Mad Jim: Más allá de la Cúpula del Fándom

En este año están sucediendo muchas cosas a destiempo: pseudo partidos de Champions en Agosto, final del mundial de snooker en domingo (y con público, por cierto), los premios del Salón del Ficómic se emplazan a 2021 dejando doble competencia (o mitad de premios)… Ante este panorama no es extraño que en Warner Media se hagan un lío y anuncien casi a la vez una ola de despidos y su acontecimiento fan para los adeptos a DC y derivados: el DC Fandome. Porque si no estás obligado a montar stands en San Diego, puedes hacerte tu propio evento.

Aunque se haga de manera virtual, quieren que los asistentes vivan una experiencia lo más semejante posible a una ‘Con, de manera que han diseñado toda suerte de salas paralelas simultáneas para que el público pase tiempo corriendo pasillos para llegar tarde a lo que le interesa y poder ir tachando cosas de los plannings. Porque el Caos es un aliciente. 24 horas non-stop para que te pillen cosas mal en cualquier huso horario.

Entre videojuegos, series, novelas juveniles y demás merchandising, habrá hasta cosas relacionadas con tebeos (y Brainstomping las tiene), fijaros si será amplio aquello, pero yo quisiera hablar de otra cosa: del concepto del evento en si mismo como una peldaño más en la escalera de descenso hacia los Gloriosos Años 90.

Para empezar, esa clasificación de lo más selecto del entretenimiento en carpas y salas con nombres evocadores de sensaciones sin límite, para mi se puede definir con un simple concepto.

Geocities.

El Domingo habrá eventos exclusivos, charlas con autores y editores (Mark Waid, Grant Morrison,…), avances, descargas de fondos de pantalla…

Lo dicho, nos está quedando un final de siglo de lo más apañado.

Pero tranquilos, habrá Cosplay.

Desconexión territorial

Mi intención para hoy era hablar de… yo qué sé… de cosas. No sé si se puede decir algo gracioso sobre que 800 personas pierdan su trabajo, pero al menos se puede intentar explicar qué está pasando (capitalismo) y por qué (soberbia) pero más complicado está entender que alguien -no digamos ya una editorial- apoye a la gente que se dedica a… bueno. A darse autobombo inventándose cosas fáciles de comprobar que son mentira pero que él sigue perjurando que tienen una base indudable.

A ver si os creéis que el ascenso de los ultras no viene de la gente que apoya a los que hacen lo mismo en su propia escala.

PERO.

Resulta que el estreno del asunto lovecraftiano -sin relación alguna con la situación política actual, hablamos de unos racistas diferentes- plantea una serie de posibilidades y preguntas. Y, precisamente, de esas preguntas podemos sacar lo que ahora llaman ‘contenido‘ y antes ‘vamos a fingir que esto no es relleno‘, que es todo un clásico del cómic desde Naruto a Umbrella Academy. Así que aprovechemos.

¿Quienes fueron los primeros CREADORES (guionista/ dibujante) AFROAMERICANOS de Marvel y DC?

Veamos…

Billy Graham es el nombre en disputa para el título de dibujante en Marvel porque, junto a George Tuska, colaboró en 1972 con el lanzamiento de Luke Cage, Hero for Hire. El problema es que era fundamentalmente entintador aunque, por lo visto, se ocupó de dibujar algunas de las viñetas bajo la idea de que mejor algún creador afroamericano por medio. Y siempre mejor un dibujante que un guionista, por supuesto. [Editado: ¡Gracias a Kaulso que me avisó del follón de nombres que había montado!]

Trevor Von Eeden repitió vio repetido el truco por DC en 1978 con la creación de Black Lightning. Aunque a él no le tocan créditos de creador, porque, bueno, estas cosas pasan y en las cosas de superhéroes pasan más.

Christopher Priest -que entonces aún se llamaba James Owsley– fue el primer editor contratado por Marvel en 1978. Bueno, a ver… Fue el primer editor, pero en 1978 le cogieron de becario. No sería el primer editor contratado de manera regular hasta 1984. Estas cosas funcionan así. Y eso que en 1983 le habían empezado a dejar guionizar cosas.

Solo 5 años más tarde, en 1988, empezaron a dejarle publicar cosas en DC.

Bien es cierto que algún malpensado podría llegar a sospechar de que lo que le daban a escribir tenía algún… hilo conductor.

A ver, que una cosa es publicar a la Patrulla X o a la Doom Patrol y hablar así de las minorías y sus problemas de marginalización y otra muy diferente dejar que sean esas minorías marginalizadas las que cuenten su propia historia.

Y si preguntamos ya por mujeres… Espera, ¿hasta qué punto os queréis deprimir?

Alitha E. Martinez es prácticamente no ya la primera sino casi única autora de color dibujando cómics. Comenzó en Marvel en 1999 colaborando con Cable 1999

y llegaría a DC en 2012 con un número de Batgirl. En el que ni la acreditan en portada. Pero bueno, lo primero que hizo con ellos…

Tampoco esperéis una carrera grandísima en las dos grandes. Pero algo es. Sobre todo si lo comparamos con las guionistas.

Por una vez DC se adelanta y en 2009 le dan a Angela Robinson el guión de The Web. Total, solo tuvo que dirigir primero D.E.B.S. y Herbie: Fully Loaded. Pero bueno, ya se vengaría dirigiendo y guionizando Professor Marston and the Wonder Women.

2016, vaya año. Roxane Gay entró en 2016 en Marvel en lo que básicamente es un complemento compartido. Total, ¿de qué sirve ser autora superventas del mundo de los libros si no te pueden confiar unas pocas páginas? Por suerte además de ponerle a un hombre también le pusieron a otra autora para su propio complemento: la poeta Yona Harvey.

