sus amistades. En 2008 actuó como productor para tres de las ideas de Gunn: Humanzee!, PG Porn y…
Sparky and Mikaela: Una historia de superhéroes y mapaches con gráficos de XBOX 360. Yo qué sé, James Gunn y sus kinks.
El caso es que para 2010, además de su trabajo habitual…
comenzó a colaborar con Warner gracias a… bueno, era inevitable que antes o después apareciera un español en esta historia.
Así que, repasando, tenemos ya a la Warner, a Wan y a Gunn. ¿Qué más podría haber entre medias?
Ah, bueno, sí, además de eso es cierto que empezó una serie de películas en Warner junto a Wan.
Lo que facilitó la carambola de que DC quisiera a un director en condiciones para su universo superheróico, que Safran pasara por allá con Wan del brazo, así que para 2018…
que ya que te pones a ello aprovechas y montas alguna película más y al año siguiente…
Películas ambas que, además, ofrecían una situación inesperada en DC/ Warner: Ganaban dinero. Lo que sirvió para que Warner le ofreciera un acuerdo de primera opción con ellos.
Y encima aprovechó un asunto en twitter para hacerse con los servicios de su amigo James Gunn para la siguiente de Escuadrón Suicida.
A partir de ahí podemos hablar de muchas cosas pero, sobre todo, de una historia clásica del funcionamiento de la Warner.
Bueno, y también una Pandemia.
Así que cuando se estrenó El Escuadrón Suicida,
-énfasis en EL-
pues es cierto que mucho dinero no hizo, más bien lo perdió, pero es que había una Pandemia y claro, seguro que podría haber perdido más, y la serie le gustó a la gente, y este chico, Gunn, venía de Marvel. Allí saben hacer las cosas. No es como si DC les fuera a robar autores para sus proyectos ni nada.
De ahí que acabaran dándole, a Safran y a Gunn, los mandos de DC/ Warner. Eh, ¿qué podría salir mal? Además, el propio Safran iba a producir la segunda película de Shazam…
por unos 125 M$ de nada. Seguro que todo se encarrilaba.
Y, efectivamente. Las producciones de Safran pasaron a estar alineadas con el resto de DC. El primer fin de semana hizo poco más de 30 M$, la segunda tuvo una caída del 69% y ahora mismo está por ver si logran llegar a recuperar 100 M$.
La rutina de costumbre.
Por supuesto esto ha supuesto que la gente -los actores, fundamentalmente; Zachary Levi, especialmente- empezaran a salir a explicar que la culpa no era suya. La culpa era de:
La Roca. Que resulta que les obligó a cambiar escenas postcréditos y, como todos sabemos, eso es lo que mete a gente en las salas. Habrá quien piense que es un intento de cambiar el tema de conversación, pero es que la gente es muy mala.
Esto no lo tenemos muy claro. Pero parece que Zachary Levi estuvo haciendo un directo de instagram o algo así, quejándose de cosas y pidiendo que la gente manipule la punt… quiero decir… dé su opinión sincera sobre lo que le ha parecido la película en RottenTomatoes y similares, y quejándose de… yo qué sé.
Y es raro, porque Levi parecía que estaba muy centrado no hace tanto. En sus redes sociales desde luego que parecía tener muy claro lo que quería decir.
A partir de aquí solo podemos imaginar que SkyShowtime hará una serie sobre su vida y TVE le contratará de jurado en un concurso de talentos.
Todo esto en una semana, por cierto. Acabamos de llegar al segundo fin de semana (el 69, ya sabéis) y eso significa que aún podemos ver muchas más cosas como que culpen al Boogie, al ChaChaCha, o a Yoko Ono. Menos ellos, claro. Ellos no, ellos bien.
Pero no os preocupéis, que seguro que Peter Safran va a estar bien. Al fin y al cabo él se encarga de representar a actores, guionistas, directores y eso… al talento. Así que, ¿qué problema puede haber?
Con deciros que en 2022 incluso estrenó una película fuera de Warner.
Eh, ¿cuándo ha dado problemas a un ejecutivo sacar una película en Amazon?
Y antes de que os pongáis con lo de la Fatiga de los Superhéroes, os pongo las escenas post-créditos con los mejores trailers de películas de Safran:
El miércoles 15 de marzo se publicó el segundo número de «Bishop: War College», una miniserie de cinco episodios firmada por J. Holtham y Sean Damien Hill. En él podemos encontrar una nueva versión de la Patrulla-X
Vamos, una más entre las cientos de versiones alternativas del grupo, destinada al olvido o, como mucho, a una nueva línea de Funkos y después al olvido, en ese orden
Pero cabe la posibilidad de que alguien dentro de Disney la haya identificado como un globo sonda del sector woke de la compañía, un campo de pruebas para medir las reacciones del público y trasladar esa alineación al reparto que nos encontremos en las pantallas del UCM cuando toque recastear a los Hombres-X. Y también puede que ese alguien dentro de Disney no haya querido arriesgarse a que se dé ni un paso más en esa dirección y haya mandado un mensaje a los partidarios de la diversidad. Y el viernes 17 de marzo…
Vivimos en la era dorada de los muñequiFIGURAS DE ACCIÓN. Nunca como ahora se ha visto una oferta tan vasta en cantidad y calidad.
