Los tebeos de antes sí que eran buenos: ¿A quién vas a llamar?

La creación, como ningún otro ámbito de la actividad humana, requiere libertad plena. Así que cómo no envidiar aquellos pasados tiempos en que los autores de tebeos podían producir ideas con una libertad inimaginable en estos tristes dias de corrección política que nos ha tocado vivir.

Por ejemplo los del Jinete Fantasma.

El personaje pre-Marvel llamado originalmente Ghost Rider (renombrado Phantom Rider cuando fué reintroducido en la continuidad) comenzó sus aventuras en 1948 en las páginas del genérico western-basado-en-actor Tim Holt pasando a protagonizar su propia cabecera en 1950. Nota: reescríbeme esto para que no se note que lo he copiado de la wikipedia.

Con una portada que hoy en dia bajo la cultura de la cancelación, la dictadura del inclusivismo woke y la imposición de la agenda 2030 no se podría publicar.

Pero sus creadores, en aquellos dias en que la LIBERTAD era lo más importante, no pensaron «canastos, quizá esta imagen en la que el Jinete Fantasma espanta a unos primitivos y supersticiosos indios es muy racista, incluso considerando lo sospechosamente parecido que es un jinete del Ku Klux Klan es MUY RACISTA«.

No, amigos, no.

Lo que pensaron fue:

«No es lo BASTANTE racista, vamos a añadir directamente en la primera página a un secundario gracioso chinito que se llame Sing Song«

La Luz de Media Luna Proyecta Sombras Complejas

En Hollywood, la Meca del Cine™, el tema de la racialidad ha sido siempre… ahm… complicado de abordar. Cuando se trataba de historias circunscritas a su propio contexto cultural e histórico funcionaba bien tener un star sistem constituido en exclusiva por estrellas cishetero y anglosajonas pero en cuanto el argumento se nos iba a lejanas tierras surgían los problemas.

Y más si el personaje racializado era un papel protagonista que requeria ser interpretado por un actor taquillero.

En 1938 bastó un teñido de pelo para que el irlandés Spencer Tracy interpretara a Manuel, el marinero portugués protagonista de Capitanes Intrépidos. Pero en fin, de Tracy podríamos decir muchas cosas (no tantas como la Hepburn) pero no que no aprendiera la lección.

Nunca volvió a interpretar a un portugués.

Pilon, el protagonista de Tortilla Flat, es mexicano.

Otros actores clásicos eran más conscientes de sus límites. John Wayne, sin ir más lejos, nunca habría interpretado a un mexicano.

Por suerte Gengis Khan no era mexicano sino mongol y por eso pudo protagonizar sin problemas El Conquistador de Mongolia, la quintaesencial película en la que la gente se moría por participar.

(y no, no voy a entrar en el capítulo de los peplums porque estaríamos un mes)

Con el paso de las décadas y los avances sociales pudimos empezar a ver actores norteamericanos no blancos ascender al estrellato y poder actuar en roles que no necesitaban maquillaje. Así en Lawrence de Arabia el egipció Omar Sharif pudo encarnar a un lider guerrillero árabe.

Pero aparentemente no quedaban más actores originarios de la zona…

…por lo que se ve que no hubo más remedio que contratar a Alec Guiness para el papel del Príncipe Faysal.

Por suerte los derechos sociales han seguido avanzando y las minorias étnicas, como las sexuales o de cualquier otra condición, han ido consiguiendo poco a poco la visibilidad que siempre deberian haber tenido. Es emocionante echar la vista atrás y contemplar ese largo, larguísimo camino recorrido hasta el presente.

Y qué mejor dia para celebrarlo el de hoy, en el que está en boca de todos esa esperadísima adaptación audiovisual de personaje de comic árabe.

Quién sabe a qué estrella blanca anglosajona y protestante le hubieran oscurecido la tez de haberse realizado en tiempos pasados. Hoy en dia podemos mirar a la pantalla…

…y disfrutar de Dwayne Johnson interpretando a Black Adam con toda la verosimilitud étnica que le dan sus ancestros afroamericanos y samoanos.

¡ASÍ SÍ, HOLLYWOOD!

¡VERGÜENZA DEBERÍA DAROS, FOX!

