



Entre mis propósitos de relectura iniciados esta temporada hay dos de largo recorrido: Flash (desde inicios hasta Flashpoint, voy por mitad de Messner-Loebs) y la Legión de Superhéroes (desde inicio hasta Bendis, por empezar). Esto que digo no viene a cuento de nada, pero como igual afecta al contenido de próximos posteos, os contextualizo y me evito introducciones. Otra de las relecturas más contenidas en las que estoy embarcado es el Batman de Frank Miller, pero en vez de hacerlo por el orden en el que aparecieron las obras, me he querido ceñir a la cronología de la historia. Y por tanto he comenzado por el All-Star Batman & Robin The Boy Wonder.
Aclaración importante: Pretendo releer el Batman de Frank Miller, no a Frank Miller en Batman, que parece lo mismo pero no es igual. Una cosa son los especiales fuera de la continuidad oficial donde Miller ha jugado con el personaje en una única historia, y otra lo que hizo en la serie regular del personaje y por tanto en su continuidad oficial. O dicho de otra forma, que el Año Uno publicado en los números 404 a 407 de Batman no lo incluyo, esto es otra historia diferente. Lo que pensaba leer aquí es este All-Star, después el especial con Romita Jr de La Última Cruzada, pasar al Retorno del Señor de la Noche, santiguarme, ir al DK2 y terminar con La Raza Superior, el que contó con la colaboración de Azzarello y Kubert. No es una saga completa, soy consciente de que me falta el cruce con Spawn entre los All-Star y La Última Cruzada, que por diferentes motivos no adquirí en su día en las ediciones de Planeta (etapa de renegación noventera, duró poco) ni de ECC (¿por cuánto dice usted?) (actualización: carencia corregida; cuando haces wallapop no hay stop).
En recien terminados los All-Star, estos aportan un matiz que resulta que va a ser fundamental para comprender todo lo que vendrá después (aunque se publicase antes). Batman está puto loco.
En sus continuidades oficiales, Batman ha sido muchas cosas. Un sombrío justiciero, un dicharachero compañero de Robin, un taimado detective. Y cuando llegó a los puntos de venta la distopía crepuscular de Miller, y coincidiendo también con el reenfoque que supuso el Año Uno, el personaje se volvió más oscuro, hombre de pocas palabras y muchas cajas de pensamiento, duro, sobrío, efectivo. Más adulto, decían. A la sombra de Dark Knight y Watchmen, la industria se volvió adulta. Y ante esta afirmación, los primeros en echarse las manos a la cabeza (que es como se dice en castellano facepalm) fueron Miller y Moore. El inglés lo ha manifestado muchas veces, que cómo pudieron tomarse aquello en serio, que el Rorschach estaba como una cabra y su único sitio en nuestra sociedad sería un sanatorio, no ser una fuente de merchandasing. Pero en los States siempre ha habido mucho Seymour, que compra, decide y vota, de manera que el mercado tiró por donde tiró. Frank Miller prefiere hablar con sus obras, y lo que dijo fue DK2. Y fueron mucho los que no lo entendieron. También hubo quien dijo entenderlo en su momento, pero habría que ver si la crítica de entonces ha aguantado el paso de los acontecimientos.
Y es que un buen día Miller decidió dejarlo clarito, se cogió a Jim Lee y dejó un mensaje tan claro que hasta Seymour lo entendería. Casi como instruyendo al coreano (un saludo, dicen que su crucero atraca en Málaga unas horas este domingo) cómo se debían haber hecho los tebeos de Image en los Noventa, alejados de dramatismos y poses graves, tan sólo diversión espectacular y un Batman puto loco. Basta de intentar racionalizarlo todo, si el arma más poderosa del universo tiene un bug, la forma más sencilla de enfrentarse a su portador es con una brocha y mano de obra infantil.
Y si en la obra seminal de su Batman el personaje está puto loco, en las posteriores lo seguirá estando. Y esa es la otra forma de ver el Dark Knight y lo que vino despues. Lo que en su día no supimos, o tal vez no quisimos, ver, que el personaje está como una maldita chota. Quizá más mayor, pero igual de tronado. De Batman hablo. Y seguramente así se entienda mil veces mejor el DK2. De la tercera parte no me atrevo a hablar todavía, porque habría que diferenciar si la inciativa para hacerla fue del autor o de la editorial, y si Miller se leyó siquiera lo que hicieron Azzarello y Kubert o si fue por su cuenta cuando hizo sus encartes.
