Dio Mío

Ha sido un año tranquilo en DC, pues el centenario de Kirby les tuvo absorbidos haciendo el Kamandi Challenge y les salió divertido. Pero llega 2018, Dan Didio mira a su alrededor y se da cuenta de que no puede hacer más la puñeta a Giffen y DeMatteis al tenerlos haciendo adaptaciones animadas.

Ya les gustaría matarlos (a los personajes), pero las franquicias son terreno vedado. En la soledad de lo más alto, Dan se aburre. Para mantenerse activo necesita darle un vuelco a algo, y profanar a esos dos siempre le había dado gustito.

Mira su lista de tareas. Ya sacó aquellas miniseries de Before Watchmen y Alan Moore ni se le inmutó. Dijo que él ya había contado su historia y eso no la alteraba un ápice. Que buen contrincante sería y que soso le salió. Fue por eso que le dijo a Scott Snyder lo de hacer aquello en Metal (desde la última página del número 1, ya en sus librerías). Pero este otro tampoco se dejaba picar, maldita sea.

Así que se juntó con Geoff, que ese sí que sabe montar una fiesta.

¿Que no te había alterado la historia, barbudo? ¡vamos, contesta ahora! ¡portada de Gibbons! ¿te ha llamado para agradecerte el pastizal que le he pagado?

La respuesta: el silencio.

«Allá ellos. Yo ya no hago superhéroes«-es la respuesta que Didio imagina en su cabeza-«ahora mis intereses son OTROS»

Otros. Vale, entendido. Gracias, voces.

Llegan las muestras de la portada del próximo número de la Justice League of America.

Y Dan sabe que 2018 será un año divertido. Promethido.

¡Go, Nagai, Go!

Lo que tienen los titulares es que tienen mucha mala idea. Por ejemplo, uno va  mirando por ahí y se encuentra de improviso con:

Y más allá de pensar «Ya está otra vez Go Nagai barriendo para casa» se le puede llegar a ocurrir que lo dice en serio.

Vale, lo de Mazinguer lo hizo para ayudar a los niños y lo de Devilman para ayudar a los psiquiatras. Pero es que es uno de los casos más claros de autor que contiene multitudes. Luego todas esas multitudes tienden a ser en realidad tres versiones diferentes de sus cómics y una cuarta que es Lo que diga el mercado, pero multitudes en cualquier caso.

En Mazinguer los niñis aprendían cosas muy importantes. Aprendían, por ejemplo que hay personas que no tienen un género concreto interior o exterior.

O que el cortejo tiene muchas formas inesperadas:

Tanto da.

Gō Nagai siempre ha sido, por encima de otra cosa, un destajista de tal calibre que a veces es difícil distinguir includo de qué obra ha salido cada cosa.

Y mira que hay artículos y wikis tratando de echar una mano, pero cuando uno lleva firmando obras propias desde 1967 y mala es la década que no hace al menos 40 títulos de distintas longitudes lo más fácil es perder la cuenta. Le pasa a Ibáñez no le va a pasar a él.

Por supuesto esto podría pasar a ser uno de esos eternos artículos de ir nombrando títulos así como a locas y diciendo cosas de ellos. En plan repaso histórico comenzando desde la primera.

Pero estoy muy liado y no sé japonés -ya, como si eso hubiera parado antes a un escritorista- así que habrá que limitarse a solo algunas historias. Como la de Harenchi Gakuen, que lo mismo te la usan para comenzar la Weekly Shonen Jump que se la obligan a recuperar varias veces pese a que en su primer cierre decide que la forma de darle un final más redondo es matar a todo el mundo. La historia comienza siendo de humor estudiantil para ir incluyendo más momentos Porky’s hasta acabar siendo la versión ero-guro de Pajares y Esteso. Y luego un poco más. O podemos explicar la evolución en viñetas:

Total, que como veis la rutina de costumbre. En cualquier caso la idea de que sexo = ventas iba a quedarse ya por ahí dando vueltas. Según Nagai para demostrar que la sociedad era timorata y hacía falta ser rupturista o algo así. Aparentemente ser un rupturista se basa sobre todo a sacar a mujeres sometidas, así que entiendo que el rupturismo sigue con buena salud. También iba de la guerra porque en caso de duda las cosas van de la guerra. Si no cambia de opinión, claro.

