C. Batalla

Tú me dejaste de querer cuando te necesitaba

Aquel 11 de Junio de 1936 en el que Robert E Howard se descerrajó los sesos de un disparo en su automóvil después de que su madre entrase en un coma por tuberculosis, comenzó una cuenta atrás para la liberación al dominio público de los derechos de sus personajes.

Esta transmisión del conocimiento no se rige por constantes, sino que sus plazos de liberación son diferentes según las coordenadas geográficas, la temperatura o los abogados. Depende según los casos del año de fallecimiento del creador o de la creación del personaje, y aunque la legalidad cambia periódicamente, casi siempre a favor de Disney, de cuando en cuando termina sucediendo. Es así por ejemplo que los derechos del más famoso bárbaro creado por Howard son ya públicos en Europa sin serlo todavía en Estados Unidos, motivo que ha servido para que en el viejo continente hayan habido recientmente adaptaciones a la historieta, el medio en el que ha terminado siendo más popular.

En Crom creo

Para tanto querer a la Marvel y los superhéroes, Roy Thomas gustaba bastante de comprar derechos de historias en otros medios con potencial para ser adaptadas a sus cuadernos. Como aquel western estelar de George Lucas. En el caso de la obra de Howard, contactó con su albacea Glenn Lord ofreciéndole una cantidad irrisoria (aunque superior al presupuesto que tenía inicialmente asignado para la serie) que a Lord le pareció suficiente. Para que la cosa no fuera deficitaria contrató a un homeless como dibujante, y se puso a si mismo como guionista para sacar de su sueldo parte de la diferencia a pagar al albacea. Total, sería por unos pocos números, se dijo Thomas. Y terminaron siendo veintitantos años.

Sucedió que tras unos inicios balbuceantes y prerrafaelitas, la serie encontró los dos componentes que fueron la fórmula del éxito: Buscema y Chan.

Esta fusión Italoamericana-filipina estableció el canon del bruto mazado que conformaría la esencia del género de Espada y Brujería junto con el Mago, el Monstruo y la Chica. Con mínimas permutaciones de la fórmula (a veces se cambia el Montruo, a veces se cambia al filipino…) el personaje mantendría longevas series de comic books, magazines y Novelas Gráficas en Marvel desde inicios de los setenta hasta entrados los años noventa, en los que explotó su molonismo hasta tal punto que la editorial no pudo costeárselo mucho más tiempo.

Comenzó aquí un periplo de series y autores, siempre en Dark Horse allí, y siempre en Planeta aquí, a veces mejor y a veces peor, pero aunque mantuviera el nombre del protagonista no había Buscema ni tampoco Chan. No era lo mismo. No era Marvel.

Demasiados crossovers

Posiblemente por esto se recibió con tanto alborozo la noticia de que los derechos del bárbaro volvían a Marvel en 2019. Sin embargo las circunstancias no eran las mismas. El mercado había menguado, Buscema y Chan ya no están, y Thomas como mucho está para escribir en X-Men Legends. Amén de que una de las patas de la anterior f´órmula, la Chica, no era conveniente usarla como se hacía antaño, cosas de la evolución progre. Asi pues, se hacía necesario mantener un hype para el nuevo siglo, uno que permitiese al menos mantener viva la ilusión para el verdero negocio, los recopilatorios del material clásico. Este se sustentó en dos serie regulares con autores resultones y una serie grupal con la tan deseada integración del personaje en el Univarso Marvel. Porque vosotros lo pedisteis, cabritos.

Como gag, resultaba divertido, Pero cuando una broma se alarga demasiado termina cansando. Y hasta los fanes tenemos tope.

Los adictos a la Espada y Brujería terminamos clamando por una alternativa, pero Marvel/Disney, la editorial de Chica Ardilla y compañía, no parecía por la labor, al tiempo que retenía la marca impidiendo que nadie más pudiera usarla en su continente. Pero ¿era realmente así?

El Cimmerieño

Tal vez en América no puedan todavía usar la marca, el nombre del personaje, pero con un poco de imaginación y buena voluntad todo es posible. Y ha sido así como Ablaze, una editorial de nuevo cuño, se ha liado la manta a la cabeza con una ristra de miniseries con relatos protagonizados por el bárbaro howardiano, adaptando a la grapa el reciente material europeo, todos ellos bajo un mismo título común: The Cimmerian.

Y sin tener a Buscema ni a Chan, ni siendo Marvel ¿que hype podemos proporcionar para que el público nos tome en serio?

Pues lo que los Noventa nos quitó, los Noventa nos devuelve. Con ustedes, querido público, lo que posiblemente sean las mejores portadas alternativas de los últimos tiempos. Porque se puede ser serio sin tomarse tanto en serio.

Bárbaro.

Ya, todavía no han homenajeado a ROB!, pero nadie duda que es solamente cuestión de tiempo.