QBEO

Puedo entender que la oferta sobre comic (que no tanto «de comic») en el Internet sea más que abundante. Puedo entender que la expresión escrita no sea actualmente el medio favorito del público. Puedo entender que leer canse, incluso a los lectores. Puedo entender que al estilo de vida de la audiencia le venga mejor los podcasts, los twitches o los youtubos. Que aunque duren horas no hay que scrollear. Incluso puedo entender que a esta tendencia se unan creadores como el mismísimo ROB! con sus imprescindibles Robservations. Internet es el futuro.

Lo que entiendo menos pese a la sobreabundancia de oferta es que si un tipo como Mark Millar se monta un canal tubero con entrevistas, sus visitas sean escasas.

O sea, puedo entender que te estrenes con Gerry Conway y no llegues a las 3000 reproducciones en dos semanas.

O que tras 18 horas de estar en antena con Bendis no llegues a 600, no estamos en los dosmildieces.

Pero que la semana pasada tuvieras dos horas a ROB! en su salsa y que lleves poco más de 8000, pues por eso si que no paso.

Así que trailer y enlace.

Y AVIV!

Warner NUNCA compró DC: la historia de Steve Ross

Gangsters de Nueva Jersey, parkings, funerarias, Rin-Tin-Tin, una empresa de limpieza, un Mayor norteamericano enfrentado al ejército, la ley antimonopolio, la Hammer, los métodos tradicionales para ascender socialmente, Mr. X, el negocio cinematográfico desde antes de Edison pero, sobre todo, Steve Ross. El tipo del que Spielberg dijo que fue como un padre para él. Todo esto y, no os voy a mentir, mucho más se agolpa cuando uno tiene que contar qué es lo que pasó de verdad entre DC y Warner.

Es una historia que he ido diciendo que algún día tendría que escribir, incluyendo la semana pasada, así que vamos a ello.

La primera persona de la que tenemos que hablar por lógica sería el mayor del ejército USA. Malcolm Wheeler-Nicholson fue un soldado aficionado a la escritura, a la que llegó porque teniendo por delante un buen futuro en el ejército decidió mostrar su desacuerdo con la forma de funcionar del ejército publicando una carta abierta al presidente. El presidente en cuestión era Warren G. Harding, así que os podéis imaginar de cuándo estamos hablando. A la carta le siguió una serie de escándalos, investigaciones y demás investigando lo que allí se había dicho. Pero, sobre todo, el final de su carrera por motivos tirando a obvios. Así que pasó a escribir novelas cortas, relatos para publicaciones pulp e incluso adaptación de libros a tiras cómicas. Y viendo que las revistas que recopilaban cómics estaban funcionando decidió en 1933 crear National Allied Publications.

Los primeros títulos los editó Lloyd Jacquet, del que ya hablamos un poco la semana pasada, a partir de ahí se encargó él mismo fichando para cabeceras como New Fun o New Comics a gente como Siegel y Shuster. Pero su decisión de publicar personajes nuevos hizo que tuviera todo tipo de problemas económicos, hasta el punto de que cuando pensó en abrir una cabecera llamada Detective Comics lo tuvo que hacer en compañía, le debía dinero al editor, impresor y muchas mas cosas Harry Donenfeld -que había empezado como gestor financiero hasta que el crack del 29 le llevó a publicar pulps picantes, meterse en el negocio de la impresión y, ya puestos, a distribuirse bajo el nombre de Independent News– así que se asoció con él para lanzarla. Donenfeld puso a un joven protegido, Jack Liebowitz que también era su contable, como socio de Wheeler-Nicholson en esta segunda empresa, y fue maniobrando para que ambas empresas fueran convirtiéndose en una. En el siguiente revés económico le convenció de que le vendiera los derechos de su primera empresa, y para principios de 1938 le convenció de que se fuera de vacaciones a Cuba con su mujer. Para cuando Wheeler-Nicholson regresó se encontró con que habían cambiado las cerraduras, había puesto a un amigo juez como nuevo director de la empresa y le tenía preparado un finiquito para que no montara lío. A partir de ahí el Mayor decidió centrarse en escribir sus historias militares y olvidarse del mundo de los negocios, que solo traen problemas. Por su parte National/Detective, ya al mando de Liebowitz, comenzarían a publicar en los años siguientes a su marcha cabeceras nuevas como Action Comics y personajes como Superman y Batman.

