En este mundo moderno de inmediatas redes sociales un esperado trailer como el de la nueva entrega de La Guerra de las Galaxias ha incendiado el planeta como el proverbial reguero de pólvora.
Y entre las muchas novedades que aporta su visionado el impredecible público fan se ha fijado en los porgs…
Para algunos, simpáticos y entrañables peluches, para otros una intolerable falta de respeto a la seriedad y el dramatismo de la Saga Galáctica™, una concesión al merchandising facilón que puede arruinar el film. Que mira que sois agonías, ni que algo así hubiera pasado en cualquiera de las películas anteriores.
QUERÍA DECIR «en cualquiera de las películas anteriores CLÁSICAS»
Unos frikis intolerantes, eso es lo que sois. ¡LARGAOS A STAR TREK, COÑO! Además podeis estar tranquilos, que los porgs no van a estropear nada. Si no lo han hecho en los 35 años que llevan existiendo en la Galaxia Muy Muy Lejana™ no van a empezar ahora ¿no?
Sí, he dicho «35 años». Los que han pasado desde el número 55 de la serie de Star Wars publicada por Marvel donde aparecieron por primera vez de la mano de David Micheline y Walt Simonson.
Aunque allí los llamaron «hoojibs» por algun tema de copyright raro, seguro.
Que ya se sabe cuando estás escribiendo sobre peluches canijos que ayudan a la Rebelión a derrotar al Imperio un año antes del estreno de El Retorno del Jedi, el futuro cambiante es, siempre en movimiento está. Y es que los taquiones eran intensos en los tebeos marvelianos de La Guerra de las Galaxias. Yo siempre lo supe.
No, no es porque los niños me llamaran «Señor Cristal».
Siempre lo supe porque todo esto ha pasado antes…
…y volverá a pasar…
Concretamente en diciembre de 1978 cuando se publica el episodio número 18 sorpresivamente titulado…
¡EL IMPERIO ATACA!
En él Archie Goodwin y Carmine Infantino narran cómo nuestros heroes, huyendo de la persecución imperial…
…llegan a «una ciudad en las nubes» administrada por el Senador Greyshade cuya postura política es… No, no es ponerte esposas y darte de azotes con una fusta.
Es pasar del Imperio mientras el Imperio pase de ellos. Por eso ha negociado un acuerdo «que garantice su independencia«.
Pero bueno, ya sabeis cómo es esto de los acuerdos. Que en estos tiempos de zozobra no te puedes fiar ni de un imperio fascista interestelar. Así que se acaba liando parda…
…con el senador decidiendo que la Rebelión mola más, los soldados de La Rueda atacando a las tropas de asalto ocupantes…
…la propia estación yéndose a tomar por Alderaan…
…y nuestros muchachos escapándose de Ya-Sabeis-Quién por ESTO hoygan…
Como os decía, taquiones para dar y tomar dos años antes del estreno de El Imperio Contraataca.
Yo siempre lo supe. ¿Y sabeis quién más lo sabia?
La gente de Bruguera.
Que sí, que ahora está de moda meterse con Bruguera y eso pero fué una editorial adelantada a su tiempo en lo de la flexibilización del contrato laboral. Porque sólo a un equipo editorial con MUCHA visión de futuro se le podría haber ocurrido en 1978 editar esta saga en dos álbumes y titularla…
…EL IMPERIO CONTRAATACA…
Esto debe ser una fallo en la Matrix, cuando menos…
Por lo menos, en lo que a Bruguera se refiere, digo…
Aquí se fueron como llegaron, allá ¿al menos hicieron algo como despedida?
¿Estáis insinuando que los guionistas de Jolivud se leen los tebeos? No tendréis valor.
«Teke es el gobierno, Tiki el capital, Toko el sacerdote y Tuku el per-judicial. / Ellos un imperio fueron a formar, y Taka, que es el pueblo, no se la va a acabar.
Taka, Taka, Taka, el imperio contra-Taka,
Taka, Taka, Taka, el imperio contra-Taka.»
Ok.
Y el conejo verde, ¿para cuándo?
Uy, no, sólo que los de la casa de enfrente no lo confundan con Bugs. O que lo metan en Rebels.
Maldición. Yo que quería una versión SW de Elmer Fudd…