Lejos han quedado los remotos tiempos en que un niño tenía que jugar con un piloto de Bespin de Kenner haciendo de Cíclope de los X-Men porque desde los Mego nadie había vuelto a hacer juguetes de superheroes. Hoy en dia existe un amplio abanico de C´íclopes de todas las épocas y continuidades imaginables…
…con un igualmente amplio abanico de públicos objetivos, del jovial e inocente chavalín que juega con muñequitos al maduro y responsable padre de familia que juega con muCOLECCIONA FIGURAS DE ACCIÓN.
Cómo no iba a ser una era dorada si se origina tanto en el auge noventero de Toy Biz en el primer mercado y de McFarlane Toys en el segundo siendo en ambos éxitos directamente rastreable la influencia…
…de YA-SABEIS-QUIÉN!.
(¿podeis creeros que todavía no tiene su propia mini de Heroclix?)
Tan descomunal es la oferta que incluye diseños alternativos específicos del muñequiFIGURA DE ACCIÓN concreto, como la nueva serie de Vengadores que saca el mencionado McFarlane. Que qué quereis que os diga, yo no tengo ningún problema con los diseños alternativos. ¡Si algunos de mis mejores amigos son diseños alternativos! Pero estos tienen sus pros y sus contras.
El Ojo de Halcon chuleta con tatuajes, gafas de sol y gorra del revés molaría si ´no fuera porque por algún extraño motivo le han cambiado el color morado. Si ha sido un problema de la mezcla de pinturas en la factoria eso explicaría que la RHULKA! con espadón de Mismamente Miedo tenga ese tono de piel como diluido con agua. El Hulk peludo puede ser un comentario irónico sobre la depilación o un guiño a Ralph König. Llamadme purista pero lo de encasquetarle una capa con capucha a lo Assassins Creed a la Viuda Negra me parece una pifia por plegarse a una moda pasajera. Y que al Capitán América le hayan cambiado tanto el traje que no tenga ni escudo no lo remedia ni esa águila obvia referencia al Capi de ROB!
En los últimos meses he visto a bastantes personas quejarse de que el debate sobre el estatus de Spiderman dentro de los cómics Marvel siempre retrotrae hasta el Mefistazo y One More Day. Incluso yo mismo he caído en ello. Sin embargo, cuantas más vueltas le doy, más lógico me parece. A pesar de que se trata de un cambio en el personaje que ya tiene 15 años, la realidad es que desde entonces no ha habido mucho más que decir. Lo que Spiderman ha estado haciendo en los cómics desde entonces ha causado tan poco revuelo y dejado tan escasa impronta, que es inevitable regresar una y otra vez a hablar de las cosas que hicieron algo por el personaje, bueno o malo.
Y es que la realidad es sencilla: Spiderman ha sido un personaje con una marcada evolución y cada vez que parecía estancarse, alguien venía para ponerlo todo patas arriba. Algunos de los momentos fundamentales era más discretos (como la graduación de Peter Parker en el instituto y su llegada a la universidad) y otros más llamativos (por ejemplo, la muerte de Gwen Stacy). Unos años después, ya fuera de las dinámicas estudiantiles, Peter evolucionó a nuevas historias, se desligó de MJ, la otra novia de juventud, para entrar en la vida adulta y el sexo fuera de plano con la Gata Negra en 1979. A partir de entonces comienza un Peter más adulto con nuevas preocupaciones: un traje alienígena del espacio, una novia criminal, las guerras de mafias de Nueva York o, al final de todo aquello, el matrimonio con Mary Jane en 1987.
A partir de aquí comenzaría un nuevo capítulo en la vida de Peter. Un capítulo extremo que incluyó la muerte de su Tía May, la dramática conclusión de su rivalidad con su amigo Harry Osborn, el nacimiento de nuevas némesis como Veneno y Matanza o la llegada de la paternidad. Llegados a este punto en Marvel decidieron pensar que Peter no podría cambiar mucho más. Y que Spidey no podía simplemente asentarse y convertirse en un adulto rutinario más. Por lo que decidieron optar por el reemplazo. Craso error. Lo que los lectores queríamos era acompañar a Peter en esa nueva vida, con su hija en camino, con sus viejos amigos y enemigos. Seguir creciendo con él. Y hubo que matar a Ben Reilly. Una traición en toda regla, porque nada hubiera animado más la colección que tener al viejo hermano, a Ben, junto a Peter. Pasar de Spiderman a Spidermen. Pero las traiciones no acabaron ahí, también la hija prometida desapareció.