Donefeld repetiría el truco un poco más tarde, esta vez con Max Gaines, metiendo su All-American Publications de nuevo con Leibowitz por medio. Gaines saldría con menos problema, sobre todo porque se iba a fundar su propia empresa: Educational Comics o EC. Para los ’50s Leibowitz, que ya había pedido un código para sus propios cómics, fue uno de los apoyos del Comic Code y su primer vicepresidente. Liebowitz ro, para lo que a nosotros nos interesa, tanto All-American como National como Detective Cómics cogerían la denominación de National Periodical Publications para su salida en bolsa en 1961. ¿No se llamaba DC Cómics? Pues no, se anunciaban como Superman-DC ya en los ’50s, y luego ya como DC Comics (sí, una reiteración, qué vamos a hacerle) pero su nombre empresarial era otro.

De momento dejamos a la editorial de cómics ahí y nos vamos al lado de las películas. A Jack Warner. Un pieza que lograría montar un imperio partiendo de la manera habitual punto tres: Gracias a su familia. Primero actuó como cómico, luego su hermano Sam entró en el negocio y él fue detrás, tuvieron un teatro en 1906 hasta que Edison les sacó del mercado con su idea de una empresa que metiera a los peces gordos de la distribución, la película y todas las cosas, lo que les acabaría llevando a la producción. Una empresa que iba intentándolo con éxito desigual hasta que lograron el enorme éxito de las películas de Rin Tin Tin a mediados de los años ’20. para 1927 Sam había apostado por las películas sonoras, aunque moriría de una neumonía antes del estreno de El cantor de Jazz. El inesperado fallecimiento del Warner bueno con solo 40 años y el éxito de la película llevó a Jack a volcarse en ellas, establecerse incluso más claramente en el mercado e ir convirtiéndose en un personaje fundamentalmente odiado. A punto de perderlo todo varias veces pero capaz generalmente de salvarlo, incluyendo 1962 cuando lo apostó al éxito de My fair lady. Y le salió bien. Pese a todo, con 70 años cumplidos, comenzó a considerar la posibilidad de retirarse del negocio. Así que en 1966, tras el descalabro de la producción de Camelot, decidió ceder y le vendió la mayoría de sus acciones de la Warner a otra empresa. La Seven Arts Productions, una productora independiente que servía también de distribuidora, trabajando por ejemplo con la Hammer británica.

A partir de 1967 pasaría a llamarse la Warner Bros.-Seven Arts. Jack Warner seguiría por allí, ya con muy poco poder pero aún con enormes capacidades para dar por saco, como sus intentos de que no se realizara Bonnie & Clyde.

El negocio del cine era turbulento en los años ’60s, el negocio de los cómics también era turbulento en los años ’60s. Así que -poco más de mil palabras más tarde- ha llegado el momento de que presentemos a nuestro personaje principal: Steve Ross.

Steve Ross tuvo una fulgurante carrera en el mundo de los negocios gracias a la manera habitual número dos: Se casó con la hija del jefe. Su suegro era Edward Rosenthal, el dueño de la mayor funeraria judía de Nueva York: Riverside Memorial Chapel. Y responsable de su expansión. Porque si su familia había ido añadiendo a la original, que se había ido mudando y ahora estaba en el Upper West Side, también otras en Brooklyn, Bronx, Westchester e incluso Miami, Rosenthal se dedicaría a adquirir otras empresas de servicios funerarios hasta convertirla en la principal empresa estadounidense del ramo. Y, tras trabajar con él un lustro, en 1958 decidió retirarse de los negocios y pasarle el testigo a su yerno, Steve Ross.

Ross ya había dado muestras de su inventiva empresarial al darse cuenta de que las limusinas que se usaban para los servicios fúnebres se usaban muy poco y convencer a su suegro de que le dejara montar su propia empresa de alquiler de limusinas: Abbey Rent a Car.

Su paso a dirigir el negocio de las funerarias y de los coches de alquiler tuvo tanto éxito que decidió que debía buscar una manera de expandirse con ayuda de una empresa complementaria. De las de los coches de alquiler, claro. Y ahí es donde entran los gangsters de Nueva Jersey.

La Kinney Parking Company había sido fundada por Manny Kimmel, Sigmund Dornbusch y Abner Zwillman. El de en medio había fallecido en 1956, pero los otros dos eran buenas piezas más que conocidas por las autoridades. El último en concreto era conocido no solo por su apodo Longie, o sus tratos comerciales con Lucky Luciano o que le llamaran El Al Capone de Nueva Jersey, todo porque se dedicaba al negocio de la bebida durante la prohibición. Pero tampoco era un problema para la compañía. Fundamentalmente porque había muerto de manera sospechosa en 1959, en un movimiento que había quien decía que tenía el sello de Vito Genovese. Manny Kimmel, sin embargo, seguía vivo.