Total, que mientras estaba con estas idas y venidas creó Devilman. Bueno, en realidad no. Porque otra de las características de Nagai es su facilidad para comprender que las posibilidades argumentales están limitadas mientras que la mezcla de conceptos ya creados pueden moverse hacia la recombinación y alineación que causa nuevas oportunidades.

Vamos, que tendía a repetir lo mismo una y otra vez cambiando algún detallito para seguir vendiendo. Luego que si no ha influido al cómic occidental.

El caso es que antes de llegar a Devilman creó Demon Lord Dante que va de más o menos lo mismo: Un chaval es conducido psíquicamente por Judas Iscariote al Himalaya para liberarle de su captura meintras unos satanistas intentan resucitarle con sacrificios humanos. Esto no es ni la mitad del primer tomo, claro. Luego la historia se vuelve más confusa pero os podéis quedar con que se convierte en un demonio comandado como su consciencia humana o algo así. Una imagen quizá lo explique mejor.

En teoría todo esto venía de la influencia que una versión de la Divina Comedia con ilustraciones de Doré le produjo de pequeño. Para que luego digan. El caso es que dejó esto medio tirado porque tenía otras ideas, como volver a contar una historia con demonios en Devilman. Por supuesto el éxito de esta última fue tanto que acabó demostrando su gusto por ella como solía hacer: Matando a todo el mundo. Pero ya volveremos a ello.

Lo siguiente que toca es su idea de lo que es una Magical Girl. Es decir, Cutie Honey.

Inesperadamente no trata de una superheroina que cuanto más se destroza su traje menos poderes tiene. Eso son cosas occidentales. Aquí tenemos a una muchacha que según el día toca que sea una androide o una extraterrestre o alguna cosa así. Que luego dicen de los reboot de DC pero estos tela también.

En cualquier caso, siguiendo el  camino marcado aquí también hay escenas en la que quizá algún desaprensivo crea detectar algún tipo de componente sexual. Probablemente debido a su propia mente enferma.

Porque lo único que Nagai buscaba con esta serie era ofrecer un buen rato y algunos acercamientos diferentes al género.

No, yo tampoco sé a qué género. En cualquier caso cuando empezó a ver que no tenía claro cómo continuar decidió tomar una decisión creativa arriesgada: Mató a todo el mundo. Luego ya buscó la manera de que hubiera alguna otra acción y blablabla porque una cosa es matar a la mayor parte del reparto y otra muy distinta que no pueda ser recuperada. Sobre todo cuando es como esta, que si no están haciendo un nuevo manga es una serie de animación o una película de acción real.

Además con esta aprendió que el truco es decir que está llena de mujeres fuertes en puestos principales y así ya da un poco lo mismo cómo las saque. Que parece una tontería pero le vino superbien cuando decidió hacer la parodia Kekko Kamen.

Pero de esta no os voy a explicar nada. Os pongo el trailer de la última película y arreglado.

 

El mismo mes que lanzó Cutie Honey crearía Mazinger Z. Yo que sé, no se pueden dejar nichos sin atender. Y como aquí estamos para el reciclaje decidió aprovechar para crear una historia de roboces pero, ya que estamos, que lo comandara un hombre en su cabeza. Es decir:

Yo qué sé, si quieres producir cuatro obras mínimo por año es esto o Franquin. Pero lo importante es que logró ser un éxito hasta el punto de lograr una estatua en España. Y ya sabemos que cuando a alguien le ponen una estatua es muy difícil lograr luego que la retiren.

Una vez explicadas estas obras ya está bastante contado de Nagai porque el resto viene a ser buscar cuales son las variaciones. Vale, de vez en cuanto le tocaba crear una serie más infantil como Neko no Ko Love-chan

o Pansy-chan

pero eso eran cosas de los años sesenta. En cuanto tiene la oportunidad se desata como demuestra la obra justo anterior a Cutie Honey y Mazinguer Z: Dororon Enma-kun.

Una obra de aspecto infantil y amable

que…

que…

Bueno, eso. Una obra infantil y amable. Yo qué sé. Son sus tradiciones.

El caso es que en 1989 sacarían a Nagai en un cameo en El Vengador Tóxico II.

