Sueños. Todos tenemos, es algo fisiológico. Cuando la consciencia marcha, el inconsciente campa. Relevancia e irrelevancia se fusionan para dejarnos en el recuerdo sensaciones, a veces agradables y otras no, pero siempre relevantes. No tenemos el control de qué soñamos, pero tenemos claro que soñamos con lo que nos importa. Y por eso algunas veces, por ahí salen historietas. Generalmente cosas absurdas, como grapas hipergrandes con portada de cartón en un mercadillo callejero con Annuals inexistentes de los años setenta, miniseries desconocidas o episodios de Marvel Fanfare. Y eso es bueno, encontramos un tebeo que nos falta. Pero a veces viene a nosotros la versión contraria, la de que nos falta un tebeo.
Puede ser por ejemplo que abras las bolsas con los ejemplares que dejaste a alguien hace tiempo y ves que en la numeración falta alguno. Bueno o malo, da lo mismo. Falta. O que vas a la tienda y el tebeo que ofrecen no es el consecutivo al último que tienes sino el inmediatamente siguiente. O que te compras el 6 de The Nice House by the Sea sin garantías de que habrá un 7 en castellano pronto. Te llega entonces esa sensación incómoda que puede hacer incluso que te despiertes en ese momento. Muchas veces olvidamos con el despertar, y eso también es bueno, sino nos pasaríamos el día comprobando bolsas.
Conocéis la sensación. Yo la viví fuera del sueño una vez.
(Sonido de arpa, fundido)
Poneos en el lugar del chaval que en los noventa se encontró en su quiosco la primera grapa de Sandman.

O «Sanomán» como leyó un amigo.
Algo diferente al resto de cosas dominaban el quiosco en aquel 1991, pero no pasaba nada, pues al ser una temática aparte, el Amo de los Sueños, algo de fantasía, podía comprarse y leerse sin dejar a un lado la realidad, es decir, los tiros, los colorines, los dientes y los artistas hot, como si fuera un pequeño break entre tanta dosis de realismo. Si no se abusaba, estaba permitido.
Esa grapa con el 1 contenía en realidad el número 8 de la serie original, pero no había ningún problema con eso. Las secciones de Zinco informaban de la situación al lector, de manera que los interesados en la historia hasta aquella grapa podían acudir a los números 17, 25, 26 y 27 de su título contenedor Universo DC, publicados entre 1989 y 1991.

Debe haber gente que aun ponga estos números en su Primitiva. En 1991 incluso un provinciano como el que esto escribe tenía la posibilidad, con perseverancia y esfuerzo, de encontrar aquellos ejemplares atrasados. O recurriendo al servicio de compra por correo contrarreembolso de la propia editorial, algo menos aventurero pero por aquella época mucho más efectivo.
Lejanos quedaban ya aquellos tiempos pre-forum en la que ibas al quiosco de provincias a ver qué habían tenido a bien los repartidores en dejarnos. Que debían ser sobrantes de cosas que habrían ido rodando por los grandes nucleos poblacionales antes, pues la sensación es que no había orden aparente en lo que recibíamos, diferente en cada tienda, y el poder hilar dos o tres números consecutivos era bastante complicado. Pero con eso nos alimentábamos, con la parte central de historias que no sabíamos de dónde se originaban y muchas veces no veíamos terminar hasta mucho después. O nunca, como me ha pasado a mi con Omega El Desconocido de Vértice.
Lo que quiero decir es que no era problema que empezasen por el 8. Sobre todo cuando las siguientes grapas fueron llegando puntualmente sin falta, hasta aquel día de 1993 con los episodios 27 y 28.

En donde en un número doble se cierra la trama de Estación de Nieblas y la grapa se despide de los lectores en la sección de Correo, remitiéndonos a futuros tomitos en formato Prestigio en el que nos irían avanzando los próximos arcos del personaje.
Era también una forma de dignificar el título y hacer los correspondientes honores al reciente sello Vertigo. Todo para bien, es lo que suelen decir.
Suponía entonces que para hacer boca, comenzaron con un especial fuera de colección con Gaiman y Bryan Talbot. Bien contado, pero en apariencia intrascendente, aunque con el tiempo se revelaría como el capítulo más importante de la serie.
Y finalmente un día pasando por el quiosco ¡Más Sandman!

