
Forum Museum: ¡Corre a tu quiosco!

Y vosotros que pensabais que los de las Defensas desaforadas éramos nosotros.
Estamos en temporada de premios, ya sabéis que en España esto tiene dos momentos. Por un lado los que dan las editoriales para darse bombo y que suelen repartirse durante el año, por otro los que dan organizaciones independientes -me he dejado las comillas porque no hay suficientes en internete para poner todas- que suelen caer entre septiembre y noviembre para que den tiempo a la campaña de Navidad.
Los premios, al fin y al cabo, son una manera de dar visibilidad -a veces también dinero, pero en esto, como con los empresarios, al final parece que lo de la visibilidad les resulta más sencillo de soltar- para destacar obras y que la gente les haga caso.
Funciona regular porque, bueno, citando al clásico: Comprar libros y leer libros son dos aficiones completamente diferentes.
Y con los cómics lo mismo. Aunque es verdad que ahí es más fácil que la afición sea mirar en Wallapop -la tienda de cómic por excelencia de España- a ver si el cómic ha logrado bajar de esos 30 € por tomo que cuestan ahora por defecto las cosas.
Pero estoy divagando.
Los premios, decía, están de temporada. Como las sandías pero centradas más en el tamaño testicular de los otorgantes.
De ahí que en estas últimas semanas hayamos tenido bronca con el Premio de la Crítica de Dolmen, con el Premio Minotauro y con el Premio Nacional. Cada una a su nivel, claro.
Porque, a ver, el primero lo da Dolmen. Que es una editorial que lleva un año que más que al cómic parece que se dedica al Sálvame: Entre el uso de IAs, la autora TERFa, el intentar estirar el chicle con Todas Putas, el editor diciendo cosas en FB, más usos de IAs, más… En fin, os hacéis a la idea. Dentro de dos años el blog del editor va a estar entretenidísimo.
En realidad viendo todo lo anterior lo único que podemos decir del Premio de la Crítica que dan es que representa perfectamente los valores de la editorial.
Que podríamos decir una cosa más, pero eso será para más adelante.
De momento volvemos al Minotauro y al Nacional. Que levantan menos bronca porque, bueno, son dos sitios de los que uno puede acabar cobrando en cualquier momento.
Sí, sí, vosotros reíros pero en el Nacional los jurados… cobran.
y uno nunca sabe quién puede acabar ahí elegido. Puede ser cualquiera. Por ejemplo, este año el Ministro ha elegido a…
No es el único miembro del jurado de este año, por supuesto. Así que quién sabe a quien le tocará el que viene.
En cuanto al Minotauro… Bueno, detrás está el Grupo Planeta. Así que no creo que haya que explicar mucho más. Al fin y al cabo todo el mundo conoce el Premio Planeta y lo que significa como ejemplo de cómo se hacen estas cosas. Pero, sobre todo, todo el mundo conoce al Grupo Planeta. Total, porque está detrás de la editorial del mismo nombre, el periódico La Razón, la radio Onda Cero, las cadenas de televisión de Antena 3 y La Sexta… Pues en algún lado te pueden encontrar un hueco. Así que siempre hay alguien dispuesto a echar una desinteresada mano.
El asunto es que estos dos últimos premios ya están dados y -os vais a sorprender- se los han llevado hombres. Hombres blancos además.
Sí, sé que es difícil de creer porque llevamos años escuchando que los hombres blancos lo tienen muy difícil, que es casi imposible que ganen nada, que se les penaliza, que etc…
Ha sido una sorpresa tanto para mí como seguro que lo es para vosotros. Aún estoy en shock, no os digo más.
En el caso del Premio Nacional del Cómic. El Marcador dice así: Premio número 17 otorgado, a un hombre como de costumbre. 17 premios, 24 créditos de autoría, solo 3 créditos de autoría de mujeres y solo 1 obra con autor completo mujer. Esta última es el premio de 2018, los otros dos créditos para mujeres eran junto a un hombre y ganaron en 2019, hace 4 años. Y ya, todos los demás premios los han ganado hombres como autores completos o en equipo. Desde 2007 hasta 2023 esos son los datos.