Y quedaría claro que ya para entonces le habían tomado la matrícula.

En fin. El asunto es que Nagai tenía muchos proyectos secundarios, obras sesenteras como Abashiri Ikka, que tuvo que cerrar en los setenta cuando empezó a acumular superéxitos. Aunque aquí tampoco es que se cortara en lo grotesto, incluso aunque fuera con un tono algo más ligero.

Pero si había que crear series diversas ahí estaba,

Eh, he dicho diversas, no que no estuviera estereotipado.

Y si había que aprovechar el éxito de los roboces ahí estaba él. Que lo mismo le daba Koutetsu Jeeg y su integración de roboces y demonios y caballos y lo que se pusiera a tiro

que montaba su propio Kamen Rider con la serie de Battle Hawk,

o tenía una bronca de mil pares de… demonios, claro… con la Toei a cuenta de Gaiking Legend of Daiku-Maryu en una historia de lo más entretenida pero que como suficiente espacio llevo ya ocupado os contaré ya si eso otro día.

Que se marcaba un Choman

O un Cho-Soho UFO.

Y si se descuidaban ya directamente te colaba una historia llamada Kamasutra porque no estamos nosotros para disimular.

Adaptada a la animación con similar discrección.

Aunque, claro, aquí cualquier cosa que les dejes a mano para adaptar va a acabar por el estilo..

Y es que Nagai lo mismo te escribía Schumann-fujin to Brahms: Ai no Concerto sobre la relación no consumada de Schumann y Brahms que se soltaba con una obra para el Playboy japones como Iya~n HANNY. Polifacético.

Algo que llevaría hasta la actualidad, claro, que para algo estamos ya en los dosmiles aunque a alguno le pese:

No, no me suena de nada. Pero me han entrado ganas de regresar a Devilman.

Que, por supuesto, era una serie llevada por el buen gusto habitual de Nagai.

En la que, para variar, moría todo el mundo. (Metáfora de la guerra y blablabla) Y donde quedaba un hueco para las cosas que a él le interesaban.

Total, que decidió volver a ella más o menos unos años después porque este funciona así. Y se encontró que como ya había un final pues que mejor crear una obra completamente nueva. *cof*

Una llamada

en la que, por supuesto, a la que hubo oportunidad se fijó como una suerte de futuro post-apocalíptico para todas sus historias. Como Tierra X pero sin poder aprovecharlo tanto para macroeventos.

Total, que cada vez que podía metían una referencia, a ser posible algún personaje de otra obra anterior de Nagai. Algo así como el Nagai-verso pero en su obra más desagraable y malrollera. ¿Que cómo de excesiva era? Pues como para que los editores le tuvieran que pedir que se cortara poco menos que por vez primera en su carrera.

La gente, que ya sabéis cómo se pone por cualquier cosa.

Así que más allá de estas apariciones -para matarles luego- o de la trama desarrollada que recuperaba el final de Devilman (o no, según el día que tenga el que ha decidido si era un guió o era realmente una continuación) con la idea de explicar cómo seguían las cosas -mal- y lo que pasaba luego -todos morían- de manera que se respondieran las preguntas pendientes de a saber quién.

Posiblemente: ¿Cómo podemos sacar más pasta de lo que tenemos?

En cualquier caso, y como decía al principio, por suerte Nagai es mucho más que eso. Es, además, el creador -uno de ellos- de la serie de marionetas X Bomber o Ekkusu Bonbā o como los ingleses -que siempre están para apreciar estas cosas- la llamaron Star Fleet.

 

Pero, como de costumbre, mi intención es rematar el posteo con una demostración de que este autor tenía unas referencias occidentales claras. No hay que ver el Pro Wrestling Star Aztekaizer.

 

Que ofrece dos posibilidades. O bien tiene algunas influencias…

o bien los taquiones son más poderosos de lo que uno podría llegar a pensar.
Lo que está claro es lo que tenemos que decir nosotros:

AVIV! IAGAN! AVIV!

Una viñeta mientras esperas

El posteo principal del día va a tardar un poco. Mientras tanto podéis entreteneros considerando las posibilidades gráficas que tuvo la conversión de The Spirit en una tira de prensa.

El trabajo realizado para resumir en cuanto menos espacio más historia, creando sus propias soluciones narrativas y, en general, logrando que una sola viñeta contara una historia completa por si misma.

