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En nuestro país disfrutamos de la versión en castellano de la serie entre 1988 y 1992, comenzando por el Giant-Size y terminando con el final de la Saga de Fenix Oscura.

Por el camino los portadistas habían ido cambiando (Adams, Dwyer, Lightle), y Byrne se marcó una para la ocasión. La ocasión lo merecía, tratándose de un final de etapa coincidiendo con el cierre de la serie.
Lo que pasa es que en origen la serie no terminó aquí.
A forum le vino bien terminar la serie en este punto, dado que su publicación de la Patrulla-X comenzaba por el número 138 original, el siguiente a este último. Además, dos meses después de su Classic X-Men 43 sacaron una segunda edición de la serie de la Patrulla-X, mismo material que la primera edición de 1985, formato americano y con el precio actualizado. Así, continuaban las aventuras clásicas con un material que ya tenían amortizado, todo ventajas.

En ese cambio los lectores tampoco perdimos mucho material. John Bolton ya no era el dibujante de las historias de complemento desde el número 36, y Claremont también se borró de alguna historia. El número 44 original fue el último con historia de complemento (con Nocenti, Dwyer y Barta) , de manera que lo principal que nos quedamos por catar entonces fueron las portadas de las nuevas aventuras.
Y esto es lo que vamos a mostrar por aquí aprovechando la época navideña. Tendremos una sección en la que mostraremos las portadas de la continuación de la serie, acompañadas por la de la serie original. Podréis ver a artistas reinterpretando las historias clásicas, alguna vez al mismo artista versionando una portada propia, o a un autor de una etapa de la serie haciendo portadas de una etapa posterior. Y lo más importante también, cómo podían vestirse aventuras de los años ochenta con portadistas de los Años Noventa.
Esta tarde comenzamos.
Lo admito. Con lo de Krakoa hubo un momento en que me perdí.
Más culpa mía que de Marvel. Acumulo cosas por leer a la espera de su momento y cuando el mismo llega hay como una veintena de grapas esperando, que consumo seguidas y en vez de encontrar un buen momento argumental para dejarlo hasta la siguiente tanda, apuro y termino hasta la última disponible, independientemente de cómo hayan quedado. Y pasó que la última sentada concluyó poco después del asalto cuando la Mut Gala esa que se montaban cada año en las que había mucho modelito y mucho postureo. Cosas de ganar dinero rápido con productos farmaceúticos, que se hacen cosas de nuevos ricos.

Que estaba lo de Orchis por un lado, Moira creo que por otro, había unos apresados, otros muertos, otros campando por libre, me parece que por algo iban a ir a Latveria…y ahí aparqué la lectura para retomarla bastante tiempo más tarde, de forma que en la tanda siguiente me he trasegado el final de esto y algo más del primer año del grupo de Alaska (que sé que en puridad la continuación de esta serie hubiera sido Uncanny, la de Gail Simone, pero tenía curiosidad por ver cómo lo hacía MacKay, luego volveré para atrás de nuevo para el segundo grupo, con Pícara, Gámbito, Lobezno y compañía).
Y, a ver, con Gerry Duggan la cosa no se hacía difícil, es bastante lineal y sencillo de seguir, pero tengo que hacer notar que Panini no nos lo ponía fácil. Que es que aquí para la etapa de Krakoa se nos junto una pandemia con confinamiento, una subida considerable del precio de las grapas, y para cuándo retomé esta lectura, los complementos varios no pedidos ni deseados.
Es decir, continúo tras un par de años la historia y con lo primero que me tropiezo es con