De hecho, el único borrón que encontraba a su saga era precisamente que terminase con una voz diferente a la de Miller. Que varias décadas construyendo un universo propio (en el que ahora entiendo que el Holy Terror también encajará como un guante, me faltará ver si antes o después del cruce con Spawn) terminan de una manera anticlimática, con un autor distinto al que querías que tomase las riendas. Que no tengo nada con Azzarello, que supongo que lo haría con la mejor de sus intenciones e intentando respetar el legado del creador, pero es como si fueras a ver a Sabina y te sacan a Leiva.
Pero quiere el destino que ese borrón se corrija también. De manera que la semana pasada, y en dos semanas en castellano, ha tenido lugar/tendrá la aparición de uno de los comics más importantes del año.
¿La reanudación de los cruces entre Marvel y DC? ¿el choque entre el Murciélago y el Mercenario Bocazas? ¿Cuántas anécdotas podrían compartir sus respectivos creadores? y la pregunta más importante ¿qué pintan en el Batman de Miller Zeb Wells y Greg Capullo?
Mirad mejor, descreidos.
MILLER Y MÁS!
Y es que para resarcirnos de la sequía de cruces, las editoriales han tenido a bien ofrecernos también historias cortas con personajes de ambas editoriales. No os voy a chafar las otras, pero lo importante ahora es que una de ellas es la realizada por Frank Miller en solitario, que enfrenta a SU Batman con el Viejo Logan. Y entre las portadas variantes que oferta Panini, podemos encontrar la referente a tamaño evento. Las demás son anécdotas y combos que ni salen en las páginas, esta es la única entre las alternativas que muestra un cruce que sale, y realizada por su mismo autor. Una portada sincera.
Tiene al Batman puto loco. Tiene a Frank Miller. Es canon. El universo del Batman de Miller es permeable, ya lo demostró Spawn. Y el Viejo Logan desde que salió de su universo ha visitado casi todos los habidos. Tiene todo el sentido. Y el que muchos en su día se entusiasmasen con Lobezno gracias a Frank Miller es un plus.
Son tan sólo tres páginas. Muy poco, dirán algunos. Pero yo recuerdo haberme estremecido con Miller con tan sólo dos páginas en un tomo de homenaje por los atentados del World Trade Center. Si el Batman de Miller fuera un pastel, esta sería la guinda.
Creo que nunca me había encontrado con una portada alternativa tan adecuada. Habrá a quien le interese el tebeo de Batman con Masacre, es normal y entendible. Pero pienso que es de justicia tambien que el DK4 en el mismo cuaderno lleve una portada que no lleve a confusión o que acompañe dignamente a sus compañeras de viaje. Tengo claro junto con qué obras colocaré mi ejemplar.
Digno colofón a una historia que comenzamos a medias, nos la intentamos tomar en serio, y Miller siempre que ha podido nos ha reconducido a su senda. Confió en su día en la inteligencia del lector, pero finalmente se ha dejado de sutilezas.
(PD: Uy, que se me había quedado en el fondo de la caja el de El Chico Dorado, de Miller con Grampá, pero si la memoria no me falla mucho, no descuadra los argumentos, pues Batman no aparecía en la historia, lo de ahora será la forma digna de despedirse, si no de la historia sí del personaje.)
Podríamos hablar de tantas cosas… yo tenía intención de volver con lo de Málaga porque, bueno, han estado haciendo sus cosas de que haya ya 7 invitados oficiales, hayan sacado más entradas a la venta -un running gag a estas alturas, supongo- y, sobre todo, hayan sacado dinero de gente (el BBVA, Movistar) con el que están regando lo que parece que merece la pena regar: A los periodistas.
Al fin y al cabo son ellos los que nos ‘venden’ qué es real y qué no. Si se empeñan en que las entradas ‘se agotaron en mayo’ sin mencionar que luego se sacó una continuación de la que no se supo nada, o sin hablar del lío que hubo porque aquello estaba mal hecho y no permitió la venta a menores sin DNI -que son una cantidad sorprendentemente alta de menores, quién nos lo iba a decir- están haciendo su trabajo tal y como la empresa madrileña que organiza el chiringuito – y que supo ver perfectamente que era mejor organizar la presentación en Madrid que en Málaga porque esa ciudad para lo que está es para ir de vacaciones, que los periodistas están en La Capital del Reino, no en los sitios en los que está la noticia- claramente sabía que harían. Al fin y al cabo el jefe de la empresa es un Sáenz de Buruaga.