Por ejemplo, esta viñeta.

Os dejamos considerando la historia que hay detrás mientras terminamos con el posteo principal.

¡Que ya llega, ya casi está!

Dreamers Museum: Somófrates I de Somofratia

¡Si es que esta sección se hace sola! Después de ofreceros la semana pasada el primer grito de Maese Porras hoy era obligatorio hacer lo propio con su partner in crime Somófrates, aunque para ello tengamos que salir del Cómic a Gritos que practicamente monopoliza este Museum y nos adentremos en la semioscuridad del Cine a Gritos

somofrates

Y cuando el webmaster de Dreamers liberó el sistema de foros para que cada usaurio pudiera crear uno sobre el tema que quisiera, adivinad qué es lo que acabó pasando… con apocalípicas consecuencias

somofratia

El guardarropa de Batman no tiene fin

Que sí, Bruce, que eres el p**o Batman, pero eso no es motivo para que te pongas cualquier cosa, como un chaval wildstormero cualquiera

batarmadura 1

Menos mal que ahora tienes a Selina, que te va a cantar las verdades que nadie más se atreve a decirte, como «¡por Dios, ni se te ocurra salir así de casa!»

batarmadura 2

[Viñetas de Batman 39, 2018]

El Hombre (de Acero) Menos Racista del Mundo

Como era de esperar ya han salido los progres podemitas con su caninela de siempre. Que si la de aquí es la de «Rajoy es maaaalooooo» la de allí es «Trump! es raciiiistaaaaa«. Pobre Donald. Es lo que tiene tener enfrente al estabismen ese y a los intelectualillos de salón. ¡Pero si, como él mismo ha dicho, es la persona menos racista del mundo!

¿Vosotros, nefandos radicales rompeespañas, mamelucos consuetudinarios, seriais capaces de llamar racista a Superboy? ¿Eh?

NO ¿verdad? Ni vosotros llegariais a eso. Con Trump! sí que os atreveis, claro, pero con Mahoel joven Kal El no.

Pues sabed que Trump! es tan poco racista como Superboy. Ambos saben que la misma esencia de los Estados Unidos de América es respetar y abrazar las distinas razas, credos y costumbres que forman su legendario melting pot…

…siempre que sean de gente nórdica, aria y rubia como Dios manda, y no de esos sucios morenos que vienen de paises de mierda, POR SUPUESTO.

 

La Nueva Hulka

Debo admitir que el otro día igual me precipité al opinar sobre la nueva Witchblade a cargo de un elenco artístico enteramente femenino.

Es decir, igual el hecho de que sólo hubiera aparecido una entrega y no la hubiera mirado más que por encima podría tener algo que ver. Como disculpa, por supuesto.

El caso es que la semana pasada apareció el segundo número (¿veis? ha durado más) y algunas de las incógnitas que podía generar el number anterior podrían quedar resueltas en el mismo. Sobre todo en lo que se refiere a la ausencia del uniforme de esta Witchblade (aunque esta elección de palabras es desafortunada, pues lo de la anterior era uniforme y ausencia de uniforme a la vez). Por lo pronto, el lector calenturiento ya puede formarse ilusiones atendiendo a que en la portada a la chica se le ve «todo lo negro» ahí abajo.

Por fin algo esperable en un tebeo de Top Cow. Estas cosas aportan tranquilidad. Tampoco he leído esta entrega, por supuesto, hago como todos y me espero a la conclusión de un arco para leerlo de un tirón, pero en la primera viñeta nos apuntan el nombre de la sucesora de Sara Pezzini como portadora del guantelete.

Un nombre poco sugerente ¿esto es de Top Cow? me lo sigo preguntando hasta que pocas páginas después hacen la visita típica detectivesca a un depósito de cadáveres y aparece EL PRIMER DESNUDO DE LA SERIE. Ya tardaba, que vamos por el segundo episodio.

Como siempre sucede en estos casos, las partes pudendas son discretamente cubiertas por oportunos efectos de iluminación. Unos de esos trucos de dibujantes que requiere años de práctica para alcanzar maestría y que no quede forzado.

 

Aunque igual hay que tener en cuenta que en este aspecto se tienen miles de página de ventaja en hacerlo cuando el cuerpo a cubrir es femenino.