Por su parte el Premio Minotauro lleva 18 ediciones, con 20 créditos de autoría. Solo han ganado 2 mujeres y la última en hacerlo fue hace 12 años. Desde 2004, que se dio el primero, hasta 2023 esos son los datos.
Que tampoco es que nos vaya a extrañar mucho porque en 2023 Minotauro en total ha publicado 118 lanzamientos, 89 de los cuales tienen autoría exclusivamente masculina, 19 exclusivamente femenina y 10 mixta. Dentro de esas autorías tenemos 106 créditos para autores y 30 para mujeres. Es decir 118 obras con 136 créditos de autoría de los cuales solo 30 son para mujeres. Menos de un 25%.
Volvemos ya al Premio de la Crítica de Dolmen, que os va a sorprender de nuevo, pero tiene una candidaturas compuestas de manera casi exclusiva por hombres.
En este caso El Marcador dice: 4 mujeres de 38 créditos de autoría. Sólo 1 por categoría en 4 categorías, 3 categorías con 0 mujeres: Mejor Dibujante Nacional, Mejor Guionista Nacional, Mejor Obra Teórica. Si incluimos también las otras dos candidaturas -porque la editorial dice que en total hay 5 mujeres, habrá que suponer que la de Patos en Mejor Obra Internacional, también cuenta- significa que hay 5 mujeres de entre 48 créditos de autoría. Y 4 categorías sin presencia de mujeres al sumarle la de Mejor Obra Nacional.
Lo que indica aún más el problema nacional. Porque si no hay mujeres entre las categorías nacionales de dibujo, guion, ensayo u obra pero sí logran meterla por la mínima en las internacionales… algo sucede.
Que solo haya una mujer en la categoría nacional de ‘toda una carrera’ con una autora que lleva desde los años ochenta trabajando… creo que dice bastante.
Que la editorial y sus afines hayan salido a defender estas candidaturas con excusas como «es que a ver si vamos a tener que meter a mujeres porque sí» -en lugar de, por ejemplo, pensar por qué no leen a más mujeres- lo único que demuestra es otra de las máximas:
Las listas -incluidas las de premiados y candidatureados– dicen más de quien las hace que del tema sobre el que se hace.
Y aquí demuestran, además, que los de Dolmen se sienten plenamente satisfechos y reconocidos en lo que estas listas dicen de ellos.
Pese a que ni ellos cumplan lo que dicen, pues como se puede leer en el enlace de antes:
Y aquí estamos nosotros. Esperando a ver dónde están esas votaciones públicas, a saber quiénes son esos miembros de la crítica. ¡Quizá incluso a saber qué es lo que convierte a alguien en Crítico de Cómic en España!
¿Cobrar por ello? ¿Colaborar en medios? ¿Tener un carnet después de haber pagado una cantidad y encontrado dos amigotes que te avalen?
¿O lo están llamando Premio de la Crítica como podrían llamarlo Premio El Mejor del Universo?
Seguimos esperando a que alguien nos diga dónde están esos listados y votaciones. A saber quién ha decidido esto, y que podamos conocer mejor cómo se han hecho las cosas. Porque hasta el momento lo único que sabemos es que en la editorial están muy satisfechos con todo.
¿Cómo de satisfecho? Pues estas son unas declaraciones de ayer de Vicente García al periódico Ara:
Efectivamente, estos premios y sus listas nos dan una idea de cómo está El Mundillo.
Nada de considerar incluir a más críticas, de buscarlas activamente, de buscar una manera de descubrir más obras -y no solo de mujeres. Esto ha saltado con las mujeres pero si nos ponemos a mirar contenido queer, racializado, no anglofrancés, migrante, gitano, etc… podemos desesperarnos incluso más.- y de promover y promocionar un mayor conocimiento de las mismas.
Porque una de las cosas curiosas de estas discusiones es que estamos viendo poca mención a autoras y obras concretas. Y no es porque no las haya.