De hecho, se nota cuando se cuela alguien que sabe de lo que va el tema porque se sorprende de que no se haya informado ni de las actividades, ni de los invitados a las mismas. Así que queda la duda de si los participantes irán a ellas ‘a título personal’ o qué está pasando en ese pifostio. Al final los medios tampoco van más alá, porque suficiente tienen con hablar de los invitados, gentes que en los noventa eran grandes y que ahora no son capaces de acabar un cómic a tiempo o que en lugar de protagonizar películas para la gran pantalla hacen anuncios para el LIDL.
Que al final es la gran diferencia. A la Comic-Con de San Diego van los actores de las películas de éxito en ese año, recién estrenadas o a punto de estrenarse. A la Comic-Con de Málaga van los actores de hace tres décadas que ahora están en los recién estrenados o a punto de estrenarse anuncios del LIDL.
Mi intención era, incluso, hablar de la clara necesidad de que se lleven a alguien que resume perfectamente las películas noventeras en España (nada menos que Airbag) y los anuncios del LIDL: Karlos Arguiñano.
Pero resulta que durante esta semana mataron a una persona. Y, como siempre, los cómics estuvieron por medio. Desde el principio.
Supongo que a estas alturas podemos aceptar que Boy’s Club de Matt Furie ha pasado a la historia -especialmente a la historia del cómic indie USAca- por todas las razones incorrectas. Su personaje Pepe la Rana, que podéis ver con claridad en la portada, fue originalmente creado para un fanzine -bueno, el autor usa zine, pero ya sabemos que si empezamos a discutir si fan, pro o qué no acabamos- y de ahí pasóen 2005 a un webcómic que continuaba sus aventuras. De ahí a los foros de anime de la época –Gaia, por si no estábais por internete por entonces- y en 2008 el inevitable pase a 4chan. A partir de ahí, y como ya conocemos de otras situaciones: redifusión, reapropiación, revisitación. Distintas versiones para distintos momentos, ediciones de todo tipo, blablabla. Para 2015 era casi imposible no considerarlo parte de 1) los memes interneteros más difundidos, 2) las referencias a 4Chan, 3) la imagen ética y estética del GamerGate. Motivo más que de sobra para que su autor tratara de separarse de todo ello, con éxito limitado.
Motivo también para que acabáramos viéndolo publicado en España por Apa Apa con un título que soslayaba -digámoslo así- el hecho de que fuera un boy’s club.
Que parece que no, pero tiene su importancia.
Tanto el GamerGate como el ComicGate son dos cosas de las que ya hemos hablado en ADLO!, aunque siempre parezca que se puede hablar más. Sobre todo por haber acabado siendo punta de lanza y arremolinamiento de la ultraderecha digital. Se dijo, se advirtió, etc…
Aquellos, por cierto, eran los Años de Obama. Su FBI se limitó a ir tomando números y supervisando a gente.
Y, mientras, el mundo del cómic continuaba. Con esos movimientos de imágenes meméticas, por ejemplo. Pepe mutaba y una de esas mutaciones era Groyper. Un sapo barrigudo con las manos cruzadas bajo el mentón y una actitud… relajada. Para 2015 ya se estaba usando esta versión, especialmente en círculo ultraderechistas.
Por supuesto eso no significa que fueran bloques únicos, solo faltaría. Precisamente ese es el problema. Sobre todo porque, como en tantas otras cosas, lo que sirve para dividir a unos también lo hace con otros. Y así tenemos a gente como Tatsuya Ishida, el autor de Sinfest, que ha ido involucionando con los años hacia posiciones cada vez más extremas como hemos ido comentando aquí y allá…
Sí, por supuesto que mezclar izquierdismo con furrismo con bestialismo es lo que hace… en las tiras más ligeras. En las más duras habla directamente de la necesidad de acabar con todos los judíos. Supongo que cuando empezó con los reptilianos podríamos habérnoslo imaginado, pero ha llegado a un punto en el que además de las personas trans y, bueno, casi cualquier cosa que se le pase por la cabeza, decidió que lo lógico era atacar a los derechistas que no lo eran lo suficiente. Especialmente desde un punto de vista antisemita. Porque, claro, muchos de los ultraderechistas de USA son sionistas. Como Ben Shapiro, que se convirtió en uno de los villanos recurrentes del cómic.
