O los tebeos de superhéroes son cada vez enrevesados o sus lectores menos capaces de apreciar su complejidad. Y es que con los años se van cimentando los fundamentos de los distintos universos, conformando la llamada Continuidad. Los actos presentes de los personajes son consecuencia de hechos pasados y tendrán repercusiones en un futuro. En definitiva, que se van complicando. De forma que para enganchar a una audiencia que no gusta de complicaciones mentales, periódicamente se impone un reseteo total o parcial. Lo que coloquialmente se llama una Crisis.
Un momento decisivo en el
Universo DC fue el número 123 de
Flash (1961), en el que coincidían el Flash que había iniciado recientemente nueva serie con el que mucho antes había iniciado el título. Su coexistencia se justificaba porque vivían en planos dimensionales diferentes a los que podían acceder vibrando sus moléculas en ciertas pautas. Todo muy
Morrison.
La cosa no quedo en anécdota y hubo más intercambios entre un plano y otro, quedando recuerdo en los personajes de estas aventuras. De forma que la viga que le cae al amigo en la portada no es otra que el peso de la continuidad. Se tenía Tierra-1 y Tierra-2 (nombre harto ofensivo este último, por otra parte, da la impresión de vivir en una realidad de baratillo), pero eso terminó sin bastar. Con cada remesa de personajes que adquirían de otras editoriales, iban metiendo más tierras paralelas en las que colarlos. Series y más series en mundos ora coincidentes ora distintos, esta situación se mantuvo 24 años, hasta que en 1985 se publicó la
Crisis en Tierras Infinitas para poner orden.
En síntesis (quien quiera la versión larga que abone 35 euros) los universos se fusionan en uno solo, dejando de cada héroe repetido su versión más sencilla, molona y comercial. A primera vista hubo muchas muertes, pero en realidad a día de hoy siguen muertos algún secundario de medio pelo y el Flash que originó todo el lío. Por vibrar cuando no debía.
Tabula rasa. Empezar de cero en un universo sencillo, historias asequibles al lector novato y mucho cuidado para no liar nada innecesariamente antes de tiempo. Aunque siempre queda algún resquicio, y el guionista tiqusmiquis que piensa que puede arreglar con una brillante pirueta lo del origen de Power Girl, quién es Donna Troy o qué pasa con Hawkman. Hasta que la serie cambia de manos, y el nuevo que llega piensa que si el otro pudo, él también. Con dos taquiones. Resultado: tras 20 años, DC anuncia una nueva revolución, la Infinity Crisis. Por lo menos hay mucha fanfarria de que nada volverá a ser lo mismo en el Universo DC. Y como lo mismo prometieron el año anterior con Identity Crisis, no creo que nos engañen dos veces seguidas.
Algo deberá pasar ¿qué?
DC está en una situación similar a 1985, con Universos alternativos generados por absorciones editoriales (
Wildstorm, Mad, Cliffhanger!), y series y sellos que se juntan de forma muy tangencial con el
Universo DC tradicional, como el deficitario sello
Vertigo. Así pues, lo lógico sería que esta nueva
Crisis sirva para arrejuntarlos en un todo coherente que dé un saldo positivo en caja. Ya ha habido intentos de acercamiento, con
Majestic (componente de los
Wildcats de
Image/Wildstorm) entrando en el universo supermaniano, y disfrutando de series limitadas y una regular actualmente. Cruces puntuales ha habido a destajo, fusionarlos definitivamente es cuestión de un poco de voluntad y mucho marketing. Y porque lo de
DC con
Humanoides no ha cuajado, que sino terminamos viendo a
John Difool por la
Legion de Super-Héroes ¿
Jodorowsky-boy? Algunos podrán poner el grito en el cielo, pero lo importante es que molaría y todo sería más sencillo. Un vigilante patrulla Gotham City, su nombre es
Spirit…
Otras editoriales tomaron ejemplo de Crisis y adoptaron el modelo según sus necesidades. Así, Eclipse compró los servicios de Wolfman, guionista de las Crisis primeras, para elaborar Total Eclipse y que les montara un universo coherente a partir de sus muchas series inconexas. Propósito distinto a las Crisis de DC, exactamente el contrario, complicar para implicar y obligar a picar. El hombre hizo lo que pudo para dar idea de que Scout, Airboy, Liberty Project y otros compartían el mismo universo que Miracleman. Esperad a que McFarlane caiga en la cuenta y los tenemos a todos asomando por el callejón de Spawn.