Echando un vistazo por encima a los cómics publicados únicamente por mujeres y personas no binarias en 2022 y 2023 tenemos, por ejemplo:
– La estirpe fracasada de Elisa Riera
– Asalto al castillo de Laurielle
– Hooky de Miriam Bonastre Tur
– Rotunda de Candela Sierra
– Me das ansiedad de Paula Chesire
– Elisa y Marcela de Xulia Vicente
– Por culpa de una flor de María Medem
– Frankenstein de Mary Shelley adaptada por Sandra Hernández
O, mirando también a las internacionales:
– Lore Olympus de Rachel Smythe
– Hierba de Keum Suk Gendry-Kim
– Ladrona de Lucie Bryon
– Rosa de Gaelle Geniller
– Mumin. Las tiras completas vol. 1 a 3 de Tove Jansson
– Los embrujos de Zora de Judith Peignen y Ariane Delrieu
– Alergia de Megan Wagner Lloyd y Michelle Mee Nutter
– SQUAD de Maggie Tokuda-Hall y Lisa Sterle
– La chica del mar de Molly Knox Ostertag
– Intrusos: El misterio del lago de Breena Bard
– Check, please! de Ngozi Ukazu
– Witchy de Ariel Slamet Ries
– Aquelarre de Jennifer Dugan y Kit Seaton
– Sábanas de Brenna Thummler
– El mundillo literario de Posy Simmonds
– Los estratos de Pénélope Bagieu
– Strange de Tsuyuki Yuruco
– Llévame contigo de Anneli Furmark
– Queenie de Elizabeth Colomba y Aurélie Lévy
– Yo no soy Starfire de Mariko Tamaki y Yoshi Yoshitani
– Mermaid Saga de Rumiko Takahashi
– Patos de Kate Beaton
– Cosmoknights de Hannah Templer
– Peter Parker y Miles Morales – Spidermen: Problema doble de Mariko Tamaki, Vita Ayala y Gurihiru
– The haunted house de Mitsukazu Mihara
– A toda pastilla de Josephine Mark
– Kabi Nagata, guerrera errante de Kani Nagata
– Querido Callo de Aline Kominsky-Crumb
– La espera de Keum Suk Gendry-Kim
– ¡Baila! de Maurane Mazars
– La guardiana de las polillas de Kay O’Neil
– Oli y el misterio de la nueva de Tanja Esch
– Astrología liviana de Liv Strömquist
– Hermanas de la niebla de Marlyn Spaaij
– Sara y Jamila salvan el verano de Gillian Goerz
– Truco o beso de Lucy Knisley
– Fuera del tarro de cristal de Deborah Marcero
Siendo esto una lista hecha en un momento, ni algo exhaustivo, ni organizado, ni -desde luego- trabajado.
Pero no, las respuestas de los encargados o de los responsables no van por ahí. No muestran preocupación, ni ganas de mejorar, ni de intentar algo distinto. Las respuestas de los encargados del mismo tiende a ir en esta línea:
Esto es lo que hay, no piensan hacer nada para cambiarlo y si no te gusta…
t’aguantes.
Hoy sí, hoy es EL DÍA.
Hoy escribo de ese argentino sobre el que llevaba semanas prometiendo escribir.
Que, por supuesto, es el Papa Francisco. Un Papa nuevo. Un Papa diferente. Un Papa innovador que ha acercado la Iglesia Católica a los tiempos que corren, la ha modernizado, se ha enfrentado a los casos de abusos sexuales y más cosas que nunca se habían dicho de ningún Papa anterior.
Y para un Papa tan excepcional qué menos que un documental excepcional como el que podemos disfrutar estos dias en Disney Plas y que lleva por título Amén: Francisco Responde.
Un reportaje rompedor e indomable como la figura histórica que retrata en el que Francisco por fin responde a TODAS esas acuciantes preguntas que la sociedad llevaba años haciéndose y debían ser respondidas. Como por ejemplo…
¿Tiene teléfono y redes sociales?
¿Alguna vez se ha sentido solo?
¿Tiene nómina?
Nuevamente este Papa rompedor e indomable ha dejado sin argumentos a los ateos y sus ignorantes e infundadas críticas a la Santa Madre Iglesia.
Ahhh, si. Veo que vosotros también os habeis dado cuenta. La fuente y el color del título os resultan familiares ¿verdad?
Y es por una buena razón.
Son una variante de los empleadas en la cartelería del exitoso filme Megalodón (y su secuela, Megalodón 2).