Manny Kimmel era el que se había metido originalmente en el negocio de los aparcamientos, la había montado en 1945 cuando decidió darle una vuelta a sus negocios. Quizá porque esos negocios parecían incluir ya de antes a los parkings, pero con unos propósitos mixtos. Es decir, Kimmel facilitaba a Zwillman y otros un lugar a los que ir moviendo de un lado a otro de la ciudad vehículos durante la prohibición. El contenido de lo que podían transportar los mismos no era, sin duda, de su incumbencia. Que es más o menos lo que podemos sacar de cuando le tocó declarar en los juicios a Zwillman o a Joe Adonis. Sea como fuera en 1945 montó esta compañía. Bueno, la montó además. Además del negocio que tenía fama de gestionar de apuestas ilegales. Considerado el mayor corredor de apuestas ilegales de carreras de caballos en Nueva York en un momento determinado, propietario de varios caballos de carreras, y conocido también por sus negocios en las partidas ilegales de cartas, hasta el punto de que parece ser la inspiración directa para el Mr. X de Beat the Dealer.

Motivos todos por los que Ross sabía que más le valía ser rentable, pero también que tendría el dinero y las conexiones mientras lo necesitara. Al fin y al cabo Zwillman había… ahm… tomado especial interés en el negocio del cine, especialmente en la carrera de Jean Harlow. Así que Kimmel conocía a gente. Aunque creo que podemos dejar de hablar de estos asociados de Ross, pero quien quiera más puede leerse Master of the Game de Connie Bruck.

A Ross siempre le había interesado el mundo del espectáculo, así que además de continuar con la funeraria, los coches y los parkings (que ofrecían aparcamiento gratuito a los alquilados del mismo grupo) e incorporarle empresas de limpieza o edificios enteros, de hecho de su fusión con la empresa de servicios National Cleaning Company saldría el nombre con el que se conocería por el siguiente lustro: Kinney National Company.

Por supuesto, el interés por el mundo del espectáculo se notó también por cómo se dedicó a comprar empresas. Se hizo con la agencia de talentos Ashley-Famous, la empresa Panavision de equipamiento cinematográfico, las discográficas Elektra Records y Nonesuch Records, y para 1969 decidió que podía hacerse también con Warner Bros.-Seven Arts. Total, ya puestos. La productora aceptó. Lo último que saldría con este sello sería la distribución de una película de la Hammer: Frankenstein Must Be Destroyed, en lo que solo puedo considerar como ironía del destino.

En principio todo iba bajo el paraguas de la Kinney Parking Company, pero un escándalo múltiple que incluía fijar el precio de los parkings, expandirse sin medida y meter las zarpas en todos los niveles posibles fue notado por las autoridades estadounidenses que en lugar de recomendarles que se cambiaran el nombre a Sectorial y se dedicaran a cagarla en la comunicación le montaron una investigación por prácticas monopolísticas. Y si estáis sorprendidos de que las leyes antimonopolio sirvieran para algo sabed que ya somos dos. Sigo sorprendido de que acaben de echar para atrás PRH/Simon & Schuster no me voy a sorprender menos de que a principio de los ’70s fueran efectivas.

Pero lo fueron. Así que Kinney se dividió en dos bloques en 1971, el de las Empresas de Servicios que tendría por nombre Kinney National y que dirigiría Paul Milstein, parte de una empresa familiar dedicada a los suelos, Circle Floor, que había sido comprada por Kinney pero que se había quedado dirigiendo. De esa manera Steve Ross podía dedicarse a gestionar el segundo bloque, el de las empresas del mundo del espectáculo. Que pasaría a llevar por nombre Warner Communications.

A partir de ahí Ross se dedicaría a cosas como montar la MTV o Nickelodeon, se ocupó de la parte de películas hasta el punto de que Spielberg dijera que era todo lo que deseó que su padre fuera y le dedicara La lista de Schindler, e incluso compraría Atari llevando a Warner al bordé de la compra hostil por su fracaso. Logró evitarlo. E hizo más cosas como promocionar el fútbol e intentar que Pelé fuera una estrella en Estados Unidos. De esas que hacen anuncios, supongo. Pero de todo eso no tenemos por qué hablar -al menos no aquí, no hoy- porque lo importante es lo que hemos estado dejando de lado.

¿Y qué pasa con los cómics?

La última vez que vimos a la National Comics Publications, Inc. estaba saliendo a bolsa en 1961, los cincuenta habían sido unos años convulsos en los que los superhéroes no parecían interesar tanto. Aunque gracias a mandar también en Independent News tenían una situación de superioridad que les permitió hacerse con los restos de Quality Comics, por ejemplo, y quedarse como la principal empresa de cómics. Pero la muerte de Donenfeld en 1965 y los cambios que estaban sucediendo con el cambio de gustos en los superhéroes animaron a Liebowitz a aprovechar el éxito de la serie para televisión de Batman de 1966 y vender en 1967 su empresa a Steve Ross.

Ahora llega ese pequeño y molesto momento de comprobar cómo de atentos habéis estado a toda esta cháchara de más de dos mil palabras. ¿Pero no había dicho yo que Warner NUNCA compró DC? Efectivamente. Y os lo acabo de contar.

