La paguita

Con los cambios que se avecinan en nuestra sociedad, no podemos dejar de citar uno que al menos era esperado por cuanto formaba parte de los programas electorales de los partidos que componen el actual gobierno de la nación: la renta mínima.

A grandes rasgos, y teniendo en cuenta los cambios que pueda tener desde el papel hasta la realidad, consistirá en un ingreso mínimo para el individuo o la unidad familiar, que se daría para facilitar el acceso a las necesidades más básicas en cuanto a alimentación, vivienda, servicios esenciales, etc. En teoría, este ingreso se daría a la gente necesitada por el mero hecho de existir. Por haber llegado en este Valle de Lágrimas a esta Piel de Toro.

La medida llega de manera oportuna por cuanto aun estamos por ver la que caerá cuando la crisis sanitaria nos deje ver algo más. Por otra parte, hay que tener en cuenta también que la producción de bienes y la generación de riqueza en esta era precisa cada vez de de menos mano de obra y se tiende a la automatización, con lo que estamos cada vez se produce con menos trabajadores. Llevado esto al extremo, podemos llegar a un máximo de producción que no llegue a ocupar a toda la mano de obra potencial. Y siendo así, la pregunta que cabe hacerse es si en realidad hace falta que todo el mundo trabaje para que el sitema funcione. Y si no hay trabajo para todos, si a quién no lo encuentre o no lo busque se le debe incluir o excluir.

Es desde luego algo bastante rompedor, pues de siempre se nos ha dicho que el trabajo dignifica, lo que lleva ahora a muchos a opinar que «mis impuestos no van para vagos«. Algunos de estos también decían «Antes de ayudar a los de fuera, primero los de aquí«. Pero es que cuando se trata de ayudar cuesta encontrar el target.

Igual me equivoco, pero no creo que recibir ese ingreso mínimo (ingreso, renta, subsidio, el sustantivo cambia, pero el adjetivo mínimo le acompaña siempre) suponga entrar en una vida de lujos y desenfrenos sin echar un palo al agua. Para mi el ingreso mínimo es algo parecido a Amazon Prime Video. Es algo que por el hecho de haberte hecho el Prime lo tienes. De gratis, por la face. Y un buen día te metes y ves el contenido. Hola, cliente, esto es lo que hay. Puedes ver tele a la carta de gratis, como los del Netflix y el Disney. Entonces usas el buscador a ver si hay algo que te interese. Primero si lo hay, y si es así casi con toda seguridad que te digan que debes volver a pagar.

Pero si las necesidades más básicas quedan de cierta manera cubiertas, y un sector de la gente no es demasiado exigente, entonces podría resulta que el hecho de buscar un trabajo no fuera tanto una necesidad perentoria sino una opción personal para ganar más. Cierto es que en la situación presente muchas veces ni con dos sueldos en casa se llega holgado a final de mes, pero también hay que considerar que si la bolsa de gente que busca empleo se reduce porque ya no es tanta extrema necesidad, puede darse el caso de que los puestos de trabajo que necesiten llenarse deban aumentar sus salarios para interesar a la gente que quede. Y es que si los gastos derivados de trabajar (tiempo, desplazamientos, etc) no compensan, igual es más interesante no hacer nada.

Cuando pasé de la infancia y la sopa boba al crudo mundo laboral, me chocó que hubo una generación de familias, las que comenzaron cotizando en periodo predemocrático, que podían llegar con un solo sueldo no demasiado rumboso a tener piso y vehículo en propiedad, y si me apuras un terrenito donde ir en vacaciones. En este sentido, y alguna reprimenda me he llevado cuando lo que voy a decir no lo he expresado delicadamente, cuando abrieron el mercado laboral a la otra mitad de la población (las mujeres, vaya), nos tomaron bien el pelo. Pues de alguna manera pasamos de no pasar penurias con un único sueldo a tener que trabajar dos para casi no llegar. Ahí pasó algo. E igual esto del esto mínimo puede ayudar a vivir mejor. Igual no con más, pero sí mejor.