Un Juego de Ti, segunda parte ¡Espera, cómo que segunda? en créditos decían que contenía los episodios 32 y 33 ¡mis grapas terminaron en el 28! ¿dónde estaba el prestigio triple que faltaba? ¿dónde estaba la primera parte? ¿Cuándo había salido? no había faltado un día en mi ruta de clase a casa mirando las novedades en las estanterías, por mi zona el primero no había aparecido ¿qué podía hacer?
El lomo del tomo estaba numerado con un inmisericorde 2. El lomo del especial fuera de colección no llevaba número. Blanco y en botella (un palomo disecado).
Esa sensación. Tocaría ir a librerías especializadas, preguntar, buscar, encontrar…viví aquello.
Lo viví hasta llegar a casa y comenzar a leer. El tomo comenzaba con la Primera parte de Un Juego de Ti. Todo bien por ahí, tranquilidad. Entregas más tarde supe que los 29 a 31 se englobaron con otros en sus entregas de Fábulas y Reflejos (prestigios 5 a 8) con esta estructura de publicaciones dobles: 29-30; 31, 38; 39-40; 50. Nadie puede tener esos siete números en su Primitiva, pues los números acaban en el 49.
No faltaba nada, podía leer tranquilo, no hacía falta buscar. Podía seguir soñando, no era pesadilla.
Y la explicación a la confusión era evidente. Como el prestigio era doble, escogieron como portada la del segundo episodio y entonces…

…y entonces part one…
La única explicación que supe darle era un metachiste. Habían hecho Un Juego de Mi. Me la habían jugado.
Unos cracks, los de Zinco.
Años más tarde supe también que a veces los que trabajan lo de dentro no son los mismos que maquetan las portadas, y que a veces podían suceder cosas parecidas. Mirad por ejemplo vuestro Patrulla-X 35/154 que en realidad debería ser 35/158, en el que termina lo de Krakoa, en el que se acaba el …Sueño.
Y aún con eso, y con sus faltas de ortografía o traducciones discutibles siguen siendo los que más tiempo mantuvieron la publicación de DC en nuestro país. A ver si pronto les adelantan…o no.
Veo sus batallitas de perseguir episodios sueltos por kioskos periféricos y subo un perseguirlos por kioskos de regiones ultraperiféricas.
Con el plus de poder décadas más tarde leer completa la serie en magacine B/N del Planeta de los Simios de Marvel… y ver que cierra en el mismo cliffhanger que lo que editó Vértice.
Yo siempre pensé (o leí en algñun sitio) que, como el primer presti gio tras las grapas fue el de Orpheus… (que era un especial fuera de colección) a este le pusieron el 2 en el lomo… y ya puestos pusieron el «parte en la portada»…
O sea que SÍ te saltaste un número…
Acá la cosa funcionaba distinto, por alguna extraña razón las grapas llegaban primero a los Estados que a la capital, así que cuando iba de vacaciones podía comprar ejemplares con hasta dos meses de adelanto (y acá hubo un tiempo en que las grapas de Marvel y DC era semanales*, lo crean o no).
*Teníamos de cinco a a siete años de retraso con Estados Unidos, además de que, por ejemplo, todos los títulos de Estados Unidos de Spider-Man se publicaban en una única colección («El Asombroso Hombre-Araña») y lo mismo sucedía con el Supes y Bat-Man… Así que había material de stock de sobra para mantener la publicación semanal un rato…
Ahí justamente tenéis un puñado de Spiderman setenteros directamente traídos de la biblioteca de Lucien.
Envidia porque ustedes nunca leyeron la boda de Peter Parker y Gwen Stacy
¿Y bailarás sobre mi tumba (guá churugüera churugüá)?
Un poco Off Topic pero relacionado las pesadillas que tuve yo cuando vi la guerra de las Galaxias y ver que aquello era el episodio IV (y no estaba muy ducho con los números romanos todavía, pero eso no era un I). Donde están mis primeros episodios?
Algo parecido me paso con la peli en VHS de Bill Cosby haciendo de espía, pero ahí intuía que era un chiste… y aun así no estaba tranquilo.
Siempre había el enteradillo (época preinternet) que te aseguraba que las tres primeras eran todo un éxito en los Estados Unidos, que el conocía a uno que…