Liebowitz vendió National etc a Steve Ross. Y no, el asunto no es que se llamara National y no DC Cómics. ¿Por quién me tomáis? ¿Por el Monstruo de Frankenstein?

National Comics Publications, Inc. fue adquirida en 1967 por la empresa de Steve Ross… que en aquel entonces era Kinney National Company. Y lo era, entre otras cosas, porque hasta 1969, dos años más tardes, no compraría el mismo Ross con el mismo Kinney la Warner, y no llevaría el nombre Warner la compañía resultante en la que se engolbaban todas las de la industria del espectáculo, incluyendo National/ DC Cómics, que compró entre Ashley-Famous y Panavision, hasta 1971. Para entonces DC llevaba cuatro años operando bajo sus nuevos jefes.

POR ESO Warner NUNCA ha comprado DC Cómics. La compró Kinney, que compró después a Warner y que unos años más tarde se puso su nombre.

Es posible que por eso Warner siguiera durante años sin hacerle caso. Antes de todo este movimiento jamás había trabajado con ellos y después seguiría sin hacerlo hasta el Batman de 1989. De ahí que el Superman de 1978 lo produjeran Dovemead Ltd. y la International Film Production dedicándose la Warner solo a distribuirlo, un trato habitual durante muchos años. Hasta que se diera cuenta de las posibilidades de explotación del negocio de los cómics.

Luego ya pasaron más cosas, con Steve Ross y tras su fallecimiento en 1992. Y ahora mismo DC está como está. Con Wakanda Forever superando en un fin de semana lo que Black Adam en el mes que lleva estrenado, Los Minions 2 superando a The Batman en taquilla y Zaslav haciendo sus cosas que si no fuera por los Musk o Bezos lograrían un primer puesto. Pero, claro, ni en eso pueden ser primeros. Los pobres.

Así que, visto lo visto, ¿no os parece normal que Warner NUNCA comprara DC?

Ah, sí, National Comics Publications, Inc. pasaría a ser oficialmente DC Comics, Inc. en 1977.

Yo también abandono el Estudio Ghibli

¿Qué es más importante en la historieta? ¿el guión o el dibujo?

Esta pregunta, aquí, carece de sentido, pues todos sabemos que con un dibujo que mole todo entra mejor, mientras que con malos dibujos pocas obras consiguen hacerse un hueco en el mercado. Pero, claro, esto es una cuestión subjetiva y por tanto sujeta a opiniones de cada cual. Y hay que tener en cuenta que la historieta es algo más que esos dos factores por separado, esta tambi´én esa quelque chose que se la ha dado en llamar narrativa.

Narrativa es eso que en el dibujo hace que la acción fluya de forma natural entre viñetas, y en el guión lo que hace que haya un ritmo de lectura más allá de juntar letras, lo de las escenas, transiciones y todo eso. Y ser buen escritor o dibujante no tiene que ver con ser buen narrador. El primer ejemplo en cuanto a dibujo suele ser Frank Quitely, del que se suele destacar lo feo que dibuja pero lo bien que narra. En cuanto a guión, mirad lo bien narrado que está Providence. O cuando pensais si una obra de Chaykin tiene las páginas desordenadas.

Tenemos tebeos bien escritos y dibujados, mal escritos y bien dibujados, bien escritos pero mal dibujados y mal escritos y mal dibujados. Y los de arriba saben lo que vende cada uno. Eso sería suficiente para conocer la respuesta y dejar patente que un dibujo molón puede con todo. Pero nos dejamos en este análisis la narrativa.

Faltaba encontrar algún ejemplo de tebeo con historia interesante, bien dibujado, pero con una narrativa torpe que hiciera un dolor su lectura. Dicho así parece difícil de encontrar, pero el otro día me sumí en la relectura de una obra que pensaba que en su día no hab´ía sido capaz de apreciar por no estar preparado. Y parece que más de dos décadas después sigo sin estarlo.

Hablo de Nausicaä del Valle del Viento.

Única incursión en manga de Hayao Miyazaki, para completar la aventura en seis tomos necesitó 12 años, de 1982 a 1994. Tras la experiencia decidió dedicarse plenamente a la animación y sacar muy puntualmente algún que otro Anime Comic, pero lo de la historieta lo dejó para los profesionales.

Cuando lo lei por primera vez es posible que no estuviera acostumbrado a aquel sentido de lectura, o a que las onomatopeyas fueran rayas raras sin saber qué podrían expresar. Es posible que todo eso me influyera, me sacara de la lectura y me impidiera disfrutar de aquella historieta como debiera. Fueron entonces muchos años de práctica asimilando lecturas japonesas y onomatopeyas imposibles hasta que regresé a esta obra. Por el camino había leido jeroglíficos, historietas recortables, obras que había que girar tras cada página, pictogramas en colores. Incluso disfruté un tebeo en griego sin conocer el idioma y sin saber que lo estaba leyendo al revés. Me sentía preparado para revisitar aquellos seis tomos, aquellas mil doscientas páginas de historia, de dibujo, de ¿narrativa?