Hay quien dice también que esto será un desastre, un criadero de ganapanes, y que no tendrá más recorrido que la alternancia política en los gobiernos. En verdad, no es sencillo saber qué sucederá, pero al menos parece que va a intentarse.

Y es entonces cuando caigo que esto de la renta mínima ya se ha vivido antes en los tebeos, por lo que a lo mejor alguna conclusión podemos sacar.

23 de Agosto de 1948. El entrañable paleto Abner Yokum pasea por las colinas de Dogpatch cuando se siente atraido por un dulce canturreo.

Algunos tics de Groo pueden remontarse a Li’l Abner

Llega a un valle poblado por unos curiosos animalitos: los Shmoos.

Unos seres pacíficos y bondadosos, que producen leche, dan huevos, jugosos filetes, y no hay maltrato animal, puesto que en cuanto se les mira con un poco de ganas, mueren con gusto para que puedas comerlos, es casi su objetivo en la existencia, hacer feliz a la gente. Con su piel pueden hacerse ropas, con sus bigotes palillos, no comen ni consumen nada, y además se reproducen rápidamente.

Unos animalicos con los que todas las necesidades familiares se ven cubiertas. Un ingreso mínimo.

La entrada de este nuevo factor en la sociedad produce al principio imágenes chocantes.

Pero veamos cómo reacciona a la nueva situación un proletario típico. Uno de 1948, cuidado, no confundir con los de 72 años después. El buen hombre llega a una zona desfavorecida con el loable objetivo de ofrecer trabajo, e incluso sueldo si es necesario, a la población.

Y es consciente de que la necesidad ya no es la motivación que atraerá a la gente a las puertas de su fábrica.

Moonbeam McSwine, su presencia en esta escena era imprescindible

No solo eso, sino que la viralidad de los Shmoos hace que hasta su propio personal se le suba a las barbas.

Se les subleva el servicio…

…y las amigas le dejan los mensajes en Visto.

Siempre hay quien dice que una crisis supone una oportunidad, así que algunos buscarán la manera de reconvertir su modelo de negocio. Si lo básico está cubierto, convirtamos los superfluo en imprescindible. Que si dudan entre comer o el último smartphone, que pasen un poquito de hambre. Pero también habrá quien , llamadle antiguo, crea que las cosas ya están bien como han estado siempre.

Uno de estos preocupados empresarios es el que, comisionado mediante, llama a una unidad de acción para resolver la situación.

Entendiendo por «resolver» el devolver la situación al status quo inicial.

Y así, todos contentos (o casi todos)

Y esto es lo que dicen los tebeos. Hay que tener en cuenta que se trata de una fabulación sobre una situación fantasiosa planteada hace más de setenta años, por lo que pese a los paralelismos no debemos tomarlo como advertencia de lo que vaya a suceder ahora. De hecho a Al Capp, autor de la tira, le llovieron en su día capones de derecha e izquierda por esta historia, de unos porque creyeron que estaba parodiando de forma salvaje al comunismo, de otros porque veían una crítica cruel y sin fundamento de los honrados empresarios de la época.

Pero al menos podemos ver quién salió ganando con aquella situación.

El merchadising.

Día de Difuntos

Hoy es primero de noviembre, y es tradición visitar los cementerios para recordar a los que nos han dejado (en realidad el Día de Difuntos es el 2, pero la tradición española la funde con Todos los Santos en una sola festividad). Vamos a honrar la costumbre visitando los lugares de descanso de algunos de los miembros de la familia del cómic, gracias a un puñado de fotos obtenidas de Find a Grave

tumba barks

tumba caniff

tumba capp

tumba foster

tumba goldberg

tumba goscinny

tumba gould

tumba herge

tumba kane

tumba kirby

tumba mccay

tumba mcmanus

tumba norris

tumba raymond

tumba siegel

tumba stevens