Joven y radical

Bueno, el punk. El punk es joven y radical . El punk lleva siendo joven y radical desde su fundación, que más o menos hemos acordado que data de 1976 y que llega a su punto culminante un año después. El punk lleva siendo joven y radical 45 años, que no es poca cosa para ser joven ni para ser radical. Pero como todos sabemos, el cómic de superheroes es visionario. Casi tan visionario como Zack Snyder. Por eso en 1972 ya había personajes radicales, como Yondu, que han pervivido hasta nuestros días.

Otros han pervivido, pero menos, como OMAC, que ya eran radical en el nada radical año 1974.

Pero visionarios aparte, el punk y los superhéroes radicales empezaron, como empieza casi todo lo bueno, con los mutantes. Así tenemos a Tormenta, que empezó a ser punk y joven y radical en 1983. 6 años después de la aparición del punk.

Como suele ocurrir, el cómic mainstream permitió desarrollarse a las obras pequeñas e independientes, por eso en 1987, cuando el punk contaba apenas una década, tuvimos a otro importante personaje punk y radical.

Y sí, claro que en ambos casos el punk era aún una cosa un poco de mirarla y no tocarla, y por eso ambos personajes estaban inspirados en un personaje de gran importancia en la cultura popular, y en ADLO!

Siempre joven, siempre radical.

Desde entonces, el punk ha definido en nuestra imaginación esas dos facetas inmortales de nuestra cultura, la juventud y la radicalidad. ¿Qué hay más radical que la policía? La policía GENIAL!

Pero en el mismo año 1993, con 17 años de punk, otro personaje joven y radical se presentaba a los lectores.

Y cuando una idea buena, lo mejor es no soltarla. El punk seguía siendo joven y radical con 26 años, cuando en 2003 conocimos a Quentin Quire, que tomaba la radical y juvenil decisión de cortarse el pelo.

Y un año después, en Ultimate X-Men, conoceríamos a la versión joven y radical (¿no lo era todo el Universo Ultimate?) de Alison Blaire.

Aparición taquiónica que influyó en el videoclip de 2002 de la banda The Distillers.

Pero como el punk no puede parar de ser joven y radical, seguía siéndolo con 40 años, cuando conocimos a Xiomara Rojas en las páginas de los nuevos y radicales Teen Titans.

Por supuesto, seguía siendo joven y radical en 2020, cuando con 44 años a sus espaldas se expresaba en la puntiaguda identidad del Clownhunter.

Y es que con 45 años, el punk sigue siendo la mejor forma de expresar que algo es JOVEN y radical.

Y el que diga que hay estilos más jóvenes que el punk, es que no tiene NI IDEA.

Mi rollo es el rock

La relación de los tebeos de superhéroes con la música siempre ha sido… complicada. Y sin embargo, es una historia que se remonta muy atrás en el tiempo, una relación que ha ido evolucionando y moviéndose. En algunos casos, con conocidos éxitos, como es el caso de Dazzler durante la fiebre disco de los 70

Una relación que con el paso de los años se ha visto obligada a evolucionar, y si en los 70 se llevaba el estilo escotado y de brillo metálico a lo ABBA, en 2018 al parecer los señores de Marvel pensaban que se llevaba el estilo Avril Lavigne… una década después de que hasta Avril Lavigne dejara de llevar esas pintas.

Más atinados iban en aquel momento los muchachos de la Distinguida Competencia, que decidieron darle a Canario Negro una banda de rock duro y una estética al estilo Taylor Momsen.

Y es que esta búsqueda en la música alternativa de respuestas estéticas de cara a la modernización del mundo de los superhéroes nunca ha parado. A veces con más aciertos, y otras veces con más fallos. En Marvel lo han seguido intentando con el rollito punk.

O con su hermano triste, el rollito emo.

Aunque debo decir que Marvel también llega tarde a esta, porque en DC ya lo habían tanteado. Y no, no hablo de Sandman.

Pero es cierto que lo que a DC siempre le ha molado es el rollo metalero a saco.

Y por eso no es raro que Greg Capullo, que en su momento le hizo portadas a Korn…

…traiga ahora a DC el único género musical más hortera, aburrido, rancio y grimoso que el metal chandalero de los de Bakersfield. El Death Metal.

La Dragostea

No voy a hablar de la canción del verano porque otros antes que yo lo han hecho mejor, aunque el tema es ADLiano.

Me preocupa más otro tema: Las canciones vinculadas.

Desde que en «Demolition Man« acertaron el futuro político de Schwar… Schawr… Arnold me inquieta que no sea lo único que acierten y con las canciones de los anuncios no parece que hayan fallado.

Hace años una canción famosa podía acabar siendo usada en los anuncios, de ahí se paso a una práctica común: coger una canción conocida, destrozarla y meterla en el comercial.

Pero desde hace unos años las tornas se invierten: Se pone una canción a los anuncios para hacerla conocida.

A eso hay que unirle dos problemas más: El éxito de lo incomprensible, como Enrique Iglesias (no confundir con «El éxito incomprensible«) que ha sido desarrollado después de años escuchando a la gente bailar temas extranjeros cantándolos a voz en grito con el Guachi-guachi.

Luego está el Móvil como vehículo musical. Hace cincuenta años decir «Escribe un mensaje y recibirás «Papillas Puleva, le va, le va, le va» en tú movil» o «!Consigue el politono «Yo soy aquel negrito» o «Somos los conguitos» y gana miles de premios» nos habría parecido ridículo. Hoy también, pero ahí lo pagan..

Si unes las dos cosas y tienes un anuncio de Coca. El refresco, no la de los publicistas.

Se trata de un «Homenaje» a «El guateque» en el que se fusionan recursos de Bollywood. Que no hay nada original, vamos. A este marco estético se le añade la siguiente letra:

«Del pita pita del/ Yameri Humbo«

Y el éxito machacón ha sido ir convirtiéndolo en cosas más cantables.

«Hay pita de comer/ y hay algún junco«
«El peta pásale/ que trague el humo«
«De putas putas ven/ y hurga profundo«
«Del badula-a-ake/ compra por turno«

Y con el éxito no se van a parar.

Porque dentro de unos años en algún oscuro lugar sonará el «Politono Tu_Me_Das_Cremita» y una voz dirá «Eh, tía, están tocando nuestra canción«.