De historia y de dibujo. Punto.

El Miyazaki mangaka es un gran ejemplo de tipo con una idea y una capacidad para el dibujo envidiable, pero que cuando le toca poner una viñeta detrás de otra, con esas viñetas hacer una escena, y que luego las escenas se vayan sucediendo con un cierto ritmo, pues como que no.

En Nausicaä las cosas suceden y el ojo disfruta, pero no hay ritmo, no hay una distinción clara entre escenas y cuando nos damos cuenta de que se han abandonado a unos personajes para contar cosas que suceden a otro igual han pasado dos páginas; o se recuperan personajes y situaciones casi olviddos muchas páginas atrás cuando ya no los teniamos en cuenta; algunos diálogos o textos explicativos lastran la lectura, hay una historia debajo pero los cimientos que la sustentan son endebles. Y los dibujos molan.

La narrativa en Nausicaä es pésima.

Pero esto no tiene por que ser necesariamente malo.

Pues es precisamente lo que necesitábamos para resolver nuestra cuestión inicial.

Nausicaä ¿molaba? ¿tuvo éxito?

Pues parece ser que sí.

Y me baso en el dato obejtivo de que…

…doce años después la misma editorial se animó a sacar una edición integral de la misma obra por más del doble de precio. Edición agotadísima hoy en día por la que se piden barbaridades en el marcado de segunda mano, cosa que sucede también con la primera edición en seis tomos de papel malujo.

Nausicaä mola.

Y es que un dibujo molón, ahora sí, puede con todo.

AVIV IKÄZAYIM!

Vértice

Hoy en día decenas de dibujantes españoles trabajan para la Marvel, la DC o alguna otra editorial norteamericana. De hecho es posible que nos costara encontrar a alguno que en algún momento no haya publicado para alguna editorial extranjera más o menos confesable.

Por eso es dificil que la gente nacida de los 90 en adelante se haga una idea de todo lo que representa Carlos Pacheco para algunos de nosotros.

Es imposible explicarlo sin caer en el señormayorismo. Sin hablar de aquellos tiempos remotos, los de Antes De Internet™ y Cuando Sólo Había Dos Cadenas De TV™. Porque Pacheco pertenece a otra generación, la Generación Vértice.

El origen del título del spin off de Iberia Inc. Y es que la sombra de Ediciones Vértice es alargada. Tanto que se siguen usando sus traducciones de nombres de personajes como Estela Plateada o Mercurio.

Y hay editoriales que siguen publicando sus portadas.

Y de la misma manera que alguien que no lo viviera no puede hacerse una idea del brutal impacto que supuso el estreno de La Guerra de las Galaxias en 1977 no se puede comprender lo que representaba encontrarse un número de Spiderman o de Los Cuatro Fantásticos en unos kioskos dominados por Mortadelo, Zipi y Zape, El Jabato o El Corsario de Hierro.

Y si acaso algún número de la DC de Novaro.

El mundo era un lugar mucho más grande entonces. En todos los sentidos, casi todos ellos negativos. Antes de la llegada de lo digital las distancias eran tan enormes que a veces eran insalvables. Y si poder leer aquellos tebeos extraños y exóticos era dificil pensar en algún dia poder crearlos era directamente imposible. Lo más parecido que existia eran los autores que estaban dibujando material para editoriales británicas a través de representantes. Años más tarde Ezquerra co crearia al Juez Dredd y todavía más tarde Maroto dibujaría Las Crónicas de Atlantis. Pero eran profesionales con décadas de experiencia.

Eran los Ditko y los Kirby. Pacheco era Roy Thomas. El primer fan local que logró ascender a creador. Primero, cuando el sueño todavía era imposible, con portadas de comics Marvel de Fórum y hasta algún proyecto propio.

Luego, y no por casualidad, con trabajos para la Marvel UK. La Marvel que en realidad no era 100% Marvel pero estaba más cerca y era más accesible.

Y finalmente trabajando para la Marvel «de verdad». Entrando por la puerta grande a finales de 1994 con una miniserie protagonizada `por Bishop. Con la franquicia que barría con todas las franquicias…

…y dibujando pistolones, cartucheras, dientes-dientes y escamoteando pieses como ROB! manda.

De todos los crios que aluncinaron al descubrir el Unverso Marvel en las ediciones de mierda de Vértice Pacheco fué el primero que logró llegar a crear historias para esos mismos personajes. No sólo como dibujante, abriendo el camino a los que vendrían después, sino finalmente como co-autor completo junto a Rafa Marín del grupo que mejor define ese universo.