Gracias a la información privilegiada puedo deciros que fué una decisión plenamente consciente. Qué mejor representación del actual Sumo Pontífice que una monstruosa e inflada criatura prehistórica que surge del oscuro abismo en el que residía para arruinar las vidas de inocentes ciudadanos un animal tan rompedor e indomable como lo es él.
(y no, a pesar de lo que pueda estar pensando algún rojo podemita…
…no tiene nada que ver con que los tiburones al no tener cuello sean incapaces de mirar atrás)
Una fuente rompedora e indomable para el documental de un Papa rompedor e indomable. De hecho entre esa información privilegiada que poseo figura el primer diseño del póster del documental. Uno que reflejaba con mucha mayor fidelidad el pontificado de Francisco y el rol de la Iglesia Católica en nuestros dias pero que, ay, lamentablemente…
…cobardes decisiones de marketing impideron que se llevara cabo…
La primera vez que leí Scott Pilgrim tenía 19 años. Era 2009 (sí, soy insultantemente joven para estar en esta desorganización) y el tebeo de Bryan Lee O’Malley era el tebeo que tenías que estar leyéndote si querías parecer un sofisticado y moderno lector de cómics en lugar de uno de esos fans alienados del manga y de los superhéroes. En los albores de la Edad de Oro de considerar la Novela Gráfica como Alta Cultura, la historia de Scott se había convertido en una parada obligada para el hipsterismo, a la altura de escuchar los Strokes o haber leído a Murakami. Casi de inmediato apareció la película, dirigida por Edgar Wright (uno de los nuestros, un británico entre friki y modernito capaz de hacer una romcom de zombies) que tenía todos los elementos necesarios para acabar de convertir el cómic de O’Malley en una referencia obligada entre los gafapastas aficionados a la Fnac.
El significado de Scott Pilgrim fue cambiando con los años, en el momento en el que el concepto de Manic Pixie Dream Girl comenzó a popularizarse en Internet. Aunque el concepto no fue creado a medida de Ramona Flowers, el personaje femenino principal del cómic, rápidamente ella (y especialmente su representación cinematográfica con la cara de Mary Elizabeth Winstead) se convirtió en la referencia obligada a la hora de explicar el concepto. A partir de ahí el fandom se dividió en varios frentes: un grupo que entendía que las problemáticas que entrañaba el personaje de Ramona (algunas conscientemente introducidas a favor del desarrollo del cómic por O’Malley, otras probablemente fruto de las pulsiones subconscientes del autor) y unos cuantos modernos bordeando la treintena, demasiado maduros para surfear la nueva tendencia y que acabaron atrapados en el ciclo de llamar a sus novias “Ramona Flowers” o de identificar como románticas algunas de las escenas más devastadoramente abusivas de un cómic hecho para veinteañeros.
Por supuesto, esta división ya existía: desde el principio mucha gente había podido detectar la forma en la que Scott y Ramona, lejos de ser la pareja aspiracional que Wright había acabado perfilando en su película, eran una pareja construída a partir de dinámicas tóxicas y personalidades inseguras y con muchas faltas. Pero claro, la mayoría de esta gente eran mujeres y sus opiniones fueron eclipsadas por un montón de blogueros y reseñistas de Filmaffinity que suspiraban por su chica patinadora de pelo multicolor. Algunos de estos especímenes acabaron generando una contrarreacción, naciendo así un nuevo subtipo de lector de Scott Pilgrim: el proto-incel. La idea de que las Ramonas del mundo no eran una ensoñación de unos cuantos modernitos gafotas si no que un modelo aspiracional al que la mayoría de mujeres de sus entornos querían llegar sin ser nunca lo bastante auténticos para ello. Tipos haciendo gatekeeping a sus propias fantasías de pajero.
Scott Pilgrim quedó asi condenada a un particular y maltrecho destino: una obra de culto denostada por buena parte del que debía haber sido su público, malinterpretada por la mayor parte de sus aficionados y cuyos conceptos, retorcidos y caricaturizados por parte de un puñado de analfabetos funcionales se habían convertido en el emblema de lo tóxico. El mismo no-lugar inmaterial en el que viven El club de la lucha de Fincher y la saga Matrix. Sobrevivir a semejante purgatorio solo está al alcance de obras realmente buenas. Durante los años siguientes Scott Pilgrim tendría que demostrar si estaba a la altura del desafío.