Teniendo en cuenta que esto lo hacía a la vez que alababa una especie de religión aria original. Que tiene su aquel teniendo en cuenta que, bueno… no es exactamente un tipo blanco. Quizá la mejor manera de acercarse –detrás del repaso de Bitter Karella– sea echando un vistazo a lo que cuentan en The Webcomics Review, incluyendo cuando hace cuatro meses decían que temían que cualquier día acabara pegándole un tiro a alguien.
Welp!
Mientras tanto supongo que podría hablar de Nick Fuentes. Mientras en 2012 una parte de los billonarios de derechas USA ponían pasta para crear Turning Point USA -concretamente Bill Montgomery, que venía del marketing- y así ‘recuperar su país’ (los años de Obama, de nuevo) Fuentes -nacido en 1998, por cierto, casi tiene la misma edad que ADLO!– seguía un camino distinto. Al fin y al cabo entonces tenía 14 años.
Pero ya se estaba radicalizando, claro. Al fin y al cabo es un descendiente de italianos, irlandeses y mexicanos porque, bueno, los supremacistas blancos son así. Para 2017 fue uno de los manifestantes en la manifestación supremacista de Charlottesville -la de los very fine people-, se largó de la Universidad en la que estaba porque a la gente le parecían mal los nazis, aunque el hecho de que ese mismo año, cuando aún estaba en la universidad, hubiera creado un… programa, supongo que habría que llamarlo, con el nombre de America First lo mismo era una pista.
Podríamos decir más cosas porque, bueno, cuando uno crea una comunidad en internete con edgelords, trolls y demás panda en la que convierte el ‘es una broma’ en un arma política se acaban diciendo todo tipo de barbaridades. Lo que, claro, no quita que su animadversión hacia Turning Point USA fuese más que obvia ya en 2019. Igual que lo es que ya entonces parte de la movida fuera la lucha entre sionistas y antisemitas. Además de la homofobia, pero claro. Por lo que sea lo de los ‘inversores’ les escocía más.
Total, que entre eso, las broncas con TRUMP! por no ser suficientemente ultra – primer mandato, ya sabéis– y el fin de fiesta del COVID acabaron con Fuentes no solo metido en la famosa candidatura presidencial de Kanye West.
Que no le impidió meterse también en lo del 6 de enero, pero, mira, una cosa es hablar de edgelords de interente y otra seguir con esta chorrada SIN acercarnos a los cómics. Porque lo del ComicsGate comenzó en 2018.
Así que nos saltamos todos los años de odio entre los de Turning Point USA y los Groypers o Nickers -sí, en serio, Nick Fuentes tiene un nombre casi tan ridículo como los de los youtubers españoles. Supongo que es algo internacional- hasta el punto en el que el odio les lleva a matarse entre ellos como si fueran del PP de León.
Y llegamos, -además de las fotos que han sacado de las redes sociales cosplayando a Groyper– a lo de las balas. Que ha sido lo que más juego ha dado a los periodistas porque esto era como el Oráculo de Delfos. El texto era uno, la interpretación de cada medio era un poco la que quería. Lo era antes y lo es ahora cuando aún hay medios españoles diciendo que si era un asesino de izquierdas o que no es posible saber qué era. Además de ‘radicalizado por los videojuegos violentos’ porque por supuesto.
Porque de las cuatro balas una era una referencia directa a Helldivers. Que es un juego del que no tengo mucha intención de hablar pero que sepáis que la discusión sobre si se había pillado o no que Starship Troopers -la peli- era una parodia del fascismo QUIZÁ no estaba tan clara.
Otra era un meme sobre furries, y sobre fijarse inesperadamente en que alguien tiene un paquete. Y no saber bien qué hacer.
Supongo que a veces pasa.
Luego había una versión del ‘tonto el que lo lea’ pero en homófobo. Y, ah, sí…
Bella Ciao.
Una canción que es tan conocida que tenemos ya varias opciones. Incluso en cómic,
aunque debo decir que no se ha considerado. Se ha hablado más de Helldivers 2, de Warzone, de (claro) La Casa de Papel, las mismas Groyper Wars (no preguntéis)… Llegan a poner el Sarri Sarri y no sé las interpretaciones que hubiéramos tenido.
