Mujeres y trabajadoras

Qué buen día para que en esta desorganización tan descompensada en cuestiones de género los tíos nos callásemos la boca, ¿no? Pero qué oportunista sería buscar publicar hoy un -¿quinto? ¿sexto?- artículo firmado por una mujer. Podríamos pasar de largo del día de hoy y no hacerle demasiado caso. Si os soy sincero, he estado a punto de hacerlo.

En su lugar, me ha parecido una buena idea de hablar de algunas mujeres que también han conseguido un triunfo. Que se han impuesto a la adversidad, que han sido pioneras en una gesta en la industria que nadie creía posible hasta hace bien poco. No os voy a hablar de jefas ni de editoras, ni de propietarias ni de galardonadas. El post de hoy trata sobre Leanna Caunter, Melissa Gifford, Chloe Ramos, Tricia Ramos y Erika Schnatz.

Es bastante probable que no os suenen sus nombres. No son dibujantes ni guionistas de cómics. Sin embargo, son trabajadoras en la industria del cómic estadounidense. En Image, nada menos. Hace año y medio (junto con algunos compañeros varones) organizaron Comic Book Workers United, el primer sindicato de la industria del cómic en la historia de Estados Unidos. Pelearon duramente porque Image no quería reconocerles como sindicato. Tuvieron que luchar mediáticamente y en sus oficinas y puestos de trabajo para lograr el reconocimiento como sindicato y que se les admitiera como un interlocutor válido. Os lo conté un poco por encima aquí.

El pasado mes de febrero lograron la firma del primer convenio de la industria que se ha redactado con un sindicato en la mesa. Además, han inspirado otro sindicato en la editorial Seven Seas. Si queréis saber más sobre qué están reclamando, podéis leerlo en su web.

Que un grupo de trabajadores (con mayoría femenina y presencia latina, oye) consiga derechos siempre es una gran noticia para nosotros. Al fin y al cabo, esto es ADLO! y cuando se trata de DEFENDER, los derechos laborales son de lo primero.

Nos manifestaremos como hicimos ayer

Puede que nosotros le hayamos copiado a los americanos Halloween, pero ellos nos han copiado la Sectorial del Cómic. Pero bien hecha. A principios de mes, mientras la mayoría de españoles debatían entre si era mejor disfrazarse de mamarrachos o fregar lápidas, en Estados Unidos se anunciaba la constitución de Comic Books Workers United (CBWU) como pionero sindicato del cómic USA. Tras echarle un vistazo podemos concluir que el tema es lo bastante complejo como para requerir unas horas de lectura e investigación. Esto es: si no hablamos en ADLO! de ello, nadie lo va a hacer. Y puesto que Sark decidió cargarme el muerto a mí, hoy voy a hacer lo que todo buen periodista debería hacer: traducir una noticia de Bleeding Cool.

Lo primero que puede llamar la atención es que la CBWU no incluye a autores de cómic, sino a otras personas que podrían ganar un Premio del Salón Cómic Barcelona como jefes de ventas, analistas y personal administrativo. ¿El motivo? Un viejo conocido de los autores de cómics de superhéroes: el “work for hire”, esa figura según la cual los autores de cómic son creadores independientes que realizan obras bajo encargo de la empresa, reteniendo esta los derechos intelectuales de las obras. Esto implica que la mayoría de artistas están lejos de la figura del asalariado con nómina convencional. Sobre el papel, los autores “negocian” sus contratos y condiciones, supuestamente, y que se asocien se interpreta como una forma de pacto de precios monopolístico que es ilegal salvo que seas una compañía eléctrica o de telefonía.

Curiosamente, la empresa en cuyo seno ha nacido al CBWU ha sido Image Comics, una editorial buenísima para los artistas que trabajan en ella. Salvo que trabajes para Erik Larsen. O para cualquiera, la verdad es que un día podemos hablar de eso. La cuestión es que cuando se funda un sindicato en Estados Unidos, la empresa y el sindicato pueden reunirse de inmediato y ponerse a trabajar en acuerdos y cambios. En una compañía distinguida por sus orígenes reivindicativos con los derechos laborales en el medio, eso era lo que muchos esperaban. Pero resulta que no.

Ahora Image Comics ha forzado una votación en la que sus trabajadores votarán sobre si reconocen o no a la CBWU como un sindicato que les represente, y solo si el grupo consigue la mitad de los votos podrá obligar a los jefazos de Image a sentarse a la mesa y hablar. Así funcionan las cosas en Estados Unidos, un país con una legislación laboral tan normal que, recordemos, su debate este mes es sobre si ha sido una buena idea dejar a los menores fuera del mercado laboral.

Por una parte no debería sorprender de una empresa con el historial GENIAL! de contradicciones, puñaladas internas, trabajadores descontentos, gente despedida cuando el dinero se había gastado en barcos y p*tas… Sin embargo, por otro lado puede ser una gran ocasión para que los trabajadores del medio se pongan las pilas en otras editoriales y peleen por lo que es suyo. Menos los autores, que como no pueden sindicarse, seguirán teniendo que irse a Substack.