Gracias por el ejemplo con la comba, John. Las aventuras de Alexandra Marie Underwood la llevan también a un club de estriptis ¡sí, sí, Top Cooow!

Aunque quizá la definición más adecuada sería un «club de caballeros«, donde tipos sonrientes pueden gozar de manera tranquila, calmada y respestuosa de la contemplación de mujeres en bikini haciendo contorsiones. Y si el espectáculo es de su agrado ondearán de forma no degradante un billete. También pueden ir a tomar sushi y sake.

Llegados a este punto y con toda la evidencia mostrada arriba no pude menos que aplaudir cuando supe verlo. Lo han hecho.

Supongo que os acordáis de Hulka, un personaje que John Byrne reinventó en una descacharrante serie en la que el leiv motif era que el personaje era plenamente consciente de estar dentro de un tebeo y estaba constantemente rompiendo la cuarta pared. A veces de forma tan literal como romper las páginas del cómic y pasar por las páginas de publicidad para escapar de alguna encerrona.

Y he escrito «reinventó» porque aunque por esto es por lo que más se la recuerda, Hulka fue creada por Stan Lee y John Buscema. Es decir, que Stan percibe royalties cada vez que se reedita la etapa de John Byrne, algo parecido a lo de Marv Wolfman y George Perez cada vez que mi hijo visiona un episodio de Teen Titans Go!

Ha habido otros intentos de hacer personajes así, conscientes de lo que son, el más recordado el propio Masacre, algo que le salió de lujo en su primera película. Pero esta serie de Witchblade ha ido un paso más allá: Witchblade es consciente de ser un tebeo de Top Cow hecho por mujeres y actua en consecuencia.

Es la única explicación y además tiene sentido. Caitlin Kittredge y ROB!erta Ingranata son conocedoras de qué espera un lector de Top Cow de un tebeo de Witchblade, y por eso mismo juegan con esas expectativas retorciéndolas. Un metatebeo que invierte los estereotipos del género. Algo que sólo tiene sentido hacerse, precisamente, desde el escenario que supone un título emblemático del sello de la Gran Ubre. Así es como debe entenderse el título de Alexandra Marie Underwood. Hasta el nombre del personaje ha sido meditado, poniéndole uno anodino en vez de hacer como las otras veces en que combinaban un nombre y un apellido de la Porn Actress Database.

Están probando algo nuevo, algo diferente, y eso es bueno. A ver si haciéndolo ver de esta forma la nueva serie dura más. Entretanto, Top Cow saca un nuevo título conmemorativo de su 25 aniversario, nada menos que Cyberforce.

Eso sí, todo tíos. Veremos si esto dura más, aunque yo la veo muy tapada.

Anormalización

Puede ser cosa exclusivamente mía, pero a veces sospecho que ya hemos llegado a un punto en el que la cultura popular ha logrado ser lo suficientemente popular, o bien la actualidad ha entrado en un periodo de tan singular extrañeza, como para que lo más extraño que puedas encontrarte un domingo por la noche…

No sea Batman.

De hecho, por si acaso, vamos a guardar una imagen del tuit que la Portavoz del Gobierno (o Secretaria de Prensa, lo que queráis) ha hecho desde su cuenta oficial.  Por si lo borran.

A quién quiero engañar, no lo va a borrar. Si les da todo lo mismo.

Están muy ocupados diciendo que la pizza es de pedófilos y que ‘Se acerca La Tormenta‘ como para querer quitar un tuit de un puesto oficial de la Administración TRUMP! quejándose de que un asistente virtual haya hecho caso a los gritos continuos de un niño de dos años  años gritando Batman -¿por qué estaba gritando durante minutos Batman un niño de… mira, déjalo- hasta comprar una figurita de 80$ de Batman v Superman. O, como yo lo llamo: Resume 2018 en una frase.

En serio, si alguien tiene intención de viajar al pasado que no se lleve un VSH rallado como Bishop, con esta frase tiene suficiente.

Pero miremos el lado positivo. Al menos parece que ya hay una situación de conocimiento -superficial, pero conocimiento- sobre el mundo de los superhéroes en todos los ámbitos.

Espera, ¿qué? ¿Qué dice esa imagen?

2018, señores y señoras.