Es llamativo lo poco que ha aprovechado DC la compra de Wildstorm para enriquecer su universo viñetil. Durante años siguieron funcionando como sellos diferentes, y la oportunidad que surgió con el reinicio de los Nuevos52 se ha quedado en bien poco, sin ninguna obra o evento que deje un poso significativo. O lo poco que ha habido no lo hemos visto, como los WildC.A.T.S de 2022-2023, con la aparición de gente como Green Arrow o Robin, aunque fueran de universos alternativos. Cabe preguntarse si esa obra que consiga integrar ambos universos será la que liga a una joven Amanda Waller con Stormwatch Black: Waller vs Wildstorm.

En su momento mi atención con esta serie se fue hacia las portadas alternativas que realizó Eric Battle. Con ellas uno se retrotrae totalmente a aquellos primeros tiempos de Stormwatch, casi puedo sentir a Brandon Choi metiendo acrónimos y exclamaciones.

Pero la portada que ha quedado para la posteridad es la que hizo Jorge Fornés para el primer número.

Dado que la obra se ambienta en los 80, Fornes quiso añadir un aspecto cotidiano de los productos de la época, las etiquetas con el precio. Cuánto hemos sufrido algunas veces para retirarlas de algún tebeo adquirido de segunda mano ¿eh? tres sentidos actuaban ahí: el tacto para rascar, el oído para comprobar que no se estaban causando daños estructurales al papel de debajo, y el gusto porque ¿vosotros que hacíais luego con el papelito?
La portada fue la escogida para el recopilatorio de la obra, y siguieron con el juego de la etiqueta adaptada al nuevo formato.

Faltaba saber cómo adaptarían en nuestro país esta portada al euro. Los más avispados habrán notado que los derechos de las ediciones de DC han cambiado este año, pero aunque la anterior tenedora no llegó a publicarlo sí que llegó a anunciarlo, como tantas otras obras, y en la misma se la vio con ganas de continuar con el juego.

En cambio, una visita al anuncio de la próxima publicación en castellano hacía temer que los actuales detentores no entrarían en el juego.

Pero al entrar en la segunda imagen se comprueba que sí, que ellos también saben jugar a eso.

Si es que nos tienen bien acostumbrados.

No nos los merecemos.