Los inevitables tuits de febrero

También conocido como el decimocuarto mes de 2020

Control de daños

Hay un viejo proverbio que dice que puedes robarle la cartera a un hombre y hacerle más pobre ese mes. Pero que si le coges de joven y le enseñas a jugar a las Magic, será pobre toda su vida. La historia del popular juego de Cartas Coleccionables ha estado vinculado de forma importante a la industria del cómic, en buena medida por haber sido la tienda especializada el principal punto de venta de ambos productos (por mucho que haya quien quiera atribuirle su desembarco estatal a una librería de libros). Si los aficionados pastan en el mismo pesebre, a nivel empresarial podemos encontrar tres cuartas partes de lo mismo. Artistas del cómic como Geoff Darrow o Bill Sienkiewicz han ilustrado algunas cartas de Magic, mientras que algunos de sus ilustradores más populares, como Kev Walker, han acabado trabajando para Marvel.

¿Vamos a hablar de Magic, entonces? Solo un poquito, os lo prometo. ¿Y por qué? Porque vamos a hablar de control de daños. En 2015 las novelas y otros complementos narrativos que amplían el lore que da contexto a las cartas del juego incluían al primer personaje Trans de su historia, Alesha la que sonríe a la muerte. Hasta le dieron una carta. En una época marcada dentro del ambiente friki por el Gamergate, aquello supuso un paso de gigante. Formaba parte de un movimiento empresarial integral en Wizards of the Coast, propietaria de Magic the Gathering (y a su vez, subsidiaria del gigante Hasbro). En 2014 la otra gran propiedad de Wizards, Dungeons & Dragons, estrenaba una 5ª Edición que introducía por primera vez de forma explícita personajes trans o no binarios. Y desde 2017, personajes LGTB en sus módulos y expansiones. A pesar de algunos sonoros tropiezos.

Pero ya sabemos cómo son las cosas en la industria, en 2017 las oficinas en las que se gesta Magic The Gathering sufren la llegada de Nic Kelman. La labor de Kelman es coordinar e influir sobre todo el contenido narrativo del juego, es decir, su lore, las novelas y potenciales productos audiovisuales (videojuegos y otros proyectos)  que influyen en las narrativas contenidas en el juego de cartas. ¿ Y quién es Nic Kelman? Si queréis un resumen en lugar de un análisis pormenorizado, Kelman logró relativa relevancia en 2015 con su novela Girls, en la que incluye varias escenas de sexo explícito entre hombres adultos y chicas adolescentes y comentarios misóginos de todo tipo. Además de eso, su página web y la entrada de Wikipedia (que claramente se ha escrito él mismo o algún becario de Wizards) dicen que ha trabajado para Warner Bros y ha sacado una novela ilustrada con Dark Horse (os prometo que esto tiene que ver con los cómics).

La llegada de Kelman a Wizards no tuvo demasiada repercusión en un primer momento, pero algunas cosas empezaron a sentirse diferente desde la parte más sensibilizada políticamente de la comunidad. Desde hace unos años la artista de Magic Terese Nielsen estaba en el punto de mira por sus vínculos con grupos de extrema derecha anglosajones como QAnon. En 2019 a Autumn Burchett, cara conocida en los grandes torneos de Magic y persona no binaria, se le obliga a retirar de su mazo algunas cartas “personalizadas” con lemas anti-tránsfobos escritos sobre algunas ilustraciones de Nielsen. Aunque finalmente Wizards anunció explícitamente el fin de su relación con la artista, lo cierto es que esa comunicación llegó un año después de la polémica con las cartas customizadas de Autumn Burchett. Sin que Wizards haya hecho nada por reparar a Burchett por la situación insólita y desagradable que provocaron. Hay que decir que Nielsen se disculpó en redes sociales por cualquier malentendido e indicó que apoya al movimiento LGTB.

Pero en 2020 saltó la liebre por otra cuestión, en este caso, el racismo. Tras algunas publicaciones del equipo de Wizards en redes sociales, parte de la comunidad de jugadores criticó el “tokenismo” aplicado en este caso. La cosa desembocó en la demoledora declaración The Wizards I Know de Zaiem Beg, jugador de renombre y persona influyente dentro de la comunidad online de Magic. En su texto, Zaiem denuncia el racismo estructural dentro de la organización laboral de Wizards y la forma en que creadores y empleados racializados se exponían a consecuencias más severas que sus compañeros blancos por cualquier cosa. Al final del texto, Zaiem comentaba de pasada la existencia de una polémica carta de los primeros años de Magic, Invoke Prejudice.

Harold McNeill, te quedaste a gustísimo con esta ilustración.

