En el número de Lobezno que publica Panini este mes (el 62, que contiene, entre otros, el Wolverine Origins 46) nos encontramos una bonita historia en que Logan recuerda junto a su amigo Kurt la gran historia de amor de su vida: la que vivió junto a Mariko Yashida. Historia que, como todos vosotros, como buenos frikis gordos lectores veteranos sabéis, acaba con la muerte de la japonesa

La historia de su muerte, narrada por Larry Hama, cuenta cómo los enemigos de Mariko logran envenenarla para que tenga una muerte lenta y dolorosa. Logan, para impedir que sufra más, la mata. Un bonito final a una bonita historia de amor…

…hasta que llega Daniel Guay y le añade el siguiente epílogo:

ADLO!, desde 1999 dando ideas para celebrar San Valentín
¡Saludos a Kiko que me está leyendo!
¡Te devuelvo el saludo! ;0)
El ultracatólico Rondador justificando la eutanasia. ¡Olé!
Lo flipo con la casa de las ideas!
«¡Libera mi alma mientras todavía canta mi amor por ti!»
Logan se la cargó porque no podía aguantar semejante nivel de cursilería. Puntopelota.
Esto deja en evidencia que Logan es un adepto a la Cultura de la Muerte que justifica el asesinato de millones y millones de fetos al mes y que recurre al exterminio de ancianos para que dejen de molestar.
Y sería tan agradable que cosas como esta sólo se oyeran en tono de parodia…
La Mariko también era un poco morbosilla, porque podía haberle pedido que la matara desnucándola o una cosa más limpia. Pero no, ¡clávame lo tuyo hasta el fondo!. Menudo vicio. Tal para cual.