Pese a la incerteza de los tiempos, había una serie de valores en los que creíamos que podíamos resguardarnos, pero terminamos cayendo en la cuenta de que las cosas tienen el valor que queramos darles. Que si queremos venderlas dependerá de que haya compradores, y si queremos comprarlas de que haya alguien dispuesto a vender. Y la volatilidad es máxima, las ventanas de oportunidad duran menos que ciertos partidos políticos, no sabes si tienes delante el negocio que alimentará a tus descendientes o la ruina que marcará tu futuro. El precio lo marca el acuerdo social, y la sociedad está en cambio continuo.
Por ejemplo, los tebeos ¿cuánto puede valer este tebeo? pues depende.
El bombazo de la temporada, 25.000 ejemplares vendidos por ejemplar de la miniserie en España, agotado en muchos puntos de venta, mercado de segunda mano, hordas de gentes ansiosas por adquirir…por adquirir el código del juego que viene en el tebeo. Habrá quien págara el triple del precio de portada para tenerlo, pero si te interesa la historieta basta con buscar en las papeleras cercanas a las librerías especializadas. Si no te atrae el juego, es muy posible que no te interese, y si lo compras por el juego es posible que ni lo leas ¿alguien lo está leyendo?
El envoltorio es una historieta, pero lo que vende es el juguete que trae, volvemos a los tiempos del Pif Gadget. Y la teoría económica dicta que no puede tener gran valor algo de lo que que se ha vendido muchísimo.
A menos, claro, que tires de tapa dura.
Y en esto que entran en juego los NFT. Non fungible token, la nueva burbuja, comprar un algo intangible, como ya lo era el código del Fortnite, pero a lo bruto. Arte digital, píxeles que pueden ser tuyos, almacenados y encriptados para garantizar la propiedad. Otros pueden tener la misma imagen capturada de otro sitio, o del mismo, pero no se adquiere la imagen, sino su propiedad. Vale pues. Suerte a los primeros que se apunten a la nueva cosa piramidal, pues todavía será posible encontrar quién lo quiera por más de lo que te salió a ti. Pero aunque no puedas palparlo ni sentirlo, tiene un coste. Mantener en marcha el sistema criptográfico implica un dispendio energético continuo que pronto amenaza con ser insostenible. Precisamente ROB! tenía un proyecto de NFT y lo ha dejado estar por concienciación energética. Ayer mismo compartió el dibujo (que no su propiedad) en sus redes.
Mirad que bonico. A saber el precio que hubiera alcanzado. Para darnos cuenta de lo fuera de escala que están estas cosas, mirad este de José Delbo, el de los Transformers.
Un NFT que ha costado trescientos mil dolares a su comprador. Y por el que DC no ha visto nada. De manera que aunque con las commissions suelen hacer la vista gorda, la editorial ya ha aclarado que a partir de ahora no dejará que se comercie con NFTs con personajes de su propiedad sin autorización previa. Marvel todavía no se ha pronunciado, pero cómo ROB! por conciencia ambiental no lo ha sacado, tampoco importa.
Fortnite, códigos, ROB!, derechos…a saber qué precio le meterán al tercero de la mini de Batman en la que sale el Snake Eyes de G.I. Joe, recién aupado a la fama por la serie de ROB! en IDW, pero cuya propiedad no consta en los créditos del tebeo.
¿Sabéis una cosa? al final lo de siempre es lo más confiable. De manera que lo más seguro sigue siendo el papel: