¿Eres una persona ocupada? ¿Consideras que tu tiempo es dinero? ¿Nunca consigues dormir las ocho horitas recomendadas? Si te sientes así, voy a intentar ayudarte a maximizar los beneficios de una visita al Salón del Cómic gastando el mínimo tiempo posible
Lo ideal sería no ir al Salón. Pero ya que has ido, la mejor forma de pasar el tiempo es consiguiendo tebeos firmados. Son objetos físicos y por tanto pruebas físicas de tu inversión en tiempo… ¡e incluso vendibles más tarde! Y (a diferencia de los tebeos sin firmar) son escasos, lo que aumenta su cotización
Mi consejo es que cuando vayas a un Salón del Cómic te olvides de conseguir las firmas de Moebius, Manara, Bagge, Moore (Terry) y demás autores que atraigan hordas de cazaautógrafos de los que montan auténticas acampadas en las colas (de las de mantelito en el suelo y bocadillos) desde primera hora de la mañana para hacerse con un garabato de sus ídolos. No, aunque la firma sea más valiosa, la inversión de un día entero de tu vida no compensa
En un Salón, además de haber un exceso de oferta de novedades también hay un exceso de oferta de firmas: cientos de autores se agolpan por las mesas esperando la oportunidad de hacerte un rayajo en un papel. Claro que tampoco vamos a hacer que nos firme cualquier Pedro Kat o Timoneda de tres al cuarto que esté por el Salón, esas firmas no valen nada en eBay. Vamos a ser algo más selectos: vamos a buscar el equilibro entre importancia del autor e inversión de tiempo
Mis elecciones del Salón del Cómic 2008 fueron…
Cels Piñol: cuando me puse en la cola tenía delante dos personas, con lo que la espera fue de cinco minutos. Aquí ayudó bastante que unas cien personas hubieran preferido ponerse en la cola de al lado a esperar a que Manara acabara de fumarse su cigarrito y volviera a la mesa de firmas
David Ramírez: una persona delante (había dos, pero uno se apartó enseguida porque solo había ido a mangarle los tebeos a David, así que no cuenta… por cierto, fracasó), seis minutos de espera (DR es lento firmando, porque se empeña en hacer cosas divertidas, con diálogos y todo eso)
Javier Trujillo y Paul Naschy: una persona delante, tres minutos de espera. Y dos firmas de golpe, doble beneficio
XCAR (del que no tengo foto este Salón, lo siento): una persona delante, un solo minuto de espera
Tengo que admitir también que esta excelente marca de cuatro firmas en quince minutos (una inversión de tres minutos de espera en cada firma) se debe también a la elección de «momentos valle» en que por alguna extraña casualidad la cola disminuye hasta casi desaparecer
¿Y qué hacer en el Salón con todo el tiempo que has ahorrado? Allá cada cual con sus filias, pero yo lo que hice fue ir a ver a Marta Charm cantar en directo
Siguiente sarao en la agenda: Expomanga 2008, dentro de tres semanas. Nada acaba, Adrian. Nada acaba nunca…