Este verano, poniendo en riesgo mi propia vida, he viajado hasta la ciudad de Londres para retratar el clima antiespañol que se respira en la capital del Reino Unido tras la muy loable decisión propia de ponerse duros con Gibraltar.
El ambiente antiespañol se nota, más que en ningún sitio en esa base de maldad llamada Forbidden Planet.

Donde se han apresurado a colocar en lugares destacados películas españolas en una clara prueba de su intención de deshacerse de ellas cuanto antes.

Una maniobra que vuelven a repetir, vergonzosamente, con los tebeos de autores (más o menos) patrios

que se deprecian inexplecablemente en comparación con otros autores menos defendibles por esta desorganización

Pero tranquilos amigos míos, tal vez Inglaterra mira a España con la soberbia de quien ve los coleccionables con un año de ventaja
Pero en verdad, en verdad os digo, que la caída de Inglaterra no puede estar más cerca.

Una auténtica lástima al ser Inglaterra un país que una vez fue amigo de España

Y que admiró y entendió nuestras costumbres como ninguna otra nación del mundo