Es cierto, hubo alguien antes que Pacheco. Un artista incluso más grande y de mayor influencia. José Luis García López.

Pero no estoy hablando de la historia de los cómics, estoy hablando de mi historia de los cómics. García López había emigrado a los EEUU en 1974 y ya le conocimos como autor de tebeos norteamericanos. Pacheco y Marín no eran simplemete dos españoles escribiendo y dibujando Los Cuatro Fantásticos, eran dos de los nuestros. Y habían conseguido algo que en nuestros tiempos de fans lectores nos parecia casi tan inalcanzable como llegar realmente a ser un superheroe.

Imagínate crecer adorando Star Trek. Imagínate llegar a ser guionista y director y ser responsable de la siguiente serie de Espacio Profundo Nueve.

Ahora imagínate lograr eso sin que existiera internet y habiendo sólo dos cadenas de TV.

Más allá de su trayectoria y sus logros profesionales eso es lo que siempre representará para mí Carlos Pacheco.

Aunque no fuera primo de Warren Ellis.

Y aunque en mi cabeza, y por culpa de Guillem March…

…siempre se llamara Carlos Pancheco.

Cabeceras GENIALES

A veces resulta complicado seguir el ritmo a las cosas que va sacando Marvel, pero cuando hablamos de cabeceras GENIALES no hablamos de cualquier cosa. Hablamos de cómics que no pueden pasar desapercibidos para el adlater que se precie, que nos entran rápidamente por los ojos y nos dicen cosas. Cosas como «cantera», y es que no podemos perder de vista a Ryan Stegman. Este prometedor artista, que debutó en Marvel dibujando al Spiderman Superior ha ido ganando peso con su estilo que combina las influencias amerimanga o cartoon de los primeros dosmil con referencias tanto noventeras como contemporáneas. Sus recientes trabajos en series relacionadas con simbiontes (Matanza Absoluta y Rey de Negro, ambas con Donny Cates) ya le habían presentado como un artista a seguir, pero su actual trabajo para Marvel destaca sobre todo ello.

¿Qué hay más genial que Spiderman 2099? El complejo mundo de saltos temporales entre la actualidad y la línea temporal de Miguel O’Hara nos permite disfrutar de la más jugosa selección de conceptos artísticamente noventeros (y GENIALES) con las tramas de la Marvel actual (también con altos contenidos de GENIALIDAD). Y es que Ryan se encuentra ahora dibujando SPIDER-MAN 2099: EXODUS. Y valgan algunas muestras del arte de los primeros números para que entendáis por qué podemos estar interesados en esta cabecera.

Loki 2099 sigue siendo Tom Hiddleston
¿O es Adam Driver?

No solo los interiores están llenos de pequeñas maravillas como estas, las portadas son un recordatorio constante de otros tiempos donde se diseñaba con gusto, atrevimiento y arrojo.

Escribiendo el guion (que incluye el ya tradicional batiburrillo de la Marvel actual de Celestiales, Norman Osborn, multiversos y mucho más) encontramos a Steve Orlando, uno de los guionistas prometedores de la Distinguida Competencia en los últimos años al que claramente Marvel ha captado con una cabecera central y de máxima importancia para el desarrollo de su universo. O puede simplemente que le hayan puesto aquí mientras preparan algo importante que darle. ¿Quién sabe? Solo el tiempo nos dirá el papel icónico que Spider-Man 2099: Exodus va a jugar en la Historia.

Nada acaba nunca, Marvel

Acto uno

2006. La Casa de las Ideas tiene una nueva ídem para el habitual cruce sacaperras multipersonajes, y se trata de…

2014. Los chicos de Kevin Feige, buscando argumentos para su Universo Cinemático, dan con ese tebeo de 2006 y deciden aprovechar el branding para hacer su propia versión, así que en 2016 se estrena…

2016. Los tíos de los tebeos deciden que no pueden desaprovechar la sinergia que desprende este movimiento de su división audiovisual, así que deciden lanzar una nueva serie para explotar también la marca, llamada…

Acto dos

2008. La Casa de las Ideas tiene una nueva ídem para el habitual cruce sacaperras multipersonajes, y se trata de…

2020. Los chicos de Kevin Feige, buscando argumentos para su Universo Cinemático, dan con ese tebeo de 2008 y deciden aprovechar el branding para hacer su propia versión, así que en 2023 se estrenará…

2022. Los tíos de los tebeos deciden que no pueden desaprovechar la sinergia que desprende este movimiento de su división audiovisual, así que deciden lanzar una nueva serie para explotar también la marca, llamada…

Nada acaba nunca, Akira

romaN

«Enfrentar a negros e hispanos» parece la versión más básica de muchos manuales, que por lo visto incluye al de Disney. Aunque, claro, no es algo que nos vaya a dejar congelados. Total, ¿qué podríamos esperar que pensaran cuando se les mencionó que Namor siempre tenía la espalda mojada?

