Hasta que vea la luz la versión del MAESTRO! de Deathstroke, estoy calmando mi sed del mercenario bocazas tuerto perilludo con la intensa etapa de Wade Slade Wilson y su equipo de metahéroes marginales en Titans, una de tantas series DC que aquí en España sólo se publicó la parte aburrida (que ya de por si tenía su buena parte de genial) y nos quedamos sin ver en castellano lo mejor.

(pequeño inciso: llevar perilla/barba y ponerse una máscara que tape cara y cabeza por completo. Eso debe picar ¿no?)
En esta etapa se destila gran parte del Didiotismo de la DC de los últimos años, con una serie de personajes que salen rebotados de especiales y eventos variados y terminan recalando juntos por decisión editorial en una cabecera que había quedado desocupada.
Pero, por supuesto, mola.
Y es que al juntar personajes porque sí puedes escoger lo mejor de cada casa sin tener que justificarlo, estos grupos son la máxima expresión del molonismo. Sería muy raro que pillando lo mejor de la cesta no te saliera un éxito de ventas.
Excepto, claro, cuando hablamos de DC.
Y es que la falta crónica de carisma de los personajes de DC fuera del subuniverso del murciélago hace que cualquier concepto de grupo se vea abocado más pronto que tarde a la más completa indiferencia. Es por eso que cada poco hace falta resetearlo todo para ver si a la próxima suena la flauta. Más o menos puede llevarse la cuenta de retconeos al universo en general, pero para grupos como la Legión de Superhéroes nadie ya lleva la cuenta.
Pero estos Titanes…¡molan!

A los cinco inadaptados de la imagen hay que sumarles el personaje de Speedy Arsenal, uno de los personajes más *uteados de los últimos tiempos en la editorial (en el momento de ingresar era yonki, manco y había enterrado a su hija, pero todavía puede caer más bajo), que también recala en el grupo. Debe tener algún tipo de fijación por los mentores con perilla (nota mental: buscar si se ha cruzado alguna vez con Warlord).
La serie discurre con tramas encubiertas, misiones sin una finalidad clara, personajes duros, peleas, mutilaciones (es DC)…lo usual en estos tiempos, nada extraordinario, por la parte baja del ranking de ventas, pero había algo que me atraía en todo aquello.
Era el dibujo. Era el dibujante.
Fabrizio Fiorentino. Italiano, efectivamente.
Ya resalté este dibujo suyo
hace unos días como ejemplo de perspectiva, anatomía y dinámica inspiradas por el mismísimo
ROB!, pero visto lo poco que se ha editado suyo por estos lares (uno de los tomos de
Cuenta Atrás Presenta y alguna cosilla de relleno en
Spiderman, basicamente) os muestro algo más.
Algunas de sus composiciones de página me recuerdan mucho a como las haría ÉL!, por fondos, ángulos, perspectivas…
Pero donde destaca es en las escenas de acción, tanto por la composición, la anatomía, lo estático y lo dinámico. En todo, vaya. Vamos viendo.
Plano general, con fondo bien pegado. El dinamismo y colorido de los héroes contrasta con los tonos apagados y el estatismo de sus enemigos. Todo un homenaje al primer Andy Kubert en los X-Men. De un solo vistazo ya sabemos con que equipo quedarnos. A destacar cómo encaja a cinco enemigos en tan poco espacio, aunque tenga que poner a dos siameses flotando.
Laboratorio-tipo contra enemigos-tipo, no hace falta ponerles cara por tanto. La perspectiva consigue combinar profundidad de campo con culo en primer plano. Bonus a eso. EN general no se sabe bien qué pasa, pero mola.
Nuevo ejemplo de escena dinámica con personajes estáticos, cada uno en su propia perspectiva, esto confunde al enemigo porque no sabe si los enemigos son diminutos o gigantes, o si están lejos o cerca. AUnque esta táctica no funcionará con Muertegolpe, pues sólo tiene un ojo.
El tiempo-bala curvo. Einstein también puede molar. Muertegolpe va tan sobrado que las ve venir desde el ojo ciego.
Otra desde el ojo malo. Y como diría
Hugo Savinovich: "¡
Por poquiiiiito!". Buen recortador.
Con esa escondida de tripita pasamos a la anatomía, que no duda en retorcer para conseguir el efecto buscado, que siempre será inquietante, tanto en lo que se ve…
…como en lo que está oculto. Ese brazo de Cheshire…
Y las coreografías de peleas ¿qué puedo decir? muchos artistas normalicos se preocupan por la fluidez, que la acción se siga de una viñeta a la siguiente.
Fabrizio en cambio es consciente de que el arte del cómic se encuentra en el espacio que no existe, aquel entre las viñetas, ese en el que el lector pone de su parte el relleno. De forma que cuanto más distantes sean las escenas dibujadas más tendrá que poner el lector de su parte, ganando por tanto la acción en dinamismo. Mirad aquí por ejemplo esa vuelta completa que da
Arsenal antes de…de hacer lo que esté haciendo ¡bluargh! artistas menos atrevidos le hubiesen dibujado entrando por los pies.

Forma de sorprender a un Batman ¿en qué mano llevo la espada? ¡fallaste!
Esto es algo que hace bastante con las espadas, sobre todo cuando debe pasar de una página a la siguiente, donde la transición se presume mayor.
Otra escena bastante destacable, el malherido todavía no tiene claro por dónde le atacó. Fabrizio Fiorentino hace fácil lo difícil, haciendo que el ojo vea como normales perspectivas complejas. Una especie de Escher del noveno arte.
Y con esta reflexión Escheriana llegamos a mi escena favorita, la que me impulsó a contaros todo esto, el
twister humano aereo dinámico (T.H.A.D.). Una imagen que no me canso de mirar, un ouroboros moderno, una cinta de moebius humana ¿es posible captar esta instantánea en la vida real? ¿qué la hace tan perturbadora? no lo sé, es algo que está más allá de las palabras, es sentimiento puro. Y ese es el efecto que sólo logran los grandes.
ROB! aparte, sensaciones así no tenía casi desde que descubrí a
Whilce Portacio.
Tras su etapa en
Titanes, el bueno de
Fabrizio todavía no ha encontrado su sitio entre las nuevas 52 series, si bien su compañero escriba
Eric Wallace, con el que también compartió título en una miniserie de
Final Crisis,
Ink, con el
Negro Tatuado de los Titanes, ha estado a cargo de
Mister Terrific hasta su cancelación. A ver si para la siguiente ronda del draft el destino vuelve a unirles y
Fabrizio sigue sorprendiéndonos en alguna serie regular. Estando el panorama plagado de dibujantes clónicos indistinguibles se agradece gente con una voz propia.
Este artista es bueno, o como se diría en su lengua natal…
Questo artista è Boono.
Uno más a seguir, ojalá siga prodigándose. Yastá.