Gran parte de la querencia o la manía que se tenga a un autor viene condicionada por la impresión causada por la primera lectura de alguna obra suya. La primera vez es importante. Lo que venga después podrá ser mejor o peor, pero el prejuicio ya vendrá desde buen principio.
En mi caso, mi primera impresión de Brian Wood vino con Ultimate X-Men.
Cierto que había picoteado algo suyo antes en Northlanders por lo bien que se le reseñaba, pero no me terminó de convencer aquella sensación de que el verdadero significado de todo lo que se nos estaba contando sólo cobraría sentido más adelante cuando fuéramos capaces de contemplar el gran tapiz en su totalidad. Los lectores de la vieja escuela preferimos que cada historia tenga chicha por si misma, bien sea en el episodio de turno o en el tomo correspondiente, pero cuando te dicen que con un tomo «solo» no puedes hacerte una idea…De Northlanders terminaron saliendo tanto en origen como aquí 50 entregas recopiladas en 7 tomos. No sé si con eso se llegó a ver ese gran tapiz, ni tampoco qué le pareció a quien lo viera.
Pero con Northlanders fueron aventuras sueltas, con Ultimate X-Men me lo tomé más seguido en las entregas que se fueron dando en la recien difunta publicación de Panini titulada Universo Marvel. Y siguiéndolo aventura a aventura mes tras mes durante veintialgo entregas, tengo que confesar que no me llegó a quedar muy claro de qué iba todo aquello. En ninguna entrega sucedía demasiado, y los mutantes estaban proscritos y todo eso, e iba a haber una guerra de algún tipo que prometía mucho, pero eso sería más adelante, un poco de paciencia, otro episodio en el que pasa poca cosa, a ver en el siguiente, uy tampoco pero promete…y así hasta que aquello que parecía que iba a suceder en algún momento sucedió y resultaba que tampoco fue para tanto. Con esto se resumen año y pico de episodios.
Quedé decepcionado con aquello, lo admito, ni tapiz ni niño muerto. Pero intentando ser de pensamiento positivo concluí que a lo mejor la culpa era mía por haberme emperrado en seguir aquellas sagas por episodios individuales en vez de esperar a que cada arco argumental fuera recopilado para disfrutarlo todo de corrido. Vale que lo que estaba pensando es que hice mal leyendo las aventuras al ritmo en el que se habían editando, pero me dije que lo próximo que leyera de Brian Wood sería extenso y seguido. Quería ver el tapiz.
Total, que el día que se juntó un buen cambio del dólar y precios irrepetibles en el Book Depository, me lie la manta a la cabeza y termina pillando completa su DMZ.
Aventura completa en 12 tomos, 72 episodios. Desarrollo de personajes, diálogos y textos, ritmo pausado, procesos que se toman su tiempo…y las páginas iban pasando y pasando y la gente hablaba, y como la cosa va de cómo se ve una Guerra Civil Americana desde la ciudad de Nueva York algún tiro hay de vez en cuando, más que en Ultimate X-Men, hay que decirlo, pero todo lo que en los dos o tres primeros tomos se plantea y hace avanzar llega un momento en que se alcanza un estado casi de standby en el que el autor cree saber cuánto quiere contar en cada saga y va estirando las páginas para llegar a eso sin contar más de lo necesario. En los episodios se suceden entonces alguna que otra página splash cuya finalidad es más que el número de páginas cuadre que la espectacularidad. Y entre cada saga que quiere avanzar la trama se intercalan tomos con historias individuales de personajes diversos para ver la riqueza multicultural y eso, no olvidemos que es un tebeo de Vertigo.
Y en el tomo 12 se acabó.
Tuvo sus momentos, sí, pero también los tiene cualquier serie por mal recuerdo que se le tenga si se repasan sus últimas 72 entregas. Seis años, más de mil quinientas páginas, dan tiempo para caracterizar bien más de un personaje y de dos. Y de paso que ocurran cosas. Y si mi vara de medir venía condicionada por aquellos Ultimates X-Men, debo decir que en DMZ sucedía más cosa, de acuerdo, pero no el triple de cosas en el triple de extensión. Si lo normalizamos, tanto me ha sabido una como otra, que es más bien poco.
No pasa nada, el lector es el humano que compra y lee varias veces la misma piedra, de manera que sé que el día menos pensado lo volveré a intentar (oh, mira, tambié ha hecho X-Men de los de toda la vida…); de momento ahí quedarán sus tomos americanos en la estantería, reflejando en su desabrido blanco y negro la misma sensación monocorde y monótona que me produjo su lectura.
Incluido ese bajón en trama y ritmo a la altura del noveno tomo, sí.
Por todo esto, no puedo hacer otra cosa que envidiar a los que seguistéis DMZ en su edición española.
Porque al menos, Planeta os lo quiso poner un poquito más atractivo, y eso siempre es de agradecer.
!Eh, que éste no es tu blog particular! !Ve a hablar de Peter David a otro sitio! Además, ?qué es eso de comprar antes de leer? ?Ya te ha tocado la lotería?
-«qué es eso de comprar antes de leer? »
-«Cierto que había picoteado algo suyo antes en Northlanders»
«Picotear», eufemismo 🙂
Tampoco vale. Piratea primero, siempre; luego compra.
(Por cierto, un sinónimo de «aburrido» en inglés es… «wooden». HIPERCRISIS!)
Solo comentar, por si a alguien le interesa, que Planeta, en su día, si publicó los 7 tomos de la serie, con sus 50 comics, no se quedó nada inédito.
Corregido, gracias 🙂
Yo no compro ya nada a ciegas, siempre lo «ojeo» primero (ya sea de la biblioteca o de la «biblioteca»).
Pssst. ?Ha probado su Star Wars? La leí el pasado finde y no estaba mal.
Universo peliculero retconeado…uf, muucha pereza