Únicamente el afán de O’Malley de salvar su obra del batiburrillo de interpretaciones desacertadas puede explicar que 13 años después del estreno de la película de imagen real vayamos a tener una adaptación animada de la misma historia, dibujada por su mismo creador (que, por cierto, solo ha publicado una única obra nueva desde el cierre de la saga de Scott). Prevista para el mes de noviembre en Netflix, si las huelgas lo permiten, la nueva adaptación podría presentar las ideas originales del cómic sobre la madurez, la responsabilidad emocional, el autoaprendizaje y las relaciones sentimentales a una nueva generación de espectadores y, de paso, explicarle con marionetas a la base de fans que han convertido Scott Pilgrim en una obra de culto todo lo que no entendieron bien originalmente. También podría, sin embargo, acabar de errar el tiro y condenar al bueno de Scott al infierno de las obras proscritas. De la capacidad de autocrítica de O’Malley y Wright, así como de su talento para mejorar lo ya creado, depende.
Personalmente Scott Pilgrim fue una obra muy importante para mí. El cómic me ayudó a entender, relativizar y medir muchas de las decisiones y acciones que tomé durante mi post adolescencia. Reenmarqué mis prejuicios y enterré algunas actitudes de las que estoy orgulloso de sentirme libre más de diez años después. Creo que es, todavía hoy, un gran cómic. Complejo, imperfecto y, por supuesto, tremendamente seductor, lo cual a veces puede jugar en su contra. Parece que Netflix ha vuelto a dedicarle más espacio a las adaptaciones de tebeos, y si el resultado es como el de las obras de Zerocalcare o el reciente live action de One Piece, puede ser una buena noticia. En el peor de los casos, siempre puede que recuerden que tienen los derechos de “Millarworld”.
Las decisiones empresariales siempre tienen problemas. Generalmente que las toman imprésarios.
Por ejemplo, en Gizmodo alguien decidió que la IA era una manera fácil y barata de hacer las cosas. ¿Para qué contratar a un redactor que redacte -o que traduzca- si pueden meter una mezcla de IA + Traductor Automático que, indudablemente, iban a dejar el texto original niquelao?
Dicho y hecho a ello se pusieron. Y la vedad es que lo que les ha salido es para dejarnos de Una Pieza.
Por supuesto uno podría pensar que, en fin, es un párrafo y quizá no sea el tipo de obra en la que puedan blablablala. Lo mismo en el resto…
Eu… Quizá no sea exactamente eso… ¿Es posible que en otros asuntos se entienda mejor?
Espera… médico que… pero…
Vaya… está claro que son unas Traducciones Imposibles, me pregunto cuál será La Fechoría que habrá llevado a tener que lidiar con este Minotauro como si fueran los Jóvenes Ocultos de Wendy.
Y si alguien se ha preguntado si esto ha llegado a los Superhéroes puedo deciros…
¡PUES CLARO QUE SÍ!
Uno creería que esto no puede empeorar, pero lo cierto es que la ironía es tal que en el artículo de Una Pieza se termina con:
Por cierto, todo esto son pantallazos por si acaso. Pero si alguien quiere echarles un ojo -o comprobar que no estén firmados por Mónica Zas– puede hacerlo aquí: Una Pieza, médico qué, Temerario.
Pero, en fin, al menos no se inventa palabras.
Olvidad lo que decía.
Olvidadlo.
Porque todo esto es retrofuturisto, la mezcla de IA + Traductor Automático funcionaba mejor cuando Ana Rosa conoció a Skynet. Y estos solo pueden…
Los Nuevos Mutantes.
[Muchas gracias a Dragonas por darnos el tema para el posteo de hoy]
[EDITADO: Se me había quedado en el tintero el que iba a haber sido el pantallazo de final de fiesta original, os lo pongo aquí como final alternativo.
Al final lo que está claro es que esas decisiones empresariales conllevan la toma de decisiones. Y, por supuesto, de decisiones tras haber tomado las primeras decisiones. Como, por ejemplo, poner este aviso:
Manda matices…
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