Marvel también tuvo su propia Crisis, entendida como serie en la que coincidían los personajes más importantes y con consecuencias muy importantes. Hulk volvió con muletas. Coloso ligó. Cosas así, aunque atendiendo a los correos de aquella época, esto era mucho más original y fresco que las liosas Crisis. Ey, debe ser cierto, sino no lo habrían reeditado en tapa dura.
Sin embargo, pocas veces se ha entendido tan bien el concepto de Crisis, cruce y reunificación como en Judgment Day, en la que un escritor (¿cómo se llamaba?) toma la riqueza de conceptos del Universo creado por la infinita imaginación de Rob!, sus cientos de personajes, y les da una explicación razonada y un nuevo punto de partida. Y será publicado en breve en castellano por Aleta y Recerca, toma publicidad gratuita desinteresada. ComprAdlo!, es de Liefeld.
La postura de Marvel ante el crecimiento desmedido de la continuidad es respetarla e intentar aprovecharla para hacer buenas historias y fidelizar a los lectores con ella, el efecto culebrón. Esto tiene defensores y detractores, para unos la continuidad es el abono a partir del cual con el tiempo florecen sagas inolvidables. Para otros ese abono es caca.
Marvel poco a poco es consciente de que la continuidad comienza a rechinar, pero intenta que la vuelta a un estado más sencillo no sea demasiado ostentosa para que no se les note demasiado lo de copiar una Crisis. Lo intentó en principio con los Heroes Reborn, las colecciones punteras de Marvel (no mutantes, por supuesto) en un universo alternativo comandado por Rob! y compañía. El experimento fue bien, pero se dieron cuenta de que podían sacar más tajada haciendo lo mismo sin cerrar series y contratando autores más baratos, con lo que nació Ultimate, la Tierra-1 o -2 de Marvel, una puesta al día de los conce
ptos añejos. Lo mismo pero en molón, poses y piercings.
Sin embargo esto no arreglaba el lío cotidiano del Universo Marvel tradicional, de forma que terminaron copiando en algo a DC ¿hace falta renovar un universo y un personaje? Se contrata a Byrne.
10 años antes eso parecía buena idea.
Con Quesada llegó la solución más fácil: pasar de la continuidad, pues no es necesaria para contar buenas historias. Idea que duró lo que duraron las buenas historias. Lo que pasa es que con las malas historias también se pasaban la continuidad a chirigota, lo que terminó cansando hasta a los detractores de la misma. Ahora, esa posible Crisis Marveliana está abierta en dos frentes. En el 21 de Ultimate Fantastic Four se insinua un cruce entre Tierra-Ultimate y Tierra-Marvel de toda la vida. Pero ya hemos visto que Marvel no es de las que cierra series si no es necesario, de forma que es muy posible que intente mantener ambos universos mientras generen beneficios. De forma que para simplificar el Universo Marvel tradicional, este verano comienza una saga, House of M, en la que un importante personaje conducirá a sus súbditos a través de una trabajosa Transición.
Y si al final de la saga terminan derrotándo a Magneto, será más que nunca un Magnicidio.
Un último apunte sobre la Infinity Crisis. Si en menos de un año DC estrenase continuidad ¿tendrían la misma «importancia» las series que piense sacar ahora Planeta sabiendo que en unos meses ya no «valdrían»? es que lo que importan son las buenas historias y blabla pero Archives aparte por su valor histórico no he visto a nadie todavía pedir en serio material preCrisis…