El término medio

Casos recientes como las declaraciones de Igor Kordey tras su despido de Excalibur o la demanda interpuesta por Carmine Infantino a DC por los derechos de Flash y Batgirl de la Silver Age ponen de manifiesto el régimen de esclavitud que someten las multinacionales del tebeo a los dibujantes y guionistas que les dan de comer.
O por lo menos, eso es lo que piensan algunos artistas.

Para ellos, por definición, el artista es intocable. Su trabajo es creativo y por lo tanto no puede estar sujeto a las normas que rigen el mundo real. Las injerencias en su trabajo son burdos ataques contra la libertad de expresión realizadas por ejecutivillos ignorantes que utilizan mocasines porque no se saben ni atarse los cordones de los zapatos y cuyo único objetivo es hacerse de oro con el sudor y la sangre de otros.

La libertad creativa, los derechos de autor y la capacidad de decisión son conceptos que no tienen que ser demonizados por la industria pero tampoco idealizados por los creadores. Si firmas con una de las grandes ya sabes lo que hay. Existen unas normas.

Tienes un margen más o menos delimitado para trabajar con personajes que no son tuyos. Y si creas nuevos, existen unos baremos para cobrar por su utilización.
Es verdad que no puedes hacer lo que te apetezca con personajes que no son de tu propiedad y es verdad que perderás los derechos de los que hayas creado. Es el precio que hay que pagar para que tu trabajo llegue a miles de lectores de todo el mundo y esté bien remunerado. Es una decisión que se tiene que tomar antes de empezar.

Y si no les parece suficiente ¿Que se mueran de asco? Evidentemente no. Existen las editoriales independientes, la autopublicación, internet … y si lo quieres llevar a sus últimas consecuencias, las reuniones de amigos. Los invitas a merendar y les enseñas tu trabajo en el saloncito de casa.

Y sí, la industria ha cometido y comete tropelías con los autores. Se ha mejorado mucho aunque queda camino por andar pero eso ya habría que tratarlo de manera independiente. A lo que voy es que, como en todo, los extremos no son buenos.
Todo tiene un término medio.

2 comentarios en «El término medio»

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