Llegaban entonces los años 2000 y con ellos vendrían nuevos cambios en la vida de Peter. Tras una breve pero intensa separación, MJ y Peter volverían a vivir juntos, y la vida del alter ego de Spiderman se centraría. Cambiaría su precario trabajo de periodista por una carrera docente en el instituto que le vió crecer. Cambió su círculo social y también su entorno. Spiderman se iba a implicar en estos años en ambientes ajenos para él hasta ahora: los supergrupos como los Vengadores o la magia. También sus villanos cambiaron, con el temible Norman Osborn a la cabeza que ya no aspiraba a matar novias o a financiar clones sino a destruir superhéroes desde oficinas gubernamentales o matar inocentes de forma secreta.
Y entonces llegó el Mefistazo. Un reinicio en la vida de Peter que lo devolvió varios pasos atrás en esta historia, a algún momento silencioso entre los 70 y los 80. Una realidad paralela, un clasicismo que no existía. No solo volvió Peter, también volvió su viejo círculo de relaciones, con Harry revivido para más inri. MJ volvió a irse pero no para ser sustituida, como a comienzos de los 80, por una nueva relación que trajera nuevos escenarios sino para protagonizar un tira y afloja donde otras parejas entraban y salían como en una picadora de carne. La némesis principal de Peter volvía a ser, demasiado a menudo, un Norman Osborn que tras los sucesos de Reinado Oscuro volvía a sus fechorías de siempre, ahora pasadas de moda y mundanas. Dan Slott propuso muchas posibilidades pero fue descartando casi todas y no es de extrañar que la más desarrollada, Superior Spiderman, sea la más recordada y mejor considerada de ellas. Incluso estuvo a punto de dejar a Peter con un nuevo futuro como director de Industrias Parker, pero también ese cambio de paradigma se truncó sin llegar a nada.
Después llego Nick Spencer, pero él tenía otros planes que no incluían revitalizar el personaje con un gran cambio. De nuevo, el eje eran Norman, Harry, Peter y MJ. Las otras posibilidades, como un equipo de Spidersonas (mayoritariamente femenino) dirigido por una Madame Web se quedaron en el aire hasta que el autor, quemado por completo, dejó la colección. Llegó entonces Spiderman Beyond, y de nuevo Ben Reilly venía a tomar el manto de Peter. Pero Marvel quería dejarnos bien claro que aquello no era como eso de los noventa. Esto era temporal. No era para siempre. Tanto es así que toda la etapa estuvo más hablando de su temporalidad que de otra cosa.
Y sin embargo, quizá esta vez era el momento de sustituir a Peter. Frente al Peter de los 90 que tenía todo un mundo de posibilidades y nuevas situaciones de frente, tenemos ahora un Peter Parker atascado en las mismas dinámicas desde hace más de una década. Donde antes teníamos una rica y prometedora galería de secundarios ahora nos encontramos ante la nada absoluta, agotados la mayoría de los comparsas más relevantes de los últimos años y sin previsión de aportar ninguno nuevo de calidad. Quizá el cambio en Norman Osborn que había ofrecido Spencer podría haber sido la base para algo más, pero en el fondo no era suficiente y se parecía demasiado a lo ya apuntado en otros momentos con Iron Man o la propia Industrias Parker.
Pero la Marvel de ahora es mucho más cobarde que la Marvel de 1995. No se atrevieron a dejar a Ben como hermano, no se atrevieron a recoger el testigo de otros personajes arácnidos, no fueron capaces de aprovechar a un personaje con una pequeña pero suculenta galería de secundarios y nuevas relaciones por delante. Volvieron a hacer como Slott. Volvieron atrás. Retrocedieron a lo de siempre.
Revitalizar un personaje no es fácil. Con un supergrupo puedes mover unos cuantos componentes y crear dinámicas nuevas. Con un personaje como Spidey eso es más complicado. Demasiados elementos asentados durante demasiado tiempo y en demasiadas adaptaciones como para competir, parecen pensar los guionistas y los jefazos de Marvel. Un pensamiento conservador y cobarde que nunca logra dejar su impronta en la Historia. La Gloria solo está al alcance de los audaces y hoy más que nunca Marvel necesita la audacia, mejor o peor orientada, que ha sido bandera del personaje durante toda su historia. No necesitamos un buen guionista, necesitamos un guionista valiente con libertad para darle a Spiderman una nueva oportunidad.
Mientras tanto seguiremos teniendo lo mismo de siempre y poco a poco añoraremos más aquellos tiempos, locos y salvajes, en los que no solo lo parecía sino que estaban pasando cosas.