El dinámico Phil Noto en la serie principal y de complemento el número 3 de la limitada de 4 Dark X-Men, en el que Kaos y Madeline Pryor se enfrentan a un mediohermano de Rondador Nocturno. Asumo que sería por cerrar alguna trama de algo, y que haber leído únicamente a los X-Men de todo el berenjenal mutante hacía que perdiese la perspectiva del importante asunto que debían estar tratando, y retomar la miniserie a medias tampoco ayudaba. Total, que como las páginas estaban ahí y las había pagado, aunque fuera con el piloto automático me las leí, con impacto nulo en mi recuerdo. Algo parecido me sucedió con la siguiente miniserie de complemento, Dead X-Men. Es decir, un grupo random de mutantes resucitados, que incluye a Dazzler, Sincro, Juggernaut y otros que no tengo el placer, saltando por diversas líneas temporales en busca de la adecuada para frenar los planes de Moira y Orchis…de…de…de…de hacer algo. Es lo que decía, que en algún momento me perdí. Que el guionista de ambas miniseries de complemento fuera Steve Foxe ha hecho que recale en mi lista de escritores a evitar. Muy mal timing, lo siento. Todo el sentido que le encontré a aquello fue que en la oficina mutante tuvieran la sensación de que antes de plegar velas era necesario resolver de alguna manera lo de las líneas del tiempo y Moira, y que con aquello solventaban la papeleta. Un material que de no venir enganchado a la principal serie mutante pues no me hubiera tentado. No deseo a nadie entrar en el universo mutante por el 3 de Dark X-Men o con Dead X-Men.
Y siguiendo solamente esta grapa pues lo de Krakoa llega un momento que se termina. Con la sensación de que seguramente me estará faltando lo que se esté contando en alguna otra parte, posiblemente en alguna grapa que tendré también por alguna parte esperando la lectura, pero llegados a ese punto tampoco merecía el esfuerzo de buscarlas. Podían las ganas de comenzar con lo siguiente que en hurgar en la herida.
Y es que el inicio con Hickman fue un pelotazo, todo una cambio de estatus, un golpe al tablero etc, fueron un par de miniseries muy muy muy divertidas, pero cuando aquello terminó hubo que seguir adelante de alguna manera. Y la continuación desnaturalizó por completo la línea mutante y a sus personajes. Pareció que el carácter de los personajes se diluyó con la potencia de la tribu krakoana, o que la caracterización llevada a cabo por el guionista no estaba muy de acuerdo con la historia pasada de cada uno de ellos. Y para terminar de quitárnoslos, estaba el tema de las resurrecciones. Que era un concepto potente y sólido, pero si te cargas a un personaje para volverlo tras pocas páginas con un backup biológico y psíquico, lo siento pero lo has matado. Si se hace complicado de normal comulgar con ciertas resurrecciones, convertirlas en algo cotidiano desvirtúa parte de la emoción y el apego necesario para empatizar con estas aventuras. No sabría decir además si era algo imprescindible para las mismas, en aquellos primeros números todo parecía poder ser trascendente, pero enseguida aparecieron un escuadrón de tecnojardineras jubiladas, y bastante pronto el primer gran megacruce de tooodas las series, la X de Espadas, en la que la frontera entre la autoparodia y el slapstick era muy difusa.
Que lo de Krakoa tenía muy difícil encaje en el Universo Marvel tradicional y que más pronto o más tarde se volvería a un estado más convencional parecía claro, pero lo mismo pensaba de Flashpoint y todavía siguen. Posiblemente hubiera disfrutado más del camino con menos obstáculos, pero comprendo también que la línea mutante se había convertido en un mamotreto con demasiadas manos, grupos y personajes, y que cerrar aquello de golpe no debió ser sencillo ni agradable. Te perdono, Foxe, aunque sea un poco. Y como decía, tenía curiosidad por saber cómo iban a continuar.

Pues MacKay se apaña bien, mucho mejor de lo que podía esperarme. Pero.
Tenemos un grupo de mutantes acuartelados en una factoría en Alaska, que salen de vez en cuando de misión, se pelean y se vuelven, y a una agrupación de mutantes malvados cuya misión es ser malos y atacarles. De eso va, a grandes rasgos. Y los personajes son molones mientras no rasques demasiado la superficie. Tenemos a un Cíclope sin su mujer, pues ella está por las galaxias. Se ha quedado con él Mariposa Mental, pero como se la ve más recatada que en tiempos de Jim Lee eso no supone ningún tipo de conflicto sentimental. Un tipo de conflictos que, hay que decirlo, brillan completamente por su ausencia. Los personajes están en estancias genéricas de la factoría, los llaman y acuden, poco más. Tenemos un par de personajes con buena química entre ellos como son Magik y Juggernaut, pero no se aprovecha el trasfondo de ninguno de los dos. Es decir, por mucho que se trate de un backup místico de la fallecida Illyana, uno podría suponer que al tenerla por la serie alguna que otra mención a su hermano Coloso o a su amiga Kitty haría, pero no. No te pido como en tiempo de Claremont conocerme hasta el armario de sus habitaciones, pero un poquito de algo. Y en el caso de Cain Marko, Juggernaut, si un cruce entre varias series se basa en la búsqueda de Xavier, hacer referencia a que Marko es el hermanastro mayor de Xavier hubiera estado bien. Y ahora que he escrito esto, no podré volver a ver el buen rollo entre Marko e Illyana con la mirada limpia.

Se trata de una serie entretenida, pero los personajes distan mucho de actuar como esperaríamos de ellos los lectores que llevamos tratando con ellos casi desde su primera aparición.
Es decir, parecen ellos, se ven como ellos, tienen la misma voz que ellos, pero a la hora de la verdad…
Chatbots.
Que tiene el sentido si ya hemos dicho que a casi todos les han rescatado de un backup biológico y una copia de seguridad psíquica, alguna de ellas como en el caso de la Bestia no la última, lo cual ha hecho que pierda recuerdos. La cuestión de las resurrecciones cuando Krakoa generó situaciones interesantes sobre la identidad (dos versiones resucitadas de un mismo personaje circulando, por ejemplo ¿es alguno «el verdadero» o ese murió?). Y posiblemente es la explicación de lo que les ha pasado a estos mutantes. Que por el camino perdieron el alma.
Total, que aquí los aparco hasta que los retome a saber cuándo, en su fase chatbot a la espera de que más adelante recuperen esa esencia. Me veré también a Gail Simone por si acaso. Y en todo caso para saber qué depara al futuro a estos mutantes igual me miroteo este especial, que además le han puesto precio de oferta. A ver quién lo escribe…