Lo cierto es que todo esto ha servido, fundamentalmente, para meter a Namor en el Universo Cinematográfico Marvel. Que no está mal, porque es de suponer que estamos yendo camino de traer de vuelta a Los 4 F. Así que ya tenemos rondando a Nathaniel Richards, ahora toca Namor y la próxima es la Zona Negativa. Pero no nos desviemos.

Lo importante con Namor es no perder de vista de quién estamos hablando. La creación de Bill Everett sirvió para que Marvel se convirtiera en lo que es hoy en día, que es algo que se puede explicar a través de tres historias. Cuatro si me admitís también un pequeño juego de portadas.

La primera historia tiene lugar justo al inicio, Marvel aún no existía. Lo que sí que existía era Funnies Inc., una empresa que creaba contenido para lo que le pidieran, desde cómics gratuitos para regalar en los cines -porque hay cosas que nunca cambian- a historietas para gente que necesitaba rellenar sus publicaciones.

Martin Goodman quería lanzar una revista de cómics así que habló con Lloyd Jacquet, el dueño de Funnies Inc., y este le vendió un par de personajes que venían a complementarse y que iban a haber salido en una revista que nunca llegó a salir. Se trataba de La Antorcha Humana y de Namor. Y estos Packagers -sí, eso es, desde entonces- lograron ponerlos en el centro de la revista Marvel Comics. La Antorcha protagonizaría la portada del primer número y Namor del cuarto. Pronto estarían expandiéndose por otras publicaciones y, de hecho, Namor acabaría teniendo una cabecera (más o menos compartida con El Ángel, más secundada en realidad) que pasó de salir tres veces al año a seis con asombrosa rapidez.

En su interior se veía la versión original, un Namor que no estaba a favor de un estado o de una voluntad que no fuera la suya y que regularmente chocaba con Estados Unidos. Una suerte de Godzilla, salvo porque aún no había entrado USA en la 2ª GM y, claro, los estadounidenses no habían soltado una bomba atómica sobre Japón.

Pero esto sirve para todos aquellos que quieren que el personaje sea lo más parecido a lo que era en sus orígenes. Porque en el caso de Namor eso significa ser lo más parecido posible a esta viñeta de Sub-Mariner Comics #2.

Sinceramente, después de esta viñeta podría terminar el posteo e irme a descansar que -así entre nosotros- me lo merezco. Total, nadie se lee tanto del texto de acompañamiento.

¡PERO! Os he prometido tres historias y un poco más y aquí estoy para contároslo. Porque en realidad lo que marcó ya en aquella época a Marvel fue el siguiente paso dado. Timely se dio cuenta de que podía sacar dinero montando su propia cuadra de autores, así que fichó a gente, incluido Joe Simon. Y una vez montado el tenderete una de sus finalidades fue lograr que Jacquet les vendiera sus ‘creaciones‘ -esto es, algo que en realidad no era suyo sino de Bill Everett y Carl Burgos pero que Marvel Timely quería para que fuera suyo y no de Bill Everett o Carl Burgos– por el método de dar mucho la plasta con cambios y pijotadas.

¿Qué cómo podemos decirlo tan tranquilos? Pues porque lo dejó por escrito Simon en su libro The Comic Book Makers, y la propia Marvel recogió sus palabras y las imprimió en el prólogo que Will Murray hizo para Golden Age Daring Mystery Masterworks Vol. 2

Para los que no lean la imagen:

«Goodman… asked me to take over the editing of all his comic books,» Simon wrote un The Comic Book Makers, «Lloyd Jacquet and his Funnies, Inc., outfit were being phased out. Soon, we were buying only The Human Torch and Sub-Mariner from Jacquet and irritating the hell out of him with demands for script and art changes in the hopes that he would resign the features he had helped to build. Timely Comics had outgrown Funnies, Inc.»

Y para los que no lean inglés:

«Goodman… me pidió que me hiciera cargo de la edición de todos sus libros de historietas», escribió Simon en The Comic Book Makers, «Lloyd Jacquet y su equipo Funnies, Inc. estaban siendo eliminados. Pronto, compramos solo The Human Torch y Sub-Mariner de Jacquet y lo irritó muchísimo con demandas de cambios de guion y arte con la esperanza de que renunciara a las características que había ayudado a construir. Timely Comics había superado a Funnies, Inc «.

Así que esta es la primera historia, cómo Marvel como empresa se construyó saqueando desde el primer momento. Y es que esa creación desde Marvel Comics #1 es tan mítica -en tanto que falsa- como lo de que Warner compró DC. -Que será un posteo distinto para un día diferente-.