Pero, en realidad, un par de meses antes habían publicado en digital a una autora de color: Nilah Magruder. Pero como estaban muy ocupados vendiendo que las otras dos iban a ser las primeras y, además, esto no iba a ir impreso pues… ¿Por qué iban a contar? 2016, uno de esos años.

Y sí, la Martinez de la portada es Alitha Martinez.

¿Cómo funcionaba esto fuera de Marvel y DC? Bueno…

El primer superhéroe afroamericano con cabecera propia llegó en 1970 y en una editorial independiente en la que Larry Fuller publicó Ebon.

Antes de eso, en 1965 y en Dell nada menos, apareció la primera cabecera de un personaje afroamericano: Lobo.

Por supuesto antes de eso, en 1946 el editor Orrin Cromwell Evans sacó la cabecera dedicada al lector afroamericano con historietas variadas All-Negro Comics #1.

Así que sí, parece que antes de estos… esfuerzos… de Marvel y DC existían creadores a todos los niveles publicando historias con mayor o -generalmente menos por motivos que todos podemos imaginar- fortuna. De ahí que se escribieran artículos y se publicaran libros.

Aunque, por supuesto, siempre sería más fácil dejar a guionistas blancos al mando de personajes que no lo son. Pero esa es otra historia, para otro momento.

1 Lobo, 2 Lobos, 3(00) Lobos

300 (Frank Miller, 1998)

Anthro #1 (Howie Post, 1968)

¿Coincidencia? ¿Serendipia? ¿Taquiones?

¡TÚ DECIDES!

Me han dicho que esto era…
Coincidencia
Homenaje
¡COLETAS DIMISIÓN!
Created with Poll Maker

BONUS TRACK

Anthro #4 (Howie Post, 1968)

10.000 BC (Roland Emmerich, 2008)

Fantástico Mr. Mengele

X-Men + Fantastic Four puede ser un título que uno no esperaría ver hace apenas unos años impreso en una portada de Marvel. El desinterés con el que la Marvel de verdad (la de las películas) ha estado tratando durante la última década a ambas licencias hacía imposible pensar en que nadie estuviera intentando atraer la atención sobre estos personajes con un evento conjunto. Por supuesto, la nueva situación de los derechos audiovisuales de Disney sobre estos dos grupos es el caldo de cultivo propicio para crear una nueva y sinérgica relación entre ellos para calentar motores de cara a las películas.

Hasta aquí todo bien. Marvel coge entonces a algunos autores de primera línea que no sean el propio Hickman para ver si logra hace algo interesante con ellos, o al menos, que haga que los aficionados se compren los 4 números, y no solo el primero. En lugar de optar por Dan Slott, que está ahora mismo guionizando a la Primera Familia (con resultados… vamos a decir que cuestionables), Marvel ha optado por Chip Zdarsky, que ahora mismo es su nueva gran promesa para venderlo todo, todo y todo. ¿Os acordáis de cuando ese puesto lo ocupaba Jason Aaron? Ah, los 80.

A los lápices y las tintas se pone el matrimonio Dodson, siempre dispuestos a bajar el nivel respecto a su anterior trabajo en una vorágine de decadencia que casi parece digna de John Romita Jr. El fondo del conflicto, como no podía ser de otra forma, consiste en que uno de los dos supergrupos se vuelva muy estúpido, y el otro muy facha. ¿Cómo de estúpido? ¿Cómo de facha? Por suerte la cosa no llega a la Justicia Preventiva de Civil War II ni tampoco del genocidio religioso planteado en X-Men vs Inhumans.

Para los 4 Fantásticos, Krakoa es Cubazuela del Norte, una peligrosa nación que se cree por encima de los demás por aquello de que no tiene un historial reciente de genocidio contra los mutantes. Para los mutantes liderados por Xavier y Magneto, los 4 Fantásticos son una familia de la América profunda que no acepta que su hijo Franklin igual está a gusto participando en orgías en su isla paradisiaca y que incluso puede que le gusten los chicos.

Todo esto digamos que tiene un pase. Lo podemos ignorar. Que Xavier y Magneto son más tontos que morderse un ojo lo tenemos asumido. Y no es la primera vez que Reed Richards es un completo idiota, y si le pudimos pasar que en la primera Civil War construyera un Guantánamo mutante, podemos también aceptar que sea de esos que “tengo amigos mutantes, pero si mi hijo fuera uno de ellos…”.

Se supone que Reed no es el malo de este tebeo. El malo es el Doctor Muerte por tener robots asesinos que atacan a mutantes.. Que es una cosa que el gobierno de Estados Unidos nunca ha hecho… si contamos desde hace un mes o así. ¡Y ojo! Que los robots de Muerte no son racistas. Matan mutantes, humanos, o lo que se les acerque.

Estas cosas pasan. Un día tienes a Pablo Casado siendo un fascista, al día siguiente lo tienes señalando a VOX para ver si por comparación nos parece moderado. Ese es Reed Richards. El Pablo Casado de Marvel. Alguien debería investigar cómo se sacó el doctorado. Sin embargo, Zdarsky no se puede estar quieto. Necesita que la cosa vaya a más. Richards no solo es un poco facha, también le pone implantes a sus hijos que modifican su genética, les espía con microchips camuflados en vacunas y básicamente diseña “por casualidad” un dispositivo eugenésico capaz de erradicar a todos los mutantes de la tierra.

Oficialmente, Zdarsky ha logrado convertir a Reed Richards en el personaje más facha de Marvel. Temporalmente, aún están a tiempo de poner a Carol Danvers a hacer alguna movida supernazi antes de que se estrene su siguiente película, supongo.