Sin Victoria al final

El miércoles 15 de marzo se publicó el segundo número de «Bishop: War College», una miniserie de cinco episodios firmada por J. Holtham y Sean Damien Hill. En él podemos encontrar una nueva versión de la Patrulla-X

Vamos, una más entre las cientos de versiones alternativas del grupo, destinada al olvido o, como mucho, a una nueva línea de Funkos y después al olvido, en ese orden

Pero cabe la posibilidad de que alguien dentro de Disney la haya identificado como un globo sonda del sector woke de la compañía, un campo de pruebas para medir las reacciones del público y trasladar esa alineación al reparto que nos encontremos en las pantallas del UCM cuando toque recastear a los Hombres-X. Y también puede que ese alguien dentro de Disney no haya querido arriesgarse a que se dé ni un paso más en esa dirección y haya mandado un mensaje a los partidarios de la diversidad. Y el viernes 17 de marzo…

Como he dicho, cabe la posibilidad

Publicado por

EmeA

En 1972 fui acusado de un delito que no había cometido y desde entonces sobrevivo como soldado de fortuna

7 comentarios en «Sin Victoria al final»

  1. He metido en Google el nombre de los autores para ponerles cara. Por menos que eso hay mociones de censura.

    También he visto la wikipedia de la Aston Martin esa que han echado, viendo que tras una trayectoria intachable, la última que produjo se desviaba del lado correcto.

  2. Déjense de angilicismos. Digan «despertao» o algo, anden. Que si no la gente pensará que nos subimos a cualquier carro con tal de parecer modernos y tal…

    Y una película de los X-Mah Niggas haría trillones en oro y diamantes, se lo digo yo.

  3. Sí, sí, pero los que andan cantando Victoria! de verdad son los subcontratados al peso a cargo de los FX, que quizás ahora puedan salir del multiverso de la locura que tenía montado la jefaza y hasta trabajar mejor sin la tenaza del miedo,

  4. Si el Profesor X se comporta como Bill Cosby tendría su aquel. Pero estas gaseosas superheroicas pierden su gracia nada más destaparlas. No obstante, imagino como enemigos a un Magneto vietnamita, que se acompañase de una Hermandad de mutantes norcoreanos, y un grupo de potentados mexicanos detrás del Club Fuego infernal (con los caretos de José Orozco, Carlos Fuentes y Frida Kahlo). A Apocalipsis nos lo llevamos a Tartesso, y a Siniestro lo convertimos en el despechado amante de Ramón y Canal. Ya a Lobezno lo liberamos de sus manías orientalistas, y ese agujero en ninguna parte en que consiste el Canadá, echándolo a correr desnudo por esos caminos del nihilismo místico anarquista que son las tierras rusas. Reubicando a Colisão como el portentoso Mozi extremeño hijos de represaliados republicanos que además habla en gallego y dice caralho en vez de bozhe moi.

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