Para la segunda historia lo más sencillo es hacer un repaso por las portadas para ver cómo ha ido cambiando Namor con los años:

Yo creo que ha quedado bien.

Así en lugar de ir poniéndoos distintas portadas y comentarios tenéis un pequeño repaso al que poner vosotros los comentarios y me dejáis pasar a la segunda historia.

Namor ya había tenido su traje tradicional, a Namor ya le habían dado un traje negro con… aletas o algo… así que cuando llegaron los ’90s y se lo dieron a Byrne solo había una manera de hacerlo más noventero.

O dos, si contamos lo de la coleta.

El asunto es que a Byrne le pareció muy gracioso este convertir la parte de Salvaje en algo más o menos real y en cuanto te descuidas un tipo más repeinado que un CEO como se veía en esa primera portada suya

Acababa efectivamente en los ’90s como prometía la portada, o esta otra portada.

Un diseño awesomistico a tope que los dibujantes fueron complementando dentro.

Con un poco más de bolsillos y dientes sería perfecta. Por cierto esta última imagen sale de aquí.

¿Influyó en el futuro este momento noventero?

A veces parece que sí.

Brazos y manos así no se ven todos los días.

¿Qué historia queda por contar? Pues la tercera, claro. La de la película.

En realidad podríamos empezar por el serial, porque a mediados de los ’50s ya estuvo cerca de hacerse algo con él. Según decía Everett hubo problemas de producción y quedó en nada. Aunque el teórico protagonista elegido acabaría haciendo La sirena de las aguas verdes. Vaya lo uno por lo otro. En los setenta volvería a intentarse pero la NBC se adelantó -y se la pegó- con Man of Atlantis y, de nuevo, nada.

La versión más moderna lleva en construcción desde, por lo menos, los ’90s. Y si no me creéis a mi, creed al Variety.

Es mucho lo que podemos contar de ese artículo, y probablemente volvamos a él en algún futuro cercano para hacer un repaso a ideas como que Tony Stark sería Nicolas Cage, una idea tan peculiar como intentar encontrar puntos de conexión entre Stark y Elon Musk. (Más allá de haber nacido en familias con mucho dinero y moral cuestionable, claro) Pero, como decía, a este artículo volveremos otro día.

Quedémonos conque el director de La insoportable levedad del ser y Elegidos para la gloria o La invasión de los ultracuerpos le interesó que fuera su siguiente película tras Sol Naciente. La cosa no acabó de funcionar y tuvo que limitarse a cosas como Giro Inesperado para rellenar las tardes de los domingos. No quiso casarse con Marvel y ahora su consuegra es Nancy Pelosi. ¿Casualidad? Quién sabe.

A continuación llegó Saban, que quiso producir una película del personaje dirigida por Chris Columbus. Fue la época de cuando Jemas se empeñó en escribir unos números del personaje para acercarse a la película, o algo. Quizá pensó que los creadores de cómic podrían sacar dinero de las adaptaciones al cine. Eran tiempos más sencillos, más simples, más crédulos…

Después el rumoreado fue Jonathan Mostow. Y después llegó 2008.

A partir de ahí comenzó un extraño baile en el que alguien decía que Marvel/Disney había recuperado los derechos y Feige salía a desmentirlo/ decir que era un poco más complicado. En 2012 fue Quesada, en 2014 Borys Kit, en 2016 fue -de nuevo- Joe Quesada, en 2017 fue la publicación Production Weekly. En cada caso Feige salió a decir que no exactamente, no está claro, es un poco complicado, hay muchos factores, etc…

Finalmente sale en esta película, y lo hace mientras Feige tiene que repetir que los derechos de una película en solitario blablabla. Que siendo un tema parecido al de Hulk parece indicar que tendrá película en solitario para cuando la tenga Hulk más o menos.

Y estas son las tres historias, esta es la galería de portadas, pero aún me quedan algunas cosas que añadir.

Como, por ejemplo, que teníamos más portadas. Como estas alternativas del evento The Best Defense de 2018 que también hacen un repaso a la historia del personaje.

O como esta otra de la serie que saldrá este mismo año y que nos muestra al personaje en el trono.

Y, por supuesto, una serie de viñetas más o menos equívocas que tenía por si el texto se quedaba corto y había que recurrir a ellas:

Y, por supuesto…

A ver si os pensabais que os ibais a librar solo porque estemos en noviembre. ¿Es que no habéis escuchado lo del calentamiento global? Pues para combatirlo está esa imagen.

Y ahora que ya hemos sacado tres historias, una multitud de viñetas y abierto varias posibilidades para otros posteos nos podemos ir con un…

AVIV ROMAN!!!

Pero recordad: