Queremos seguir siendo un espacio libre de destripes, aunque a veces se hace difícil, pues cuesta distinguir lo que la industria quiere ocultar para que nos sorprenda llegado el momento, y lo que quiere que viralicemos para hacerles promoción gratuita. La cuestión es que acudí en familia a ver la película que juntaba a las creaciones de ROB! y de ROY! Este hecho ya tiene de por si su intrahistoria, pues aún retumban en mis oídos los lamentos de aquel Pablo Calduch de cinco años durante la proyección de Vengadores en 2012:
«¿Cuándo terminará esta estúpida película?»
Y es que para el fan y conocedor la cosa podía ser el papel hecho celuloide, pero para un infante sin idea ni interés de dónde habían salido el del escudo, el del martillo, el verde y la señora, aquello comenzaba in media res. Le faltaba bagaje, el bagaje de no haberse visto las tres películas del Universo Marvel, mucho les estaba pidiendo. Mi pareja completó con poco esfuerzo de imaginación la información que no había visionado previamente y pudo disfrutar de la experiencia. Y cómo no podía ser de otra forma me hizo la pregunta clásica tras un visionado en sala de este tipo de cosas desde la segunda de X-Men:
«¿Y ha sido igual que en los tebeos?»
Sí, le digo que son medios y épocas diferentes y que cada continuidad tira por su lado, que en el mejor de los casos toman partes de varias cosas para formar algo parecido y todo eso, ella asiente y hasta la próxima película. Que tampoco vamos al cine a todas, ella tiene su propio criterio y vamos a las que salen Thor o Lobezno.
De manera que fuimos a sala a ver la de Endgame. No tenía que haber pedido la Coca-Cola grande, su metraje es un desafío para las vejigas, en la espera de más escenas postcréditos se tienen sensaciones encontradas. Y allí pese a lo espectacular pesó mucho, pero mucho, el bagaje.
¿Cuánto habría que haberse preparado previamente un espectador para disfrutar plenamente de todas las volteretas temporales que nos traen las gemas? la familia sabía que estaba viendo algo chulo, pero también era consciente de que se había ido perdiendo cosas por el camino.
Entonces llegó el Multiverso.
Lo hizo un mago.
En visionados caseros pudo intuir el guiño fanservicial de traer tres spidermanes, pues conocía al más mayor y es la forma más accesible para que el concepto calase entre la audiencia.
Entonces llegó Flash.
(ya, no es Marvel, pero la gente no distingue necesariamente entre ambos universos. Aun recuerdo cuando la primera de Escuadrón Suicida un amigo me la pintaba como «los malos de Marvel«).
Otra vez el concepto del actor rescatado de películas anteriores junto con nuevo fanservicio más gratuito todavía.
Coincidiremos en que hay que tener los deberes bastante hechos para comprender y disfrutar la imagen.
Y vino mi sobrino y le hizo tragarse a mi pareja las teleseries de Loki. Y ya de paso que estamos abonados las dos primeras de Deadpool. Que pse, jaja, pero que igual con trece años es un poco pronto para verlas (mi pareja no, mi sobrino).
Momento perfecto para que saliera el primer trailer de Deadpool 3.
Que puse en tele del salón y que pse, jaja, pero que igual con trece años ¡SNIKT! ¿¿CUÁNDO LA ESTRENAN??
Y para allá que fuimos. Pero nuevamente el bagaje. No decían nada, pero las miraditas al reloj eran elocuentes, los resoplidos del Pablo Calduch de 17 años también. El sobrino intenta ser friki, pero con trece años le queda verse muchos reels para hacerse una idea de todo.
Y uno sale con la idea de que los Deus ex machina también evolucionan. Lo hizo un Mago. Lo hizo un Multiverso. Lo hizo un equipo de guionistas.
Por cierto, que aún así le gustó, pues volvió a preguntarme si había sido igual que en los tebeos. Sí, de verdad que me lo preguntó. Le dije que lo de Madonna no.
Así que pese al disfrute personal creo que hay un cierto cansancio de este tipo de películas. No en las taquillas, pero sí en el aficionado fiel que comienza a tener una suerte de resignación frente a algunos estrenos. Tal vez sea la acumulación, tal vez la repetición de eventos, tal vez el Multiverso. Pero a mi lo que me interesan son los tebeos, no las películas. Y no dejo de encontrar los paralelismos entre un medio y otro, con la efervescencia de las primeras aventuras y el hype generado por Stan Lee. Y más adelante el acomodamiento por la posición dominante en el mercado. Y la sobreoferta que hace cuestionarse si la estrategia de mercado es la adecuada.
Es decir, que acabamos de llegar a los Noventa de los tebeos.
Y ¿qué hizo Marvel para volver a generar momento e ilusión en los Noventa?
Pues traerse a los artistas que les habían generado los momentos de mayor gloria. Los Heroes Reborn. Se trajeron de vuelta a ROB! anunciándolo con toda la fanfarria posible.
Veremos que etapa viene después, si la clásica de Busiek, el Ultraverso o seguimos con Quesada y Bendis. Yo me sigo quedando con los tebeos, y veo que anuncian una futura miniserie de la AVT. Más multiverso. Que un día dices que lo de los Exiles era divertido y luego pasa lo que pasa.
Ah, y no descarto que cierto nombre ya lo tenga registrado DC.
Cuando alguien te quiere de verdad, hablará contigo de esas cosas raras que tanto te gustan. Amigo, hay que ver cómo es el amoooor…
Si en el siguiente trailer vio ella sin que se lo dijese nadie el letrero de la zapatería…
Quiero mandar un fuerte abrazo a Pablo Calduch pero disuadirle de que use este posteo como futura prueba ante un tribunal.
Anoche justo estaba al teléfono con una amiga intercambiando impresiones de la película y pasándose explicaciones, que de verdad que lo intentan.
La frase mítica de esa conversación (nada espiado, estábamos frente a frente, señoría) fue cuando le dijo: «Me pareció muy ASMR cuando la ayuso calva le mete los dedos…espera, eso no ha sonado muy bien ¿verdad?».
La verdad es que es alucinante que hayamos llegado a tal punto de NORMALIZACIÖN! que se estrene una peli como ésta. La película es simplemente una broma de dos horas y pico. El argumento da igual, es solo una excusa para hacer un meta-comentario sobre el género de superhéroes. Es tan dependiente de todo un bagage de décadas de frikismo que como objeto aislado por sí mismo no tiene absolutamente ningún valor.
Si todavía existen formatos físicos, imagina los extras que deberá traer para explicar todo.
No hace falta, es como leer la MAD o como leer un WHAT THE–? Lo que pasa es que esos no requerían de dos horas y un presupuesto de 250 M$. Por cobardía, probablemente.