Si alguna persona pasase varias décadas en coma y despertase en los tiempos actuales, montaría una sesión de censura podría visionar los listados de nuestras novedades del mes y quedarse tranquilo, pues no debe haber pasado tanto tiempo, tal es la cantidad y entidad de los clásicos que se publican en nuestra piel de toro. Comprobaría que estaba saliendo hasta cosas inesperadas como el Power Pack de las Simonson y Bringman, Peter Porker, los Nuevos Titanes de Wolfman y Pérez, la conclusión de los Guardianes de la Galaxia de Gallagher y West... luego ya tras la rehabilitación y poder ir a las librerías vería que las grapas de entonces se han dopado bastante.
Pero también notaría otros cambios. Ahí sigue por ejemplo Miguel G. Saavedra, pero…¡pero está escribiendo sobre cosas de Marvel! pues sí, años lleva así a sus espaldas y con mayor producción escrita que todo lo que redactó para Zinco, pero se le sigue recordando sobre todo por aquello. Es como cuando se llama la Patrulla Nueva a la de 1975, o se dice que Alaskaahora se llama Fangoria, o que El Último de la Fila se han separado hace poco.
Y es que lo de Zinco en 1987 fue un puntazo. Un día publican al trantrán series sueltas de DC sin apenas conexión entre ellas junto con tebeos italianos de culos, y de repente al siguiente se descuelgan con el Superman de Byrne, las Crisis en Tierras Infinitas con artículos explicativos de aquel universo de DC, Watchmen, tomos de calidad para sacar seriado del Dark Knight… La historia tras todo aquello bien merecería un libro. Cómo aquel par de colaboradores convencieron a los editores para que pusieran recursos y ganas, para que arriesgasen con nuevos formatos más caros para un público acomodado a encontrarse cada mes las mismas series con los mismos precios y los mismos formatos. Y abrir con ello nuevos frentes y marcar el camino a seguir a los demás.
Estas cosas se consiguen no solamente en los despachos. Ahí tuvo que haber mano izquierda, tuvo que haber compadreo, tuvo que haber alguna que otra cena que terminó tarde, para convencerles de que se arriesgaran. Y cuando tuvieron el visto bueno, casi seguro que comenzaron a editarlo todo a toda prisa para tener el máximo adelantado cuando se diera el probable caso de que a la mañana siguiente los mandamases recapacitaran y quisieran echarse un poco atrás «Pero como vamos a pararlo si ya está todo traducido, maquetado y hecho, hombre…«.
Y no tengo duda ninguna de que el checklist de novedades de su tercer mes que publicaron en el 13 de Green Lantern (en el que dieron un salto de seis números para pasar de un Hal Jordan exiliado por el espacio al anclado en la tierra con Wein, Gibbons y el Predador) debió hacerse tras ese visto bueno en una cena que terminó tarde. En esa misma noche, seguramente.
Hoy tocaba una entrada llamada Lo que estorba del cómic en la que iba a exponer el hecho incontestable de que a los divulgadores, editores, medios y en general la mayor parte del mundo del cómic le estorban los autores.
En parte tenía intención de señalar el triunfalismo que ha habido con el Día del Cómic* -influida probablemente porque por fin han trincado pasta ministerial en forma de subvenciones, carguitos o charlitas- desde los titulares a las formas de contarlo y explicarlo, sacando en titulares datos como Jamás se habían publicado tantos cómics en España y obviando cosas como
«más del 86% de lo que circula por nuestro mercado es traducción de obra producida fuera de España»
«La edición propia, la española, ha descendido pese al incremento total de lanzamientos, y más la de primera edición, que ya no llega al 10% del total.»
Lo que pone al cómic de autoría español en el contexto de esta explosión de júbilo y cátedras. Ni siquiera es un asunto de que los autores tengan que sindicarse -que deberían de sindicarse- porque es que a las editoriales les viene mejor no publicar autores españoles. Como mucho, traducirlos.
Esas eran mis intenciones cuando se me ocurrió acercarme a uno de los saraos que se montaron para la ocasión, un asunto vergonzoso como de costumbre que incluía una exposición de cómic que hubiera dado vergüenza en Expofriki, cuatro mesas con autores pero no con público, y un cartel.
Este cartel:
Que es una cosa vergonzosa, pero que también ha servido para demostrar aquello de que ‘si está en Internet es grátis’. Perdón, ‘si está en Mastodón es gratis‘. Así que no voy ni a examinar lo que sale en los QRs o sus problemas asociados, que es lo que habría que hacer pero que claramente sería preocuparme en exceso pudiendo no hacerlo, porque parece que como ya he hecho mi buena acción de la semana en realidad no hace falta que escriba más.
*y el Tebeo, pero que no se note que hay una palabra en español, por favor. ¿Qué somos? ¿El servicio?