¿La respuesta de Wizards a estas acusaciones? La eliminación del juego de Invoke Prejudice. Es decir, la estructura se mantiene absolutamente igual, el racismo interno igual. Pero eh. La carta. La carta ya no existe. Irónicamente, un par de días antes eBay ya había anunciado que iba a dejar de poner a disposición la compra de la carta, así como de Crusade, por su contexto potencialmente ofensivo. Crusade también sufrió el mismo baneo, así como otras cartas cuyas ilustraciones o títulos aludían a cuestiones igualmente problemáticas, como es el caso de Pradesh Gypsies o Imprison. Una semana después, Wizards lanza un anuncio sobre su intención de reducir la potencial carga racista presente en Dungeons & Dragons. El resultado es que si ahora buscas el nombre de Wizards of the Coast o el juego Magic the Gathering relacionado con el racismo en Google, casi todos los resultados se hacen eco de estas medidas, puramente estéticas, tomadas como control de daños.

¡Os dije que esto tenía que ver con los cómics! 

Bueno, resulta que en octubre de 2020 Ray Fisher (Cyborg en el Universo Cinematográfico DC) da una entrevista a Forbes ahondando en su denuncia de la discriminación y racismo que sufrieron él y otros profesionales durante los rerrodajes de la película de la Liga de la Justicia. En esta entrevista, Fisher extiende la denuncia a otros cargos de Warner y DC, entre ellos, Geoff Johns. Esto quiso coincidir con que algunos ex-trabajadores de DC Cómics salieran a denunciar el racismo que había perjudicado a sus carreras dentro de la editorial. La reacción de DC de momento ha sido despedir a Ray Fisher y eliminar a su personaje de los planes cinematográficos del futuro.

Y dos semanas después del despido, Bleeding Cool publica que el villano Black Adam (del que recordemos, en algún momento debería salir una película) va a ver su nombre cambiado por completo por parte de DC. El nombre elegido para este cambio sería SHAZADAM. Al final resulta que no era verdad. Solo una oportunidad de oro para Bleeding Cool alentase a su audiencia a dejar comentarios racistas.

Pero, ¿y si no fuera así? ¿Y si DC, que ya conoce a los de Bleeding Cool y les tiene cogido el pulso, hubieran mandado la preview mostrando el nombre de Shazadam intencionadamente? ¿Y si la idea era provocar un gran debate sobre el racismo o no de DC a partir de una trivialidad que se iba a desmentir unos días después? En resumen, ¿y si todo forma parte de una elaborada estrategia de control de daños? Hablamos de la empresa que pensó que era una buena estrategia para añadir diversidad cambiar la raza de un personaje para que fuera una mujer de color… y eligieron un personaje cuyo nombre contiene la palabra Black.

Y mientras tanto, en la competencia, y bajo las narices de su editor Akira Yoshida:

Menos mal que en 2021 ya no hay racismo en la industria.

El Hombre (de Acero) Menos Racista del Mundo

Como era de esperar ya han salido los progres podemitas con su caninela de siempre. Que si la de aquí es la de «Rajoy es maaaalooooo» la de allí es «Trump! es raciiiistaaaaa«. Pobre Donald. Es lo que tiene tener enfrente al estabismen ese y a los intelectualillos de salón. ¡Pero si, como él mismo ha dicho, es la persona menos racista del mundo!

¿Vosotros, nefandos radicales rompeespañas, mamelucos consuetudinarios, seriais capaces de llamar racista a Superboy? ¿Eh?

NO ¿verdad? Ni vosotros llegariais a eso. Con Trump! sí que os atreveis, claro, pero con Mahoel joven Kal El no.

Pues sabed que Trump! es tan poco racista como Superboy. Ambos saben que la misma esencia de los Estados Unidos de América es respetar y abrazar las distinas razas, credos y costumbres que forman su legendario melting pot…

…siempre que sean de gente nórdica, aria y rubia como Dios manda, y no de esos sucios morenos que vienen de paises de mierda, POR SUPUESTO.

 

Un Nacimiento de Portada (Variante)

Sí, lectores, estamos ante un gran acontecimiento, es un nacimiento prolongado (con el Dr. Bendis de ginecólogo… era de esperar) y muy esperado. Pero por fin está con nosotros. ¿Qué? No, no es la hija de ninguna persona Real… es el nuevo personaje de The Pulse.

Una ocasión como esta merece, por lo menos, varias portadas:

Que estampa tan entrañable y Micheliniesca

Ahora a ver cuál nos toca, que aunque esto de las múltiples portadas no afecte a la historia siempre nos quedamos con la sensación de «La que no quería otra vez… RATS!!!» y es que, ya puestos, podrían haber metido una con tinta plateada…