Y, por supuesto, también se ha intentado explicar… con un cómic:
Supongo que veremos contarlo a más gente, como Sophie Labelle, contarlo en cómic. Quiero decir, si tenemos a brujas de Etsy haciendo el Vendo Opel Corsa más gordo de la historia… Pero, por supuesto, esto también ha llegado de otra manera a los cómics.
Un fascista mata a otro fascista y cancelan un cómic de Batman.
Quizá con un poco de contexto desde Bleeding Cool…
para llegar al momento en el que The Comic Journal decide entrevistar a Gretchen Felker-Martin, la autora del cómic.
La entrevista, que es el tipo de cosas que esperas de TCJ como decir que el ComicGate es algo ‘controvertido’.
El resumen es que cuando la editora de DC Arianna Turtorro contacto con la escritora ya era conocida. Era conocida como autora trans de obras de terror, sobre todo, pero también por sus declaraciones en redes sociales. Y no les importó. Felker-Martin les avisó de que la derecha (iba a decir ultra, pero viene a ser lo mismo) USA saltaría a por ella en cuanto lo anunciaron. Que es algo que pasó, por supuesto.
A partir de ahí ‘hubo una llamada’ en la que le dieron un toque a la autora para que ‘cuidara’ el tono en sus redes sociales. En fin, lo esperable con esta gente.
Así que llegaron los comentarios el otro día y, por supuesto, saltaron:
Que es una versión de lo que habíamos visto por otros lados:
Aunque la parte de la violencia y el blablabal es mejor aún porque, claro, Tom King sigue por ahí:
Al margen de que, por supuesto, Los TebeoPuertas se lo han tomado como una victoria y lo están celebrando.
Que haya también gente de los cómics diciendo ‘ojo, que no ha sido DC, que ha sido Warner‘ demuestra lo capaces que son algunas personas para contemporizar. ¿Exactamente que hizo la gente de DC que estaba en esa reunión o que la contrató sabiendo quién era? ¿Ha dimitido? Porque no parece que intentaran evitarlo de manera alguna. Mejor la mujer trans que yo no sé si es exactamente el tipo de pensamiento del que DC se puede sentir orgullosa.
Claramente no tan orgullosa como se siente de Tom King, no tan dispuesta a proteger como a Eddie Berganza, no tan dispuesta a mirar hacia otro lado como Jeph Loeb (que no es capaz de terminar el cómic a tiempo, pero sí de irse a Málaga con la otra persona que no es capaz de terminarlo a tiempo), o de todas esas cosas que ha contado Greg Rucka.
Incluso aunque les haya costado dinero, que se lo ha costado.
Pero deja claro que DC no está por la labor de contar con autores que dicen cosas controvertidas. A saber qué harían con alguien que dijera… yo qué sé…
Un autor que era capaz de crear un cómic en el que su héroe golpeaba a un mandatario extranjero de un país que no estaba en guerra con el suyo.
A saber cómo habrían tratado a alguien como este… como este…
Como ese tal Jack Kirby que decía estas cosas a The Comic Journal. Y que más de medio año antes de Pearl Harbour sacaba…
Un tipo peligroso ese tal Kirby, a saber qué influencia podría tener, qué legado, qué impacto en otros autores…
Gente a la que no queremos cerca de los cómics. Gente a la que habría que sacar de colecciones.
Así que está claro que si se matan entre ellos y las culpas, las charlas y las ‘autocríticas’ se las llevan los de siempre… Bueno, es difícil de creer que en DC realmente hayan cambiado. O en los cómics.
Pero supongo que al menos demuestra dónde estamos y qué tenemos que buscar. Demuestra que tenemos que recordar que una cosa son las buenas palabras y otras las acciones en momentos convulsos, Y, por supuesto, que el fascismo tiene puntos débiles.
El cuello, por ejemplo.
Así que lo que nos queda es avanzar. Tratar de mejorar lo de los cómics, señalar lo que está mal, construit.
Quizá incluso tengamos suerte y Matt Furie logre lo que lleva tiempo intentando. Que su personaje pueda desligarse del odio online, y se demuestre que Pepe is love.
Porque, al final, el contexto de la imagen completa siempre es mucho más de lo que nos cuentan.