No es nuevo en las obras de Disney encontrar estas dobles lecturas: «La bella durmiente» era un claro antecedente de Matrix que mostraba la diferencia de separa sueño de vigilia; en «La cenicienta» nos contaba el Mito de la Caverna de Platón, la verdad y la mentira en «Pinocho» y creo que no tengo que desvelar nada sobre «Blancanieves y los siete enanitos«.
En estos momentos (1942) Disney, filo-nazionalsocialista, decide explicar al pueblo americano el ideario ario. Así nos presenta «Bambi«, obra que enseña a madurar hasta llegar al punto ideal: El Superhombre (¿O creían que era otro post sin conexión con el cómic?) Así iniciamos la historia en el punto del nacimiento de Bambi, la aparición del nuevo individuo, un individuo que se muestra como débil desde su primera aparición como representativo del «Arquetipo Camello» que Nietzsche identifica con la sumisión [Nietzsche debía ser el único hombre con un camello sumiso. Lo que explicaría su final.] ya que es controlado por su madre primero y por su padre en la distancia. Desde el primer momento se nos muestran otros animales blanditos como amigos de Bambi. Un conejito y un a mofeta de ambiguo sexo serán sus compañeros (e incluso se permitirá realizar un guiño a Wittgenstein llamando Flor al apestoso zorrillo) durante esta etapa de casta baja.
Pero pronto muestra la necesidad de adaptación del individuo ante la brutalidad de la sociedad. Su madre es asesinada y él (un camello-cobarde) en lugar de plantar cara o hincarse en el suelo gritando «Hestoooon!!!» huye hasta que la presencia del «Rey de la manada» / Padre/ Jerarca superior le permite tranquilizarse y adoptar un rol más activo, aún sin revelarse contra los hombres por comprender las diferencias entre el Bien y el Mal, pasando por medio de esta catarsis a ser un «Arquetipo León» que le duraría un cuarto de hora, es decir, hasta que le llega el amor. Aún estamos en el contexto de igualdad entre las especies pro se todavía todos los géneros de la «Clase baja«, pronto aparecerá el nuevo hombre, el «Arquetipo Bebé» que va subiendo en puestos ya sí empezamos a notar un distanciamiento, con su nuevo papel en ascensión se aparta de los «mofetas» (imagen que lleva a los «negros apestosos«) y los «conejitos» (imagen que lleva a subir las visitas de la web) tomando su manto de Príncipe del bosque.
Este nuevo Bambi tras una encantadora introducción elíptica en la que se muestran las vivencias (incluyendo los problemas de pareja que han acabado por coronarle) demuestra que se puede llegar al mayor grado que concedía el buen «Loco» Friedrich. El fuego (que devora el pasado) permite hacer cuenta nueva y reafirmar su condición de líder frente a los animales blanditos, indiscutido como el más fuerte de entre ellos y, por tanto, su líder frente a la tradición Socrática/Platónica y Judeo-Cristiana que tanto despreciaba Nietzsche. Así la acción de salvamento depende del carácter resuelto de Bambi que no pierde el tiempo realizando estúpidas votaciones ni recavando el consenso de los distintos estamentos y opiniones. Es lo que le muestra como auténtico líder-superhombre del bosque.
Los fuertes mandan, aunque se nos recuerde que deben hacerse a si mismos con el regreso al «Arquetipo Camello» que representa del hijo de Bambi .
Tal y como era esperable los USAcas lo entendieron todo al revés y acabaron entrando en la guerra contra Alemania. Así que salió corriendo a hacer films de propaganda y a tratar de congraciarse con los sudamericanos por si le tocaba salir pitando para el Menguele Residential Inn. Pero del significado Socio-Político oculto tras «Los tres caballeros» hablaremos otro día.
AVIV TLAW!!