Como muy bien acaba de decir nuestro (presente y futuro) presidente, hasta aquí hemos llegado.
Se acabó la tolerancia con los insidiosos subversivos que buscan corromper las inocentes y glaucas mentes de nuestros tiernos infantes. Esos abyectos malnacidos que se aprovechan de la libertad Que Nos Dimos Entre Todos los Españoles™ para convertirla en estalinista libertinaje. Bien les sienta el nombre de «titiriteros» pues su burda propaganda marxista busca convertir a la ciudadanía en simples marionetas pendientes de los hilos de sus mentiras y manipulaciones.
Hora es, amigos y amigas, de alzar nuestra voces y denunciar todos los casos de apología del terrorismo y del asesinato que los propagandistas radicales de izquierdas pretenden inculcar a nuestros hijos, nietos y sobrinos pues no sólo se dan en el abonado terreno del mundillo cultureta progre. Oh no. Están por todas partes.
En el cine.
En la televisión.
Incluso entre tú y la nav en los tebeos.
Y es algo que viene de lejos, de muy lejos. Ya en 1958 el conocido librepensador anarquista Victor Mora animaba a los niños a alzarse contra el orden legal establecido.
Y lo hacía mediante el supuestamente heroico Jabato, un terrorista independentista radical que luchaba contra el legítimo gobierno senatorial romano con el objetivo de segregar la región de Hispania.
No es de extrañar que algunos niños expuestos a esta vergonzosa propaganda nacionalista crecieran para convertirse en adultos sectarios que crearon historias que glorificaban el crimen y la inmoralidad.
A su vez deseducando a futuras generaciones sin referente de decencia que, al llegar a la edad adulta han perpetrado nuevas odas al asesinato y el latrocinio.
Como esta repugnante hagiografía cometida por un par de cuarentones nostálgicos de un régimen criminal que asesi…
Ehm… ¿Sí, digamé? No, aquí denunciando el… Ahhh… ¿De verdad…? ¡No por Dios! ¡Nada más lejos de mi intención! ¡Yo pensaba que…! Claro… Claro… ¡Por supuesto! ¡AHORA MISMO! P-póngame a los piés de su señora…
Esto… Pero bueno, dentro de lo que cabe Baltasar y Franco tampoco es un caso TAN grave… Que no es por no condenar al franquismo ¿eh? ¡Que si hay que condenarlo se le condena! ¡Que a antifranquista a mí no me gana nadie! Pero qué necesidad hay de reabrir heridas que ya estaban cerradas y eso ¿eh?
Además, tan arteras artimañas no solo suceden en nuestra piel de toro. No, amigos y amigas. Como en tantos otros temas, los rojiprogres se limitan a copiar estratagemas que han tenido éxito a lo largo y ancho de las tupidas redes del comunismo internacional. Hasta en la misma Tierra de la Libertad, patria natal de la democracia, se han dado casos.
Las adaptaciones cinematográficas de los tebeos Marvel, repletas de aventuras y maravilla, camuflan una siniestra cara oculta. Todos los estudiosos del noveno arte coinciden en señalar a la editorial fundada por Stan Lee y Bob Kane como una artera maquinaria de propaganda marxista.
Que durante años ha exhortado a sus jóvenes e inocentes lectores a obedecer los designios de su comisario político.
Llegados a este punto os imagino convencidos de que no es posible que la impiedad de estos repulsivos titiriteros pueda alcanzar cotas más altas.
Sabed que os equivocais, amigos y amigas.
Yo era igual que vosotros. Vivía en la inocencia. Hasta el día en que entré en una librería buscando un cuento de gatitos que regalar a mi sobrina…
…y me topé con esta intolerable y punible negación del Holocausto. ¡¡¡Sabe, maldito Art Spiegelman, que en España ya compartirías prisión sin fianza con tu compañero neonazi Vuillemin!!!
Y es que, en conclusión, no resulta extraño que cuando los comics llegaron por primera vez a nuestras tierras provenientes de la lejana América algún anarcosindicalista infiltrado en la RAE escogiera llamarlos… ¡HISTORIETA!